Mikao
Usui fue quien redescubrió la manera de sanar el cuerpo físico y restablecer la armonia
emocional, mental y espiritual del ser humano. A finales del siglo XIX dirigía una
pequeña universidad cristiana en la ciudad japonesa de Kioto donde un grupo de
seminaristas le preguntó si les podía enseñar la formula de Jesús para sanar el
cuerpo. Mikao Usui les contestó que el no la sabía realmente y que tan solo tenía fe en
las escrituras sagradas. Obviamente para los seminaristas esta respuesta no fue suficiente
ya que querian saber más. Fue así que Usui renunció a su cargo de director de la
universidad y viajó hacia los Estados Unidos para estudiar en la universidad de Chicago
donde luego de siete años se doctoró en Teología. Al mismo tiempo que estudiaba en la
universidad de Chicago tambien incrementaba sus conocimientos en las lengua antiguas que
le ayudarian a investigar los antiguos textos budistas ya que sabía que Buda había
tenido el don de curar.
Pasado varios años de investigación infructuosa pero con mayor
caudal de conocimiento vuelve a oriente para continuar con su investigación. Al llegar a
Kioto comienza a recorrer todos los templos budistas de la ciudad (en total
ochocientos ochenta) y en uno de estos templos encuentra un monje anciano que también
estaba interesado en la sanación del cuerpo. Usui permaneció con este monje para seguir
estudiando antiguos textos Sutras Budistas. Debido a que necesitaba mayor comprensión de
estos textos terminó sus estudios del idioma chino y luego estudia sánscrito para poder
leer, de esta manera, los textos en su idioma original. Para este momento ya habían
transcurrido siete años desde su regreso a Kioto. Por fin en uno de los antiguos textos
escrito en sánscrito por uno de los discípulos de Buda encuantra los símbolos y la
descripción de como curaba Buda.
Lamentablemente no podía transmitir y mucho menos aplicar estos
conocimientos ya que no sabía cómo hacerlo. Había pasado mucho tiempo desde el tiempo
de Buda y este conocimiento se había perdido. Fue así que en su deseo de volver a tomar
poseción de este conocimiento conversó con el monje y luego partió hacia la montaña
sagrada Kuriyama. En esta montaña tuvo que ayunar y meditar durante un lapso de veintiún
dias, tal como lo hacian los antiguos Maestros. Solo así podría encontrar el significado
de esos símbolos para la curación.
En la soledad de la montaña Usui tomó veintiuna piedras que le
servirían como calendario. Cada día arrojaría una de las piedras hasta llegar a los
veintiún dias. A medida que los dias pasaban, Usui, en completo ayuno meditaba y oraba
pidiendo al Creador que le revelara el significado de esos símbolos que habia descubierto
y que no sabí utilizar. Cuando llegó el vigésimo primer dia arroja la última piedra
implorando por una respuesta. fue en ese momento que una intensa luz blanca le golpeó la
frente y los símbolos que hasta ahora no sabía aplicar se le hicieron claros y
entendibles. Estos simbolos se le aparecían frente a sí una y otra vez en medio de
resplandores dorados. Tuvo que memorizar absolutamente todos y cada uno de los símbolos
que se le estaban revelando frente a sus ojos. Sin lugar a dudas el ayuno y la meditación
ampliaron las fronteras de su consciencia.
A la mañana despertó lleno de fuerza y vitalidad. Estaba
asombrado de su plenitud física y mental a pesar de los veintiún dias de ayuno y retiro
que habia pasado. Así con gran entusiasmo bajó la montaña, pero en su apuro por volver
al monasterio Zen tropezó con una piedra. Su pie dolía y sangraba, y así, en un
acto casi instintivo se tomó el pie con ambas manos, casi de inmediato dejó de sangrar y
el dolor disminuyó considerablemente. Ahora Mikao Usui tenía en su poder la clave de la
sanación que tanto había buscado.
En su camino de regreso al monasterio entró a una posada donde
pidió de comer y beber. Allí estaba la nieta del posadero con la cara hinchada y
dolorida. Usui le preguntó si dejaba que le tocase el lugar donde tanto le dolia y fue
allí donde obtuvo la segunda comprobación de su hallazgo. La hinchazón bajó
rápidamente y el dolor desapareció. De esta misma manera al llegar al monasterio alivió
al monje de su agudo dolor provocado por la artritis que padecía desde hacía mucho
tiempo y que lo habia dejado postrado en una cama casi sin poder moverse.
Despues de unas semanas de permanencia con el anciano, Usui
decide salir para practicar su descubrimiento fuera de los muros del monasterio. Es así
que comienza a caminar por las calles de Kioto y sigue hasta el barrio donde se agrupan
los lisiados y mendigos. Primeramente curó a los más jovenes y los mandó a que
consiguieran trabajo. Luego hizo lo mismo con los mayores y les pidio que consiguieran
trabajo para no tener que mendigar más. Despues de esto comenzó a recorrer todos los
caminos, pueblos y ciudades en busca de enfermos a quien sanar con la técnica que habia
aprendido a utilizar. esta fue la labor de Mikao Usui durante siete años. Al terminar
toda esta travesía vuelve a Kioto y se desconsuela al ver que los mendigos y enfermos que
el habia sanado estaban otra vez en las calles mendigando. Cuando le preguntó porqué no
trabajaban ahora que podian hacerlo le respondieron que era más fácil mendigar que
esforzarse en el trabajo. Fue así entonces que descubre que todo el esfuerzo por
beneficiar al prójimo con aquello que tantos años de su vida le costó conseguir y
probar no era suficiente. Entonces enciende una antorcha que lleva a plena luz del dia y
recorre el mercado portuario, centro neurálgico de la ciudad, llamando a todos aquellos
que quisieran conocer la verdad. Mientras caminaba gritaba que tenia un conocimiento para
revelar sobre la curación del cuerpo y que todo aquel que estuviera dispuesto a
aprenderlo lo siguiera. En total lo siguieron dieciocho hombres.
Fué a estos hombres que Usui comenzó a enseñar la manera de
curar el cuerpo y además les transmitió sus reglas de vida para lograr de esta manera la
armonia física, mental, emocional y espiritual. Entre estos primeros discipulos se
destaca la figura de Chujiro Hayashi que era médico de la Marina Imperial y que luego
llegó a ser el sucesor de Mikao Usui.
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