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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Literatura/Sección de libros

 

                         Cuentos, en suma, latinoamericanos

Cuentos Chinos
Andrés Oppenheimer
Plaza y Janés/2005


ENERO, 2006. El reciente triunfo de Evo Morales en Bolivia acelera la actualidad de Cuentos Chinos, libro escrito por el periodista argentino Andrés Oppenheimer y hoy en día corresponsal del Miami Herald. Hace apenas diez años el populismo parecía erradicado de América Latina y sin embargo hoy resucita, dijo Carlos Alberto Montaner, "como momía insulflada por los dólares petroleros". ¿A qué se debió semejante giro en la región?

Es ésta una de tantas preguntas que Oppenheimer aborda y trata de resolver en este libro. Para el efecto la narración inicia con "El Desafío Asiático", una área que, además de China y la India, se perfila como el gigante del siglo XXI. Pero para conseguir todo eso, afirma el autor, se enfocaron hacia todo aquello que hoy es atacado, e inclusive repudiado en América Latina, como la apertura económica, la formación de bloques e inversiones cuantiosas en educación, pero no en carreras con escasas perspectivas a futuro, como Filosofía y Letras, sino en aquellas relacionadas con la informática. América latina, enfatiza Oppenheimer, está dando la vuelta al futuro, situación agravada por el desinterés cada vez mayor de los inversionistas mundiales, cansados de tanto burocratismo, tramitería e inestabilidad política.

Oppenheimer también detalla su visita a Irlanda, país que apenas en 1992 atravesaba por una situación inclusive peor que muchos países latinoamericanos pero que, luego de establecer las prioridades y coincidencias entre sus fuerzas políticas, entre sociedad civil, sindicatos, empresarios e intelectuales --y vaya que Irlanda los ha producido-- para de ahí alcanzar un pacto: quienquiera que llegara al poder debería apegarse a lo acordado, lo cual brindaría estabilidad y confianza. Acto seguido dio facilidades fiscales a los inverionistas extranjeros. A nadie extraña, por tanto, que ni a Chávez no Evo Morales se les haya ocurrido darse una vuelta por Irlanda, país que, en la práctica, ha hecho trizas sus fantasías revolucionarias.

Con un estilo ágil, ameno y frecuentemente narrado en primera persona, Oppenheimer cuenta anécdotas respecto a Néstor Kirchner, Vicente Fox y George Bush. De éste último apunta su escaso interés en la zona, tanto así que únicamente cuenta con dos asesores para el área, y uno de ellos se especializa en la pobrísima Haití. Respecto a Fox, Oppenheimer recalca su poco tacto en política exterior, como cuando se tardó dos días en enviar sus condolencias a Washington tras el 11 de septiembre, aunado a que México no bajó su bandera a media asta, como sí lo hicieron Canadá y todos los países de la Unión Europea. "Nosotros no esperábamos que México nos apoyara enviando tropas a Afganistán pero sí al menos un gesto de solidaridad", cita el autor a una fuente cercana al gobierno de George W. Bush.

Hugo Chávez, dice el autor, es un personaje no sólo pintoresco, sino sumamente desorganizado; de Andrés López Obrador lo ubica como un admirador de Lázaro Cárdenas pero, según percibió cuando lo entrevistó, bastante desfasado en torno a como funciona la economía actual. Todos ellos, al igual que el ex secretario de Estado Colin Powell, han contado cuentos chinos que nada tienen que ver con la realidad mundial

¿Qué falta por decir? Que, como ocurrió con otras obras anteriores suyas, como México, en la frontera del Caos, Oppenheimer reafirma su primer sitio como uno de los periodistas latinoamericanos más influyentes. Quizá en momentos llegue a cansar su tendencia a introducir el tema con un párrafo lleno de interrogantes. Independientemente de ello, y por lo que acaba de ocurrir en Bolivia, nos espera otra inundación de cuentos chinos en América latina.