La visión del mundo que encontrarás en las páginas que siguen (por ejemplo, sobre la creación del mundo) puede parecer demasiado ingenua a ojos de un ser humano del siglo XXI. Sin embargo, si la analizamos bien, ¿no resulta la teoría del big bang igual de ingenua? Un mayor conocimiento de las leyes físicas del universo ha permitido a los hombres tener más confianza en sus teorías, pero no les garantiza que las mismas sean acertadas; sobre todo cuando intentan explicar sucesos que tuvieron lugar hace millones de años.
Por lo demás, no estoy exponiendo una teoría científica que se pueda comparar a otra estipulando el número de fenómenos físicos que cada una es capaz de explicar. No, se trata de una parte de un conjunto de creencias transmitidas a lo largo de varios siglos. Hasta que el cristianismo se impuso sobre dichas creencias, esta visión fue aceptada a pies juntillas por decenas de generaciones. Exactamente lo mismo sucedió, algunos siglos antes, con las creencias griegas.
Hoy en día, la religión cristiana sufre el mismo tratamiento a manos de las nuevas diosas, la ciencia y su hija la tecnología. Un hombre puede ser cristiano e ir a misa, pero ¿se permite pensar que Dios creó el mundo en siete días, o que separó las aguas del mar Rojo, o incluso que Jesús resucitó de entre los muertos? Sin embargo, hace veinte siglos los cristianos no dudaban de que hubiera sido así.
No prentendo que des por buena la historia de Audumla e Ymir: me basta con que la leas y te permitas pensar que, contra todas las apariencias que te proporciona tu cultura, podría ser cierta. Recuerda lo que dicen de las apariencias... |
