(c) Ángel López Soto

HISTORIA, ARTE Y CULTURA

1- INFORME SOBRE EL TIBET

EL TIBET TRADICIONAL.

Tíbet es una vasta meseta a 4.500 mts. sobre el nivel del mar, rodeada de cordones de cordilleras, situada al sur de China y norte de India en pleno Himalaya, y no es solamente un aislado techo del mundo, sino la más recóndita de las dependencias del orbe civilizado.

El Tíbet histórico consta de tres provincias, U'Tsang, Kham y Amdo, con una extensión de 2 millones de kilómetros cuadrados y una población aproximada de 6 millones de tibetanos.

Debido a la mutilación geográfica producida por China en 1950, cuando se habla de Tíbet se intenta que solo se considere la Región Autónoma del Tíbet (aproximadamente la mitad del territorio original) y que tiene una población inferior a los 2 millones de tibetanos, lo cual es utilizado por el gobierno chino para usar estadísticas no reales.

La historia que conocemos del Tíbet se remonta al año 400 a.c., cuando el rey Ñatri Sangpo llegó al valle de Yarlung. Anteriormente se supone que los tibetanos prehistóricos eran animistas, con la visión de que todas las cosas están vivas y un escaso sentido entre los seres sensibles y la naturaleza inanimada. El mundo de estos hombres prehistóricos estaba colmado de dioses, ancestros y espíritus de la naturaleza. El Tíbet más antiguo era sin duda parecido en estos aspectos a otras sociedades no urbanas o en proceso de desarrollo.

Alrededor del año 100 a.c., el noveno rey de la dinastía, Pudegungyal, instituyó en la corte la religión Bon. La religión Bon de aquel tiempo, estaba vagamente situada entre el primitivo animismo del Tíbet predinástico y el Bon practicado todavía en el Tíbet, que ha cambiado enormemente durante sus mil trescientos años de competencia con el Budismo.

En el siglo VII d.c., el Tíbet saltó a la escena internacional con su primer conquistador, el rey Namri Songtsen, el trigésimo de la dinastía Yarlung. Su hijo Songtsen Gampo, unificó todo el Tíbet y extendió sus fronteras por toda Asia Central. Venció a las tropas chinas de las dinastías Tang, y controló las ciudades comerciales de la Ruta de la Seda, y dominó Nepal, Ladakh y amplias áreas de lo que hoy es el noroeste de India y norte de Birmania.

El emperador Songtsen buscó modelos en aquellos imperios que manifestaban magnificencia y estabilidad en aquella época, y decicdió importar el budismo para asegurar una fuente de legitimación espiritual y universal que fuera duradera. Junto con el Budismo, importó varios aspectos de la más desarrollada civilización India.

Sus sucesores continuaron en su mayor parte con su política. Lucharon y vencieron a varios emperadores chinos de la dinastía Tang, exigiéndoles un tributo bajo la forma de rollos de seda, desde mediados del año 660 hasta finales del siglo VIII, tras lo cual se concluyeron tratados de paz entre elTíbet y China, siendo grabados estos acuerdos en pilares de piedra en los años 783 y 821 (estos pilares todavía son visibles), donde se establecen tratados fronterizos y de no agresión durante 10.000 años.

Desde el siglo VII en adelante, los tibetanos se interesaron cada vez más por el Budismo, porque supuso una nueva forma de pensar, de sentir y actuar, que acabaría transformando su sociedad fiera y belicosa en un pacífico y alegre reino, de vida agradable y progreso significativo.

Mil años después de la época del emperador Songtsen Gampo, se halló la encarnación del V Dalai Lama, en el año 1619 en Chongye, el valle de los antiguos reyes tibetanos. A pesar de las tensiones políticas y con la ayuda de los mongoles, el V Dalai Lama fue oficialmente proclamado en 1642, pasando a ser oficialmente soberano espiritual y temporal del Tíbet. Fue públicamente reconocido desde Tachienlu en el este, hasta Ladakh al oeste y desde el Kokonor al norte hasta el Himalaya al sur, como la reencarnación de Avalokitesvara, el Buda celestial de la Compasión, y supuso la unión en una sola persona de los fundadores del Budismo tibetano, Shantarakshita, Padma Sambaba y Trisong Detsen. En 1645 comenzó a construir un nuevo palacio en la Montaña Roja, lugar mítico de las contemplaciones de Avalokitesvara y emplazamiento histórico del palacio de Songtsen Gampo mil años antes. Contruyó el magnífico Potala, edificio que consta de tres áreas condensadas en una, monasterio, templo-mandala y sede fortificada del gobierno. Se basó en la diplomacia para apaciguar problemas fronterizos y ejerció su influencia para preservar la paz por toda Asia. El Dalai Lama pactó una alianza basada en la igualdad con el emperador manchú. Los manchús honraron excepcionalmente al soberano tibetano, no solo por su santidad religiosa, sino también porque necesitaban su ayuda para mantener buenas relaciones con los mongoles.

El siglo XIX fue triste para el Tíbet, como lo fue para la Asia colonizada, aunque el Tíbet no sufrió la invasión de ninguna fuerza colonial. Desde 1805 a 1875 hubo una serie de Dalai Lamas que no llegaron nunca a la madurez, estando el país gobernado por regentes con la colaboración de embajadores manchús.

El Gran XIII Dalai Lama, Tupten Gyatso (1876-1933), llegó al poder en 1895. En los albores de su reinado, vio la necesidad para el Tíbet de establecer su identidad entre las naciones modernas, buscando asistencia para el desarrollo de su país con el zar Nicolás de Rusia, los británicos y los manchús. Sin embargo, los británicos, temerosos de la amistad entre el zar y el Dalai lama y sobre todo de los planes de los rusos en la India, decidieron invadir el Tíbet en 1904, enviando al coronel Younghusband. Las fuerzas británicas se retiraron rápidamente del Tíbet después de imponer un tratado.

En 1909 un ejército manchú invadió Tíbet desde el este, persiguiendo al Dalai Lama que huyó a la India. En 1911, el Dalai Lama retornó a Lhasa, expulsó a la guarnición manchú y proclamó la independencia del Tíbet en el sentido moderno. El XIII Dalai Lama escribió un testamento en el cual predecía la posible pérdida de la cultura budista tibetana en el mismo Tíbet. Los tibetanos creen que murió deliberadamente 15 años antes de lo necesario, para poder renacer y crecer lo suficiente en la época de la caída del Tíbet, pudiendo así ayudar a su pueblo en su prueba final. Quedaba claro que el Tíbet era una nación de hecho y de derecho.

LA INVASION

El XIV Dalai Lama, Tenzin Gyatso, nació en 1935, y asumió la responsabilidad política del Tíbet en 1950, en tiempos difíciles y con la esperanza de manejar la situación con China y la presencia masiva de tropas invasoras en Tíbet, con lo que no tendría otra opción que intentar cooperar con el programa chino de modernización.

El Tíbet es un vasto territorio que ocupa actualmente más de un tercio del territorio de la República Popular China. Poseía una gran cantidad de riquezas artísticas y recursos no explotados, así como una importante situación estratégica.

El 20 de octubre de 1949 Mao Tsé Tung desde Pekín, juró liberar al Tíbet de los agresores imperialistas y comenzaron las incursiones fronterizas. En Octubre de 1950, habían cruzado el río Drichu, al este de Chamdo, un ejército de más de 80.000 soldados del Ejército Popular de Liberación para dar comienzo a la llamada "liberación pacífica del Tíbet".

El 23 de Marzo de 1951 se obliga en Pekín a una comisión de funcionarios tibetanos presidida por Kalön Ngabo Sawang a firmar un tratado de 17 puntos sobre las competencias y delimitaciones del gobierno tibetano. El acuerdo de 17 puntos, daba ciertas libertades y autonomía interior y libertad religiosa, siendo competencia del gobierno chino lo relativo a asuntos exteriores, sin embargo este tratado no fue respetado posteriormente por el gobierno chino.

En los años siguientes, algunos millones de colonos de etnias chinas se asentaron en Tíbet. Las riquezas tibetanas fueron expropiadas y sus instituciones culturales destruidas. Los abusos del Ejército Popular de Liberación (ELP), la insistente llegada de tropas y colonos que desestabilizaban los recursos alimenticios del Tíbet, los genocidios de Kham y Amdo, el fracaso de las comunas, responsable directa de la difusión del hambre y de las muertes de cientos de miles de tibetanos por inanición, el uso de mano de obra (esclavos) para la construcción de carreteras estratégicas con Qinghai (1954), la realización de reformas forzosas en Kham y Amdo, gravando con nuevos impuestos las casas, tierras, ganados e incluso monasterios, el hecho de que fueran confiscadas grandes propiedades agrícolas y repartidas entre los cuadros locales chinos, las noticias de ejecuciones masivas bajo acusaciones de "crímenes contra el pueblo" y las vejaciones a que eran sometidos los tibetanos y los monjes, colmaron su paciencia al verse sin tierras, sin trabajo, esclavos, hambrientos y sin poder dedicarse abiertamente a su religión, junto con el temor de que el Dalai Lama pudiera ser secuestrado por los chinos, hizo que en marzo de 1959 los tibetanos se sublevaran en Lhasa contra los soldados chinos. Fueron brutalmente aplastados y el Dalai Lama y más de 100.000 seguidores, tuvieron que refugiarse en India bajo la hospitalidad del Pandit Nerhu.

Para describir las horribles décadas que siguieron a la invasión de forma fidedigna, transcribimos un extracto del último informe sobre el Tíbet y la República Popular China de la Comisión Internacional de Juristas (Diciembre 1997).



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