Biblioteca Central, C.U.
Última casa de O'Gorman
 
 
 




Siendo pasante de la carrera de arquitectura, Juan O´Gorman (México, D.F., 1905-1982) se inicia en el oficio de pintor. Al propio tiempo, junto con sus compañeros Juan Legarrreta y Alvaro Aburto inicia en México un movimiento funcionalista en los términos establecidos por Le Corbusier.

Su primera obra funcionalista fue su propia casa habitación y en el mismo año (1929) Diego Rivera le encarga su casa-estudio.

En 1932 proyecta y construye edificios escolares con fundamentos lógicos y económicos; propuso la estandarización como medio para disminuir los costos y tiempos de la construcción, lo que originó una polémica en el medio arquitectónico, su idea fue retomada más tarde por el CAPFCE, organismo estatal responsable de la construcción de escuelas públicas.

Ya en 1949, O´Gorman había cambiado y rectificado sus ideas; expresa con rigor su desacuerdo con el movimiento funcionalista que para él se había desvirtuado de sus términos originales, considerándolo como una "ingeniería de edificios" que prescinde y excluye la integración del arte, la expresión de "lo racional" y "lo regional" y se aparta del entorno físico en donde se produce, además de servir de símbolo de la explotación del capitalismo y desviación de los anhelos populares. La Biblioteca Central Universitaria (1949) es expresión de esta evolución de su pensamiento arquitectónico.

Su última residencia en San Jerónimo Lídice, un área boscosa al sur de la Ciudad de México, es ejemplo de sus ideas; O´Gorman la consideró como la antítesis absoluta del estilo internacional, así como la obra arquitectónica más importante de su vida.

O´Gorman, quien continuamente ejerció en primera instancia la autocrítica, rehusó encasillarse en cualquier academicismo. En un raro ejemplo de congruencia, vivió y murió acorde con sus principios.

 
 
 




María Isabel Zerecero Pontones
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