José Manuel Castañón (1920-2001)
Biografía


Se dice que las personas nacidas bajo el signo de Acuario son de una disposición dulce y bondadosa, intelectuales, rebeldes, sinceras y grandes amigos de sus amigos. José Manuel Castañón fue un fiel representante de las características de su signo, las que unidas a esas otras características propias de los héroes clásicos, que el tambien poseía, pues era valiente, leal y honrado, proporcionaron a su inteligencia todas aquellas cualidades necesarias que le convirtieron en un hombre extraordinario.

José Manuel Castañón se dedicó de pleno a su vocación de escritor, renunciado, en gesto olímpico, a todas las ventajas y prebendas obtenidas por su condición de vencedor mutilado en esa fraticida guerra española del 1936 la cual tuvo como consecuencia la implantación de una férrea dictadura fascista. Su sensibilidad y su congénito amor para con el prójimo le impedían permanecer impasible ante la injusticia social y las atrocidades que se cometían en la España franquista, y asumió una actitud combatiba por la que fue privado de su libertad por varios meses acusado de subvercionista. En 1958 se exila voluntariamente.

En Pola de Lena, la bella villa asturiana, donde nació el 10 de Febrero de 1920, había sido testigo de atroces actos cometidos por los extremistas de izquierdas en la revolución minera de 1934. A pocos kilometros, en Turon, 11 religiosos de la orden de La Salle fueron fusilados por los insurgentes. Los insurgentes incontrolados mataron a sacerdotes, a frailes y a seminaristas, - uno de estos seminaristas era oriundo de Pola de Lena,-... y destruyeron monumentos (La Camara Santa de la Catedral de Oviedo, La Universidad, El Palacio Arzobispal). Todo eso quedo sellado en la mente del José Manuel de 14 años. Su padre, el abogado Guillermo Castanón Diaz-Faes, hombre de gran cultura, de convicciones liberales y simpatizante de las reformas sociales, educativas y religiosas de la República, presentía angustiosamente lo que inevitablemente en España iba a suceder.

Las mujeres de la familia: su madre, Berta de la Peña Acebal, las dos tías del padre, quienes vivían con su sobrino, y sus hermanas dos años mayores que él, las gemelas Germana y Guillermina, eran todas mujeres practicantes de sus creencias religiosas. Sus tías llegaban ya hasta el extremo de ser consideradas "unas beatas", por su asistencia diaria a la Iglesia. Los relatos de actos sangrientos cometidos por los republicanos -los "rojos"-, y los lamentos que oía en su casa y en casa de sus amigos, le conmovían y, en su ingenuidad creyó que los "azules" traerían la paz por la que sus piadosas tías diaramente rezaban.

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