En esta ocasión vamos a ocuparnos precisamente de ese mundo mágico, más concretamente en lo referente a las apariciones de almas de muertos. Es éste un tema recurrente en la etnografía gallega, conociéndose infinidad de relatos que contaban cómo algunos paisanos habían sido sorprendidos por un alma en pena de un familiar o un vecino ya fallecido, o habían visto el Acompañamento, procesión de almas. Generalmente el contexto usual de estas apariciones era la noche ya avanzada, y en caminos cercanos a las aldeas, pero también en los mismos núcleos poblacionales (almas en pena, acompañamento), pero también se podían producir las apariciones durante el día, aunque, en este supuesto, en mucha menor medida, y más bien en ambientes familiares. No era necesario que el alma en pena se manifestase con su cuerpo físico en apariencia, y envuelto en un sudario, sino también bajo la forma de extraños ruidos y efectos. En este caso, el tema es el mismo, el difunto recurre a los familiares o a los vecinos para rogarles el cumplimiento de alguna promesa piadosa incumplida, o una deuda social o particular no satisfecha en vida, y la cual le impedía el descanso eterno. El tema del Acommpañamento o Santa Compaña, es de otra índole, tratándose de una procesión de difuntos que anuncian la próxima muerte de un vecino. Todo esto es muy conocido en la etnografía gallega, aunque quizás necesite una cierta actualización que la contextualice socialmente de un modo más adecuado. En este artículo vamos a realizar un tratamiento novedoso del tema. En efecto, ya hemos adelantado que los relatos de apariciones de almas son numerosísimos, y así han sido recogidos bibliográficamente. Sin embargo, estas historias nunca se contextualizaron topográficamente, es decir, nunca se insertaron en relación con un marco concreto; siempre se han contado asépticamente. En consecuencia, después de leer un viejo libro de D. Abilio Folgar Crestar donde se exponían varias de estas tradiciones referidas a lugares concretos de la parroquia del municipio de Moraña (Pontevedra), creímos conveniente el desplazarnos a estos sitios y estudiarlos detenidamente pretendiendo una aproximación más cercana posible a los escenarios donde acaecieron, tratando de ponernos en el lugar y en la mentalidad de los testigos de las apariciones, pero siempre bajo el control de una metodología científica, y enmarcada en nuestro tiempo.
1. LA CAPILLA DE MOS: LA MISA DE LAS ÁNIMAS.
Esta capilla, dedicada a la Inmaculada Concepción, se encuentra cercana a la aldea de Mos, perteneciente a la parroauia del Divino Salvador de Saiáns. Se localiza en un lugar despoblado, actualmente cubierto por pinos y eucaliptos, pero antaño debió de estar en buena medida despojado de vegetación, ya que el relato siguiente deja suponer un espacio dedicado al pastoreo. La capilla se levanta en el margen de un antiguo camino (se dice que era camino de Santiago), el cual debía de ser un vial preferente de comunicación local. El edificio es una modesta construcción de piedras regularizadas, mostrando un aspecto cúbico, de 6 m. de lado, con techumbre de madera bajo tejado a tres aguas. Posee dos puertas de acceso, la principal hacia el O., y otra lateral hacia el N. Nave y presbiterio constituyen un único ambiente, y asimismo cuenta con varios pequeños vanos para iluminación del altar, y en la fachada se alza una sencilla espadaña. |