CASA NATAL DEL LIBERTADOR
El edificio se encuentra en una manzana inmediata a la
que fue Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar, en el centro de la ciudad. Esta casa perteneció
a la familia Bolívar desde mediados del siglo XVII.
Esta casa, donde nació el Libertador, perteneció a Josefa Marín de Narváez, casada con
Pedro de Ponte Andrade Jaspe de Montenegro; por matrimonio de su hija María Petronila
Ponte Andrade Jaspe de Montenegro con don Juan de Bolívar Villegas, pasó a ser hogar de
este magnate y de cuatro generaciones de su linaje.
La finca tiene 22,40 mts. de frente y 60,50 mts. de fondo. Es plana con el terreno
ligeramente más alto en la parte de atrás que en la de adelante.
Don Juan de la Madriz, pariente del Libertador, compró la Casa en 1806, fue habitación
de varias generaciones de esta distinguida familia hasta que pasó a ser propiedad de
Guzmán Blanco en 1876. Desde que la Casa Natal pasó a manos del General Guzmán Blanco
fue alquilada a comerciantes de víveres y dividida en dos locales distintos, por una
pared a todo lo largo del edificio.
Al celebrarse el centenario de Bolívar el Gobierno se limitó a poner una lápida en la
fachada al lado del portón de entrada, que decía:
SIMON BOLIVAR NACIO EN ESTA CASA EL DIA 24 DE JULIO DE 1783.
La casa fue adquirida el 11 de octubre de 1912 de los sucesores del General Guzmán Blanco
en la cantidad de Bs. 114.326,60.
No se procedió a la reconstrucción sino cuatro años después, según decreto del
Ejecutivo Nacional.
Cuando se va a realizar la reconstrucción de Casa Natal, esta se hallaba desmantelada de
las cuatro ventanas de la calle, habían desaparecido las rejas de 3 de ellas, una se
encontró en poder de un particular y se fabricaron las 2 que faltaban, de esta manera las
ventanas para la calle quedaron tales como fueron en la Colonia. Lo mismo el portón de la
casa, al cual sólo le faltaban 2 ó 3 clavos de cabeza de cobre. Los cielos rasos de las
2 salas se conservaban en su forma, pero con las maderas carcomidas y sólo existía un
rosetón dorado para sostener la araña en la sala menor. Se han fabricado los otros 4
idénticos y el auténtico se puso enfrente de la alcoba donde nació Bolívar.
Las cenefas de la sala se tomaron de la casa de don Martín Jerez de Aristigueta. Y las
cortinas de damasco rojo pertenecieron a la Iglesia de La Pastora. La alcoba inmediata a
la sala y comunicada con ella por una gran puerta, era la pieza más estimada de la Casa
del Libertador. Esa gran puerta sólo se abría en fiestas importantes para que desde la
sala se distinguiese el lecho nupcial. La cama fue colocada en la alcoba principal,
comprada al Señor Cosme Quintero. A la sala menor estaba destinado un escritorio y una
biblioteca.
La parte destinada al servicio estaba dividida en 2 por una pared longitudinal con una
sola puerta, cuya llave mantenía la señora de la casa. El objeto de la división era
impedir que los esclavos varones se mezclaran con las hembras.
Los aposentos de la familia estaban distribuidos de esta manera: a la derecha 3 piezas
actualmente convertidas en una galería para los cuadros históricos y a la izquierda la
doble habitación de la familia. Los dormitorios en segunda línea no recibían el sol
directamente, por tener delante de estos la galería de recibo, el comedor y corredor.
Para airear los dormitorios y darles un poco de sol, existía el pequeño patio de luz,
hacia adentro quedaban la cocina y el lavadero. A la derecha, es decir, en la parte norte
de la casa, había un gran corral en el fondo, y en el se hallaba la caballeriza.
En el centro de la Casa existen los cuartos que llamaron de enfrente, como eran en el
siglo XVIII.
En el patio principal de las casas nunca se ponían árboles ni flores para evitar
insectos. Los árboles y flores se sembraban en los corrales. La familia Bolívar en el de
su casa tenían 2 hermosos chaguaramos, distintivo, usado únicamente por las familias
mantuanas de origen noble.
En el primer patio se ha colocado una pieza de la Catedral de Caracas durante más de 2
siglos, en ella fue bautizado Bolívar, esta pieza es de granito del Avila.
En la vivienda de la familia existía un jardín pequeño denominado el Patio de los
Granados, el cual se ha conservado tal como era.
El agua venía de una tubería de barro de 12 cm. de diámetro, del río Caroata y se
transmitía de casa en casa.
El costo total de la reconstrucción de la Casa Natal fue de Bs. 325.322,44. Los trabajos
duraron casi 2 años.
Deseando que la reconstrucción fuera obra de venezolano, tuvimos la fortuna de encontrar
al señor Tito Salas.
Se le encargó la ornamentación de la Casa por medio de cuadros históricos que el
Gobierno le iría indicando.
Algunos son: el Descubrimiento, la Conquista, la Protección de los indios por el Padre de
Las casas, el Dorado, la fundación de Caracas Guaicaipuro, el 19 de Abril.
Luego vienen los grandes cuadros. La Apoteosis, en la Sala Principal, el Desembarco de
Colón, el Bautizo de Bolívar, la Confirmación, una Lección de Andrés Bello, la Muerte
de la Esposa, el Terremoto de 1812, La Batalla de Araure, etc. Esas obras costaron Bs.
238.400 y representaron varios años de trabajo. El cuadro del Matrimonio no está
incluido en esta suma: fue regalo del Comercio de Caracas.
El 28 de octubre de 1912 le corresponde al General Juan Vicente Gómez izar el Pabellón
inmortal, para hacerlo, el presidente Gómez, después de los actos oficiales del
Capitolio Federal, se dirigió a pie desde la cuadra de Monjas a Padre Sierra, a la de San
Jacinto a Traposos, antigua calle de Zea, Parroquia Catedral, para izar la bandera
nacional en la casa Nº 22, cuya fachada cambiaría con el tiempo en la forma más
marmórea y a la cual volvería en 1921 el presidente Gómez, de sencillo uniforme
militar, para celebrar la apertura de la casa y escuchar el famoso discurso de orden
encomendado al Padre Borges.
Arriba