Carlos Núñez busca «el sur del norte» en «Os amores libres». En su segundo disco colaboran grandes artistas celtas y flamencos

MADRID.- «De Norte a Sur, de Este a Oeste, la música de los paisajes del alma. El encuentro festivo y pasional de una estirpe de libertad». El escritor Manuel Rivas define con precisión el corazón musical del nuevo disco del gaitero Carlos Núñez, Os amores libres (BMG), que hoy sale a la venta. Considerado uno de los grandes impulsores de la música popular gallega, el joven vigués ha contado para este su segundo disco con casi un centenar de ilustres invitados, con los que ha intentado «buscar el sur de la música celta».

El espíritu musical que ha impulsado este flamante trabajo se aleja, efectivamente, del academicismo celta, y camina al encuentro de otras culturas más cálidas y cercanas. Según Carlos Núñez, «Galicia siempre ha mirado al norte, explicando su música a través de las culturas del frío, pero también debemos mucho a las del calor. Es la oposición del Atlántico frente al Mediterráneo». E incluso, el gaitero y flautista oberva una manipulación política en esta dualidad, «ya que la música celta ha sido tomada por la extrema derecha, desde el Frente Nacional francés a la Liga Norte italiana, por su supuesta pureza, aunque es sabido que es mestiza, resultado de un intercambio de culturas».

Para recrear con esencias este encuentro de músicas y sentimientos, Carlos Núñez ha invitado a una generosa nómina de colaborades, en la que destacan Donnal Lunny, Liam O'Flynn, Sharon Shannon, Phil Cunningham, Jackson Browne y Paddy Keenan, en el apartado celta, y Carmen Linares, Teresa Salgueiro, Vicente Amigo, Rafael Riqueni, Omar Metioui y el Coro Sufí Andalusí de Tánger, entre los cómplices mediterráneos.

«A todos ellos les he dado un 50% del trabajo, porque, aunque podría haberlo hecho solo, he preferido actuar de intermediario y alquimista para no perder la esencia de cada una de las músicas convocadas». Los nuevos amores de Carlos Núñez, sin renunciar al celta natural, nos emplazan ante culturas musicales dispares, como la magrebí, la gitana, la flamenca o la andalusí. «Las músicas como los amores, saltan todo tipo de fronteras políticas. En realidad, este trabajo fue soñado antes por mucha gente, que al igual que yo reivindica ese sur en el norte».

Tras Irmandade das estrelas, con el que explica al público qué era la cultura celta, Carlos Núñez avanza en la escena de la música popular con el camino bien andado, «buscando esa España mestiza y medieval, que los reyes católicos disgregaron, como parte de nuestra vida e Historia».