El fútbol llego la vida de Stalin de la mano de sus compañeros de juegos, en un polvoriento terreno que años mas tarde llevaría su nombre, fue allí donde seguramente su pecho se estremeció ante la alegría del gol, como se estremecieron las almas de todos los presentes en el estadio aquel glorioso día de su debut, cuando tomó el balón dentro del área, encaró a César Baena y con un quiebre de cintura la mandó hasta el fondo de la red escribiendo con letras doradas su nombre en el fútbol local. Fue en aquel encuentro contra Caracas en el Cachamay vistiendo la camiseta del Mineros de Guayana (temporada 87-88).
Vestiría la camiseta del cuadro guayanes por otras 5 temporadas mas y cuando la magia de este zurdo de oro dejo de sentirse en el sur de nuestro país fue para alegría de todo su pueblo:
¡Stalin estaba en el exterior!