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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Y demás/Actualidad

 Lo Políticamente correcto, aberración orwelliana

Como un cáncer que mata la creatividad y las ideas, este aparente respeto a las "minorías" esconde en realidad una censura dirigida. Pero, claro, tiene sus bemoles, como veremos en este artículo.

Gran parte de lo escrito y publicado en los últimos cinco años no tenía ya actualidad ni respondía a la realidad del presente. Había que rectificar de golpe informes y documentos de diversa naturaleza en periódicos, detectores de sonido y fotografías. 

                                                                                              1984, de George Orwell 

OCTUBRE, 2005- Hace algunos meses los mexicanos tuvieron su primer encontronazo directo con lo que desde hace años en Estados Unidos y varios países europeos se mimetizó como parte --y riesgo-- de la vida diaria.

Con sorpresa el Servicio Postal Mexicano recibió el rechazo definitivo por parte del gobierno norteamericano de una estampilla conmemorativa de Memín Pingüín. ¿El motivo? Se consideraba "racista" y "degradante" incluir en un timbre postal a un personaje que resaltaba sus rasgos negroides, como sus grandes orejas y su boca hinchada. No importaba que Memín hubiera salido por primera vez en 1943 y que en ese tiempo en México, donde la población de color no llega ni al 2 por ciento, jamás se le hubiera considerado obra de un racista, o que en Estados Unidos nunca antes se hubiera oído hablar de Memín.

Memín Pingüín, quizá el personaje de Yolanda Vargas Dulché que más rápido identifica la población, había sido víctima de lo políticamente correcto, esto es, el uso de un lenguaje, actitud y deferencia ante las minorías étnicas. Lo PC (de aquí en adelante) ha buscado, desde su expansión a mediados de los ochenta,
la eliminación de expresiones que considera "racistas", "homofóbicas" y "prejuiciadas" que pudieran afectar, afirma, el pleno desarrollo del individuo.

Así pues, palabras y términos que nadie había objetado ahora resulta que son ofensivos. Por supuesto que adjetivos como "nigger" eran altamente peyorativos y la lengua inglesa nunca echará de menos su erradicación del mismo modo en que "inválido" en español era realmente discriminatorio hacia aquellos que no podían caminar. Pero la situación ya alcanza extremos absurdos. No puede hoy decirse que Memín Pingüín es "negro", ahora es "afroamericano", ni tampoco decirle "indio" a alguien puesto que se trata de "nativo americano", ni tampoco llamar "sirvientas" a quienes en realidad son "empleadas domésticas" ni mucho menos hay que referirse como "prostitutas" a quienes se ha rebautizado como "sexoservidoras".

Lo paradójico de los PC es que, al promover este tipo de vocabulario se cae en estereotipos o, de plano, sugieren términos inexactos: si decimos que alguien es afroamericano se le ubica directamente como de piel oscura y rasgos negroides. Sin embargo también serían afroamericanos todos aquellos nacidos en el norte de Africa, la mayoría árabes, o los blancos originarios de Sudáfrica que vinieran a radicar a este continente. Así, la actriz Charlize Theron, ganadora del Oscar, en realidad es "afroamericana" pese a ser blanca, pues nació en Sudáfrica y hoy vive en Estados Unidos.

Algo similar sucede con "nativo americanos", término que los PC utilizan para erradicar el anterior de "indios". Sólo que etimológicamente nato significa
nacido de modo que todos quienes nacimos en América ostentamos esa condición sin importar nuestro origen étnico. El de "sexoservidora" es aún más errado ya que ese término refiere una actividad sexual, no necesariamente por dinero.

Sin embargo, y como escribiera en el ensayista Enrique Krauze en Reforma, en México la palabra negro nunca ha sido ofensiva, antes bien, es cariñosa: es frecuente que los matrimonios se llamen "mi negro" y "mi negra" y que a quien tenga la piel oscura le llamemos "negro" sin que el aludido se ofenda. ¿Qué pasará en México cuando los activistas PC adquieran más poder y quieran cambiarle el nombre a aquella famosa cumbia llamándola "Afroamericano José", ponerle "La Afroamericanita Cucurumbé" o el "Afroamericanito Sandía" a dos famosas composiciones de Cri Cri o referirnos en adelante a la fallecida cantante Toña la Negra como "Antonia la Afroamericana"?

Se pensaría que son ejemplos radicales. Sin embargo los PC han llegado a extremos francamente ridículos: han exigido a las directivas de los equipos de beisbol Indios de Cleveland, Bravos de Atlanta y de futbol Pieles Rojas de Washington para que cambien sus nombres por considerarlos "denigrantes" de las minorías, obviamente, nativoamericanas. Lo irónico es que los descendientes de aquellas tribus no concuerdan con las intenciones de los activistas PC, por lo general gente de clase media y blanca (tono de piel, por cierto, que no ha sido criticado por los PC). Uno de ellos, pariente en línea directa con Tecumseh, afirmó: "Nos enorgullece que se honre nuestra memoria con equipos que luchan deportivamente. Fuimos guerreros y si estos equipos llevan nombres como Pieles Rojas se nos recuerda con honor".

De cualquier manera los PC han conseguido que las principales universidades públicas eliminen los nombres de sus equipos deportivos que se refieran a
una tribu, ejem, comunidad nativoamericana; nombres como Chirikawa, Apaches, Sioux, Mescaleros, Kikapoos o Seminoles han sido sustuidos por otros más anodinos y que nada comunican a sus seguidores.

Cualquiera podría decir, en broma --aunque los PC se caracterizan por su nulo sentido del humor-- si pronto se exigirá al equipo Delfines de Miami que cambie su nombre pues el actual ofendería a esos pobres peces que abundan en el sur de la Florida, o que se quite el nombre Marineros de Seattle para suplirlo por
"Protonavegantes", que los 49's de San Francisco cambien su denominación pues se burlan de quienes no pueden leer números, o que a los Piratas de Pittsburgh se les obligue a llamarse en el futuro los "Fuera de la Ley" para no ofender a quienes se dedican a tal actividad.

                 El pasado, censurado por nuestro presente

De hecho otras bromas previas en torno a los PC se convirtieron en pavorosa realidad. Hace algunos años el ensayista Germán Dehesa se preguntaba si los PC objetarían los cuentos de los hermanos Grimm donde, por ejemplo, se diga que la Cenicienta es una apología de las clases dominantes, que Geppetto sea llevado a una corte por haber cortado un árbol para crear a Pinocho con lo cual afectó a la ecología, o que "Príncipe Azul" expusiera un prejuicio hacia quienes
no pertenecemos a la realeza. Pues bien, los PC amenazaron con "tomar medidas legales" contra los estudios Warner pues el muñequito Porky, según ellos, fomenta la burla de los niños hacia sus compañeros regordetes o de quienes sufren tartamudeo.

De hecho la mayoría de los personajes de Warner han sido blanco de los PC. De Speedy Gonzales porque denigra al mexicano, Pepe Le Pew porque hace lo mismo con los franceses, y de Bugs Bunny porque (y aquí recomendamos al lector que, si usa anteojos, los limpie antes de seguir leyendo) "fomenta el
individualismo y el egoísmo". Obviamente también han exigido a Warner que suprima todas las escenas de sus caricaturas donde Bugs o cualquier otro personaje se ponga ropas del sexo opuesto (ridiculiza, dicen, a la comunidad homosexual), donde tras una explosión los rostros quedan negros (se ofende a la comunidad negr, perdón, afroamericana) o donde Elmer Gruñón le propine
palizas a cualquier animal. Así pues y como pudiera uno imaginarse, las caricaturas de la Warner que hoy aparecen en la TV norteamericana abierta son, tras estos tijeretazos, un cúmulo de imágenes aburridas pues las escenas editadas siempre fueron las más divertidas.

Pero quizá una de las aberraciones más constantes de los activistas PC es querer adecuar el pasado a lo que ellos consideran políticamente correcto. Así, los PC y algunas escuelas han retirado libros escritos por Mark Twain como Huckleberry Finn y Tom Sawyer por considerarlos "racistas" ya que el autor utiliza términos como "nigger" que ofenden a quien los lea. ¿Acaso los PC, que presumen de inteligentes, jamás han caído en la cuenta que Twain sólo reflejaba una palabra común en el sur de Estados Unidos a fines del siglo XIX y que en aquél entonces no ostentaba las connotaciones racistas que se le endilgan hoy?

¿Cuáles serían las consecuencias actuales si en los 40 los PC hubieran boicoteado películas que estereotiparan a los alemanes como nazis y a los japoneses como fanáticos imperiales?


Naturalmente que resulta una estupidez monumental juzgar con la óptica del presente los hechos del pasado, pero es así como suelen obrar los activistas
PC. Como si fueran parte del Ministerio de la Verdad de la novela 1984 de Orwell, los PC se sienten con derecho a cambiar el pasado por así convenirle al
presente. Han llegado al extremo de "editar" viejas fotografías donde personajes que aparecían con un cigarro en la boca ahora se vean sin éste en la mano
y, peor aún, hasta han eliminado el humo. Por ejemplo, en las nuevas ediciones de la portada del disco Abbey Road de los Beatles la mano derecha de McCartney ya no presenta un cigarro entre sus dedos; éste fue borrado
mediante el Photoshop. 

Los PC también han objetado cintas como Casablanca pues al protagonista Humprey Bogart se le ve fumando durante una cuarta parte de la cinta. Aparentemente nadie ha recordado a los PC que hasta mediados de los
setenta se comprobó una relación directa entre el tabaco y el enfisema pulmonar, y que hasta entonces el fumar era considerada una actividad que no podría producir más daño que el mascar chicle. Incluso los días de fiesta han sido blanco de los PC. Desde hace un decenio, los PC han exigido que se diga "happy holidays" (felices vacaciones) en vez de "Merry Christmas" pues ¿qué tal si alguien que no realiza esa festividad llega a sentirse ofendido por tan buenos deseos?

Pero, naturalmente, hay bemoles. No necesariamente toda referencia o adjetivización es objetada por los PC. Depende, claro, del espectro político del que provenga.

En los días posteriores a la llegada del huracán Katrina a Nueva Orleáns, los medios de comunicación escribieron cientos de veces que el fenómeno había perjudicado principalmente "a la población negra más pobre" sin que por un momento nadie haya protestado y exigido que se les llamara "afroamericanos", todo esto, para colmo, por una prensa que diariamente tachó de "racista" al gobierno norteamericano. ¿Cómo entender aquí quiénes eran realmente los racistas si los camarógrafos que preferían filmar a personas de color que saqueaban los comercios y los reporteros invariablemente entrevistaban a sólo a los "afroamericanos"?

Los ejemplos abundan, pero veamos sólo algunos:

Hace un par de años el cantante Harry Belafonte afirmó que Condoleeza Rice era "una negra servil a sus amos" sin que por un momento los activistas PC lo censuraran por su comentario claramente racista. ¿Qué habría pasado si, por ejemplo, alguien dijera que Jesse Jackson es un "servil" porque ha pedido que se apoye a candidatos demócratas blancos?

El beisbolista Manny Mota dijo a la prensa que los jugadores de color soportaban mejor el calor "pues provienen de regiones donde el sol pega con más fuerza, y ello los hace superiores a sus contrapartes blancos". Si este comentario no era racista, entonces realmente Michael Jackson padece vitiligo. Sin embargo nadie criticó a Mota y tranquilamente continúa dentro de las Ligas Mayores. 

¿Qué habría pasado si un mánager blanco afirmara que los jugadores anglosajones juegan mejor en el norte porque genéticamente están predispuestos para resistir un clima frío?

El infaltable Michael Moore llamó "estúpidos hombres blancos" a uno de sus libros y los activistas PC, en vez de criticarlo por referirse despectivamente así a un grupo étnico, le aplaudieron. ¿Qué habría pasado si alguien, blanco como Moore, escribiera un libro cuyo título fuera "estúpidos hombres negros"? No lo habrían bajado de simpatizante del Ku Klux Klan.

Asimismo, los intérpretes de rap parecen no existir para los activistas PC. Raperos como Ice Cube, 50 Cent y Snoppy Dogg rutinariamente llaman "bitches" (perras) a las mujeres en sus letras sin que a las feministas PC se alteren siquiera un cabello. El intérprete blanco de rap Eminem también ha criticado con furia a la comunidad gay pero en vez de desatar la furia PC incluso hasta cantó a dúo con Elton John, cantante y activista gay. ¿Y por qué semejante deferencia? Sencillo: Eminem ha llamado "estúpido" y "retrasado mental" a George W. Bush sin que, claro, ningún activista PC se levante indignado y nos diga que en vez de utilizar esa palabra despectiva debe llamársele "deficiente neuronal".

Un catedrático exigió al cantante Bob Dylan que volviera a grabar su legendario tema "Blowin' in the wind" porque, decía, "su letra era sexista y discriminatoria". Así pues este personaje --quien sin duda tiene una inteligencia rayana en el bajo cero, si empleamos le jerigonza PC-- exigió que Dylan eliminara la estrofa que dice how many roads must a man walk down/before you can call him a man ("¿cuántos caminos debe recorrer un hombre/antes que le puedas llamar así?") y sustituyera la palabra "man" por "individual" para no ofender a las feministas que llegaran a escuchar la canción. 

Como cereza del pastel, los PC han solicitado a los historiadores que cuando se refieran a todo acotecimiento históricos sustituyan el sustantivo "hombre" y lo sustituyan por "individuo". Así, lo correcto, según ellos, es "el primer individuo en la luna", Lindbergh fue el "primer individuo en cruzar el Atlántico" y hasta han pedido que títulos de libros como, el de Alejandro Dumas, lleven el nada literario título de "El individuo de la máscara de hierro".

A raíz de los atentados del 11 de septiembre, los activistas PC de la comunidad musulmana han impedido siquiera una insinuación fílmica que "estereotipe" a los árabes como fanáticos terroristas. Uno se pregunta si semejante mentalidad PC hubiera imperado en los años 40 y se evitara que Hollywood filmara películas que "esterotiparan" a los alemanes como nazis y a los japoneses como fieros soldados imperiales. ¿Cuánto de esto no habría repercutido en el ánimo de las tropas aliadas para combatir al enemigo?

La conclusión más inmediata es que lo PC, lejos de evitar que a las minorías raciales se les endilguen adjetivos despectivos, en realidad busca instituir una censura mediante la manipulación de las palabras, permitiendo sólo aquellas que se refieran a quien consideren enemigos de sus postulados, algo no muy lejano al neohabla del que George Orwell escribió en su novela 1984. Paulatinamente las sociedades más avanzadas del planeta --porque lo PC no es exclusivo de Estados Unidos; de hecho es un egendro nacido en Europa-- empiezan a ver reducida su libertad de expresión. ¿Será este el siglo en que las luces de esta civilización comiencen a apagarse víctimas de sus propios complejos interiores enarbolados por los activistas políticamente correctos?

 

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(fasenlinea julio, 2005)

 

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