Actualizado
el sábado, 02 de agosto de 2003 19:16:56 -0500
Huancabamba
quiere decir ¡alerta máxima!
En
el valle de Huancabamba, la población quiere
enfrentarse contra una posible explotación minera por
parte del consorcio Newmont. Sus razones se basan en la
contaminación que ya existe en el Río Blanco, cerca
del Ecuador, y en Canchaque, del otro lado de la
Cordillera de los Andes, donde los relaves acabaron con
la producción de frutales. Al medio, las lagunas ‘mágicas’
de las Huarinjas y la devoción a la Virgen del Carmen.
Un
informe exclusivo de la red factortierra
En
Huancabamba, el bien y el mal bailan juntos delante de
una dama celestial flanqueada por una copa de árbol de
naranjilla, al que en Canchaque, uno de los pueblos de
la jurisdicción, se le agregan unas guirnaldas.
Esta misión ha sido
auspiciada en parte por |
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Es
la danza de los “diablicos”: ocho sujetos hacen una
ronda junto al jefe del Averno, quien zalameramente se
enfrenta a un ángel, un niño que sostiene un cuchillo
manchado de la sangre del demonio, en su afán de hacer
daño a la señora del árbol de naranjilla, que no es
otra que la Virgen del Carmen, patrona de Huancabamba.
La
imagen de una coalición diabólica tan compacta
contrastada con una fuerza benigna reducida a su mínima
expresión está a punto de convertirse en un lugar común.
Campesinos y algunos ciudadanos locales que han
comenzado a desarrollar campañas en contra de la
inversión minera en el valle de Huancabamba son apenas
un grano de arena frente al consorcio Newmont, su
antagonista en una nueva lucha desigual con el único afán
de defender la vida.
El
valle de Huancabamba es una hendidura interandina,
flanqueada por los ramales occidental y oriental de la
Cordillera de los Andes, que luego de elevarse hasta
casi seis mil metros de alturas volcánicas en el
Ecuador, desciende en este punto con un techo de cuatro
mil metros durante unos 300 km al sur, donde vuelve a
rozar los seis mil.
Esta
‘depresión’ es casi estratégica. Exactamente al
oeste, la corriente del Pacífico o de Humboldt, que
proporciona agua fría viajando desde la Antártica, se
encuentra con una corriente de aguas cálidas, que los
lugareños la llaman El Niño (sitio
web). Sabemos muy bien cuáles son los efectos,
acrecentados por la poca altura de los Andes que permite
el trasvase de nubes de la Amazonia hacia la cuenca del
Pacífico, debido a que los vientos alisios, que corren
de este a oeste no encuentran mayor resistencia.
En
el ámbito mundial, Huancabamba tiene una connotación mágica
pues aún siguen llegando visitantes de varias partes
esperando una cura milagrosa a males objetivos y no tan
objetivos. Incluso la actriz hollywoodiense Shirley
McLaine le ha dedicado algunos artículos en su sitio en
la red a los chamanes que están dispersos en la
zona.
En
lo alto de la montaña llamada Chinguelas (unos 3.800
metros de altura) se ubican las lagunas llamadas
Huarinjas, cuya posible traducción puede ser “Baño
del Inca”. Se trata de una veintena de espejos de agua
a los que se atribuyen poderes mágicos. Curanderos y
pobladores dicen que las más ‘poderosas’ son la
Shimbe y la Negra.
¿Cuál
es la razón para que desde generaciones atrás se
atribuya tanto poder a estas lagunas? La gente sólo
habla de “su gran poder”, pero la que la ciencia sí
puede asegurar es que la fuente de vida de dos valles:
la Shimbe para el Huancabamba, y la Negra para el
Quiroz.
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La zona de Chinguela y Sapalache vista desde
la zona de Ñangalí (Laumache para Newmont). |
“¡Vieja
terca!”
Partiendo
de Huancabamba, a 45 minutos, camino hacia las Huarinjas
se encuentra el caserío de Ñangalí, donde existe una
explanada desde el que se puede apreciar todo el valle
de Huancabamba: el macizo donde están las lagunas hacia
el norte, las paredes del valle a los costados, y el río
cuesta abajo hacia el sur.
Ramiro
Ibáñez, dirigente del Comité de Defensa de los
Intereses de Huancabamba, ha recibido noticia de los
lugareños de que la explanada podría estar siendo
utilizada como helipuerto por personal de Normandy Ltd.
El
5 de mayo de 2002, la empresa minera australiana recibió
del Gobierno peruano una extensión de seis mil 200 hectáreas
en la zona para explorar primero, y explotar
posteriormente yacimientos de oro y plata. Las
actividades comenzaron casi de inmediato y la noticia
tomó por sorpresa a los lugareños.
Por
alguna extraña razón, hace un par de años, uno de los
viejos del lugar, antes de morir, hizo prometer a su
hija que no debía vender su terreno a los mineros.
Sin
embargo, la minera ingresó al terreno y comenzó a
perforar. Ante lo inevitable, la campesina, de unos 70 años
de edad, pidió que al menos dejaran el campo tal como
lo encontraron, cosa que no sucedió. Ante los lógicos
reclamos, los ‘ingenieros’ de Normandy le ofrecieron
comprar el terreno, pero ella se opuso tenazmente.
Algunos
comuneros ya han firmado por Normandy, y los lugareños
que aún conservan tradiciones incas como la organización
basada en el ayllu, consideran como traidores a
quienes están recibiendo dinero de estos sujetos, lo
que ha causado más de una confrontación interna, por
una simple cuestión de ética.
“Yo
no quiero porque es contaminación. Mis vecinos ya
vendieron, pero a mi no me ofrecieron dinero porque me
opuse”, manifiesta.
Las
tierras de la campesina se ubican en el cerro justo
encima del pueblo, ¿pero qué hacían en Ñangalí los
mineros? Pues resulta que según las coordenadas del
catastro minero, allí iniciarán sus operaciones; sin
embargo, es sabido que Normandy posee concesiones en un
área que ellos identificaron como Laumache (noticia).
¡Sorpresa!
Laumache está más al sur y a solo 30 minutos de la
ciudad de Huancabamba. ¿Qué pasó aquí? No es la
primera vez que las empresas mineras encubren o cambian
adrede los nombres reales de los lugares donde efectuarán
sus operaciones, precisamente, para despistar a los
curiosos.
La
oposición de la señora se ha convertido en una suerte
de maldición para su familia, pues cuando uno de sus
sobrinos fue a pedir trabajo a la minera, un sujeto que
ellos identifican como el “ingeniero” Zenobio
Navarro le salió al frente y le negó el puesto porque
su tía era “una vieja terca”.
No
contento con esto, no perdió la oportunidad de agraviar
a la anciana directamente, repitiendo el insulto y
generando la indignación de la comunidad.
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La escultura de la Samaritana, la catedral y
el cerro Güitiligún, en la ciudad de
Huancabamba. |
Debilidades,
puyazos y fortalezas
Ramiro
Ibáñez sostiene que el Comité de Defensa de los
Intereses de Huancabamba carece de tres cosas: recursos
para sostenerse, propuestas para enfrentar a la minera,
y la suficiente información para poderse defender.
La
ciudad de Huancabamba (comentario),
y mucho más el campo, no tiene información, sino
desinformación propiciada por Dúber Mauriola, un
presentador de radio que todas las tardes a las 13:00
emite su programa por la radio Voz de las Huarinjas,
realizando campaña pro-minera y denigrando a sus
opositores, el Comité de Defensa, principalmente.
Radio
Voz de las Huarinjas es una emisora ilegal
constituida en 1997, que emite a través de la onda
corta, por lo que sus emisiones no sólo se escuchan en
el valle de Huancabamba, sino que cualquier lugar del
mundo donde se pueda tener un receptor con esta banda.
Sus reportes de sintonía llegan de Estados Unidos,
Alemania y hasta Japón.
Ibáñez
sugiere que el espacio de Mauriola puede estar
financiado por Newmont (Normandy), si no, ¿cómo
despotricaría de sus paisanos tan holgadamente?
Los
huancabambinos que no se han prestado al juego prefieren
sintonizar radio Campesina, una emisora estatal,
donde la Asociación de Jóvenes Ecologistas (AJECOH)
ofrece una aún tímida contra respuesta.
Audilio
García, coordinador de la organización, dice que no
pueden ir a esta guerra informativa en igualdad de
condiciones porque no tiene mucha información con la
que puedan sostenerse adecuadamente: “Nos faltan
recursos para poder investigar”. El programa de radio
de AJECOH sobrevive con algunos auspicios que han
conseguido pero que ya mismo se acaban. La estación de
radio les cobra unos US$ 65 al mes para difundir su
espacio al aire.
Los
jóvenes apenas si afrontan sus gastos mediante la venta
de artesanía textil y maderera que, dicen ellos, tuvo
buena aceptación la reciente feria por la fiesta de la
Virgen del Carmen: curiosos porta joyeros en forma de
armadillo, hechos en madera, hubieran ido a sus manos
por la bicoca de US$ 7. También hubiera podido comprar
ponchos de lana por casi US$ 10.
“Es
sólo una muestra de lo que artesanos huancabambinos
pueden hacer”, observa el Ing. Víctor Hugo
Colmenares, asesor de los jóvenes, sin ocultar su
orgullo... algo que los huancabambinos tienen de sobra.
Esta
semana AJECOH, la red factortierra y algunos
ciudadanos interesados en el tema nos reunimos para
conocer más a fondo el tema. Tienen siete meses de
creada, y proyectados al 2010, sus integrantes se
visualizan ganándose la vida mediante la explotación
racional de los recursos naturales sin dañar el medio
ambiente.
“Hemos
iniciado campañas de limpieza para que la ciudadanía
participe y entiendan el rol que deben tomar”, cuenta
Audilio García. La organización ha elaborado un
proyecto para que controladores biológicos acaben con
la contaminación del río Huancabamba, debido a que los
desagües de la ciudad desembocan allí. Están tratando
de emular una experiencia que está aplicándose en
Loja, Ecuador. Lo que no tienen es quién financie su
experiencia.
Las
iniciativas de AJECOH, la plataforma del Comité de
Defensa y el respaldo del alcalde provincial Valentín
Quevedo Peralta pueden combinarse de tal forma que se
diversifiquen los frentes alternativos contra la minería,
por eso, tras la reunión auspiciada por la red factortierra,
han decidido aliarse para enfrentar a dos enemigos
comunes: Newmont (Normandy/Terrace Gold - noticia)
y el desempleo.
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La contaminación cerca de Canchaque tal como
está por estos días, y la fuente cerro arriba
como lucía cuando hicimos la pre-producción
del entonces FactorTierra. Ninguna variación,
pero sí un alarmante avance. |
Polvo
virgen
Justo
a la mitad del mes de julio, Huancabamba celebra la
fiesta de su patrona, la Virgen del Carmen, una de las
pocas celebraciones católicas donde la música
predominante es muy alegre y contagiosa, al punto que más
de un feligrés baila entre la multitud mientras acompaña
a la imagen.
La
plaza de armas de Huancabamba se llena de vendedores de
todo tipo en una fiesta de música, alcohol y los
mejores fuegos artificiales. Cuando la celebración
acaba en Huancabamba, quienes aún no tuvieron
suficiente pueden moverse con todo hasta Canchaque, un
pueblo ubicado en la falda oeste de la Cordillera
Occidental de los Andes.
La
celebración a la Virgen del Carmen se desarrolla a
finales de julio, sin la multitud de Huancabamba, pero
con la misma imaginería que permite apreciar la
costumbre con mucho mayor detenimiento. Muchos turistas
y naturales de Canchaque que viven en lugares distantes
se reúnen para organizar la procesión.
La
multitud de “diablicos” y el niño-ángel (que en
realidad son dos, por si uno se canse) bailan delante de
la imagen, mientras que detrás de ella, va otra banda
de músicos que tocan la “Salve” a pedido de los
feligreses a cambio del equivalente a un dólar y medio
o tres dólares, lo que en algunos casos hace que la
imagen permanezca en una cuadra por cerca de tres
cuartos de hora, debido a que cada casa desea que se le
imparta esta suerte de bendición musical.
Para
completar el cuadro, más de un ferviente devoto católico
hace aún más larga la espera realizando una pequeña
ceremonia en la fachada de su casa, globos marrones y
cremas y confeti incluidos. Luego de casi seis horas de
procesión, muchas de las “Salves” han sido pedidas
para curar enfermedades.
La
salubridad en Canchaque ha decaído en la última década,
pues los casos de enfermedades estomacales,
respiratorias y hasta cánceres se han incrementado, a
juzgar por las causas que la gente da para pedir
protección celestial. No existen estudios que
establezcan por qué estos casos han aumentado durante
estos años.
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La causante del desbarajuste en Canchaque, la
mina Turmalina. En el círculo amarillo
destacamos la costra de relave que aún existe y
que cada vez que llueve emite un polvo negro de
naturaleza no determinada. La foto data de junio
de 2000. Tampoco hay cambios. |
Precisamente
hace poco más de una década, la población de
Canchaque debió enfrentarse a pequeños inversionistas
mineros y expulsarlos, luego que estos comenzaran a
extraer cobre de la mina Turmalina, ubicada en el cerro
Huando, y eliminaran los relaves hacia el cauce del río
Pusmalca, de cuyas aguas se abastece Canchaque (noticia).
La
producción de naranjas y paltas desapareció, aunque
Canchaque aún produce uno de los cafés más sabrosos
que se haya podido probar. Aunque no hay actividad
minera en la zona, los residuos –tal como venimos
informando desde octubre de 2000—aún se pueden ver al
costado de la carretera, y descendiendo en forma de
polvo negro a lo largo de las vertientes que van a dar
al pueblo allá abajo.
Uno
de los atractivos de Canchaque es una piscina natural
excavada en una roca, justo en uno de los afluentes del
Pusmalca. A veces la fuerza del agua acarrea cantos
rodados y lodo que obstruyen el curso del agua y llenan
las pozas, conocidas como “peroles”. Esto implica
que necesariamente debe hacerse una limpieza.
A
pesar de la afluencia de turistas, el alcalde Miguel
Lizana simplemente no ha ordenado realizar la limpieza,
permitiendo que los visitantes se lleven la peor imagen
de este atractivo. Lizana se ha ganado la desaprobación
del pueblo, debido a su nula capacidad de diálogo y
prepotencia; sin embargo, su negligencia ha revelado
algo mucho más preocupante.
Residuos
del mismo polvo negro que se observan en el cerro, cerca
de Turmalina, tapizan los cantos rodados en los
“peroles” y son acarreados por el agua quebrada
abajo hacia el pueblo, que ahora la toma directamente y
la utiliza para sus múltiples actividades. Hasta que
especialistas independientes no realicen estudios de
este polvo, nunca seremos conscientes del riesgo que
corre Canchaque, o quizá la cuenca del río Piura...
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La Virgen del Carmen, patrona de Huancabamba. |
La
trampa y la esperanza
El
29 de junio pasado, factortierra publicó una
investigación que establecía que Newmont, el consorcio
minero estadounidense se había hecho con las
concesiones en las nacientes de los ríos Quiroz y
Huancabamba, luego que en noviembre del año pasado
comprara a Normandy (que poseía a Ñangalí/Laumache),
y adquiriera el 70 por ciento de la concesión (en la
zona de Chinguela) (noticia).
Newmont
no es una minera de confiar. Hace tres años, se
involucró en un caso de intoxicación de casi un millar
de personas en los poblados de Choropampa, Magdalena y
Santa Cruz, con mercurio orgánico que era transportado
desde la mina Yanacocha (Cajamarca) hasta Lima.
La
mina es operada en conjunto por Buenaventura y Newmont
(el Banco Mundial tiene una participación inferior al
cinco por ciento), las que obligaron a la población a
firmar acuerdos de indemnización a cambio de que
liberarlos de cualquier daño subsiguiente a la salud de
la gente. A cambio de dos mil dólares americanos, mucha
gente no podrá reclamarle al consorcio nada si llegaran
a morir, debido a la presencia de mercurio en su sangre
(reportaje).
El
caso ha sido largamente documentado, incluso en video,
como Choropampa – The price of Gold (sitio
web), que ha sido vetado en la televisión nacional
pero premiado en varios foros a nivel internacional. Los
productores aseguran que hasta la fecha el problema no
ha sido resuelto, pero la población está dividida por
lo que la posibilidad de que defiendan sus derechos es
cada vez más lejana .
Ñangalí,
Piura, es la mejor muestra de que la historia está
repitiéndose, utilizando la misma estrategia de división
con la finalidad de que la gente en el futuro no tenga
fuerza para poder reclamar los abusos que ya está
cometiendo en esta zona.
La
misma estrategia está siendo utilizada en la zona del
Quiroz que ya corresponde a la provincia de Ayabaca,
donde está operando ¡Buenaventura, la socia de Newmont
en Yanacocha!, sólo que esa comunidad lo ha denunciado
a tiempo en el mismo Gobierno Regional en la ciudad de
Piura, en mayo pasado.
Para
el consorcio Buenaventura/Newmont, lograr la división
de las comunidades en las nacientes de los ríos Quiroz
y Huancabamba les aseguraría impunidad cuando las
operaciones mineras en Ñangalí/Laumache comiencen en
unos dos años.
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La realidad de las concesiones mineras, vista
en perspectiva (reportaje). |
Como
factortierra estableció el 8 de diciembre de
2001, basándose en estudios anteriores, la zona es
estratégica porque posee las fuentes hídricas que
abastecen ríos, manantiales y acuíferos de todo el
departamento de Piura, y especialmente el Quiroz, el
Huancabamba y el Piura, donde vive un estimado de 1,4
millones de personas, principalmente en núcleos urbanos
importantes como Piura, Sullana, Chulucanas y
Tambogrande (reportaje).
Si
las comunidades locales se empoderaran y se opusieran
tenazmente (y creativamente) al proyecto salvarán todas
esas vidas y el ecosistema que las rodea, pero muchos aún
no son conscientes de ello, a juzgar por la cara de
sorpresa que pusieron cuando se lo explicamos luego de
una reunión inopinada organizada por la Asociación de
Jóvenes Ecologistas de Huancabamba (AJECOH), el Comité
de Defensa de los Intereses local y la red factortierra.
Sin
embargo, la gente sí está consciente de que podría
perderlo todo debido a la contaminación, y pruebas no
le faltan. En Río Blanco, cerca de la frontera con el
Ecuador e inmediatamente al este de Chiguelas, la minera
Majás está extrayendo oro también. Uno de los
integrantes de AJECOH aseguró a factortierra que
los relaves de la actividad están siendo eliminados a
la quebrada que hay en las inmediaciones, generando
contaminación.
El
joven sostiene que posee una prueba en video, pero que
no pudieron seguir más adelante porque un helicóptero
comenzó a sobrevolarlos amenazadoramente. Este es el
medio cómo Majás obtiene suministros desde una base
cercana en San Ignacio, Cajamarca, al este.
Ñangalí
es un pueblo muy católico, pues veneran a la Virgen del
Carmen pero también al Señor Cautivo de Ayabaca.
Siguiendo las enseñanzas de la doctrina católica,
saben que deben mantenerse unidos ahora más que nunca,
pero pueden flaquear si se siguen sintiendo solos y
desinformados. Si
bien ya están aliados con Tambogrande, su caso no se
conoce aún a escala nacional e internacional: callar
equivale a ser un cómplice de Newmont.
Liliana
Alzamora en Tambogrande, Ofelia Espinoza en Sullana,
Sandra Guerrero en Canchaque, Irina Mauricio en Piura y
Nelson Peñaherrera en Huancabamba.
©
2003 factortierra, una división NPC.
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