LA
NADA COTIDIANA (1995)
Considerada
como una de las voces más importantes de la Cuba de los últimos
años, Zoé Valdés, publicó La nada cotidiana
originalmente en francés. Quién sabe cuánto de
la melodía autobiográfica trasluce en esta novela. Valdés
nace y crece en la revolución y ahora exiliada en vestido diplomático
se encuentra aparejando versos en París. La precisión
de su lenguaje, hace que en el personaje principal, Patria, fulguren
las complejidades no ya de su insularismo, sino de la necesidad del
destierro de la melancolía. A varios destiempos La nada cotidiana
sugiere una revisión de las lecciones de Sartre, tal vez de Sábato,
y es una condensada fiesta ontológica aderezada con salsa, azuquita,
y tambores. La Nada panfletista agoniza en los párrafos
de esta novela, y en las pausas reflexivas de lo que nos define todos
los días, propone las señas de cómo podría
inventarse el futuro.