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LA VALIJA
DE LOS AMORES PERDIDOS
Zoé
Valdés cuenta cómo nació la ardiente historia de
"Querido primer novio", recién editada por planeta.
Querido
primer novio:
Esta será mi última carta. Después de haber finalizado
la novela -cuyo título es, precisamente, el de Querido primer
novio- he quedado extenuada, deshecha, siempre en espera de tus respuestas,
las que jamás llegan, las que presiento nunca recibiré.
íHe soñado tanto con tu presencia, cuánto he rogado
pidiendo que respondas a mis súplicas! íVuelve, aparece!
Nada, el silencio como sigilo.
Escribí esta novela peligrosamente; en el recuerdo de cuando estuvimos
enamorados. A punto de morirme de memoria de amor. Y yo que me burlaba
de todas esas frases, jamás creí que se pudiera desfallecer
a causa de una pena amorosa.
Me disculpo con quienes la han padecido. A veces he sentido una sensación
tan profunda en todo el cuerpo, como si de pronto me hiciera muy sabia.
Pero otras veces, en ciertos instantes, es un cosquilleo dulce pero impertinente
que ha avivado deseos de tomar un cuchillo y enterrarlo allí donde
más corroe, encima de mi seno izquierdo, imitando a las protagonistas
del cine mudo.o quería escribir una novela sobre nosotros y mientras
el texto tomaba cuerpo, fui hilvanando una historia paralela que muy poco
tenía que ver con ambos.
Tú y yo no nos casamos tan jóvenes como Danae y Andrés;
tú y yo nunca nos casamos. Te conocí con trece años,
tú tenías catorce, duramos cuatro.
Hoy perdono que me hayas engañado; me abandonaste por aquella chica
sólida, risueña, una especie de líder de la alegría.
Yo tenía tendencia a la tristeza, los estados melancólicos
siempre han sido mis mejores momentos creativos. Te casaste con ella y
tuviste un hijo. Eso fue a los diecinueve años.o me dediqué
a olvidarte, a acomodar hombres en mi cama para conseguir borrar tu imagen.
Fue una especie de cura, que aún no estoy segura haya dado resultado.
Ningún primer amor se olvida, por suerte. Ni ningún gran
amor se disuelve en la piel de suplentes.
Después yo también me casé apasionada. Fíjate
que he puesto "apasionada", algo no demasiado bueno. Con este
primer matrimonio no tuve hijos; ni con el segundo, de quien quedé
viuda. Del tercero nació mi hija, vida.
Creo que tú ya andas por el segundo matrimonio y el segundo hijo,
y hasta me han dicho que apuras trámites de divorcio. Todo eso
quise escribir en Querido primer novio, el camino recorrido entre
tú, yo, esta carta; pero no sé cómo vine a dar con
ese trío de Dánae, Tierra Fortuna Munda y Andrés.
En todo caso, ansiaba narrar una honda historia de amor extraña,
anhelaba que la aventura se desarrollara en un sitio solitario; describiría
los campos cubanos, sobre todo la zona de Pinar del Río, el Valle
de Viñales, La Fe, allá donde transcurrieron nuestras escuelas
al campo. Experiencias de trabajos duros realizados por adolescentes,
una forma más, muy sutil, de pagar los estudios.
Existe una enorme diferencia entre La Habana y el campo, aunque antes
del año 1959 esa diferencia era aún mayor, pues la capital
cubana irradiaba luz y bullía de prosperidad.
Con el advenimiento del castrismo se logró igualar el campo con
la ciudad, pero en lugar de hacerlo en bien de la zona rural fue todo
lo contrario, el balance fue en detrimento de la hermosa capital. La Habana
devino toda oscuridad y oscurantismo. Sin embargo, en la época
en que fuimos adolescentes, seguro recordarás, todavía podíamos
sopesar algunas diferencias.
Creo que esa fue la historia que ganó entre las tres anécdotas
que se cuentan en la novela. Las diferencias entre una niña de
ciudad y una del campo.
En los primeros capítulos, hasta el de "La maleta arborescente",
los sucesos son narrados por elementos urbanos, la música, el tiempo,
la rareza de la ciudad. La maleta es el enlace entre ellos. La maleta
de madera. La madera que un día fue árbol y que ahora vuelve
a sus orígenes convertida en objeto de uso temporal.
Creo que también me animó el hecho de que Dánae se
me presentara como un personaje que muda de un extremo a otro de sus sentimientos,
volubilidad procedente de la separación familiar a muy temprana
edad. Adolescente ha renunciado a sus impulsos iniciales en amor y en
sexo para tomar el camino de los convencionalismos, decide casarse con
su primer novio oficial, quien no fue precisamente su primer amor.
¿Quién fue esa primera y constante relación de Dánae?
No hay sorpresas, fue Tierra Fortuna Munda. Por quien años más
tarde ella dejará a su esposo y a sus hijas para recobrar su verdadera
dimensión humana.
Esta es una novela de amor y de naturaleza. De amor porque la escribí
amando, y porque sus personajes viven el límite del amor, hasta
la herida, el crimen, el juicio, y la desaparición. De naturaleza,
porque son los árboles quienes salvaguardan el amor de las mujeres.
Querido primer novio, vas a perdonarme que queriendo escribir una novela
sobre aquella primera experiencia tuya y mía, me haya desviado
hacia lo más libre de mi imaginación. Queda pendiente...
como el beso que prometiste en uno de los corredores del instituto que
me darías aquel sábado en el cine... El mismo sábado
en que te casaste con ella, y no conmigo.
Siempre en el recuerdo.
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