Bandera de México
CRONOLOGIA DE LA MARCHA  "EL COLOR DE LA TIERRA"

Rinden homenaje a Emiliano Zapata los comandantes del EZLN 

Morelos,  6 de marzo de 2001.-

El movimiento indígena acumula fuerza conforme pasan los días

A su llegada a tierras de los viejos zapatistas, la delegación del EZLN fue recibida por miles de morelenses, que les manifestaron su apoyo con un entusiasmo desbordado a pesar de que el gobierno del estado decretó día de asueto para los empleados estatales.

Este día, la Marcha por la dignidad indígena realizó actos en Cuernavaca y Tepoztlán.

 Cuernavaca, tierra de resistencia y sociedad civil, dio
cálida bienvenida a los zapatistas

Cuernavaca, Mor., 6 de marzo. La jornada de hoy comenzó a mediodía, al salir de La Pilita,  en las inmediaciones de Metepec, estado de México. Después de un breve discurso de despedida y algún corrido a cargo de los comandantes Samuel y Gustavo, la Caravana por la dignidad indígena se internó en los lomeríos del Valle de Toluca, cruzando el parque industrial y el gran mercado que es Santiago Tianquistenco, hacia Huitzilac, con rumbo a Cuernavaca. Es región nahua, y se nota. El tequio sigue vigente, así como la comunidad y la celebración y el resguardo de lo sagrado. 

A pesar de estar cercados de maquiladoras, los poblados aledaños a Santiago han logrado defender la posesión de sus tierras de cultivo y éstas, en espera de la nueva siembra, se tienden en pequeñas joyas -valles suaves entre cerros-, bordeadas de cortinas de árboles que defienden la milpa del viento que a veces sopla veloz de las tierras altas, haciendo sonar el bosque como olas invisibles, según cuentan los comuneros. 

El convoy buscaba la autopista, por una de las puertas escondidas del Valle de México, cruzando extensas zonas producto de la deforestación y en paralelo a la antigua ruta precortesiana de  sanación que conectaba Coatepec, Chalma, Malinalco y San Pedro Atlapulco. 

En Santiago la gente esperaba a los zapatistas al lado de la carretera, gritando algunos, otros sólo mostrando un cartel pintado con plumón en apoyo a la marcha. Varios obreros saludaban desde camionetas de redilas situadas a la salida de las maquiladoras que han alterado el entorno y la vida de Tianquistenco, y que hacen ondear la bandera estadunidense junto a la mexicana en sus terrenos. Los niños afuera de las escuelas gritaban, y los vecinos se asomaban a los quicios o de plano levantaban las manos al paso de los camiones. 

Sahumerio y copal 

Al cruzar por Coatepec, en una curva, un compadrito de la tradición nahua, viejo y rayado el rostro de cientos de arrugas, todo él vestido de blanco y con un sahumerio en las manos, elevaba el humo del copal por el aire fino que anunciaba la montaña, bendiciendo a la caravana y a la delegación,  sonriente y sobrio. 

Después de Ocuilan, el bosque se tragó el convoy en el camino a las Lagunas de Zempoala. Casi no había personas en las dos horas de soledad entre los árboles, pero todos los postes estaban  pintados con cuatro siglas: EZLN. 

El acto en Cuernavaca se retrasó unas tres horas, en parte por la lentitud del avance carretero, y también porque la entrada a la ciudad anunciaba la multitud y el entusiasmo del acto en la Plaza de Armas o Jardín Morelos. Miles de personas esperaban el paso del convoy que se detuvo para rendir homenaje a Emiliano Zapata y depositar una ofrenda floral en el monumento dedicado al caudillo. 

Cuernavaca, cuna de la sociedad civil 

El gran Valle de Cuernavaca es un enclave nahua extendido a varios valles aledaños, pero también es cuna, quizá fortuita -y casi no se conoce el hecho-, de eso que llaman sociedad civil. 

Desde fines de los sesenta, Ivan Illich, uno de los teóricos de la autogestión; Erich Fromm,  icoanalista,  y Sergio Méndez Arceo,  quien fuera  Obispo de la diócesis de Cuernavaca, propiciaron, untos y por separado, un clima de trabajo barrial y de base, de organización vecinal, que durante los setenta y los ochenta dispararon la proliferación de proyectos de desarrollo local, más una gran antidad de documentos de diagnóstico y reflexión regional y global, a partir de uno grupo de ocumentación pioneros en el mundo: el Centro de  Información y Documentación (Cidoc), que en los echos innovó sustancialmente la relación entre los acervos informativos y el público. 

A diferencia de las bibliotecas, que guardan miles de volúmenes en espera de ávidos lectores, centros como el Cidoc buscaron atraerlos mediante la publicación continua y creciente de documentos sobre todo tipo de asuntos sociales, como el manejo de la energía, el agua, los bosques, la autogestión y el desarrollo comunitario, asuntos de género, economía y política, y vincularon su quehacer con proyectos concretos que comenzaron a operar en los enclaves campesinos y en los barrios de la entonces no tan enorme ni super industrial ciudad de Cuernavaca. 

El Cidoc y muchos centros de documentación o trabajo de base que surgieron después, presumieron con razón de una característica fundamental: habían sido creados independientemente de las instituciones, del mercado y los partidos. Eran organismos no gubernamentales (ONG) en sentido estricto y trabajaban con la sociedad civil, término que fue cuajando para distinguir su impulso de los proyectos militantes de organizaciones gremiales o de los partidos políticos. Sin saberlo quizá, surgía un concepto que hoy es central para el movimiento zapatista. 

Esta sociedad civil, impulsada por investigadores independientes y trabajadores de base, concretó algo que prolifera en todo Morelos, pero en especial en Cuernavaca: proyectos de salud, vivienda ecológica, medicina alternativa y holística, trabajo de autogestión barrial, defensoría jurídica, ecuperación de saberes tradicionales y contemporáneos locales, trabajo de mujeres, revitalización de la comunidad, teología comprometida con los pobres y trabajo social en general, surgidos gracias a una sociedad civil organizada e independiente. 

Claro, no toda la sociedad cuernavaquense está inmersa en estos avatares. La ciudad fue alguna vez la que tenía más albercas por persona en el mundo, nuestra primera ciudad globalizada, refugio de modelos y artistas de Hollywood, duques y condesas, enclave de espías y contraespías japonenes, alemanes, británicos y estadunidenses desde la Depresión de los treinta hasta la terminación de la segunda Guerra Mundial. No obstante, tanto barrio autogestionario, tanto proyecto alternativo, le han configurado un perfil como pocos en el prisma de sociedades del México moderno. 

Así, si bien hubo lleno total en el centro de Cuernavaca por la llegada de los delegados zapatistas, esto no fue lo crucial. Lo fue más la calidez de la recepción de una sociedad informada y formada en una historia de lucha alternativa que en voz de una mujer de la sociedad civil hizo el recuento de sectores -indígenas, campesinos, sindicatos de electricistas, maestros, telefonistas, académicos de salud y grupos de estudiantes y ONG- que dieron la bienvenida a un movimiento que sigue cumulando fuerza conforme pasan los días. 
 
 

¡Tierra y libertad!, el fantasma de Zapata 
 

LA REFORMA AL 27 CONSTITUCIONAL QUITÓ EL PAN A INDIGENAS Y CAMPESINOS

Tepoztlán, marzo 6 de 2001.-

En los últimos días, el subcomandante Marcos ha sido el centro de la atención; en los medios se reseña lo que dice y hace, pero también es blanco de las críticas. Aquí en la tierra de Zapata encontró a miles de jóvenes que lo vitoreaban y reclamaban su palabra. 

En respuesta, el subcomandante Marcos habló del personaje: "Marcos no existe, no es, es una sombra, es el marco de una ventana. Si ustedes están viendo que detrás de mí están mis compañeros comandantes, mis jefes, deben ponerse del otro lado, del lado de las comunidades y darse bien cuenta que cuando los vemos a ellos es precisamente al revés, ellos están primero que nosotros." 

Esa ventana, dijo, "queríamos que sirviera para que ustedes se asomaran a lo que somos nosotros, lo que hay detrás mío, y detrás de nuestros  Comandantes: los pueblos indígenas, y toda la situación de injusticia, de pobreza, de miseria". 

Agregó: "también una ventana para que vieran del otro lado las comunidades indígenas, se asomaran y los vieran a ustedes. Para que vieran que la bondad y la maldad no tiene nada que ver con la lengua o con el color de los ojos". 

Ante una multitud que abarrotó el centro de Tepoztlán, Marcos salió al paso de lo que podría ser un nuevo culto a la personalidad, sobre todo de parte de la sociedad civil menos cercana a las luchas indias. "Tanta visión, o tanta angustia o tanta presión sobre lo que es finalmente un pasamontañas vacío", dijo, "es simplemente una mala iluminación que está teniendo nuestra lucha. Pero nosotros queremos pedirles una cosa, también con una adecuada iluminación, un marco de una ventana también se convierte en un espejo. Estoy seguro que si se fijan bien van a alcanzarse a ver ustedes mismos. Y esto es lo que les queremos pedir.

Nosotros somos ustedes, yo soy tú. Eso es lo que queremos que se den cuenta". 

También pidió modificar los libros de texto para "que esta jornada de lucha aparezca con un renglón vacío donde diga esta lucha se logró y triunfó gracias a: una línea, y les vamos a pedir que cada uno de ustedes ponga su nombre y que así enseñen la historia a sus hijos pequeños y a todas las generaciones posteriores". 

Al finalizar su discurso dio el segundo mensaje de los siete que tiene programados antes de entrar a la ciudad de México: "El silencio que somos quienes color de la tierra somos, fue roto. Sobre sus pedazos nos levantamos. No está en juego la posibilidad de volver a ser lo que éramos y no somos. Tampoco el que nos convirtamos. Lo que está en juego es si se reconoce o no el lugar que ya tenemos y en el que somos. Es la posibilidad de ser con todos y no bajo de nosotros. No importa el pequeño nosotros que del gran nosotros somos, importan todos, los que hacen leyes y los que las legitiman, nosotros, quienes hacen la historia y quienes la escriben". 

¡Tierra y libertad!, el fantasma de Zapata 

Horas antes, en la ciudad de Cuernavaca, el comandante Zebedeo habló de la larga lucha de los indígenas y campesinos por la tierra. Cuestionó la reforma al artículo 27. Este, "que garantizaba el derecho a la ampliación, dotación, nuevo centro de población, fue pisoteado en sus derechos porque para los tecnócratas neoliberales era un estorbo e impedía la inflación de sus riquezas. Así es como a los indígenas y campesinos los despojaron del pan en la mano. El engaño más fuerte lo sufrieron los indígenas y los campesinos". 

Ante una multitud en la que destacaba la participación de los jóvenes de la ciudad de la
primavera eterna, Zebedeo cuestionó: "Nos ilusionaron con fuerte mentira." Y agregó que "lo
que trajo esta reforma es la descomposición de los ejidos. El divisionismo, el individualismo.
Y lesionó la unidad y la organización de los indígenas y campesinos. Nosotros, los zapatistas,
nos dimos cuenta de esa mentira, este engaño, y por eso tomamos la decisión de luchar y
enfrentar la muerte, antes de morir de hambre." 

Referencia obligada en esta región fue Emiliano Zapata. El subcomandante Marcos leyó
"una carta" del general en jefe del Ejército Libertador del Sur dirigida a esta concurrencia. 

Habría escrito Zapata: "Disculpen si he estado ausente de nuestro querido estado por algún
tiempo. Las injusticias que vivíamos en Morelos cuando nos alzamos en armas continúan y se
repiten en todo el país. En mi largo viaje por la República hice un alto prolongado en las
montañas del sureste mexicano, y es que ahí conocí a unos hermanos y hermanas indígenas
como nosotros, campesinos como nosotros, y mexicanos como nosotros. Estos hermanos y
hermanas demostraron muchas ganas de luchar por sus derechos, y formaron un ejército al
que pusieron zapatista en honor de su humilde servidor y le dieron por apellido, de liberación
nacional, como signo de su aspiración de que todos los mexicanos tengamos al fin lo que
merecemos, necesitamos y exigimos: la libertad, la democracia y la justicia". 

Fox es como Madero, no entendió a los zapatistas

Marcos continuó la lectura del mensaje del Caudillo del sur: "Estuve viviendo con ellos en
un poblado que se llama Guadalupe Tepeyac en el exilio. Ahí mal viven cientos de hombres,
mujeres, niños y ancianos, indígenas tojolabales. Todos son zapatistas, y están ahí
porque su pueblo está ocupado por las tropas del Ejército federal, cuyo mando es Vicente
Fox. Esta gente del EZLN quiere la paz, y está dispuesta al diálogo. Pero no se puede
dialogar si hay presos, si los pelones federales expulsan a la gente de sus casas, y ocupan
sus pueblos. Si lo que se acuerda no se cumple. A mí me parece que tienen razón y hay que
apoyarlos. Yo veo que este Fox quiere hacer lo mismo que hizo Madero. Que después de la
dictadura quería que todo estuviera igual. O sea, que no cambiara nada. Madero no entendió
que la gente sí había cambiado y no estaba dispuesta a que todo siguiera igual. Al Fox, le
pasa lo mismo." 

En Tepoztlán, "tierra digna y combativa", el subcomandante Marcos alertó de los peligros de
centrar su lucha en una persona. "Ellos, los que están arriba, están esperando a que nos
cansemos de escuchar toda la lista de agravios en todos los lugares donde pasamos. A que
todo se concentre en una persona o en un personaje y no deje oír lo que realmente está en
juego, la voz de los pueblos indios. Por eso agradecemos la paciencia de escucharnos a
todos". 

En este municipio libre, gobernado por el pueblo, los representantes de la comunidad
hicieron un recuento de los agravios y de las luchas que han dado por defender sus tierras y
derechos colectivos. 

Antes de comenzar el mitin, un grupo de mujeres y ancianos encendieron velas y colocaron
collares de flores a los delegados. Después hicieron una ceremonia con sahumerios de
copal y música antigua nahuatl. 

También hablaron varios zapatistas. El comandante Omar defendió la autonomía indígena y
los derechos consagrados en la iniciativa de la Cocopa. Por su parte, el comandante Isaías
señaló que con este viaje los indios rebeldes de Chiapas "vamos a exigir al Congreso que
cumpla con los derechos indígenas, no vamos a pedir perdón, tampoco queremos limosnas,
sino nuestros derechos como mexicanos". 

Por el municipio libre 

Morelos es también territorio en el que la resistencia campesina ha sido continua. La Unión
de Pueblos de Morelos o la comunidad de Xoxocotla han defendido su territorio de la
especulación en la tenencia de la tierra y contra los proyectos de urbanización, como el
areopuerto que a fines de los ochenta puso en movilización a Xoxocotla para frenarlo. 

No obstante, el caso de Tepoztlán es sin duda el más conocido. Pueblo tranquilo que
comenzó a exportar mano de obra a Estados Unidos desde fines de los cuarenta, siempre
fue de oposición, pues en un país alineado con el PRI, así fuera a fuerza, los tepoztecos
presumieron de ser del PARM. 

La migración propició la renta de casas tepoztecas de fin de semana, y luego la venta
encubierta de tierras ejidales y comunales. Esto disparó más compras ilegales y llevó a los
tepoztecos a juicios agrarios pot linderos y restitución de tierras. 

En 1995, el pueblo tepozteco comenzó a resistir contra la construcción de un funicular y luego
un club de golf, en el que estaba involucrada la familia Ocelli. A los tepoztecos les ha
quedado claro que las grandes empresas siguen empeñadas en construir un emporio
turístico en la zona y decidieron radicalizar sus acciones, lo que en 1996 los hizo levantarse
contra las autoridades y declarar Tepoztlán municipio libre, eligiendo a sus autoridades en
asamblea sin la intervención de los partidos políticos. 

Hoy, el proceso de Tepoztlán está lejos de haber concluido, pero la gente que recibió
masivamente a los zapatistas sigue empeñada en resistir. 

Anenecuilco, Mor. 8 Mar (Notimex).-

El subcomandante Marcos afirmó aquí:

El    Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) no lucha por el poder, "porque el   poder pudre la sangre y obscurece el pensamiento".

  En la tierra que vio nacer a Emiliano Zapata el 8 de agosto de 1879, el dirigente del   EZLN reconoció que los zapatistas nunca llegarán como el Caudillo del Sur, pero   "siempre lucharemos por lograrlo".

  En uno de los más cortos mensajes que ha pronunciado desde que inició la caravana   zapatista rumbo al Distrito Federal, Marcos dijo a la población de este municipio que   el EZLN no vino a Morelos para llevarse el nombre de Emiliano Zapata lejos de donde   nació y siempre vivirá ni usurpar una historia que es de todos; "él, (Zapata) siempre   va adelante y nosotros atrás".

  El líder zapatista apuntó que la delegación de 24 jefes de ese grupo vino a   Anenecuilco para rendir honores, como corresponde que los más pequeños lo hagan,   ante sus mayores cuando son como Zapata, modestos y consecuentes.

  "El nos enseñó a no luchar por el poder, porque el poder pudre la sangre y obscurece   el pensamiento", puntualizó. Marcos dijo que los zapatistas llegaron hasta estas   tierras "a pedir perdón por no ser mejores y a prometer seguir tratando de serlo   siempre".

  En la plaza de La Revolución de esta comunidad, el encapuchado dirigió un saludo   militar. Poniendo la mano izquierda en la sien, dirigido a todas las mujeres   presentes, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

  Antes, el comandante Moisés apuntó que la lucha de los zapatistas es por conseguir   un México en el que no haya clasificación de personas y los indígenas sean tratados   siempre como gente de segunda clase.

  "No pedimos perdón ni limosna ni que nos peguen lastimas, sólo que se nos   respeten nuestros derechos, de acuerdo con nuestra forma de pensar y de ser". Los   indígenas, dijo, no pueden vender su tierra "porque es nuestra madre; los que la   venden, es porque no tienen madre".

  Moisés reiteró la petición del EZLN para que el gobierno federal cumpla con las tres   condiciones para reanudar el diálogo que lleve a una paz definitiva en Chiapas.

  El EZLN pide la aprobación de la Ley de Derechos y cultura Indígenas, la   excarcelación de todos los presos relacionados con el conflicto zapatista y el retiro   del Ejército Federal de siete posiciones ubicadas en la zona de influencia zapatista.

  En el acto, el subcomandante Marcos depositó una ofrenda floral ante la estatua de   Emiliano Zapata, para luego recibir el bastón de mando de manos de Gilberta Castillo   Rodríguez representante del Consejo de Ancianos de la Comunidad.

  Los 24 jefes del EZLN presenciaron también un rito simbólico en su honor en el que   fueron cubiertos con incienso y recibieron flores blancas como símbolo de paz.

Tlaltizapan, Morelos, 8 de marzo. 

En la cuna del zapatismo histórico, al oriente del estado, la Caravana por la Dignidad Indígena tuvo una jornada cargada de simbolismo. Al finalizar su visita por este estado y cumplir 13
días de gira, el EZLN cerró el círculo sobre la capital y se enfiló hacia la la ciudad de México.

En Anenecuilco, la delegación del EZLN fue recibida por hijos y nietos del general del Ejército Libertador del Sur. Ahí se anunció la unión del viejo y el nuevo zapatismo. En Chinameca, donde fue asesinado el Caudillo del sur el 10 de abril de 1919, los zapatistas entregaron una ofrenda floral y le rindieron homenaje. En Tlaltizapán, los indígenas chiapanecos ratificaron el Plan de Ayala.

En este último lugar, el subcomandante Marcos recordó que en su recorrido por 12 estados los zapatistas han encontrado muchos carteles a favor y algunos en contra, pero "no hemos encontrado uno solo que diga que los indígenas deben seguir viviendo como hasta ahora. Estamos seguros que hay un consenso nacional abrumador de que no pueden seguir como están".

En Cuautla, por la mañana, estaba programada una parada breve en el parque central ante el monumento a Zapata. El acto se suspendió y la caravana zapatista se trasladó hacia Anenecuilco.

Marcos y Zapata, los mismos ideales

En la placita del pueblo donde nació Emiliano Zapata, su hijo Diego y otros familiares del Caudillo del sur esperaban a los rebeldes chiapanecos. Los acompañaban decenas de campesinos de la zona. Entrevistado la víspera, don Diego, un viejo de aspecto campesino, con un bigote tan grande como su padre, afirmó: "lo único que le pediré a Marcos es que cuide la República.

"A Marcos y sus compañeros -continuó- los recibo amistosamente. Mi padre luchó para proteger al país, para acabar con la pobreza de los mexicanos, sobre todo de los campesinos e indígenas que viven en los ejidos y las comunidades. Ahora veo que la gente de Marcos quiere el bien de los mexicanos más pobres, es una lucha por los mismos ideales".

Sobre la iniciativa de ley indígena que se discute estos días, don Diego emplazó a los legisladores: "creo que
el Congreso de la Unión debe aprobar la ley de derechos indígenas para sacar a los pueblos de su
marginación. Quienes se oponen a que se reconozcan los derechos de los naturales de México no conocen a los indígenas ni a los campesinos. Esas personas son las mismas contra quienes luchó mi padre".

Dentro del grupo familiar destacaba Ana María Zapata, una de las hijas del general, quien dijo: "es una cosa maravillosa desde que salieron de Chiapas con un esfuerzo enorme. Ojalá que con este esfuerzo logren el apoyo a las comunidades indígenas como lo están pidiendo. Marcos tiene ángel como mi general Zapata, es una cosa bonita".

La hija del caudillo del agrarismo mexicano dijo que "Marcos está luchando por los derechos indígenas. Hay muchas cosas que puede hacer, usar la ley a favor de los indígenas y campesinos, que les devuelvan sus tierras, les den hospitales, escuelas, trabajo".

La mujer no contuvo la emoción cuando, mirando el monumento a su padre, aseveró: "Zapata sólo hay uno, pero Marcos tiene los mismos ideales, todos los mexicanos debemos apoyarlos. Si mi padre viviera, sería fantástico que supiera que su lucha sigue. Qué bueno que Marcos levanta su bandera".

El subcomandante Marcos respondió al recibimiento: "venimos hasta acá no para llevarnos el nombre de Zapata lejos de donde nació y siempre vivirá; llegamos hasta acá no para usurpar una historia que es de todos. De por sí es como está aquí, él va adelante y nosotros vamos atrás", dijo mirando el monumento. "Llegamos a rendir honores, como es ley que los hijos y nietos rindan honores a sus mayores cuando son como Emiliano Zapata, es decir, honestos y consecuentes", agregó.

En su breve intervención Marcos señaló que "nuestro general Emiliano Zapata nos enseñó a no luchar por el poder, porque el poder pudre la sangre y oscurece el pensamiento. Nunca llegaremos a ser como Emiliano Zapata, pero siempre lucharemos por lograrlo. Llegamos hasta acá para pedirles a los habitantes de Anenecuilco para que nos den fuerza y nuestro paso no fallezca, venimos a pedir perdón por no ser mejores y a prometer seguir tratando de ser los mejores".

Al llegar la caravana, la familia Zapata les dio la bienvenida a los delegados del EZLN. Don Diego abrazó a Marcos y le obsequió una camiseta con la imagen de su padre. Este encuentro fue para los zapatistas chiapanecos un acto de legitimación como herederos de la lucha del general agrarista. Aquí se selló la unión del nuevo y del viejo zapatismo. Como diría la maestra de ceremonias: "éste es un acto que une dos grandes ideales plasmados, uno en el Plan de Ayala y otro en los acuerdos de San Andrés".

El mitin se efectuó alrededor del kiosco del pueblo. Ahí llegó gente de Cuautla, Villa de Ayala, Anenecuilco y Chinameca, en total un millar de personas que escucharon atentas. Un Zapata de pie con su fusil en la mano fue testigo mudo del acto.

A nombre de los campesinos de la región, zapatistas como sus visitantes, Bernardo Trejo habló de la tradición histórica de lucha en estas tierras. Con una ceremonia tradicional, un grupo de mujeres entregaron flores blancas, símbolo de la paz, a los delegados del EZLN. Luego les dieron el bastón de mando a las comandantas zapatistas.

Gulfrango Aguilar Flores mencionó los sueños y las profecías de los ancianos guardianes de la tradición: "Aquí se unen dos ríos, el del viejo agrarismo y el de los indios chiapanecos". Como ofrenda entregó a la delegación un libro de historia, y tierra de la casa donde nació Zapata, que entregó al comandante Tacho "para que cuando el pueblo de Guadalupe Tepeyac (exiliado desde hace seis años por la ocupación militar) regrese a su casa, se levante un jacalito y se coloque la tierra en homenaje a la hermandad zapatista". También entregaron
a Marcos una bandera nacional a nombre de los ejidos del oriente del estado.

El comandante Moisés habló de la visión indígena de la tierra y de los derechos que derivan de ella.

"Queremos que se nos respete como indígenas, nuestros derechos y nuestra cultura. Somos parte de la naturaleza y respetamos lo visible y lo invisible, respetamos la tierra porque es nuestra madre, los que la venden es que no tienen madre. Nosotros sabemos que la tierra no nos pertenece, sino que somos de ella, así lo entendemos nosotros, todo ese derecho nos quieren desaparecer".

En su turno, el comandante Isaías explicó que "desde el primero de enero de 1994 salimos desde las montañas para decirle al gobierno 'aquí estamos'. Desde entonces, el gobierno empezó su bombardeo político diciendo que éramos delincuentes, transgresores de la ley. Dijo un montón de mentiras, hasta nos traicionó porque no cumplió su palabra. Es por eso que al gobierno actual no le creemos nada".

Antes de hablar, el subcomandante Marcos dio un saludo militar a todas las mujeres presentes y las felicitó en  su día.

Más adhesiones a la caravana

El monumento a Emiliano Zapata en Chinameca lo muestra montado en su corcel, El as de oros. Emiliano tiene su rifle en la mano derecha y con la izquierda sostiene la brida. El drama que el bronce conserva para los ojos atrapa un instante, ocurrido el 10 de abril de 1919: ¿sigue vivo en ese instante Zapata o la muerte lo está congelando para siempre? En ese momento perpetuado está el dilema que el subcomandante vino a plantear en esta población.

Marcos fue enfático al advertir: "queremos aprovechar que estamos aquí, en Chinameca, porque a mi general Zapata le pasó lo mismo. El tiene que decidir si va a estar ahí, en el museo, o en la calle y el campo. De él no depende, el poderoso quiere dejarlo en el museo -un lugar para llevarle flores, un nombre en un libro de historia, nada que pueda pasar o pueda hacerle daño o afecte su poder-. El problema es si este Emiliano Zapata pasa a ser lo que son ustedes en sus respectivos lugares para transformar lo que muchos estamos viendo ya, que es una situación que no se puede tolerar, una situación de injusticia que hay que cambiar.

"Zapata no murió el 10 de abril, cambió de rostro y ahorita está en disputa si el rostro que tiene es el del museo que no habla, que no siente nada, o el rostro es el de ustedes, de los habitantes de Chinameca, de Morelos. Finalmente, pensamos que son ustedes, porque lo que podamos lograr será gracias a ustedes y no gracias a nuestro prestigio o capacidad". El vocero del EZLN rechazó que la coyuntura actual sea un duelo de personalidades entre Marcos y Fox. Dijo que no cuentan con dinero para pagar un spot de televisión ni asesores de imagen y reconoció el trabajo de los periodistas: "si ustedes y mucha gente de México y el mundo nos ven y nos escuchan es porque tenemos imagen y palabra gracias a los trabajadores de los medios de comunicación. Ellos, que de una u otra forma han tenido roces y problemas con los equipos de seguridad, están trabajando, así se ganan la vida y gracias a ellos, como lo he dicho antes, se pudo detener la guerra en 1994 y está donde estamos ahora".

Al comenzar la tarde la caravana llegó a Tlaltizapán. Ahí los comandantes y el sub hicieron una escala en el museo que otrora fue el cuartel general de Emiliano Zapata. En la plaza, unos 2 mil morelenses los recibieron entusiastas.

La bienvenida corrió a cargo de los indígenas de Xoxocotla, quienes subieron al escenario con estandartes de flores y humo de copal. Primero en náhuatl y luego en español, un representante de ese combativo pueblo se comprometió a "caminar juntos con nuestros hermanos zapatistas del sur". Ahí se dio a conocer una proclama de la sociedad civil morelense. Entre otras cosas, decenas de organizaciones sociales y civiles, así como
ciudadanos, demandaron al gobierno de Fox el cumplimiento de las tres señales exigidas por el EZLN para reanudar el diálogo, y al Congreso la aprobación de la iniciativa de ley elaborada por la Cocopa sobre derechos y cultura indígenas.

Material informativo tomado de: Diario La Jornada, México, D.F.
 

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