BERTHE MORISOT

Retrato de Mme. Boursier y su hija.

1873

Óleo sobre lienzo, 74 x 52 cm.

Museum Collection Fund.

 

Este retrato íntimo de madame Boursier y de su hija probablemente pintado mientras Morisot veraneaba con la familia de Edma en Fécamp (Normandía).

Lucien Boursier, el marido de la retratada, era pariente del padre de Morisot, y firmó como testigo en la partida de defunción de éste, el 24 de enero de 1874, donde se le menciona como "sobrino de treinta y un años de edad e inspector general de la compañía de gas, con residencia en rue de la Tour, París". Durante su estancia en Fécamp, Morisot también pintó a madame Boursier sentada en una terraza, con una vista de la estación balnearia en la que se encontraban. Sin embargo, en el cuadro que aquí nos ocupa ha optado por realizar una escena más hogareña, presentando a madame Boursier y a su hija sentadas en un sofá del salón, con lo que parece ser un piano o un armario de madera al fondo, sobre el que aparecen un espejo y un jarrón. En la obra, una madre relativamente joven nos mira mientras su hija posa con paciencia, cogiendo cariñosamente la mano de su madre. La seguridad con que Morisot aplica la pintura, y la brillantez de su paleta demuestran que la artista estaba comenzando a escapar de la influencia de Manet.

Se trata de uno de los primeros cuadros que vendió Morisot. Por medio del marchante Durand-Ruel, en junio de 1873 fue vendido por ochocientos francos al artista belga Alfred Stevens, amigo de la familia Morisot. Stevens, retratista de la sociedad de la época, se sintió probablemente atraído por la sencilla y directa composición, así como por la tierna relación entre la madre y la niña.