EL ORO DEL RHIN
EL ORO Y SU RELACION CON LO HUMANO
Desde siempre ha existido una cierta tendencia a ‘interpretar’ de una forma ‘lógica’ las obras de Wagner, ya sea desde una visión esotérica, religiosa, filosófica o social, dejando aparte la única interpretación realmente importante, que es la artística.

Pero si estas interpretaciones son amenudo descabelladas y faltas de todo fundamento, también es una realidad que en algunos casos existen motivos como para pensar seriamente en un cierto ‘mensaje’ extra-artístico en algunas de sus obras.
Ya es conocido el claro mensaje sobre las bases de la renovación en el Arte que se pueden encontrar en Los Maestros Cantores de Nuremberg, aunque es una parte mínima ,apenas unos versos, de la obra, y en modo alguno la parte más importante de esta obra extraordinaria.
Pero quizás en la Tetralogía y en Parsifal es donde más se ha debatido este tipo de Interpretaciones.
Creo que hay que aclarar antes que nada una diferencia radical entre "el objetivo que tenía Wagner al crear una obra" y "las posibilidades de usar su obra para sustentar o plantear ideas sociales o religiosas".
Esto es fundamental, porque Wagner sabemos que tras sus planteamientos en 1849 y 1851 con ‘Arte y Revolución’, ‘Ópera y Drama’ y ‘Comunicados a mis amigos’ deja muy claro que su OBJETIVO es crear la Obra de Arte del Porvenir, una forma de expresión artística completa, un Drama Musical que permita la expresión más completa posible de sentimientos humanos y a su través despertar la sensiblidad humana y elevar la Humanidad. Este, y no otro, es el Objetivo fundamental de Wagner.
Para ello decide, y así lo deja perfectamente definido en su obra teórica, usar argumentos mitológicos y alejarse de los históricos (en esto se basa, por ejemplo, su abandono del libreto de ‘Federico Barbarroja’, al considerar que no podía aunar la realidad histórica con el Mito que deseaba explotar para su obra). Pero la mitología es una base religiosa asentada a través del tiempo en la memoria colectiva de un pueblo. Y por tanto la Mitología ,al mismo tiempo que permite el desarrollo de elementos ‘humanos’ profundos y trascendentes, tiene el problema de que está basada en una serie de elementos facilmente entroncados con temas filosóficos, religiosos y esotéricos.
Wagner había leido en 1843 el libro de Jakob Grimm "Mitología Alemana" y ya en Dresden estaban en su biblioteca las leyendas nórdicas, las Sagas y los Eddas. Los ciclos artúricos y mediavales están muy ligados a leyendas más antigüas, y todo ello es fácil de relacionar con elementos del esoterismo o interpretaciones diversas. Pero Wagner ‘usa’ la base mitológica para poder desarrollar su ‘historia humana’, no para asentar la base Mitológica en sí misma, que por otra parte no siempre respeta en absoluto, sino que la cambia en función de su Objetivo principal.

Aun así, aun eliminando las muchas y gratuitas interpretaciones basadas en el mal entendido entre ‘argumento humano’ y ‘base mitológica’, hay algunos casos en que realmente parece lícito una cierta ‘intencionalidad’ adicional al argumento humano en sí mismo.
Nos vamos a fijar en el Oro del Rhin, dado que Bernard Shaw ya escribió un conocido texto ,’El Perfecto Wagneriano’, donde desarrolla una completa interpretación social, cuasi política, de esta obra.
Si observamos la Tetralogía en su conjunto vemos que el tratamiento del Oro del Rhin es realmente muy distinto que el del resto de la obra. Desde ‘La Walkiria’ al ‘Ocaso’ se puede observar claramente que el elemento mitológico es usado para poder desarrollar los grandes debates humanos. Wottan o Siegfried, Brunilda o Fricka desarrollan sus sentimientos y sus problemas de forma absolutamente independiente del elemento mitológico, y desde luego sin que el Oro tenga nada ya que ver en lo fundamental.
El gran conjunto cosmológico de la Tetralogía en sus tres grandes jornadas no tiene una base fundamentalmente mitológica sino ‘humana’. En cambio en su Prólogo, en el ‘Oro del Rhin’, existe una sensación inversa, allí el desarrollo ‘lógico’ de los elementos mitológicos parecen tener más fuerza y estar usados en un sentido más simbólico.
Wagner vive su periodo revolucionario en Dresde en 1849 y el libreto del Oro está acabado en 1852. Después tardará más de 30 años en acabar la Tetralogía completa. Esto puede explicar una cierta propensión a ‘exponer ideas’ en su Prólogo, mientras que el resto ya fue ajustado totalmente a su idea global del drama musical.

De todas formas una interpretación tan concreta y ajustada a un plan ‘socio-político’ como el que indica Bernard Shaw me parece más la expresión de las propias ideas de Shaw que una voluntad social concreta en la concepción de la obra por Wagner.
Si Shaw tiene toda la razón al decir que "El Anillo con todos sus dioses, gigantes, enanos, ninfas y Walkirias, filtros, su anillo encantado, su espada mágica y su milagroso tesoro, es un drama de hoy y no un asunto de una remota y fabulosa antigüedad", en cambio creo que se mueve más por ‘sus’ ideas que por la realidad de Wagner al pretender hacer una interpretación socio-política estrecha y concreta de la obra, llegando a pedir que para comprenderla se conozca una base de filosofía. Esta excesiva interpretación aun podría tener cierta base, aunque no en un plan tan concreto, cuando hablamos del Oro del Rhin, y en concreto hay elementos como para pensar claramente en una intencionalidad social cuando se analizan las relaciones entre el Oro y los diversos personajes de esta obra. Hay singularmente unas cuantas claves en el texto wagneriano que realmente sí indican una cierta implicación social clara en esta obra.
Creo que la base está en que los diversos personajes de ‘El Oro del Rhin’, Wottan, los dioses, Alberic, los gigantes, Mime y los Nibelungos, las hijas del Rhin… tienen cada uno de ellos una relación muy concreta con el Oro, una relación que indica una cierta voluntad de diferenciar mediante esa relación un paralelismo con las relaciones sociales con ‘lo material’.

LAS HIJAS DEL RHIN: No es en absoluto casuolidad que el Oro del Rhin se inicie con los temas de ‘Naturaleza’ y ‘Ondas’, marcando claramente la música inicial el clima de estabilidad y perfección natural.
En esa Naturaleza inocente y bella las hijas del Rhin ‘juegan’ más que ‘vigilan’ la fuente de esa belleza, la Luz que ilumina su mundo natural. El Oro es fuente de belleza y Luz, de armonía y naturalidad, lo ‘material’ es bello y necesario en su entorno, sirviendo de alegría, sin ‘valor dinerario’.
Wagner ha explicitado en el texto y en la música este estado armónico natural, y no hay duda sobre su idea de simbolizar en el Rhin el ‘estado natural’ de la riqueza, su belleza y su función de Luz amoniosa, donde el juego y la alegría estaban exentos de los males del Dinero, del Oro convertido en ‘valor’.
Las hijas del Rhin pierden el oro debido a su confianza, a su incapacidad en imaginar la existencia del ‘mal’, de alguien que renuncie al Amor. Este es exactamente el gran peligro de las sociedades naturales, su incapacidad de entender el mal.
Mucho se ha hablado sobre su simbología sobre la ‘Edad del Oro’ de la Tradición, edad de la inocencia alegre, pero poco en el Texto wagneriano hace pensar en una visión cíclica o tradicional indú de las edades, aunque es evidente también que el retorno del Oro al Rhin, al final justo de la Tetralogía, con la hecatombre global de todo el mundo existente hacen pensar en esa idea de final de Ciclo.

ALBERIC: Sin duda es el personaje central en su relación con el Oro, y así mismo marca en el texto una denuncia tan clara que es difícil de no ver una cierta voluntad simbólica en Wagner sobre este personaje.
Cuando Mime dice: "Con maligna astucia conquistó Alberic el Oro del Rhin y de él forjó un anillo cuyo sorprendente influjo admiramos temblando todos; con él domina el ejército nocturno de los Nibelungos. En otros tiempos forjabamos sin cuidado y descansados, riéndonos en medio de tan insignificante fatiga, adornos y joyas para nuestras mujeres. Ahora ese perverso nos obliga a deslizarnos por entre las peñas y a trabajar tan sólo para acomular inmensos tesoros" Está definiendo tan concretamente el mal, la usura, el trabajo asalariado bajo el interés dinerario, cuyo único objeto ya no es satisfacer las necesidades loables sino acomular el oro al usurero, que es casi imposible no asignar esa relación entre Alberic y la visión de una Finanza que desea el Poder universal.
Más aun si vemos lo que el mismo Alberic dice: "a vosotros, los que habitais allí arriba, donde sopla la suave brisa, entregados a la dulzura del amor y de la alegría, a todos vosotros dioses, os cogeré con mi puño de Oro. Así como tuve que renunciar al Amor, vosotros tendreis que renunciar a todo lo viviente; el oro ha de ser vuestro único deseo…. Cuando vosotros esteis bajo mi poder, vuestras hermosas mujeres que desprecian mis galanteos servirán de placer al enano". ¿cómo no relacionar estas concretas denuncias con la realidad de una Finanza que compra el placer, convierte el amor en sexo y somete a la humanidad por la avaricia y la envidia?. Es muy concreto lo que se anuncia, y muy claro.
Alberic quiere el Oro para vengarse en primer lugar ("Os apagaré la Luz y forjaré el anillo vengador") pero con el objetivo final de obtener el Poder y Dominar, o sea usar el Oro como medio de dominio. No lo quiere admirar, no busca su belleza ni su posesión, quiere USARLO para Dominar e imponer su voluntad.
Y si Alberic es el Plutócrata para Shaw, es difícil no acordar que esta similitud es real en el texto wagneriano.
Cuando Alberic cae por su afan de ostentación, por la vanidad y el exceso, ya ha sembrado el mal, y nadie se salvará de su maldición sobre el Oro. Una vez ha perdido su lugar natural el Oro es un centro de corrupción. Y si al final de la Tetralogía el Oro vuelve al Rhin será tras una caida global de todo lo existente, una destrucción de todo, un final del ciclo.

WOTTAN Y LOS DIOSES: Shaw mantiene la teoría de que Wottan representa ‘el Estado’ o ‘lo establecido’. Hay algunas partes del texto que pueden hacer pensar en esto, pero creo que esta forma de verlo es un ejemplo del reduccionismo de este tipo de interpretaciones. La riqueza humana de Wottan, incluso en el ‘Oro del Rhin’ (mucho más aun en La Walkiria, claro está) no puede reducirse a una mera figura simbólica de un concepto ‘social’.
El afán de Wottan por el Walhalla, por ese monumento a su Honor, Valentía y al Poder ("el honor y el poder alcanzarán la gloria" dice Wottan admirando el Castillo), pero un Poder representativo, no ejecutivo, no en el sentido de dominio que desea Alberic, es una posible simbología de la Autoridad. Pero Wottan es profundamente humano, ya en el Oro. Se debate entre su Autoridad y su Deseo, entre pasiones y deberes.
Al conocer la existencia del Oro lo ‘desea’, pero no por avaricia ni para utilizarlo para el dominio. No muestra al principio gran interés, y sólo poco a poco va interesandose en él. Primero por el peligro de que lo posea Alberic ("Si no se lo arrebatamos nos dominará a todos" le dice Donner a Wottan). Luego, una vez consigue en Anillo, siente el deseo de su posesión, de ser considerado como ‘el más poderoso’ (esa consideración es lo que busca, más que el ‘uso’ de ese Poder… "por fin tengo lo que me hará el hombre más poderoso de la tierra"). Le costará desprenderse del Anillo pero lo hará, y luego se olvidará del Oro para ir a su Walhalla.
Es significativo el desprecio de Wottan por el Tesoro: "Amontonadlo pronto. El verlo me repugna" dice a los Gigantes que lo reclaman. Sólo el interesa el Anillo, no el Oro, como símbolo de Poder y Autoridad, no como medio de dominio.
Wottan desea el Oro pero no a cualquier precio, es tentado por el Poder y ‘lo material’, y su humanidad es sin duda la más interesante de la obra. No parece que Wagner pensase en Wottan como un mero simbolismo sino como base de su sentido humano en la obra.

Tambien son significativas las cínicas palabras de Loghe a las Hijas del Rhin, que reclaman la devolución del Oro al Rhin, en el momento en que los dioses se alejan definitivamente hacia el Walhalla: "Escuchad lo que os dice Wottan: Ya que no os ilumina el brillo del Oro, regocijaros con el nuevo esplendor de los dioses".
Cuando se ha perdido la belleza y el orden natural, quizás hay que conformarse con el brillo de los dioses, palabras que en boca de Loghe, él que desprecia a los caducos dioses, son claramente un cinismo.

LOS GIGANTES FAFNER Y FASOLT:
Quizás uno de los momentos más significativos en referencia al Oro está en "Siegfried", cuando el Dragón Fafner "duerme" mientras vigila la posesión del Oro.
La ‘Posesión’, ese estado de ilusión que da la avaricia cumplida, como el avaro que cuenta sus monedas y es ‘féliz’ con el mero sonido de sus monedas, inútiles para darle una vida agradable puesto que padece en la vigilancia de su posesión y el miedo ante la envidia de los demás.
La maldición de Alberic sobre el Oro "¡Que su dueño lo posea en paz, pero que le traiga el verdugo!. ¡Sea el miedo el constante tormento del condenado a muerte, y la vida, eterna agonía para el esclavo del Anillo!…" se cumple en los Gigantes.
Los Gigantes han Trabajado, han ganado con su fuerza bruta y su simpleza mental el sueldo que Wottan les prometiera, Freia, la dulce mujer, la más sensible y delicada. Para ellos Freia no es más que la mujer hermosa, el deseo de mujer. Y cuando la cambian por el Oro no buscan en ello el Poder, ni utilizar el Oro para dominar o mandar, quieren sólo la eterna posesión. Esa posesión que trae la envidia entre ellos… avaricia, envidia, muerte y posesión. No hay para el necio valor en el Oro sino en tanto causa la envidia en los demás y alimenta su avaricia. No tiene otro valor para el bruto ese Oro todopoderoso.
Pero es que para una mayoría de trabajadores sin sensibilidad el Dinero no es más que eso, avaricia y dar envidia. No saben convertirlo en Plutocracia, es sólo una mera posesión ostentosa de una riqueza vacía, un placer de contar su dinero, a cambio del cual trabajan día y noche, para el que no descansan en su ansiedad y en su custodia.
El trabajador enriquecido, Fafner, se convierte en Dragón tras asesinar a su hermano, se convierte en la Bestia venenosa que matará por el Oro, sin hacer con él nada más que poseerlo.

LOS NIBELUNGOS: El Pueblo de la Tierra, que trabajaba alegre para dar joyas y adornos a sus mujeres, sin cansancio ni agobio, es dominado por el Anillo, por la usura y codicia, y el látigo de Alberic. Mime y los Nibelingos lloran bajo el castigo de Alberic, se afanan para lograr más y más oro para el que ya lo tiene todo, es el destino del pueblo bajo la usura. Movidos por la envidia y la codicia, no se dan cuenta que son esclavos de los que dominan el secreto (el anillo) de la Usura. Soñando con ser ellos los nuevos Alberic, como hace Mime, no son más que una mayoría de esclavos para una minoría de usureros.
"Oh Nibelungos, inclinaros ante Alberic, por todas partes os estará vigilando, despedios para siempre de la tranquilidad y el reposo". Dolor y Trabajo para otro, esta es la herencia que el Oro deja en el Pueblo otrahora féliz, cuando el Oro estaba en la Naturaleza y no había la Usura.

SIEGFRIED: Los héroes no aparecen en ‘El oro del Rhin’, ni Siegfried ni Brunilda. Ambos tendrán una corta relación con el Oro. Para Siegfried el Tesoro no le interesa, y lo dejará con el cadáver de Fafner y Mime, "Yace tu también aquí en la cueva, oscuro dragón. Guarda este brillante tesoro en compañía de tu enemigo. Así ambos encontareis al fin la tranquilidad". Sólo el Anillo le servirá como símbolo de su Amor a Brunilda, cumpliendo así el destino inicial del Oro, ser motivo de belleza y amor.
El nuevo mundo no desea el Oro, no tiene sentido en ellos.

La relación de los diversos personajes de la Tetralogía con el Oro y el Anillo es sin duda una de las partes más simbólicas de la obra wagneriana. Y sin llegar a concebir la obra como un mero programa social, como aveces se ha intentado, si que hay en el texto y el drama suficientes notas y puntos como para aceptar en su Prólogo, en ‘El Oro del Rhin’, una clara relación de lo humano y el poder material.
Agunos comentaristas han analizado el Graal del Parsifal como una continuación del Oro de la Tetralogía, en el sentido de que la Tetralogía exponía el Ideal social respecto al Oro, mientras el Graal era el Ideal Espiritual. Afortunadamente nada impide a cada cual crearse su propia interpretación de la obra wagneriana, pero analizando el texto de Parsifal y el momento en que Wagner lo compone, no parece en absoluto que exista respecto al Graal el mismo tratamiento ‘pedagógico’ y ‘social’ que puede encontrarse en el Oro del Rhin, sino un sentimiento religioso y espiritual muy distinto al que hemos expuesto en el Oro.
Hay que ser muy reacio a aceptar interpretaciones externas a las propias palabras y música de Wagner y a sus textos teóricos, y en todo caso ajustarse para estas interpretaciones en ‘el contenido wagneriano’ de la obra, no en las relaciones con una Mitología usada como ‘soporte’ a lo humano, no como valor en sí misma.