I. MAPAMUNDI DE LOS CRESQUES

     En pocas ocasiones un Mapamundi anónimo y sin fecha se ha podido documentar tan ampliamente como el Atlas Catalán que guarda la Biblioteca Nacional de París y que ahora el Consejo Superior Geográfico lo rememora en el 50 Aniversario de su creación.
     La documentación de los Reyes aragoneses Pedro IV y Juan I acreditan a Abraham y Jafuda Cresques, de Palma de Mallorca, como los autores, les abonan 150 florines de oro de Aragón y 60 libras mallorquinas, respectivamente, por realizar y concluir unas tablas donde se representa la figura del mundo. La fecha se cita al comienzo de la obra en dos sitios, para calcular el áureo número y las fiestas móviles del calendario. En ambos casos el ejemplo es este año de MXXXLXXV, es decir, ahora cumplirá los seis siglos de su ejecución. También está documentado que siendo príncipe el infante Don Juan en 1373 deseaba una carta náutica completa con su levante y poniente, y con todo lo que desde el Estrecho conducía a poniente. Como el citado príncipe regaló el Mapamundi realizado por Cresques a su primo Carlos VI, Rey de Francia, el 5 de noviembre de 1381, encargó a Jafuda otro Mapamundi que lo terminó en 1389 después de dos años de trabajos. Su padre Abraham murió en 1387. El Mapamundi realizado en 1389 se considera perdido. Existen dos modelos de facsímil, uno que se ajusta en los colores al original de París y otro con algunas alteraciones que es el de la Biblioteca Nacional de Madrid y que comentamos ahora.
     El conjunto tiene por título «Mapamundi, a saber imagen del mundo y de las regiones que hay en la Tierra y de los diferentes pueblos que la habitan». Este nombre cumple el programa cartográfico que manda el Rey Pedro IV al encargar la obra al maestro de náutica Cresques. La misma consta de 12 tablas, cada dos tablas es un pergamino, o carta, de 64 x 50 cm y juntos todos los pergaminos con sus tapas son 64 cm por unos 4 m. Para esta publicación se han reunido los seis pergaminos y cartas en tres láminas: 1.ª Cosmografia y Calendario; 2.ª Finisterre y Mediterráneo; 3.ª Delli y Catayo.

 

II. COSMOGRAFIA Y CALENDARIO

       Esta primera lámina es la que incluye mayores textos, toda la obra está escrita en catalán y con letra románica, y se han usado como colores, oro, plata, rojo, azul, verde, ocre, morado, amarillo y blanco. El primer pergamino es el único que se lee en una misma dirección, en los otros existen varias direcciones. En las Cartas prevalece la normal en el Sur y la contraria en el Norte. Esto se podría explicar por lo acostumbrados que estarían los autores a consultar mapas cristianos o del Beato, árabes (El Edrisi) con orientaciones Este y Sur, e incluso por la familiaridad con los textos hebreos debido a su fe. Además, por sus proporciones tanto en su elaboración como para su examen debía de extenderse sobre una gran mesa o atril para facilitar la lectura en diversas direcciones. También se puede observar que la figura humana del primer pergamino, como la del centro del segundo son las de un anciano, posible alusión a Abraham Cresques.

 

PRIMER PERGAMINO.-Cosmografía

 

 

    La obra comienza con una reseña de los 30 días del mes lunar, y dos diagramas circulares. Uno es una rosa de 16 vientos para calcular la pleamar en sitios importantes durante la luna llena. El otro debía disponer de un índice móvil es la primera vez que se sabe de este ingenioso sistema para calcular el áureo número y por tanto, las fechas variables del año, Carnaval, Pascua y Pentecostés.
    Después hay un gráfico de anatomía astrológica medicinal con un ábaco para hallar la situación de la luna en el zodíaco solar. En la segunda tabla existe un amplio texto sobre la Tierra, su origen, dimensiones e interpretación de los fenómenos naturales.
    La Tierra esférica tenía un círculo máximo de 180.000 estadios calculado a 185 m por estadio, es unos 7.776 km inferior al real.
Estas dimensiones favorecieron la gran empresa de los Reyes Católicos en la centuria posterior .

 

 

 

 

 

 

SEGUNDO PERGAMINO.-Calendario

 

      Este pergamino es un gran calendario luni-solar enmarcado por las cuatro estaciones del año y en los márgenes superior e inferior continúan los escritos de cosmografía del pergamino anterior .
      Con el calendario existen unos datos astronómicos basados en el geocentrismo de Ptolomeo y son un compendio de la cosmografia científica de la época. El hombre en la Tierra está rodeado de los otros tres elementos básicos, aire, agua y fuego, cada uno en su color convencional blanco, verde y rojo. Después en sucesivos círculos azules están la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno, y el firmamento con las 18 estrellas. El círculo siguiente son las moradas y explicación del Sol, la Luna y los demás planetas citados, con alegorías clásicas: el Sol un rey, Venus una doncella y así hasta completar con Marte en un guerrero. .
      Vienen a continuación las denominaciones y símbolos de las 12 divisiones del zodíaco solar; superpuestos están los 28 signos y nombres del lunar. El punto Aries, punto vernal está situado al Este. Siguen las fases lunares, con la Luna nueva al Norte y llena al Sur, la media menguante y creciente al Este y Oeste, respectivamente. Esta composición recuerda la importancia del novilunio de primavera y su relación con el primer mes sagrado de los judíos. Además, conjuga las significativas orientaciones, Este y Norte de carácter religioso y geográfico.
      Prosiguen cinco círculos del calendario perpetuo con la letra dominical para determinar el día de la semana y los 12 meses con el número de días. Después están las características astrológicas de los 12 signos del zodiaco solar, con divisiones romanas de V en V hasta completar los 12 grupos de XXX y, en correspondencia con éstas, otras divisiones de grado en grado para los 28 signos lunares, hay cuatro cuadrantes de 900 crecientes y decrecientes, circunscritos con una leyenda y ejemplos explicativos.
      Es fácil comprobar lo preciso de cada estación. Así, la Primavera en el ángulo NE está limitada por Aries y Cáncer, y los correspondientes signos lunares Alnatha y Alvatra, incluye tres divisiones de XXX correspondientes a Aries, Tauro y Géminis, completado con un cuadrante creciente de 90°.
      Todo este gran calendario está realizado con una belleza de expresión y colorido excepcional, y como en otras civilizaciones contribuiría a enaltecer el cálculo de fechas y los conocimientos astrológicos de tanta importancia en la Edad .Media.

 

 

III.  FINISTERRE Y MEDITERRANEO

      Esta segunda lámina y primera de cartografia incluye junto la lámina siguiente las tierras conocidas en el siglo XIV desde los 10° a los 60° de latitud Norte. De Oeste a Este y de Sur a Norte en las 8 tablas del Mapamundi hay un desplazamiento de los conocimientos e intereses de las regiones marítimas hacia las obligadas rutas continentales. Por eso las líneas de vientos o rumbos que caracterizan toda la obra tienen su mejor encuadre en estas dos cartas náuticas de Finisterre y Mediterráneo.
        En la Mar Océana se singularizan todas las islas conocidas y los puntos de referencia por expreso deseo del Infante D. Juan. Así en la isla de Tenerife se indica en el centro con un círculo blanco el característico Teide o bien se recuadran Finisterre y las Berlangas en la península Ibérica. La saturación toponímica del Mar Mediterráneo y Negro, y la perfecta yuxtaposición de ambas cartas permite considerarlas como una ampliación de un portulano clásico de aquel Mar que incluyese en sus límites Islandia, Canarias, Mar Rojo y el río Don.
      La representación de la cuenca mediterránea es correcta. Hecho lógico, si se considera la hegemonía aragonesa en aquel momento. Los asentamientos y vasallajes en las tres penínsulas y el dominio de las islas desde Baleares a Chipre hacían realidad, el que hasta los peces llevasen las barras de Aragón.
      Una característica de la escuela cartográfica mallorquina es las cartelas y leyendas con datos de geografia fisica, económica y humana, de gran interés por los concisos y actuales. Estas explicaciones recuerdan los Mapas del National Geographic. En algunas ocasiones recogen además de las tradiciones geográficas, las literarias, como ocurre con las paradisíacas islas Bienaventuradas y sus doradas fábulas que han pervivido desde las épocas clásicas hasta las posteriores de Orosio, Isidoro de Sevilla, el inmortal D. Quijote y, el más reciente y singular poema, l'Atlántida de Verdaguer. Dentro de la simetría que existía en los mapas clásicos estos Campos Elíseos, representaban el complemento del Paraíso Oriental.

 

   


      La Rosa de los Vientos es la primera vez que se conoce su representación cartográfica, los 32 rumbos y las rotulaciones de los 8 vientos: Tramontana, Grego, Levante, Laxaloch, Metzodi, Labetso, Poniente y Magistro; denotan, la maestría en instrumentos náuticos de los Cresques. Sabemos que en su taller se construían las agujas de marear. Y, precisamente, el modelo de los 32 rumbos y ocho vientos, ha quedado como prototipo hasta nuestros días. Dentro de este orden de ideas es preciso pensar que el N de la Obra, es el magnético, con l0° de declinación E.
      La continuidad en el trazado de los rumbos N-S y E-O, permite observar en estas cartas, una mixtificación de las redes de rumbo y de las coordenadas rectangulares. Por la forma de disminuir la distancia entre «paralelos» en dirección al Polo Norte y al Ecuador, recuerda la proyección ideada por Lambert. La genialidad de Mercator , como se sabe fue aumentar las distancias en dirección a los polos.
      El primer rumbo N-S atraviesa la isla de Hierro, con ello se adelantaban al renacimiento de la tradición ptolomeica. Recordemos que en 1634, los más importantes matemáticos de Europa reunidos en París adoptaron como meridiano origen precisamente el de la isla de Hierro.
      Finalmente, en la Rosa de los Vientos se significaron como era costumbre el N y el E con unos símbolos. En el N se puede observar la clásica estrella que proporcionaba la orientación tanto de día como de noche por medio del astrolabio y el curioso nocturlabio de Raimundo Lulio. La singularidad radica en el punto E en donde existe una estilización de la cruz, similar al candelabro sagrado o Menorá, y de poderse comprobar esta simbología en otras cartas o portulanos anónimos de la época, serviría para identificar que son de los Cresques. Señalemos que en la Ley de Moisés, lo importante eran las obras y no los autores.
      Al tener en cuenta que el infante de Portugal D. Enrique el Navegante en 1420 llamó a Jafuda Cresques -entonces Jaime de Mallorca- para dirigir en Sagrés la Escuela de Náutica de donde salieron los pilotos con la misión de circunnavegar Africa, alcanza un significado especial el batel aragonés de Jaime Ferrer con la anotación, partió para Río de Oro el l0 de agosto del 1346 y con la proa hacia la costa Sur del Cabo Bojador en donde se lee: «Cabeza del finisterre occidental de Africa...»
      Inmediatamente debajo de esta inscripción se halla la escala «el tronco de leguas». De acuerdo con el célebre libro de Martín Cortés; breve compedio de la Sphera y del arte de navegar, Sevilla-1551, se obtiene, que las graduaciones son de 12,5 leguas. . Dado que en España se tomaban 3° desde el Cabo San Vicente a las islas Berlangas permite asignar a cada legua 4.875 m. Esto da una escala de 1/7.226.320 con divisiones 60,7 km y subdivisiones de 12,14 km. Así un grado equivalía a unos 85 km, aumentando el Mediterráneo en 0,234 de su verdadero valor, lo que suponía una escala relativa lógicamente mayor y próxima a los cinco millones y medio.
      En cuanto a los nombres geográficos se rotulan perpendiculares a la costa y, en el interior, se sigue la norma expuesta al principio de rotular la zona Sur en una dirección y la Norte en la otra. En algunos casos por falta de espacio o por acomodar los signos a las líneas nibereñas, la rotulación y los símbolos se cruzan, así las denominaciones de Inglaterra e Irlanda o las poblaciones de la Hansa, Oder, Nilo y Mar Rojo.
      Las ciudades cristianas se distinguían de las árabes por una cruz. La excepción es Granada que tiene la cruz y enarbola un estandarte con caracteres árabes, es posible que aluda al vasallaje de los Nazaríes a Castilla. También puede observarse que este símbolo se asienta sobre un ángulo de unión de aguas, el Darro y el Genil.
      El color de la orografia es el ocre y si tenía vegetación el verde. Los fiords noruegos, los Alpes y el Atlas son ocres, las montañas de Bohemia y los Pirineos verdes.
      La hidrografia es toda verde. El Nilo siguiendo la tradición nace en un lago situado en Occidente, indudablemente basados en la confusión con la cuenca del Níger .

 

IV. DELLI Y CARTAYO

      Esta tercera lámina comprende toda Asia y, según Crone, es la de mayor interés por ser la primera vez que en la cartografia medieval este continente es reconocible, especialmente su zona central. Las dos cartas se han denominado Delli y Catayo por ser los nombres más conocidos de la India y de China.

       

CARTA DE DELLI

 

     Siguiendo desde el Oeste comienza la. tercera carta con el bajo curso del Volga y su característica desembocadura en el Mar Caspio, el Cáucaso,. Eufrates y península Arábiga, completan de N a S los accidentes geográficos de inmediata identificación. Al unir el Mar de Aral al Caspio, desemboca en éste el río Amu-Daria, con su nacimiento en el Finis Persie o Macizo de Pamir, al Sur destaca entre todas las ciudades Delhi y su correspondiente Rey, esta dinastía y sus sultanes gobernaron en la India desde 1206 a 1320. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los datos en esta región, corresponden al viaje de Marco Polo, se debe de identificar la nomenclatura con su célebre libro del Millón.
      La cadena montañosa del N por donde se sitúa la caravana de Tártaros camino de Catay corresponde a los Montes Celestes centroasiáticos o los Tien Shan.
      Todas las líneas de costa son de trazo continuo y lineal, es decir, con un conocimiento más continental que marítimo. Unicamente en el Mar Caspio existe una leve rotulación portulana.
      Entre las ciudades destaca por sus explicaciones e importancia La Meca. Otras significativas son Bagdad, Samarcanda y Astracán, que jalonan la ruta meridional, central y norte de penetración hacia Pekín. En el límite de esta carta y en el extremo SO de la India figura la ciudad de Columbo probablemente la Quilon del Cabo Comorín.
      Dado que en 1173 Benjamín de Tudela recorrió parte de estas tierras con objeto de relacionar e historiar las comunidades judaicas existentes, es muy posible que los Cresques tuviesen también datos de este viaje, así como de los escritos del misionero Fray Jordanus de 1340 y de las otras comunidades cristianas.
      Las islas identificables son el Golfo Pérsico y en el de Aden, las de Ormuz y Socotora.
      En el extremo SO destaca el Golfo de Aden dentro del mar Rojo. 

 

 

 

CARTA DE CATAYO

 

      Probablemente fue la más dificil de recopilar. La falta de información geográfica está suplida con abundante decoración. El temor de los espacios vacíos, queda superado, e incluso estas imágenes fueron probablemente más importantes y perdurables para instigar la curiosidad del hombre medieval por las fabulosas e inmensas tierras de Catayo.
      La orografia y la hidrografia no es la convencional de las otras Cartas, ahora contribuye a enmarcar espacios. La vegetación también sirve a estos fines.
      Las ciudades son la mejor información cartográfica. La más importante es Chanbalech la ciudad del Gran Kan, el Pekín de hoy, después en la costa se singularizan los puertos más importantes por las bahías donde se sitúan de N a S son Fuguí, Zayton, Cansay y Caynan. Los mayores son Zayton y Cayuan.
      El río Indo señala el límite de Catayo y como es costumbre nace en el valle de una zona montañosa, de grandes proporciones, alusión probable a la zona del Himalaya.
      En el mar de la India se sitúan dos grandes islas, la de lana, posible alusión a lava, y la de Trapobana, la primera, en algún facsímil figura como península, la de Sumatra, con una cadena montañosa en su costa oriental, y la segunda Trapobana (Ceilán), está toda ella rodeada de montañas. Al explicar en ésta una leyenda que es la última isla oriental y que su nombre tártaro es Gran Caulip se ha querido identificar con el nombre antiguo de Corea, Cao-lí.
      En todo el resto de las islas se mencionan las riquezas y su número 7.548, Marco Polo reseñó 7.459, y Colón decía el 14 de noviembre de 1492 «estas islas son aquellas innumerables que en los Mapamundis al fin de Oriente se pone». y cuando halló la isla de Cuba expresó: «la hallé tan grande, que pensé sería tierra firme, la provincia de Catayo».

 

 

 

V. BIBLIOGRAFIA

          Desde 1804 en que los especialistas descubrieron este Mapamundi, han sido muchos los libros, reproducciones y artículos que han divulgado esta venerable obra. Los mejores estudios surgen desde 1839 en que Buchon y Pastu reunieron todas sus observaciones.
      La contribución española desde Fernández de Navarrete hasta Rey Pastor y García Camarero, ha sido valiosa, pero todavía hay mucho por hacer sobre los Cresques y su Gran Mapamundi.

 

Cartografía Histórica del Cincuentenario

ATLAS  CATALÁN 1.375
CARTA DE JUAN  DE LA COSA 1.500

Consejo Superior Geográfico
MADRID 1974

José Corderas Descárrega
Secretario Ejecutivo del Cincuentenario del Consejo Superior Geográfico

 

Biblioteca Gonzalo de Berceo