El erotismo es la columna vertebral del presente espectáculo. Los textos en prosa y verso (de veinte autores) que Guillermo Rueda recopila sobre el tema, son adaptados por él para dar coherencia a un espectáculo que si bien no pretende agotarlas, sí quiere presentar diferentes expresiones en las que el erotismo se manifiesta.
Este espectáculo parte de la idea original de Tzinia Salgado acerca de que las diferentes disciplinas de la danza en las que ella se entrena (flamenco, danza árabe y baile de salón) pueden despertar en el espectador sensaciones eróticas de diferentes tipos, al exigir del cuerpo (su instrumento de trabajo por excelencia) movimientos y emociones muy diversos entre sí.
Siguiendo esta idea es que se logra una integración entre los textos y los nueve bailes que se interpretan en este espectáculo (cinco números de flamenco, dos de danza árabe, una salsa y un tango). Siete de ellos son bailados como solista por Tzinia y los dos restantes junto con dos excelentes bailarines y coreógrafos.
Los ambientes que se crean en este espectáculo van desde el show en el centro nocturno hasta el íntimo de un espacio privado, haciendo uso de luces y una mínima escenografía (dos sillas, un perchero, una mesita, un espejo de cuerpo entero y una pantalla para juego de sombras). Los textos corren a cargo de tres actores incluyendo a Guillermo Rueda (al mismo tiempo el director escénico), quien se ha preocupado por alejar el presente trabajo del concepto del recital para construir un armonioso ensamble de dos artes --la danza y la literatura-- en hora y media de delicioso erotismo y baile.
