CARTA-TESTAMENTO DE LA MANO DE LA CAUSA DE DIOS

DR. UGO GIACHERY – ABRIL 1986

 

QUERIDISIMOS AMIGOS, NOSOTROS GANAREMOS

 

Queridos amantes de Bahá’u’lláh,

 

  El Plan de Siete Años ha terminado ya  en  medio  de  música  celestial  y  los aplausos del Concurso Supremo, y anunciando con gracia y alegría otro plan, el Plan de Seis Años (1986-1992), el cual pasará a la historia, ostentando el nombre de “Realización y Triunfo”.

  Como nunca antes, a todos los creyentes de este planeta se les ha pedido a reunirse juntos. Este será el más grande esfuerzo a ser realizado por todos –no importa donde estemos o donde escojamos ir.

  Ya ustedes deben haber recibido de su Asamblea Espiritual Nacional el plan detallado, elaborado por nuestro augusto cuerpo, la Casa Universal de Justicia. Cuando al principio di un vistazo a las páginas llenas con todos los objetivos que tenemos que lograr en un lapso de tiempo tan corto, sentí que estaba mirando a través de una puerta de hierro a un jardín encantado, repleto con los más preciosos remedios divinamente creados para curar al mundo entero.

  Queridísimos amigos, nosotros ganaremos. Estamos trabajando al lado del amor, la armonía, la compasión, la humildad, la perseverancia, encontrando gozo en trabajar para la Causa de Dios, con pasión y sinceridad, por estar siempre felices y compartiendo esta felicidad con el resto de la humanidad.

   He servido la Fe de Dios por muchas décadas, y voy a compartir los secretos de mi bendita esposa y de mi mismo con todos ustedes. Consagren sus vidas al servicio de la Causa de Dios.

    La estación más alta que el hombre puede aspirar es la del servicio. ‘Abdu’l-Bahá seleccionó ese nombre para Sí Mismo… significa “Siervo de Bahá”. Eviten cualquier forma de ambición. ‘Abdu’l-Bahá, en una Tabla dirigida a los creyentes norteamericanos en 1898, dijo que la ambición que no es aplicada al servicio de la humanidad es una abominación.

   Tengan siempre las necesidades de la Fe por encima de cualquier interés y asunto personal… Sean siempre corteses, afectuosos y generosos. Enseñen a sus hijos a crecer así; siembren en ellos el deseo de aprender y amar a sus maestros. Estos jóvenes creyentes que alcanzarán la edad de quince años este año se convertirán en 1991 en los miembros votantes. ¿Cuántos?  ¡Deberíamos decir millones!

    Mi más cálido amor hacia todos ustedes y mis oraciones les circundan cada día.

   

    

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