boletín de la tolerancia |
Número 4. Marzo del 2000.
http://www.tolerancia.org
Si se produce un nuevo atentado etarra, nos concentraremos el día siguiente a las 20 h. en la Plaza del Hipercor Meridiana. Haz correr la voz. ¡BASTA YA! ETA NO. |
Editorial
El panorama electoral no se presenta muy halagüeño para los catalanes no
nacionalistas. El PP ha enarbolado la bandera constitucional y la de la unidad de España, pero rechaza la
oferta de Almunia para llegar a un pacto de Estado, mientras muestra su disposición a volver a negociar
(?) con los que tienen como objetivo la disolución de España tal y como la concibe la Constitución
y la inmensa mayoría de los ciudadanos que la refrendaron.
Resulta un sarcasmo que quienes ahora muestran tanto fervor por nuestra Carta Magna, no
utilizaran, cuando se presentó la ocasión, los resortes disponibles para defender los derechos ciudadanos
por ella consagrados. Es cierto que la Ley de Política Lingüística –que contravenía,
por lo menos, el artículo 3 de la Constitución y del Estatuto de Autonomía al dejar prácticamente
sin efecto la cooficialidad del español– se aprobó con los votos en contra del PP catalán.
Pero el referente nacional del partido no tuvo la coherencia política de llevarla ante el Constitucional,
a pesar de los muchos indicios de inconstitucionalidad que presentaba. Su colaboración, por omisión,
se convirtió en acción cuando, desde sus filas, se presionó al Defensor del Pueblo para que
éste tampoco presentara el recurso que tenía ya preparado. ¡Huelgan comentarios al respecto!
Por otra parte, el otro gran partido –de los llamados de ámbito estatal– tiene
una muy dudosa representación aquí en su socio el PSC. Su maquinaria organizativa tiene corazón
nacionalista (con nuevos impulsos aportados por IC) y el cerebro sólo le funciona para intentar, a cualquier
precio, que el cuantioso granero de simpatizantes y votantes del PSOE que existe en Cataluña no les vea
como lo que son; o sea, como dinamitadores del socialismo español y de la pluralidad que aseguran defender.
Su política lingüística –no olvidemos que fueron coautores de la última Ley–, lejos
de fundamentarse en la noción de igualdad, se encamina a la perpetuación de unos privilegios de clase
y a la negación de una parte consubstancial de la propia Cataluña (un 53%). La perversión
llega a límites grotescos cuando Maragall pide la cooficialidad en toda España del catalán,
a pesar de que sus hablantes constituyen el 10% de la población española y están concentrados
en autonomías donde este idioma es ya oficial. Al mismo tiempo, le "recuerda" airadamente
a Almunia, cuando denuncia la falta de libertad y de derechos de los castellanohablantes, que la política
lingüística aquí es competencia exclusiva del Parlament. Éste, ya se sabe, es un órgano
incuestionable. Todos por debajo de él: ciudadanos (que en cuestión tan importante no han sido consultados
por referéndum), PSOE, Parlamento español o europeo, Defensor del Pueblo, Ombudsman u ONU.
Si, en ocasiones, las distancias entre el PSOE y el PSC parecen acortarse, es porque el
primero transige (en pos de no se sabe qué unidad) con muchas exigencias del segundo, a expensas de autodiluirse.
Así, le hace tragar su pacto para el Senado con ERC, partido soberanista, que nunca va a dar por concluido
el proceso constituyente del Estado y que está dispuesto a poner en riesgo la estabilidad de la vida política.
La deslealtad del PSC llega hasta sus pancartas, en donde elimina –pero no del todo– o
esconde avergonzado las siglas de su hermano mayor. Y todo acto y simbología que sirva para alejarse del
resto de España vale: aprobación de la plena gestión tributaria para el 2002 (por abstención),
selecciones deportivas catalanas, eliminación de la bandera constitucional en balcones de sus sedes y municipios,
etc.
Como colofón a todo este despropósito piden (¿a quién?) que
se reconozca el hecho diferencial de Cataluña, sin enterarse que son ellos los que tienen esa potestad en
sus manos: ¡Cataluña es plural y bilingüe! Lo único que deben hacer es dejar que las instituciones
reflejen ese hecho diferencial.
Siempre nos queda la alternativa de votar algún partido testimonial, el voto en
blanco o la abstención, pero, mientras que esas opciones no se traduzcan en escaños (¡vacíos!)
en el Parlamento, nuestros "representantes" no dejarán de jugar a … ¡todo va bien!
Marita Rodríguez.
Conferencias de la Tolerancia
Os invitamos el próximo día 4 de marzo a las 19:00 horas
a la conferencia/coloquio que tendrá lugar en los locales de la Asociación (Alí-Bey 27 1º 1ª), a cargo de José Domingo, con el título:
ASAMBLEA ANUAL DE LA ASOCIACIÓN
La Asociación por la Tolerancia invita a todos sus socios y simpatizantes
a asistir a la asamblea anual de nuestra asociación.
Se celebrará el próximo día 18 de marzo de 2000, a las 19.00h.
en los locales de la Asociación (Alí-Bey 27 1º 1ª).
PER LA PAU: JA N'HI HA PROU! ETA NO!
Han assassinat Fernando Buesa, representant de la voluntat popular, i Jorge Díez, servidor de la democràcia; aquest és el missatge cruel i sanguinari de qui vol, amb la mort, ofegar la paraula i fracturar la societat democràtica. Volem que el nostre primer missatge sigui de condolença, de tristor col·lectiva, de solidaritat cap a les seves famílies, amics i cap a les institucions en les quals prestaven els seus serveis: el partit socialista i l'ertzaintza.
No existeix pas cap consideració ideològica o política que legitimi l'assassinat. Aquelles ideologies que justifiquen l'assassinat, sempre acaben convertint l'assassinat en ideologia. A aquells que creuen que amb el terror poden canviar les coses, els recordem que les societats amb conviccions democràtiques profundes mai no han estat abatudes.
Novament, tornem a reclamar i a exigir, des de l'autoritat moral d'aquesta societat democràtica, la unitat de tots, ciutadans i institucions, partits polítics i organitzacions socials, en defensa del dret a la vida, en defensa dels drets humans, perquè novament quedi marcada la línia de separació entre demòcrates i terroristes, com a primer pas d'un veritable procés de pau; volem aixecar la veu per les víctimes i la ciutadania que pateix, tot reclamant, en nom seu, que un procés de pau no pot construir-se des de la impunitat i sense justícia; volem que totes les institucions defensin amb força i des d'un llenguatge clar els drets humans i els drets de les víctimes del terrorisme; volem, també, convidar tota la ciutadania a treballar intensament, a redoblar els esforços per la construcció d'un país que no deixi espai al fanatisme, l'odi i l'assassinat; en el qual es respectin les llibertats, es convisqui en democràcia i la violència sigui radicalment desterrada de la vida quotidiana.
Només des del compromís democràtic podrem abastar aquests objectius, només des de la defensa radical del respecte a la vida i als drets humans, des de l'acció rigorosa i ferma de l'Estat de dret davant d'aquells que assassinen i practiquen la violència, i amb la mobilització ciutadana, podrem superar la lacra del terrorisme. Per tot això, avui més que mai, demanem el compromís amb una lluita sincera i honesta per la pau. Volem dir, com una sola veu:
JA N'HI HA PROU! ETA NO! VOLEM LA PAU!
Mentrestant, mentre vencem el seu terror, entre el mal i el dolor que ens produeixen, ocupem el nostre lloc en la defensa de la justícia i en la solidaritat permanent amb les víctimes –avui, amb les famílies de Fernando Buesa i Jorge Díez.
FERNANDO BUESA I JORGE DÍEZ, ASSASSINATS PER DEFENSAR LA
LLIBERTAT I LA DEMOCRÀCIA, DESCANSEU EN PAU!
ASOCIACIÓN POR LA TOLERANCIA
MOVIMIENTO CONTRA LA INTOLERANCIA
Nota de adhesión a ¡Basta ya! (remitida el miércoles 16-2-00)
"Las condiciones de falta de respeto al Estado de derecho a las que
nos tienen sometidos las propias instituciones -formalmente democráticas- a tantos y tantos ciudadanos en
las Comunidades gobernadas por nacionalistas, alcanzan, sin duda alguna, su máxima perversión en
el País Vasco. Sus gobernantes han perdido toda credibilidad democrática y toda autoridad moral para
representar a la sociedad vasca en su conjunto, por su sectarismo compulsivo. Es encomiable que vosotros, un nutrido
grupo de intelectuales, artistas y políticos, de larga trayectoria en la defensa de los derechos y libertades
fundamentales, hayáis tomado la decisión de convocar a la ciudadanía a rebelarse contra la
marginación, la amenaza, la extorsión y la muerte de los que no quieren ser nacionalizados. Vuestra
iniciativa constituye un acto de dignidad, y en las condiciones del País Vasco, una heroicidad; en definitiva,
un remedio contra la sumisión.
No dudéis que se producirá una sinergia entre los que físicamente os manifestéis
el sábado en San Sebastián y los que, a distancia, os acompañaremos con nuestra solidaridad.
La Asociación por la Tolerancia se siente miembro de vuestra plataforma y grita con vosotros: ¡Basta
Ya!
Un abrazo en nombre de todos y en el mío propio
Marita Rodríguez, presidenta"
La España que entiende
a Cataluña
El cartel pre-electoral del todavía PSC-PSOE nos presenta una foto de Almunia y nos asegura que él representa «L’España que entén Catalunya». Por supuesto, en su escalada nacionalista, los dirigentes del todavía PSC-PSOE, firman el cartel con las siglas PSC únicamente. Despreciando a la mayoría de sus bases que votaron masivamente a Borrell, un español que tiene una manera diferente de entender Cataluña (y al todavía PSC-PSOE), a la de Almunia, gran derrotado en las primarias, sobre todo en la Cataluña que según el aparato del todavía PSC-PSOE entiende tan bien. No es de extrañar que Maravillas-Maragall, ese genio que no para de parir genialidades sin la más mínima base política en la que sustentarse, apostase por Almunia. Y es que es verdad, Almunia representa esa España que le conviene al nacionalismo periférico. Es esa España que cuando viene por estos pagos nos suelta a la primera de cambio «perdornarme que no hable vuestro idioma». Y yo pienso «¡Cállate ya hombre, cállate ya! Si de verdad entendieras Cataluña, sabrías que aquí la mayoría somos hispano-hablantes y bilingües». O esa otra que no dice ni pío ante la agresiva política monolingüe del pujolismo/maragallismo (Maragall desde el Ayuntamiento también llevó a cabo una política dirigida a implantar como única lengua institucional el catalán. Que Pujol tiene la fama, pero Maragall también ha cardado mucha lana). Y qué decir de la España que cambia su idioma al gusto de los catalanistas. Cómo entender el absurdo de que de repente dos palabras del español, más que consolidadas, como son Gerona y Lérida dejen de ser normativas para ser sustituidas por dos palabras del idioma catalán. No veo a los catalanistas hacer lo mismo con, por poner un ejemplo, Zaragoza que en catalán se escribe Saragossa. Esa España que en definitiva, acepta como buena la versión catalanista de lo que es y tiene que ser Cataluña. Ya se ha explicado muchas veces el origen de todo este «entendimiento» que hunde sus raíces en el periodo franquista y la identificación que se hizo de lo español con la dictadura. Y es en la actualidad una de las causas de que la minoría catalanista haya tomado el control de toda la información que sale de Cataluña, haciendo casi imposible dar a conocer otra versión de nuestra realidad (aunque ahora ya estamos empezando a resquebrajar ese muro).
Jaime.
UN LIBRO MUY SALUDABLE
La lectura de “EL PARAÍSO POLIGLOTA”(*) produce gratas sensaciones porque hay
que celebrar la aparición de opiniones sensatas y documentadas sobre la absurda realidad en la España
de las normalizaciones lingüísticas y sus justificaciones teórico-históricas, tema que
es objeto de preocupación para muchos ciudadanos y también de perjuicios y discriminaciones imposibles
de conciliar con una democracia moderna. Se puede resumir el análisis del Doctor Lodares diciendo
que esta situación no constituye novedad alguna, sino la manifiesta vigencia del atraso histórico
de la sociedad española y su carácter más emblemático: el tradicionalismo, vocablo
con el que designa la ideología y la praxis conservadora, que se nutre del tejido social y a su vez lo colma
de prejuicios y sofismas; más aún, lo despoja astutamente de sus deseos e intereses. La realidad
social, la amplia bibliografía y la ya dilatada experiencia sobre las prácticas “normalizadoras”,
han permitido la aparición de este libro, pero la responsabilidad de haberlo hecho tan bien, es mérito
exclusivo de su autor.
El texto del profesor, cuajado de inteligente humor, desapasionado casi siempre,
sazonado de ironía y contenido de enfado, nos transporta en su discurso y nos va soltando en sus capítulos
para que caigamos con sorpresa en novedosas incursiones, con asombro por los datos inverosímiles y por fin,
en la cuenta de que, en esencia, estamos repitiendo épocas pasadas, pues en el fondo de tanta normativa
lo que se intenta es mantener el analfabetismo secular hispánico bajo el aspecto de una moderna edición
políglota. Desmonta el mito de la determinación tomada por el Estado para liquidar las lenguas
minoritarias y trata de demostrar lo contrario: que la carencia histórica de instrucción pública
explica precisamente la pervivencia de esas lenguas, pues si hubiese existido una decidida política educativa
en el idioma común, las lenguas locales habrían devenido severamente inútiles. Para ello presenta
una prueba: el mapa lingüístico hispano permanece invariable desde siglos.
Básicamente desde la filología aunque también aborda otras
facetas, el profesor Lodares rastrea el pasado para encontrar la lógica del desarrollo en una España
que se ha mostrado incapaz de soltar el lastre de su atraso, y concluye que en la etapa actual, la
reacción ha encontrado armas en unas lenguas que le sirven de control social. Dichas lenguas y sus pintorescas
renovaciones, existen gracias a que los estamentos conservadores, iglesia incluida, las mantuvo a modo de
diques para contener la penetración del progreso, cuyo ariete lingüístico era el español.
Una aguda observación hace Lodares cuando alude al misterio aparente de la
aceptación social de las imposiciones lingüísticas y la atribuye en parte al sustrato tradicionalista,
lo que permite las políticas temerarias en este terreno, pero debemos esperar que los experimentos den sus
estériles frutos y prendan en la conciencia popular para propiciar un cambio en la situación. En
cualquier caso hay que seguir explicando a los interesados que el viaje que estamos pagando puede conducirnos a
procelosos lugares o cuando menos a un retrógrado punto de partida y desde luego continuar luchando
por el derecho que asiste a los ciudadanos para elegir el medio de transporte y el destino de la ruta. Conseguirlo
es nuestro futuro y este libro nos lo alumbra.
(*) (Juan Ramón Lodares. Editorial Taurus.1999)
Mario Acosta