Unos meses después iba caminando por una galería y entre pitones y gekos encontré decenas de pequeñas iguanitas.
Entré y pregunté cuanto salían y cómo se cuidaban. Nadie me dijo que crecían y crecían hasta alcanzar un metro setenta (Si! Y hasta dos metros), ni que además de esa piedrita caliente que me ofrecían por sólo $30 iba a necesitar unas cuantas cosas mas entre calcios, vitaminas y luces especiales...
La nenita caprichosa encontró una víctima que pusiera la tarjeta y un mes después tenía la iguana en casa.
Era un macho, se llamaba "Silvio" (si, Silvio ¿Y que?). Ahí fue cuando comenzó a nacer esta página.
Me puse a buscar información sobre iguanas y descubrí que existían millones de páginas sobre el tema, en millones de idiomas, y que la mayoría se contradecían.
Aquí se centra el problema. Todos tenemos perros y gatos. Pajaritos, hamsters y pececitos. Y todos sabemos como cuidarlos. Pero muy pocos tenemos iguanas y muchos menos otros reptiles. (No te cruzás todos los dias con una persona paseando a su pitón ni tampoco tu mamá se enoja porque un geko leopardo le hizo pis en las plantitas.)
Así que resulta un tanto difícil hallar información sobre el cuidado de estos bichitos poco usuales. Sencillamente ingresá a cualquier buscador (Yahoo , Google o Altavista) y tipeá "IGUANA".
Las posiblilidades son millones. Y encima todos aconsejan cosas distintas.
Así que yo comencé un trabajo "larguísimo" en el que visité cada página y comparé lo que decían y fuí decidiendo entre los consejos de los que me parecía que sabían mas.
Eran todas conjeturas, eso es obvio. Pero no es lo mismo el sitio de Melissa Kaplan que uno cualquiera. Apenas ingresa, uno nota la diferencia.
Bueno... Silvio vivió tres meses desde que lo traje a casa. La verdad es que lo cuidé tal como me habían dicho en el negocio donde lo había comprado. Aunque había leído que no habia que darles espinaca, el que me lo vendió me dijo que el tenía iguanas y que eran viejas y que siempre les daba espinaca, asi que le dí espinaca tal y como me había dicho.
Lo mismo pasó con otras cosas como la temperatura y la luz, las vitaminas y el calcio.
A los tres meses Silvio no estaba mas y yo no dejaba de llorar.
Si, ya se . . .¡Que exagerada! estarás pensando. Pero realmente me había encariñado con él.
Cuando escuchaba mi voz ya empezaba a rasguñar el vidrio para que lo sacara de la pecera.
Realmente era muy manso y lamenté mucho no poder verlo crecer. Yo lloraba y mis amigas no lo entendían. Claro, no es lo mismo un perrito todo calentito y peludito que un "bicho asqueroso, frio, pinchudo y con una piel que parece de plástico". (Eso pensaban mis amigas de Silvio).
Lo cierto es que si tenés alguna mascota seguramente sabrás cuanto duele perder esa "cosita" que nos hace levantarnos media hora antes todo los dias para hacerle la comida y del que somos totalmente responsables.
Y si tenés una iguana, o cualquier otro reptil seguramente me entenderás mas, ya que debés disfrutar como yo de su compañía siempre silenciosa y suavecita y así como también de sus estornudos en tu oreja, de los logros que va consiguiendo día a día y de los sustos que te da cuando salta sin que vos lo esperes.
Nunca más pensé tener una iguana.
Hasta que una noche mi novio me dijo que me iba a traer una sorpresa... (MILAGRO??)
Yo no sabía si me iba a traer ropa, un viaje, entradas para algún lugar copado o un anillo.
Nada de eso. (ILUSA!)
Mi novio se había encontrado una iguana de seis meses en la calle. Completamente muerta de hambre, desnutrida y deshidratada, con la cola torcida casi en forma de escuadra y con un miedo y una fuerza para defenderse que aun hoy no puedo manejar.
Ya pasó un buen tiempo de aquel dia y hace bastante que compartimos habitación (la iguana y yo). El primer mes tenía (teníamos) TERROR y se defiendía cuando alguien querí agrarrarla. Al final se acostumbró. Y yo también. (Durante todo el primer mes yo no la sacaba de la pecera y la única que se animaba era mi mamá).
Mi iguana todavía no tiene nombre porque no sé el sexo. Por ahora se llama iguana o como le dice la señora que trabaja en casa: "Tijuana" aunque a veces se llama "pelotu..." , "bolu.." , "guach..." y otra sarta de barbaridades si es que cuando la voy a agarrar se escapa o me rasguña.
"Tiji" está bárbara. Gordita y contenta. Y estoy siguiendo los consejos de todo el mundo y de nadie a la vez. No puedo ignorar las opiniones de M. Kaplan (ingresá a su página y vas a entender porqué), pero tomo todo lo que me dicen "con pinzas".
El dia que "Tijuana" llego a casa nació esta página. Con el objetivo de poder contarles como estoy cuidando a esta iguana, para contarles lo que opinan todas las páginas de internet ( y ustedes no se tengan que tomar el trabajo de revisarlas una por una) y para que podamos intercambiar información. Además, para que quienes tienen otros animalitos poco usuales puedan contar que es lo que saben y ayudar a otros.
Bienvenido entonces a la página. Espero que la disfrutes y principalmente que te sea útil a vos y a tu nuevo bichito.
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