A mediados de siglo se descubrió oro en California y miles de aventureros se lanzaron a su búsqueda en lo que se ha dado en llamar "fiebre del oro". A diferencia de lo que nos muestran las películas del oeste, la mayor parte de los viajeros se dirigía de la Costa Este de los Estados Unidos a la California por mar (no por tierra). La ruta empezaba en Nueva York, de ahí se viajaba a San Juan del Norte (Greytown), se cruzaba el Río San Juan, el lago de Nicaragua y el istmo por San Jorge y se embarcaba hasta San Francisco. Otros viajeros hacían la ruta por un ferrocarril que atravesaba Panamá.
La afluencia de viajeros originó la fundación de la llamada Compañía del Transito, propiedad del magnate Cornelius Vanderbilt.
Las rivalidades entre conservadores y liberales y
las apetencias de Vanderbilt, junto con la ambición de unos aventureros sin
escrúpulos propiciaron la invasión filibustera de Nicaragua. En 1855 un
aventurero llamado William Walker fue llamado por los liberales de León
para participar en su guerra contra los conservadores. Walker llegó a Nicaragua
con 56 mercenarios (conocidos como "filibusteros") y al poco tiempo se
había apoderado del país y se había hecho nombrar presidente. En el
transcurso de la guerra Granada fue arrasada, se instituyó la esclavitud (con
la idea de incorporar Nicaragua a los Estados Unidos como un estado esclavista más)
y se declaró el inglés como idioma oficial de Nicaragua. Al llamado de Walker
acudieron muchos aventureros y mercenarios, engañados por la perspectiva de un
enriquecimiento rápido.
William Walker, jefe de los filibusteros norteamericanos
Las potencias de América Central reaccionaron y en
1857 Walker fue derrotado. Una nueva expedición de Walker en 1860 fracasó y
Walker fue ajusticiado por los hondureños.