COSTA RICA

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LA HISTORIA OFICIAL

A DIFERENCIA DEL RESTO de America Central, donde los conquistadores españoles encontraron a su llegada culturas avanzadas, el territorio de la actual Costa Rica no tenía una población indígena muy numerosa; pertenecía ésta a la familia chibcha.

Colón llegó a las riberas de Costa Rica en su último viaje, en 1502. Exploraron su litoral entre 1514 y 1516, Gaspar de Espinosa, Hernán Ponce de León y Juan de Castañeda. Entre los años 1560 y 1564, siguieron haciéndolo Juan de Cavallón, el padre de Juan de Estrada Rabago y Juan Vázquez de Coronado. La conquista del territorio se concretó en la segunda mitad del siglo XVI. Pero los colonizadores permanecieron largo tiempo aislados, sin poder establecer el sistema de encomiendas, virtual esclavización de la mano de obra nativa.

El territorio conquistado fue adscripto a la Capitanía General de Guatemala. Se formó así una sociedad patriarcal de pequeños propietarios, sin una oligarquía terrateniente tan poderosa como en los países vecinos y mucho más europeizada que en éstos. 

En 1821 el territorio costarricense aceptó la independencia de Centroamérica y se integró a las Provincias Unidas. Formó parte de ella hasta su disolución en 1840. Fue uno de los territorios que más resistió la balcanización promovida por el imperialismo británico. Por eso Francisco Morazán --caudillo de la unidad centroamericana-- la tomó como base para sus operaciones, hasta que en 1848 Costa Rica aceptó separarse constituyéndose en estado independiente.

Sólo en dos oportunidades se alteró la tradición pacífica de los costarricenses. La primera fue a mediados del siglo XIX, cuando el estadounidense William Walker, que se había apoderado de Nicaragua, intentó extender su dominio a todo el istmo centroamericano y fue derrotado en tiempos del presidente Juan Rafael Mora. La segunda, cien años más tarde, cuando en 1948 un fraude electoral desembocó en una guerra civil ganada por las fuerzas entonces opositoras de José Figueres.

Entre 1940 y 1948, los sucesivos gobiernos fueron respaldados por los cafetaleros y los banqueros. En 1948, el triunfo de Otilio Ulate, representante de la Unidad Nacional, fue anulado por el Congreso, desencadenándose una guerra civil. El conflicto terminó con el nombramiento de una junta presidida por José Figueres, que realizó un llamado a elecciones de diputados, quienes ratificaron la elección de Ulate en la presidencia. Un año después se promulgó la nueva Constitución, de corte netamente presidencialista y que prohibía la formación de ejércitos.La revolución dirigida por Figueres, de tono populista, levantó la bandera antidictatorial para toda la zona centroamericana. Se abre así, el período llamado Capitalismo de Estado-benefactor. José Figueres asumió el mando en 1954, profundizando la política populista, ahora con un fuerte ingrediente anticomunista. En 1958 las fuerzas conservadoras derrotaron a Figueres, dando comienzo a la política desarrollista -impulsada por los Estados Unidos- de sustitución de importaciones.

A partir de ese momento la tradicional pugna política entre liberales y conservadores fue sustituida por una nueva contienda entre Liberación Nacional, el partido de Figueres y una heterogénea formación de varios partidos menores. En 1966 la Oposición Nacional Unida llevó a la presidencia a José Joaquín Trejos.

El LN, con Figueres a la cabeza, logró recuperar el gobierno en las elecciones de 1970 y lo mantuvo en 1974, cuando ascendió a la primera magistratura Daniel Odúber Quirós, cofundador del partido en 1950.  Odúber se esforzó por restablecer la unidad del Mercado Común Centroamericano, en crisis desde la guerra entre El Salvador y Honduras de 1969. Sin embargo, su clara defensa de las libertades democráticas no fue muy bien vista por el régimen de Somoza en la vecina Nicaragua, que intermitentemente hostilizó a su vecino. Costa Rica se convirtió en asilo de millares de refugiados políticos.

La nacionalización de las compañías trasnacionales que distribuían el petróleo y sus derivados en el mercado interno, decretada en 1975 y el alza de los precios del café (principal producto de exportación) crearon condiciones favorables para mejorar los ingresos de la población.

En 1978, contra todas las previsiones, las elecciones presidenciales dieron el triunfo a la oposición conservadora, que denunció aspectos administrativos polémicos de la facción de Figueres. En esos mismos comicios la izquierda, reunida en la coalición Pueblo Unido, aumentó considerablemente su votación. No obstante, la izquierda costarricense permanece aislada e imposibilitada de desarrollar una propuesta de cambio social que conlleve la democracia y el pluralismo, convincente para la gran mayoría de la población.

El gobierno siguiente de Rodrigo Carazo Odio, se caracterizó por su orientación económica antipopular, inspirada en las "recetas" del Fondo Monetario Internacional, y una línea política de creciente enfrentamiento con las fuerzas sindicales y los partidos de izquierda. Sin embargo, en 1979, ante las amenazas de invasión por parte del dictador Anastasio Somoza, el gobierno costarricense -alentado por las simpatías populares hacia los sandinistas- se decide a brindar un apoyo activo a la oposición nicaragüense.

Muy distinta fue la actitud asumida a partir de 1980 hacia la revolución salvadoreña, ya que pese a todas las violaciones a los derechos humanos, la junta militar democristiana recibió el apoyo político del gobierno de San José. Por otra parte, en mayo de 1981, Rodrigo Carazo rompió las relaciones diplomáticas con Cuba.

Asimismo, con respaldo del gobierno norteamericano, en enero de 1982 se creó en San José la Comunidad Democrática Centroamericana, destinada a aislar a Nicaragua.

En las elecciones generales de febrero de 1982 triunfó Luis Alberto Monge, del sector derechista de Liberación Nacional, con 57,8% de los votos. Al mes siguiente Monge viajó a Israel, donde -desconociendo la resolución 478 de las Naciones Unidas- izó la bandera costarricense en la sede diplomática de su país en Jerusalén. El mandatario electo definió su actitud como "ejercicio de soberanía".  Al asumir, en mayo de 1982, Monge proclamó su alineamiento con las "democracias occidentales" y anunció austeridad. Al mismo tiempo, impulsó un mayor acercamiento con los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras y provocó el deterioro de las relaciones con la Nicaragua sandinista.

El embargo comercial decretado por Estados Unidos a Nicaragua facilitó una profundización de la actitud hostil del gobierno costarricense contra su vecino. Las relaciones entre ambos países llegaron a un punto crucial de deterioro en julio y agosto de 1985, a raíz de una serie de incidentes fronterizos. Sin embargo, rápidas gestiones del grupo Contadora permitieron congelar la coyuntura; ambos gobiernos aceptaron la presencia de observadores neutrales en la frontera, los que actuarían de árbitros en caso de reiteración de los episodios.

La solución a la aguda crisis económica y a la amenaza de un conflicto regional fueron los pilares en los que se basó la campaña del candidato socialdemócrata a la presidencia, Oscar Arias, vencedor en las elecciones de febrero de 1986 con un ajustado 52% de los votos.  Arias se dedicó a la tarea de diseñar una política que rompiera la lógica de la guerra y la escalada de tensión en la región y en agosto de 1987 presentó un plan de paz en una reunión Cumbre realizada en Esquipulas, Guatemala, que fue aceptado y firmado por los presidentes de El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras y Costa Rica. Los ejes del plan eran el cese del fuego simultáneo en Nicaragua y el El Salvador, el cese de la ayuda norteamericana a la "contra" nicaragüense, un calendario "democratizador" en Nicaragua en el que se incluía la realización de elecciones libres y el fin del uso de territorios extranjeros para la implantación de bases de ataque.

La firma de ese plan de paz conocido como "Esquipulas II" dio a Costa Rica un destacado lugar en las relaciones internacionales y fue un éxito personal del presidente Arias, quien recibió por ello el Premio Nobel de la Paz en octubre de 1987.

Durante su gobierno Arias puso en marcha un primer y luego un segundo Programa de Ajuste Estructural (PAE I y PAE II) con el apoyo del Banco Mundial. Sus objetivos fueron la transformación del aparato productivo, con modernización tecnológica, mayor eficiencia y productividad. Se aplicaron recetas neoliberales sugeridas por los organismos financieron internacionales y según los sindicatos no se midieron ni planificaron los efectos sociales de dichas recetas.

En julio de 1989 una comisión investigadora parlamentaria sobre el narcotráfico produjo un informe en el que se afirmaba que los dos principales partidos políticos, el PLN y el PUSC, habían recibido dinero del narcotráfico para sus campañas electorales de 1986. Respecto a éstas estalló otro escándalo al denunciarse que ambos partidos, y personalmente el propio Oscar Arias, habían recibido dinero del general Manuel A. Noriega para financiarlas.

Entre marzo y julio de 1988, la política de ajuste del gobierno de Arias provocó manifestaciones de disconformidad en amplios sectores de la población: de los empleados públicos, contra las concesiones hechas al FMI y al Banco Mundial; de los sindicatos de agricultores (agrupados en UNSA), que realizaron una semana de protesta contra la política agropecuaria, y de los granjeros que efectuaron varias huelgas.  Durante el año 1989 se agravó dicha situación. En agosto de ese año, una coalición de federaciones sindicales regionales, colegios profesionales y grupos de ciudadanos convocaron a una huelga en la provincia de Limón, que paralizó por cuatro días la navegación en la costa caribeña. A la protesta se sumaron sectores de la costa atlántica. En septiembre del mismo año, los maestros realizaron un paro nacional.

En 1990, el 29.9% de la población económicamente activa eran mujeres. Sin embargo, son el 41% en el mercado de trabajo informal. En la vida política, en el Poder Ejecutivo y el Legislativo, las mujeres no superan el 15%. Grupos organizados de mujeres observan además un aumento de la prostitución de adolescentes a través de organizaciones que se han convertido en un negocio multimillonario para sus dueños.

Con la consigna de "cambio" y dirigiéndose a los sectores de bajos ingresos y de menor nivel educativo, el candidato socialcristiano, Rafael Angel Calderón, se impuso en las elecciones de febrero de 1990 y obtuvo -por un escaño- mayoría absoluta en el parlamento.

En el plano exterior, abogó por la continuación del proceso de paz centroamericano pero con criterios orientados a fortalecer el desarrollo económico y anunció que Costa Rica volvería como observador al Movimiento de Países No Alineados después de ocho años de alejamiento. Asimismo anunció que buscaría un acercamiento con Europa y América Latina.

La aplicación de un severo ajuste económico llevó a la reducción del aparato estatal y del déficit fiscal que había alcanzado 3.3% del PIB. Como consecuencia se incrementó la desocupación y aumentó el descontento popular.

En las elecciones de 1994 el candidato socialdemócrata José María Figueres, ganó por un estrecho margen al oficialista Miguel Rodríguez, al cabo de una campaña en que hubo escasas diferencias programáticas pero una notable aspereza entre los partidos rivales.

En enero de 1995 se alcanzó un acuerdo de libre comercio con México. No obstante, el deterioro de la economía, la inflación y el déficit presupuestal llevaron al gobierno a aumentar los impuestos. El Banco Mundial rechazó el plan económico del gobierno y se negó a financiar el programa de ajuste estructural.

En abril el PLN se vio obligado a aceptar la liberalización del sistema bancario y la privatización de las empresas de seguros, hidrocarburos y telecomunicaciones propuestas por la oposición cristiana, a cambio de la aprobación de su paquete fiscal. Los sindicatos organizaron huelgas contra estas medidas, especialmente contra el cese de  miles de empleados públicos.