El piojo y la pulga se van a casar,
si no se han casado es por falta de pan.
Responde la hormiga desde su hormigal:
-que se hagan las bodas, que yo daré el pan.
-¡Albricias, albricias, ya el pan lo tenemos!
Pero ahora la carne, ¿dónde la hallaremos?
Un lobo responde desde aquellos cerros:
-que se hagan las bodas, yo daré becerros.
-¡Albricias, albricias, ya carne tenemos!
Pero ahora el vino, ¿dónde lo hallaremos?
Responde un mosquito de lo alto de un pino:
-que se hagan las bodas, que yo daré el vino.
-¡Albricias, albricias, ya el vino tenemos!
Pero ahora quien toque, ¿dónde lo hallaremos?
Responde la araña desde su arañal:
-que se hagan las bodas, yo iré a tocar.
-¡Albricias, albricias, quien toque tenemos!
Pero ahora quien baile, ¿dónde lo hallaremos?
Responde una mona desde su monal:
-que se hagan las bodas, que yo iré a bailar.
-¡Albricias, albricias, quien baile tenemos!
Pero ahora quien cante, ¿dónde lo hallaremos?
Responde una rana, desde su ranal:
-que se hagan las bodas, que yo iré a cantar.
-¡Albricias, albricias, quien cante tenemos,
pero ahora madrina, ¿dónde la hallaremos?
Responde la gata desde la cocina:
-que se hagan las bodas, yo seré madrina.
-¡Albricias, albricias, madrina tenemos,
pero ahora padrino, ¿dónde lo hallaremos?
Responde un ratón, de su ratonal:
-que se hagan las bodas, yo ire a apadrinar.
Se hizo la boda, hubo mucho vino,
saltó la madrina y se comió al padrino.
En la madrugada, cuando el sol salió,
no hubo ni un changuito que no se rascó.