Junto a mi pecho hallará su nido
en donde pueda la estación pasar
también yo estoy en la región
perdida
¡oh, cielo santo! y sin poder volar.
Dejé también mi patria adorada,
esa mansión que me miró nacer,
mi vida es hoy errante y angustiada
y ya no puedo a mi mansión volver.
Ave querida, amada peregrina,
mi corazón al tuyo estrecharé,
oiré tus cantos, bella golondrina,
recordaré mi patria y lloraré.
Narciso Serradell