No llores la ausencia,
cuando aún es... presencia,
llora la presencia que se torna ausencia
y estando presente, de forma incoherente o,
sin disimulo, se torna en ausente;
y sólo responde con un monosílabo,
el que parecia eterno octasílabo;
y el beso de antaño se torna en huraño
reseco y esquivo.
Y hace que te sientas como un malnacido,
intruso o extraño, agobiado y herido;
y de ser tan amado, como... un malquerido,
de sentirse útil a... un entrometido
y poquito a poco, te vas alejando;
con el alma herida, gimiendo, llorando,
sintiendo la ausencia
de aquella presencia
que siendo presencia,
se torno en ausencia.
En cambio la ausencia,
cuando aún es presencia,
se aspira en el aire, se aspira su esencia;
el menor detalle, causa la impaciencia
y hace que se torne en... una penitencia,
recordar su risa, como fresca brisa
sus manos aladas de suave caricia,
su andar cadencioso,
que impacta, electriza,
deseando que el tiempo,
transcurra de prisa.
Que vuele, que corra, traspase infinitos;
rompiendo barreras de tiempo y sonido,
y el pájaro ausente, retorna a su nido
de donde, jamás debería haber salido;
y regrese ansioso de amor y cariño,
prodigando a cambio:caricias y mimos,
cuál pájaro ausente y presente, te digo:
no llores la ausencia
cuando aún, no es... olvido.
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