Corella
Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco; cuerpo A. Diccionario enciclopédico Vasco, vol VII Cera-Garraiz; Ed. Auñamendi, San Sebastián 1976

CORELLA.
[Corellano]. Ciudad y municipio de Nav. situado en una meseta, a la orilla izquierda del río Alhama, afluente del Ebro, a los lº 54' 10'' long. E. y 42º 07' lat. N. Su término, que es llano al N., E. y O., presenta al S. una notable depresión y está regado por el mencionado río y varias acequias de riego. Montes: Cierzo, Arganzón y Cabezos de Guarre. Despoblados: Araciel. Lim. al N. con Logroño, al S. con Fitero, Cintruénigo y Tudela, al O. con Logroño y al E. con Tudela Alt : 373 m.

Población 1960-70:

Corella (capital)
Superficie kms2. 84,25
Categoria: ciudad

                                1960 1970
Poblacion Derecho 5.941 6.007
Poblacion Hecho    5.591 5.850
Edificaciones Agrupadas
Núm. viviendas 1.645
Núm hogares 1.515
Población residente habitual
Total 5.617
Varones 2.736
Mujeres 2.881
Edificaciones Diseminadas
Núm. viviendas
Núm hogares
Población residente habitual
Total
Varones
Mujeres

Censos. 1800: 3.935 h.; 1860: 4.991- 1900: 6.793; 1930: 5.676; 1940: 5.748; 1966: 5.895.

Edif. 1860: 1.173; 1900: 1.709; 1930: 1.578; 1940: 1.414. En el apeo de 1366 tenía Corella 60 vecinos francos y 15 hijosdalgo. En 1927 Castejón se independiza de Corella.

Lengua. El euskera de los vascones hubo de ser necesariamente el de las ciudades vasconas del Ebro.
Posteriormente hubo de haber en los primeros siglos del reino de Pamplona una aportación nueva llevada por los repobladores llegados desde las montañas. En la toponimia han quedado algunos vestigios como Olabe, Guarre, Gurzemai, Ubarra, Tranbarria, Lasarda, Imai, Ilurze, etc.

Nota del Editor: la lengua es el español corellano del que en otros documentos de esta dirección puede encontrar referencias; en cuanto a la característica entonación, tiene que acercarse por allí (todos los pueblos tienen su propia variedad y entonación: Cintruénigo, Fitero, etc.)

Comun. Dístancia a Pamplona: 92 kms. Carretera a la general de Tudela a Logroño, a la de Guadalajara-Tafalla por Agreda y a Tudela. Ferrocarril. Distancia a la cabeza de p. jud.: 18 kms. Estación de ferrocarril.

Econ. Municipio de tierra fértil y abundante, cultiva las especies propias de la Ribera de Na~,: cereales, excelente vid, olivo, patata, remolacha azucarera, hortalizas y fruta. Su industria responde en gran parte a esta vocación agrícola y se puede clasificar como sigue:

Ind. alimenticia: una fábrica de conservas vegetales, siete trujales, secadero y manufactura de bacalao.
Fab. de alcoholes, licores y vinos: 11 fábricas de vinos y mistelas (una de ellas es cooperativa), 4 fábricas de alcohol neutro, una de flemas alcohólicas y una de aguardientes y licores.
Fab. de bebidas analcohólicas: una fábrica de bebidas carbónicas.
Fab. de prendas de vestir: dos talleres de confección.
Industria maderera: una barrílería y una fábrica de reproducción de muebles antiguos.
Tipografía: dos imprentas.
Fab. de productos minerales no metálicos: dos fábricas de losetas y piedra artificial.
Ind. de construcciones metálicas y maquinaria: una fábrica de ascensores y montacargas, una de maquinaria agrícola, una de maquinaria general, una de motores eléctricos y una Cooperativa metalúrgica (V. del CARMEN).

Varios: una fábrica de hielo, un centro de regeneración del caucho, dos fábricas de artículos de alabastro. Hay además tratantes de ganado, fruta, vino y cereales, una granja agrícola, talleres mecánicos y varios almacenes. Hoteles y fondas: tres. En cuanto a su comercio, Corella pertenece al área comercial de Pamplona, subárea de Tudela, y cuenta con 134 licencias comerciales propias (1963).

Entidades bancarias. Sucursales de: Banco de Vizcaya, Crédito Navarro y la Vasconia, Caja de Ahorros de Pamplona. Según refiere Idoate en Rincones... [t. III, pp. 611-613], en el año 1677 se hizo un recuento de todos los comerciantes del reino de Nav. y de su capital, para que contribuyesen según su fortuna en la formación de un tercio que había de luchar contra los franceses. Corella dio un número de 18 comerciantes, con un capital total de 33.000 ducados aproximadamente. En el s. XIX, Corella era una de las poblaciones más activas del reino de Nav. En las 18.000 robadas de tierra regadas por el río Alhama se recogían toda clase de frutos, hortalizas e hilazas. Los montes de Arganzón estaban plantados de viñedo y olivos y también se sembraban en ellos algunos granos. En cuanto a la industria, era de destacar la fábrica de regaliz que se abastecía en los mismos campos de Corella. Trabajaban en ella, día y noche, 100 obreros y 50 caballerías.

Tenía varios molinos harineros y de aceite, dos fábricas de aguardiente y varias canteras de piedra y yeso.

Arte. Diversos hallazgos de cerámica de la época romana de entre los siglos I al IV. Ruinas del castillo. Pintura de Claudio Coello, «San Plácido y Santa Gertrudis, del s. XVII, en el convento de las Benedictinas. Cristo gótico del s. XV. Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario del s. XVI en piedra y ladrillo. Parroquia de San Miguel: entregada por los reyes Felipe y Juana al monasterio de San Marcial de Tudela. Santuario de la Virgen del Villar.

Casa de las Cadenas: Perteneció a las familias de Sesma, Miñano, Luna y Escudero y sirvió de residencia a Felipe V y su esposa. Fachada con relieves geométricos, alero volado y enorme escudo heráldico cobijado bajo amplísima y decorada concha en el ángulo del edificio.

Abundan los escudos heráldicos en las bien construidas y señoriales casas de esta ciudad.

Palacio de los Artetas, hoy de los Sres. de Arrese. Tiene un museo con importantes obras de pintura, arqueología y recuerdos históricos. , Dicho pop. «Corella la bella, rica de pan y pobre de leña». , Org. Polít. Mun., p. jud. de Tudela, Nav.

Organización Foral. Ciudad, merindad de Tudela, reino de Nav. Felipe IV le concedió privilegio de ciudad y voto en Cortes. Se gobernaba, en el s. XIX, por un alcalde ordinario que nombraba el virrey a proposición de la ciudad. En las Cortes de Nav. se sentaban diputados de Corella, junto a los de Pamplona, Estella, Tudela, Sangüesa, Olite, Aoiz, Viana, Monreal, Tafalla, Aguilar, Cáseda, Huarte, Villava, Mendígorría, Torralba, Lesaca, Zúñiga y Lacunza y junto a los representantes de los brazos militar y eclesiástico [Idoate en Rincones..., t. II, PP. 51 y 52]. En algunas ocasiones las Cortes negaron su asiento a algunos abades y obispos, por su calidad de extranjeros; tal fue el caso que ocurrió con el abad de Irache en el año 1546, en que no fue admitido, pese al deseo del rey Felipe II.

Biografía. v. Aguado, Alejandro; Alonso, José; Arigita Lasa, Mariano; Baratuerta, el Capitán; Corella, Fr. Gregorio de; Corella, Fr. Jaime de; Corella, Fr. Manuel de; Escudero, Gaspar de; Escudero y Marichalar, Cayo; Fernandez Asiain, Eugenio; Ferrer Gorraiz, Beaumont y Montesa, Vicente; Ferrer y Guisabel, Joaquín; Garcia, José; Garcia Romano, Jesús; Jimenez Delgado, José; Laserna, Blas de; Lopez de Corella, Alfonso; Miñano, José Carlos; Miñano, José Luis; Mohamed Ben Ali Ben Pharah; Nieva, Juan José; Ochoa, Eleuterio; Paula Escudero, Francisco; Peralta y Beaumont, Diego de; Peralta y Aliaga, Francisco; Perez de Oñate, Pascual; San Juan, Juan José; Serra, Juan; Sesma, Alberto de; Sesma, Cenón Gregorio; Sesma, Francisco de; Vicasillas, Genaro; Virto, Juan; Ximenez, Matías; residió en Corella el escritor Mariano José de Larra. Enseñanza. En 1960 tenía 6 escuelas para niños, cuatro para niñas y siete mixtas. En 1968 tiene siete escuelas a las que asisten 800 alumnos de ambos sexos. Tiene adernás una Escuela de Artes Aplicadas, con clases de dibujo artístico, aplicable a la industria del alabastro, pintura y cerámica. Extiende sus actividades organizando exposiciones de pintura. Un Colegio femenino de segunda enseñanza con internado y un Seminario (PP. Combonianos) .

Refiere ldoate en Rincones ...[t III, pp. 459-461] que en el año 1807 existía en el convento de los mercedarios de Corella -una cátedra de fílosofía, que contaba con tres alumnos, y otra de gramática con 14 alumnos. Había además en el puebl o un maestro y una maestra. El maestro percibía 80 ducados anuales del concejo, mas una cuota a satisfacer por los niños; la maestra percibía la mitad que el maestro más una cuota de cada niña.

Instituciones. Beneficencia y sanidad: Hogar-Asilo de San José y una Clçinica. Sociedades: Casinos, sociedades recreativas, Club deportivo corellano, Cooperativas, Plaza de toros, etc. Banda Municipal de Música, comparsa de Gigantes y Cabezudos, equipo de fútbol «Corellano».

Calendario. Celebra fiestas de Nuestra Señora de la Merced y San Miguel (patrono) el 24 de septiembre. Concursos regionales de jotas, encierros, etc. Ferias anuales del 16 al 30 de septiembre junto con sus fiestas locales. Romerías al santuario de la Virgen del Villar y el segundo domingo después de Resurrección. La víspera del día de San Juan, «Sanjuanea» o Juanillo, se traslada la imagen de este santo a la iglesia del Rosario. Al día siguiente se recogen flores y tiene lugar una chocolatada en espera del rocío que a la noche purificará los campos.

Heráldica. Escudo: Aguila apresando una liebre sobre campo de plata.

Historia. Identificada, sin fundamento, con Gracurris por Altadill. Hallazgo -citado en el "B.C.M.N", tomo 8, pag. 270-- de vestigios y camino romano en el despoblado de Araciel; pozos y grutas arqueadas con bóvedas de ladrillo, anforitas y tejas planas romanas en el término de Torrecilla. (Ref. "P. de V", 1946, nº, XXIV, pag. 426). El segundo descubrimiento -cerámica del tipo sigillata hispanica de los s. I-IV- lo efectuó don J. L. Arrese en 1949. M. A. Mezquíriz comprueba ("P. de V", nº 8o-81, 1960, PP. 241-273) la existencia de un taller de sigillata a finales del s. II en Corella, taller que llega a su apogeo en el s. III. Llama la atención, asimismo, sobre la existencia de una decoración a base de figuras humanas, hecho excepcional para su epoca. El tercer hallazgo data de 1966 y parece denunciar la existencia de una villa rural romana de entre los ss. II y III. El material encontrado varía: formas decoradas, formas lisas, sigillata clara, cerámica de paredes finas y cerámica vulgar ( M. A. Mezquíriz: Prospecciones arqueológicas en Navarra, "P, de V", nº 108-109, 1967, PP. 243-264). Todos estos datos avalan, pues, la remota antigüedad de la población corellana. Una vez reconquistada a los musulmanes, Corella, fue comprendida por Alfonso el Batallador en el fuero que concedió a Tudela. En el año 1128 la había donado, junto con su castillo, a Pedro, conde Partiacense, llamado también Rotrón, conde de Alperche o de Pertica. [ ... Partic y Percha, se lee también algunas veces.

Don Felipe Baráibar, que compuso un diccionario de las voces arcaicas del Fuero general, creyó que Partic, Alperche o Percha se referían a un pueblo de Francia], con su señorío y términos que señala desde la "peña roja" sobre Araciel hasta el sendero de Autol y monte de Yerga, torre de molino pequeño que está sobre Monteagudo y otras demarcaciones. En 1130 le concedió el mismo rey, por fuero propio, el de Sobrarve que tenía Tudela. Siguió siendo Corella señorío del conde Rotran hasta que éste, casando a su sobrina con don Garcia Ramirez, que después fue rey de Nav., dio a la doncella, en concepto de dote, los derechos sobre esta ciudad, que desde entonces quedó incorporada a la corona.

En 1285 el rey don Felipe , deseando fomentar la población de Corella, compró por medio del gobernador del reino, don Clemente Lunay, un huerto para dar quiñones a los pobladores de dicha villa por 2.500 suedos sanchetes. El mismo gobernador, siguiendo aquel objeto, libertó en el año referido a los labradore de Corella de 50 cahíces de pan meitadenco en la pecha, con la condición de hacer un molino con dos muelas y dos acenias para el rey en el término llamado Condamina, pero que fuese de cuenta del monarca su conservación. Este convenio se aprobó por el rey don Felipe en 1297. Durante el s. XIV se produjeron importantes incidentes entre Corella y Alfaro. El alcalde, jurados y concejo de Corella, por sí y por toda la Albala de Tudela, decían en el año 1310 en un cartel del desafío al concejo, alcaldes y jurados de Alfaro lo que sigue:

-Vos el dicto concejo de Alfaro sodes traidores e crebantadores de tregoa, por las muertes de Domingo Fermoso e de su fijo Joan, falsament et á tracion: é vos pondremos las manos e vos lo faremos decir, por las vuestras falsas gargantas, diez homes de cabaillo, de Nos los sobredichos de Corella, á diez homes de cabaillo de vos; et mas si a mas quisieredes, que sodes tales traidores como Nos decimos; e vos mataremos o vos faremos saillir del campo. E a Pedro Lopez Muriello decimos, por la muerte del dicto Juan, fijo de Joan Rois, por el malament e á traicion fecha, que es traidor por eilla, et crebantador de tregoa; e si dice que no es así, decimos afirmando que es así, e que somos apareyados de le dar meior home fidalgo que no es eill a ponerli las manos, e lo matar ó lo fará decir por su falsa garganta o lo sacará del campo en el meanedo, alli do solemos haber justas Nos los de Corella et vos: et á esto complescer, e tener, decimos vos que somos apareyados de Nos ser ante el nuav alto e poderoso seinor D. Jayme rey de Aragón, ó ante el infant su fijo o ante el alcalde de Zaragoza ó en otro quoalquiera logar non sospecto et seguro". A lo cual respondieron los de Alfaro: "que estaban prontos á enmendar los daños o facerles pecho; y en cuanto a lo que enviaban a decir á Pedro Lopez Muriello, dijo éste que mentian por sus gargantas falsas como traidores, y que aunque no fuesen tan buenos hombres como los de Alfaro los querian hacer sus pares y ponerles las manos y hacerles confesar por sus gargantas, diez hombres de á caballo á diez, y cien hombres á cien hombres; y que para cumplir lo que dicho es toomarian dia; y porque no se alargase y viniese presto á cabamiento pidieron por merced á Don Juan Alonso que los mantuviese; y que los de Corella y Tudela tuviesen otro hombre para que les catase logar y dia y dar tregoa a cuatro vecinos de Tudela y Corella, y rehenes de cumplirlo cuales escogieron".

En 1344 [La fecha es de 25 de febrero de 1343, que corresponde al año 1344], el obispo de Pamplona fue enviado por la reina doña Juana de Nav. al rey don Alfonso XI de Castilla para poner término a los debates de Alfaro contra Corella, Cintruénigo y Tudela, en los cuales dice que habían ocurrido algunas muertes. A su virtud se nombraron comisarios de ambos reinos y el rey de Castilla decía que por hacer honra a la reina de Navarra y al obispo de Pamplona, que había ido en persona, había envíado a Juan Roiz de Gaona guarda de su cuerpo y a Blasco García su alcalde, para que sosegasen el hecho con los comisarios de Nav., mandando a la villa de Alfaro que de allí adelante no tuviese contienda con los pueblos de Nav. y que no les prendasen nada por razón de la contienda y muertes, porque el rey les perdonaba. En el mismo año confesaba el concejo de Alfaro haber recibido, de orden del gobernador de Nav. el arzobispo de Sanz, 26.687 maravedís por mano del tesorero del reino para fin de pago de la indemnización de las prendas, marcas y presos hechos por la villa de Corella después de la paz de los reyes de Castilla y Nav.

En 1345 tuvieron vistas entre los términos de Alfaro y Castejón don Juan Conflan gobernador de Nav. y don Juan Roiz de Gaona guarda del cuerpo del rey de Castilla y merino mayor en Alava, y Rodrígo Alfonso de Logroño; el gobernador hizo leer un escrito que comenzaba diciendo: "Por enformar la conciencias de vos don Juan Roiz de Gaona, é don Rodrigo Alfonso de Logroño, mandaderos de dicto rey para saber la verdat de la pelea, muertes é robos que a los de Alfaro habían fecho los de Tudela, Corella é Cintruénigo, vos decimos, Nos don Juan de Conflan, que cuando acaesció la pelea Nos estába os en la tierra de alien Puertos, é que despues que venimos habemos hobido vistas con vos sobre este negocio". Y prosigue diciendo que no se había podido informar, pero que lo haría, y que si la culpa dimanaba de los súbditos de la reina de Nav. los castigaría: "empero que la manera del fecho se podría fallar por los de Tudela, Corella é Cintruénigo, quienes decían que despues de la paz puesta entre los reyes, mas de treinta veces los de Alfaro habían derribado el río Cañete que mucho les costaba de reparar y limpiar las presas y ruedas, y, que les habian talado las viñas y árboles y á veces les habían quemado las vides y los árboles fructíferos é infructíferos, y que les habían llevado y herido sus ganados y segado los panes; y que en el mes de noviembre vinieron los dichos de Alfaro, pendon levantado, á dicho río Cañete y que asolaron la presa y cometieron otros escesos; que si los de Alfaro recibieron algún daño fue por su gran sobervia y culpa, porque faltando a las paces, y confederaciones de los reyes, entraron concejalmente en manera de enemigos".

Y concluyó rogando a los comisarios castellanos que mostrasen a su rey las cosas sobredichas, los cuales contestaron: "que si los de Alfaro habían derribado la presa de Cañete fue porque así lo habían hecho sus antepasados, y lo tuvieron de derecho, cuando les contrariaban el agua en los días que los de Alfaro la debían recibir; y que lo demás expuesto por los de Nav. era falso". "El lunes primero antes de la pascua de Navidad del año 1355 al somo obscuro (al obscurecer) enviaron a mí (habla Juan Robray, merino de la Ribera) gentes de Coreilla, por parte de todo el conceillo, et me dígieron que los de Alfaro lis habian combatido la villa et muerto doblados hombres, et talado las viñas; et que al otro día mártes debían combatir la dicha villa, et talar las viñas; que por l'oficio que yo tenia me requerian, que yo, con compainias de á cabaillo et de pie, fuese á la dicta villa á goardar et defenderlos; et yo, amando el servicio del seinor rey, luego pie á pie con siete hombres á cabaillo míos, que yo tenia, fu á Cascant, á Ablitas, á Montagut, et invié á Ribaforada mandadero, et con otros seis hombres a cabaillo, es á saber Juan Martinez de Maquirrain, etc.: et con 150 omes á pie fue toda la noche á Corella, en manera que á l’alba yo era ailli, et faillé que los de la dicta villa salian al apellido; et yo con las dictas gentes fu con eillos, et matáronme quatro rocines...". El infante don Luis, gobernador de Nav. en ausencia de su hermano el rey don Carlos II, mandó pagar el gasto hecho por Robray en dicha expedición en 15 de enero de 1355, que corresponde al año 1356. En 16 de febrero siguiente vinieron por comisarios del rey de Castilla, para arreglar las diferencias entre Alfaro y Corella, Ferrán Alfonso de Logroño, y Juan Martínez de Ribaflecha, quienes, con don Juan Cruzat deán de Tudela y don Miguel Périz de Leoz, nombrados por Nav., trataron de la paz; pero no se dice el resultado.

Según refiere Idoate en Rincones... [t. II, P. 365], hacia el año 1353 se contaban en Corella 14 hidalgos, unos cien labradores, 37 moros y catorce judíos. El cabildo se componía de un vicario y cinco clérigos. En 1360 el infante don Luis dio a don Gil García de Aniz, señor de Otazu, en atención a sus grandes servicios, la villa de Corella con todas sus pechas, rentas, tributos y derechos pertenecientes al rey, la justicia alta y baja y la guarda del castillo, todo durante su vida. En 1364 el rey don Carlos II hizo libre al pueblo de Corella de la obligación de mantener los molinos del rey, concediéndole al mismo tiempo que todo hombre o mujer malhechor, los que hubiesen hecho monopolios, los que hubieren cometido delito de lesa majestad y los culpantes en falsa nioneda, ya fuesen de Aragón, Nav. o de otros reinos que viniesen a vivir a dicho pueblo, fuesen salvos y seguros en todo el reino. En 1369 doña Juana de Nav. concedió a los corellanos el derecho de nombrar alcalde perpetuo previa presentación de tres candidatos al rey o a su representante. En 1380 dicho rey don Carlos II, en consideración a los buenos servicios del conde de Paillars, especialmente en la guerra contra Castilla, le dio los castillos y villas de Corella y Cintruénigo con todas las rentas, provechos, emolumentos, pechas de granos y dinero y la jurisdicción alta, baja y mediana por el tiempo de su voluntad. En 1392 decía el rey don Carlos III que de 150 moros pecheros que antiguamente solía haber en Corella, sólo quedaron cinco, en cuya consideración les rebajó la pecha a 20 cahices de pan meitadenco durante cierto tiempo. En 1416 dicho rey concedió al concejo y habitantes de Corella facultad perpetua de pacer sus ganados en el término del lugar despoblado de Araciel, y aprovecharse de él como de término suyo propio, haciendo ordenanzas y poniendo penas sobre los pastos y yerbas.

Ejercieron la alcaldía de Corella además de los citados, los siguientes: Año 1276, don Pedro Sánchez de Montacuto, X libras de remuneración; 1280, don Fortún Garceis, de Araciel y Corella; más tarde de Burgui; 1285, don Fortuño Enneci de Montagut; 1294, don Aznar Yeneguí (incluyendo ambas torres); 1294, don Juan Martínez de Medrano; 1304, don Michael de Guarriz hasta 1306; 1306, don Michael Périz y Gil Périz de Sarria; 1309, don Johan Henrici; 1313, don Simón de Araciel y don Johan Enríquiz; 1331, don Pedro Sánchiz de Montagut, con VIII libras de sueldo; 1340, don Fortún Iñiguez de Monteagudo; 1341, el mismo y Pedro Sánchiz de Monteagudo; 1346, el noble Sr. de Monteagudo; 1360, don Gil García de Aniz; 1447, don Jaime Díaz de Aux (Nobil. t. 3º, P. 90). En 1417 el rey concedió a Corella una feria en los seis primeros días de septiembre, durante la cual no deberían pagarse peajes, leztas ni otras cosas, salvo los derechos de imposición; que durante la feria ningún concurrente a ella pudiera ser embargado por deudas, marcas ni por otra causa, excepto crimen de lesa majestad, traidores, monederos falsos, forzadores de mujeres y ladrones manifiestos. En 1423 donó dicho monarca a su nieto dor Carlos, príncipe de Viana, las villas de Corella y Cintruénigo y las de Peralta y Cadreita con sus castillos, mandando que se titulase señor de Corella y Peralta.

En 1427 la reina doña Blanca concedió a Corella que el merino de Tudela no pudiese hacer ejecuciones en personas ni bienes dentro de la villa ni en sus corseras, sino con expreso mandamiento del rey o de su consejo, como se acostumbraba hacer en la ciudad de Tudela y en cualquiera de las buenas villas del reino. En la guerra de 1429 entre Nav. y Castilla fue tomada Corella por los castellanos y luego recobrada por los navarros, e incendiada por los enemigos al tiempo de abandonarla. Decíase que habia traidores entre los habitantes y el rey envió comisionados a todos los pueblos donde pudiera haber ganados de vecinos de Corella, para que los embargasen.

En 1448 el príncipe de Viana vendió a su tío, don Juan de Beaumont, la villa y castillo de Corella con todas las rentas, derechos, homicidios y medios homicidios, cuartos, quintos, tercios y diezmos, tributos de los hornos, piezas llamadas Condaminas y los derechos del lugar despoblado de Araciel, que estaba contiguo a los términos de Corella, por 6.000 libras de carlines prietos. En 1449 reclamó Corella al rey contra la venta hecha por el príncipe de Viana, porque siendo siempre (decía) de la corona real é siendo el primer lugar donde ribó el príncipe don Carlos, por lo que debía ser del dicho príncipe, por ser derecho de España que los lugares donde primerament ribasen los príncipes primogénitos, deben ser suyos. Y el rey don Juan II mandó que Corella se agregase para siemple a la corona real como lo estaba Tudela. En 1457, habiendo confiscado el mismo rey los bienes de Don Juan de Beaumont, como partidario del príncipe de Viana, dio todas las tierras y rentas que aquel tenía en Corella a Rodrigo de Mendoza, amo (ayo) del infante don Fernando, hijo del rey; pero después hizo igual donación a Mosen Juan de Puellas para él y sus descendientes por sus grandes servicios, exceptuando el molino, horno y el campo llamado la Condamina.

El pueblo de Corella siguió el partido agramontés en favor del rey don Juan II contra el príncipe de Viana, por lo cual y por ser frontera de Castilla y de Alfaro, donde continuamente había grande guarnición de gentes castellanas, padeció mucho, principalmente en el año 1461, y el rey, queriendo premiar su fidelidad, le concedió que por razón de cuarteles sólo pagasen, ya fuesen con gracias o sin ellas, 40 florines por cada cuartel.

En 1471 la princesa doña Leonor hizo a Corella buena villa con asiento en Cortes, y a los vecinos de ella ruanos a perpetuo, francos y libres de toda manera de servitud; les concedió libertad de la imposición del vino, les confirmó el fuero de Sobrarbe y les dio un día de mercado, el jueves de cada semana.

En 1488 los reyes don Juan de Labrit y doña Catalina confirmaron a Corella sus privilegios y al mismo tiempo mandaban que, por cuanto redundaba en ofensa de Dios que los judíos morasen entre los cristianos, viviesen en adelante en el barrio donde tenían su sinagoga. También mandaron que los propietarios de bienes raíces que no habitaban en Corella pagasen cinco groses por cahizada de tierra para el cerco de la villa.

En 1512 la villa de Corella compró al rey don Juan de Labrit los molinos, hornos, heredades, censos, cuartos y demás derechos de toda clase que le pertenecían por la cantidad de 2.562 ducados de oro viejos. (Y. M.: Dic. Antig., art. "Corella").

Al sobrevenir la conquista de Nav, por las tropas de Fernando el Católico, una columna de 3.000 hombres de infantería y 400 caballos, al mando del Arzobispo de Zaragoza, entró por Aragón y sometió rápidamente a Cascante, así como a Cintruénigo y Corella, siguiendo hacia Tudela, a cuyas puertas llegó el 14 de agosto de 1512. En el año 1561 surgen disputas entre las ciudades y villas con asiento en las Cortes, sobre el orden de colocación, siéndole asignado a Corella un puesto detrás de Cáseda y delante de Echarri Aranaz, en virtud de su privilegio de ciudad franca concedido por doña Leonor en el año 1471.

La ciudad de Corella se vio afectada poruna epidemia de peste bubónica en el año 1601 [Idoate en Rincones..., t. 1, PP. 340-343]. Anteriormente ya habían pasado por este trance otras villas y ciudades de Nav. y Castilla. Parece ser que el portador de la peste a Corella fue un muchacho, que había marchado a Calahorra. Hubo varias defunciones y la ciudad utilizó una casa exterior a la ciudad como lazareto, donde, fueron internados y curados varios enfermos. Los gastos de estas medidas obligaron al concejo a tomar 2000 ducados prestados.

En el año 1630 Felip IV concedió a Corella dos importantes privilegios: el título de Ciudad por 26.500 ducados y el disfrute de las Bardenas por otra suma. En el año 1632 una representación de Corella se dirigió el día de San Martín a la concentración de las Bardenas [Idoate: Rincones..., t. I, PP. 178-180]. Para ello pasaron arrogantemente por Tudela. Pero al día siguiente, cuando volvían los corellanos de la reunión, fueron humillados por los regidores de Tudela, que les obligaron a pasar por las calles más sucias de la ciudad. Esta afrenta costó a los regidores tudelanos una multa de algunos ducados. Según refiere este mismo autor [Rincones.... t. III, pp. 635 y 636], en el año 1640 Nav. prometió al rey Felipe IV un tercio de 1.020 hombres, para luchar contra los franceses. Los ánimos no eran nada propicios en el reino, pues ese mismo año otro tercio navarro de 1.3oo hombres había sido aniquilado en Tamarite de Litera. Las Cortes decidieron que la quinta parte de este nuevo tercio fuera costeado por los comerciantes y hombres de negocios del reino. Estos protestaron enérgicamente, presentando antiguos privilegios de su gremio. La protesta fue hecha por los componentes de la cofradía de Pamplona, una quincena de comerciantes de Tudela y cuatro de Corella. El tribunal les dio la razón, sentenciando que los comerciantes no debían contribuir de forma más costosa que los demás regnícolas. A petición del rey Felipe IV, Nav. preparó, pues, un tercio de 1.300 hombres para servir durante cuatro meses en Cataluña y Aragón a cuenta del rey, contra los franceses que, al mando del mariscal La Motte, habían penetrado en aquella zona. El tercio salió de Nav., entrando en Aragón por Cortes, mandado por el mariscal de campo don Jerónimo de Ayanz y Xabier.

En Fuentes el propio rey y su valido, el conde-duque de Olivares, pasaron revista a este tercio, encontrando que faltaban 130 hombres. Entre los desertores figuraban muchos de la Ribera, de Corella concretamente 19. El tercio siguió hacia Alcañiz, mientras que el rey quería marchar hacia Lérida. Buena parte de las deserciones producidas se debía al desastre sufrido en el año 1640 por dos tercios navarros en Tamarite de Litera, donde en una noche murieron 6oo navarros.

En el año 1652 [Rincones..., t. II, PP. 450-453], ante la gran cantidad de lobos que había en Nav., las Cortes decidieron tomar medidas drásticas para extirpar la plaga. Se decidió que los propietarios de ganado pagasen tarja y media por cada cabeza de ganado mayor y la misma cantidad por cada veinte de ganado menor o diez de porcino. Con estos fondos se pagaría a los loberos, a razón de seis ducados por cada animal grande cazado y dos por cada cria. La mayoría de las ciudades, villas y lugares del reino protestaron contra esta ley, incluyendo Corella. Uno de los argumentos aducidos en contra fue la lejanía de la capital para ir a cobrar la recompensa. Se resolvió que además de en la capital los loberos pudiesen cobrar en algunas ciudades, entre ellas en Corella. La ley se mantuvo en práctica pese a las protestas, y fue corroborada en las Cortes de 1662.

El día 24 de junio de 1690 Corella sufrió los efectos de una trágica tormenta, según refiere Idoate [Rincones.... t. I, PP. 346 y 347]. Entre la una y las dos de la tarde del citado día el cielo se nubló, presentando un aspecto tan impresionante que la gente se apresuró a refugiarse en las iglesia, mientras que los sacerdotes sacaban las reliquias para conjurar la tormenta. Al poco tiempo comenzó un chaparrón, cayendo gotas muy gruesas entre un infierno de truenos y rayos. Estalló un pavoroso trueno, que fue seguido por un rayó que penetró en la iglesia y causó siete muertos y un buen número de heridos. Al rato terminó el nublado y los corellanos, tras asistir a las víctimas, hicieron por la tarde una solemene acción de gracias.

Durante la guerra de Sucesión, que trajo el advenimiento a España de los Borbones, Nav. se mantuvo fiel a Felipe V; Corella puso a punto, al comienzo de la guerra, una compañía de 150 hombres. Cuando Ablitas peligró ante el enemigo, los corellanos permanecieron allí durante 27 días con sus capitanes Joaquín Escudero y José Morales y Rada. Además le fueron sumamente gravosos los alojamientos de tropas que tuvo que soportar. Sin embargo las tropas del pretendiente Archiduque Carlos ocuparon en el año 1710 parte de Nav. La ciudad de Corella se sometió a estas tropas en septiembre de dicho año, falta de ayuda para defenderse. A finales del mismo año las tropas del Conde de Melón expulsaron de Nav. al ejército del pretendiente, quedando definitivamente Corella y todo el reino a favor del rey Felipe V, [ldoate: Rincones..., t. I y III, p. 124 y 305-3o6]. Corella fue visitada por el rey Felipe V y su esposa María Luisa durante el verano del año l711 [ldoate: Rincones..., t. III, PP. 55 y 56]. Antes de la visita de los monarcas la ciudad procedió a arreglar

los caminos y parte del recinto urbano. El rey vino a tomar aguas medicinales y permaneció desde el 14 de junio del citado año hasta el 24 de agosto, alojándose encasa de don Agustín de Sesma, quien al año siguiente obtuvo el privilegio de poner cadenas en las puertas principales de su casa. Durante la presencia real la ciudad se vio de tal modo concurrida que no quedaba ni siquiera una cama libre para los miembros de la Diputación. En el año 1719 la ciudad de Corella recibió nuevamente la visita del rey Felipe V, acompañado de su esposa, Isabel de Farnesio, al acaecer la invasión del país por las tropas del duque de Berwick. Desde esta ciudad despachó varias provisiones sobre si debia o no ofrecerse resistencia al invasor. [E.J.L.: "H.G.S.B", t. VI, p. 112-113].

Según Idoate [Rincones..., t. 111, PP. 552 y 553], en el año 1796 una plaga de cuquillo y de gusano asoló la Ribera, afectando también a Corella. El 8 de noviembre de 1809 se reunieron en Corella las partidas de guerrilleros de Javier Mina, "Cuevillas" y el "Marquesito". Resolvieron acometer a la guarnición francesa de Tudela. Lograron entrar en Tudela, pero de nuevo se retiraron a Corella, al saber que una columna francesa de 300 hombres se acercaba. Surgieron discusiones entre los guerrilleros sobre el reparte del botín cogido en Tudela, teniendo que intervenir los mismos caudillos para solucionarlas. Se llegó al acuerdo de que en adelante cada partida actuara en su zona, separándose seguidamente las partidas. Sin embargo Mina sufrió una sorpresa en Corella, perdiendo doce hombres, que fueron degollados por los franceses, marchando a continuación hacia la merindad de Estella. Las benedictinas del lugar sufrieron en esta ocasión diversas vejaciones.

En el año 1820, mientras hacía furor el constitucionalismo, también los realistas intentaban hacerse notar, como se desprende del hecho sucedido en Corella en noviembre del mismo año [Idoate: Rincones..., t. 11, pp. 109 y 110]. Resultó que la placa de la Constitución apareció una mañana con dos balazos. El ayuntamiento, "pasmado ante tan horrendo crimen", se apresuró a arreglarla, a la vez que daba parte y ofrecía una tentadora recompensa a quien pudiera aportar datos. En marzo del año siguiente alguien embadurnó la placa durante la noche, procediendo el ayuntamiento a mandar limpiarla rápidamente. El 23 de abril del año 1821 tuvo lugar un pequeño incidente en la iglesia de Corella, al encomiar el predicador la Constitución y protestar murmurando un sector de los feligreses [Idoate: Rincones..., pp. 165 y 166, t. II].

Con motivo de la visita del rey Fernando VII y su esposa a Tudela el 10 de septiembre de 1828, se trasladó a esa ciudad una engalanada representación de Corella, para agasajar a los monarcas, según refiere Idoate [Rincones..., PP. 57 y 58]. Además fue a Tudela un gran número de corellanos, hasta el punto que quedó Corella como despoblada.

Como consecuencia del decreto promulgado por el ministro, conde Toreno, con fecha 3 de septiembre de 1835, fueron incautados por el Estado en esta localidad el Monasterio de los Mercedarios, que fue destinado a escuela, el de los Carmelitas Calzados que fue arrendado, el convento de las monjas Benitas y el de las Carmelitas Descalzas. En cumplimiento de la ley de desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendieron en esta localidad en 1892, dos lotes de terreno en Ombatillo, cuatro terrenos en Ombatillo, dos terrenos en Montecillo, un terreno en Montecillo y Ombatillo; en 1864, un bajo, calle de San Francisco, dos tejerías con doce robadas en Cantaruelos, un molino harinero y un bajo, un molino harinero, tres hornos de pan cocer y un corral, un molino, dos casas y un edificio con dos graneros [Ref. R.G.Ch., "La D.C. en N"].

El día 19 de junio de 1932 este Ayuntamiento votó en contra del Estatuto Vasco Navarro. [Ref. "El Pueblo Vasco", junio 1932].

Elecciones del 16 de febrero de 1936 (1ª y única vuelta).

Candidatos Partidos Votos
Aizpún . Derechas . . . . . . . 920
Elizalde. Derechas . . . . . . . 920
Morentín . Derechas . . . . . . . 1
Arellano . . . . Derechas . . . . . . . 921
Gortari . . . . . Derechas . . . . . . . 939
Arévalo . . . . Derechas. . . . . . . 941
Salinas . . . . . Frente Popular . . . . 319
Bengaray Frente Popular . . . . 323
Cuadra . Frente Popular . . . . 321
Monzón. Frente Popular . . . . 309
Basterra. Frente Popular . - - 326
Irujo . . . . . . P.N.V . . . . . . . 26

Ref. "B.O.N. del 17-2-1936; filiaciones en el "Diario de Navarra". Una minuciosa relación de los documentos de su archivo puede encontrarse en Idoate: Catálogo Documental de la ciudad de Corella, Dip. For. Nav. 1964, Pag 475.

Organización Eclesástica. Dos parroquias, dedicadas a Ntra Sra del Rosario y a San Miguel, arcip. de Corella, diócesis de Pamplona. Posee siete iglesias correspondíentes a las órdenes religiosas existentes en la ciudad: Pasionistas (noviciado); Combonianos (Seminario Menor); Carmelitas Descalzas; MM. Mercedarias (Noviciado); M. Benedictinas; MM. Carmelitas e Hijas de la Caridad. Ermitas: Nuestra Señora del Villar, San Blas, Purísima Concepción, San Gregorio, San Juan, Santa Catalina, San Pedro, San Francisco de Asís y Santa Bárbara.

La iglesia de San Miguel,que es la parroquia más antigua, perteneció al patrimonio real, y los reyes don Felipe y doña Juana la cedi eron en el año 1304 al monasterio de San Marcial de Tudela de la orden  Grandimontense con la obligación de erigir un altar a su abuelo, San Luis rey de Francia, y de decir misa diariamente. El libro llamado del Chantre dice, hablando de esta iglesia lo que sigue: La iglesia de Corella es del prior de San Marcial, fuera de los muros de Tudela; y el dicho prior presienta vicario por la dicha iglesia al señor bispe, et el señor bispe confírmalo é comándole la cura de las almas, é el dicho señor bispe visita la iglesia et por razón de la visitación págale el dicho prior la procuración, et el señor bispe asigna é da las sepulturas en la dicha iglesia, dotándola, á quien á el es bien visto la iglesia, é el prior presienta un cullidor para facer la cullida las diezmas, é el señor bispe et capitol de Tarazona otro; así que son dos cullidores, e cada uno destos tiene su llave del granero, los quales reciben las diezmas, en la abadía, de pan é de otras cosas ceptado (escepto) de conderos que se deciman á las veces dentro de la villa é otras veces de fuera; é por cada criazon que dan de diezma, dan los recibidores de la diezma sendos dineros, á los pastores: et juran los dichos cullidores en poder el señor bispe et capitol, bien et lealmente cullir la diezma: é los de la villa aducen la diezma de pan, vino é de las otras cosas á la abadía, é danles sendas vegadas á beber é sendos pocos de pan, é son pagados de monton los dichos cullidores de su trebajo, é de la provision; asi mismo la mision del dia de la quartacion é del pan y vno que se da á los que traen la diezma á la abadía págase de monton, a saber es tres quartales de trigo é tres de ordio del arcipreste, é sacados las dichas misiones de monton lieva el quarto de todas las diezmas el señor bispe et capitol, del qual se saca el redecimo para el arcidiano; después quedan sendos medio, quartos al señor bispe et capitol de Tarazona; é el prior ha las tres partes de toda la décima, é paga al vicario. Item el señor rey de Nav. paga en Corella al prior, por razón de las diezmas de los quartos, cincuenta cahices é trenta de ordio mesura real de Pamplona, del qual trigo, é ordio recibe el s eñor bispe et capitol de Tarazona el quarto, del qual se paga el redecimo por el arcidiano. [Ref. Y.M: Dic. Antig., artículo «Corella»].

La otra parroquia, la de la Virgen del Rosario, fue erigida en 1558. Cada una de ellas, tenía, en el s. XIX, un vicario y algunos beneficiados que formaban un cabildo que percibía la mitad de los diezmos, y la otra mitad de mensa capitular de Tudela por habérsele agregado, en virtud de bula pontificia del año 1520, cuantos bienes poseía el dicho monasterio así en Tudela como en Corella.

El Monasterio de San Benito de monjas benedictinas fue costeado por don Pedro de Baigorri y doña Luisa Alvarez del Castillo y Osorio abriéndose en abril de 1670. Bajo la dirección de este monasterio fueron fundados otros dos más en Calatayud y en Galicia. El 5 de julio de 1594 el papa Paulo III otorgó una bula a los corellanos, por la que se les concedía el patronato de la ermita de Nuestra Señora de Villar. Previamente la villa había elevado al Sumo Pontífice una petición al respecto, considerando la mucha devoción que a dicha Virgen se tenía y que la ermita había recibido diversas donaciones que sumaban diez ducados de oro de renta.

Según cuenta Idoate [Rincones..., t. III, páginas 536-539], hacia el año 1604 se estableció en la ermita de Santa Ana de Corella un ermitaño italiano llamado Antonio Escalione, siendo alabada por varios testigos la ejemplaridad de su vida. Cogió para vivir con él a un muchacho al que enseñó a leer y rezar. Fundó una cofradía en la que ingresaron muchos vecinos, obteniendo una gran popularidad. Pero en el año 1606 el ermitaño fue duramente atacado por el alcalde, quien instigado por el escribano Bonel y el clérigo Vicente había publicado un bando contra los extranjeros. Poco después, tras una acre discusión con Bonel y con Vicente, el ermitaño cayó gravemente enfermo, siendo internado en el hospital y muriendo al poco tiempo.

Por mayo de 1796, enterados los corellanos de que la reliquia de San Gregorío Ostiense del santuario de Sorlada se encontraba en Cintruénigo, acordaron gestionar su venida a Corella. Los capellanes portadores de la reliquia accedieron, marchando el 30 de mayo un regidor y el escribano de Corella a Tudela, para acompañarles. La reliquia permaneció en Corella durante dos días, siendo recibida con mucha devoción por el regimiento y la población. -A. A. A.

Corella: Apellido navarro. , Etim. Se han propuesto muchas etimologías para la voz Corella, casi todas inadmisibles. Desde luego su terminación es un diminutivo de origen latino. En cuanto al core- inicial lo vemos en los apellidos vascos Korega, Korera y Koreda. Es posible que proceda del latín cura «villa».

Todavía la Virgen de Corella se denomina la "Virgen del Villar".

Heráld. Escudo partido: 1º plata, 2º rojo; ambos sin figuras; bordura general azul, con ocho bezantes de plata.

B. y J. L.