1993, El Tonel

MUSICA EN CORELLA
MATIAS ESCRIBANO
AL PAN, PAN
Jesús Armendariz Poyales
Las campanas del Rosario
Antonio lbarbuen Carrillo
El Perfil de Corella
RAMON GARCIA
LA TRADICION MUSICAL EN CORELLA
Agustín Fernández Virto
CORELLA Y SU LÍRICA
Sir Thom'as, 28 + Rhoma ' n And Papi
GASTRONOMIA CORELLANA
JESUS GIL CATALAN

MUSICA EN CORELLA

Sin la música, decían los latinos, la vida no sería posible. Y con la música, decimos nosotros, la vida tiene una dimensión distinta. No sé hasta que punto es cierto que la poesía levanta a los pueblos. Pero sí es cierto que la música mueve a las gentes, les hace bailar, les anima a cantar e incluso les hace meditar. A la música, a veces, no se la comprende pero se la ama. Y los pueblos que aman la música son siempre pueblos vivos, imaginativos, pueblos espléndidos.

Los navarros han sido amantes de la música y ahí están nombres tan solemnes como Gayarre, Sarasate, Gaztambide, Blas de Laserna, Remacha o María Bayo. En cualquier plaza, en cualquier esquina de cualquiera de nuestros pueblos riberos surge una rondalla, un coro o un orfeón. Navarra en general y la Ribera en particular aman la música y los riberos cantan bien y cantan en todo momento y circunstancia. A lo mejor, los riberos nos distinguimos por ello y cantamos jotas que es lo nuestro o música sacra como el coro Virgen del Yugo de Arguedas. "Hablando de música, los navarros son capaces de cualquier sorpresa". ¿A quién le he oído esa frase".

Y Corella a la cabeza. ¿Cómo es posible que en una localidad de seis mil habitantes haya dos bandas de música, dos rondallas, un orfeón y un grupo musical de tanta calidad como "Araciel". La banda municipal corellana es amplia, sabia, discreta y disciplinada. Me gusta escucharla porque suena bien y está bien dirigida.

Corella siempre ha tenido banda y yo la recuerdo, desde que era chaval, en las fiestas de San Miguel, en la procesión del Corpus y en la tarde del Viernes Santo. "En mi pueblo", decía yo a un viejo amigo de Granada, "siempre ha habido música", y luego le hablaba de los bailes, a media tarde, en el kiosco del "mercado". Y mi amigo Adolfo Burkhart, se vino desde Granada a Corella y ¡ faltaría más ! consiguió ver y escuchar a la banda.

Ahora, Jesús Armendariz me sobresalta gratamente y me anuncia que en estas fiestas patronales se va a presentar una nueva banda de música. "Casi todos chavales, me dice, de 12 a 16 años y tocan de maravilla. Ya lo verás". Y lo veré. Claro que lo veré. Una nueva banda que alienta, que empuja, que anima la peña El Tonel. Pero ¿qué pasa con la Peña El Tonel que ensalza el vino, ama la fiesta, respeta la convivencia, ensalza la amistad y ahora, casi en silencio, se lleva las diez de últimas y se saca una banda musical de la manga?. Gracias, una vez más a la peña por hacer que la cultura sea en Corella una constante. Gracias por tanta sensibilidad, por tanta y tanta ejemplaridad.

Pero sigamos con la música. Decíamos que en Corella hay dos rondallas. Tanto monta. La del "Centinela" se ha hecho popular por lo bien que suena, por lo bien que canta y por su generosidad. ¿Y del orfeón Virgen del Villar?. Todo un patrimonio de Corella construido y avalado por el sacrificio de cientos de corellanos que acuden a los ensayos, que participan en los conciertos perdiendo días de vacaciones, de descanso familiar, etc. ¡Y cómo han llevado, mundo adelante, el nombre de Corella!. Me gusta, me emociona escuchar al orfeón de mi pueblo. Luego comento con Juan José Catalán, el director, los matices del concierto. "¿Cómo salentan bien las composiciones"?, le pregunto y el propio Juanjo me dice, con cierta ironía, "ni yo mismo lo entiendo" y comentamos, largo y tendido, el oído musical de los corellanos y sus gargantas fuertes y poderosas y la sensibilidad en los corazones.

Para finalizar, "Araciel". ¿Cuántos son? Más de veinte, todos mayores, gentes que quieren cantar. Así de simple, gentes que aman la música, que veneran la música y solo quieren cantar. ¡A fe que lo han conseguido!. Les he escuchado en tres o cuatro ocasiones. Me gustaría escucharles en todo momento. Les he sugerido hacer una grabación en Radio Ribera. La haremos. Porque " Araciel " canta con ritmo pausado, hermoso y hasta con cierta ternura. Pídanles ustedes que canten, por ejemplo, "Guantanamera".

He dicho que sin la música la vida no sería posible. Tampoco sería posible que Corella fuese tan hermosa sin su amor a la música. Si alguna vez nuestro espíritu musical decae, estará la Peña El Tonel para levantarlo, para animarlo, para sublimarlo. ¿ He exagerado?. Por favor, he dicho poco porque la realidad es más hermosa, más rica y más variada.

MATIAS ESCRIBANO

AL PAN, PAN

Por todos es sobradamente conocido el dicho popular de que "con pan y vino se anda el camino". Efectivamente. El pan, el vino y el queso (tal vez algún fruto seco) eran las viandas que el peregrino consumía a lo largo de la ruta jacobea.

El fervor religioso inundaba todos los estamentos de la sociedad medieval hasta la saciedad, creando un clima de temor, una mentalidad mágica, ingenua y supersticiosa.

Era una sociedad teocéntrica: creía vivamente en Dios, autor de todo lo existente. Creó la naturaleza y la dotó de un orden en el que cada hombre tiene su puesto. Cada cual debe comportarse con arreglo a ese orden, respetándolo. Todo se concibe en función de y para Dios y todo lo que aparte al hombre de EL se ve como un pecado que debe purgarse.

De acuerdo con esta teoría, en nuestra historia occidental hay una corriente cristiana de desprecio a la mesa y a los manjares, considerándolos origen de muchos pecados. En el cristianismo ascético ha habido una constante oposición a la alimentación de origen animal. Basta repasar las reglas de las viejas instituciones monásticas, muchas de ellas en vigor hasta hace pocos años. Estas corrientes de pensamiento veían una relación directa carne-lujuria, denunciando, a su vez, los efectos perniciosos que el mucho comer produce en la inteligencia. Algo parecido a lo que hoy opinan algunos vegetarianos. Contagiado un poco de este espíritu mortificador vamos a dejar de lado la buena mesa (de la que mucho se ha hablado) origen, según fray Diego de Estella, de los pensamientos torpes, el sueño, la pereza y embotamiento del juicio para escribir unas líneas sobre algo tan simple pero, a su vez, tan elemental como es el PAN.

El pan ha sido, durante siglos, el alimento básico de occidente a la vez que insustituible y escaso. En este sentido, Navarra no podía sustraerse a la realidad incuestionable y vemos como el pan, el vino y el queso constituían la alimentación básica de los estamentos más humildes en la Navarra medieval. Ante estas premisas, y desde muy temprano, se crean en torno al pan una serie de intereses que se transformarán en normas o leyes.

En el Fuero General de Navarra encontramos datos ilustrativos de la importancia del pan en la alimentación de la navarra medieval. Dicho cuerpo legislativo fue redactado, probablemente, durante el reinado de Teobaldo I (1234 - 1253) como consecuencia de un proceso de unificación territorial del derecho consuetudinario, sin perjuicio de la vitalidad y vigencia de los derechos municipales. En él, se dice que los molinos pertenecían al rey, al señor o a los monasterios no pudiéndose edificar contra la voluntad del señor.

A los molineros se les imponía la obligación de hacer buena harina; si no molieren bien, entregarán la harina con dos cuartales de grano.

Si de las muelas de los molineros se saliere o derramare el grano o la harina, siendo de día, es de cuenta del dueño de ella y, si fuere de noche, debe pagarlo el molinero a juramento del dueño.

El pan no se cocía en las casas, sino en los hornos públicos que, generalmente, pertenecían al rey, el cual cobraba un impuesto. Todos debían moler en el mismo molino pagando la catorcena y cocer en el horno, satisfaciendo tres dineros por cada robo en concepto de fornage.

Por el Fuero General se sabe, también las raciones de pan mínimas que debían dar los infanzones a sus esposas y los señores a los criados (algo más de un kilo de trigo diario).

Como es natural, la calidad de pan variaba, fundamentalmente, de la mesa del rey a la del pechero y de la Montaña a la Ribera. Los llamados pastices, pan de sucre, pan lechazo y pan de anís, eran consumidos en la mesa del rey. Los labradores comían pan de comunia que era una mezcla de trigo con centeno o mijo. De mayor calidad sería el pan meitadenco mezcla, mitad por mitad, de cebada o trigo. Muchas pechas se pagaban en este pan meitadenco que en Corella se llamaba pan mixto y que los moros entregaban como tributo.

En Corella, al entregar los diezmos, era costumbre hasta el siglo XV dar a la gente sendos panichuelos cuando entregaban los granos y sendos molletes de trigo por cada carga de uva.

El pan hemos dicho al comienzo que era un alimento escaso e insustituible; pero si esta afirmación es válida para una época determinada, carece de sentido en nuestros tiempos, en la moderna cultura occidental, en donde el llamado pan-pan es perseguido y proscrito dentro de nuestra alimentación diaria ¿por qué?. La razón que más se deja oír es porque engorda. Por este sencillo argumento, pero que trae de cabeza a más de uno y de una, se ha sustituido por otras "cosas" llamadas, también, pan aunque no lo parezca. Y es que todo lo que consumimos hoy es LIGHT. Vivimos (o mal vivimos) en el mundo de los sinsabores en aras de recuperar o para no perder nuestra línea.

Corella tiene fama, entre otras cosas, de elaborar un buen pan. Cuando se abandona nuestra ciudad, concluido el periodo vacacional o el fin de semana, el maletero del coche rebosa de verduras, frutas, ajos y algunas barras de pan. Y es que Corella es tradicional en cualquier orden de la vida y, así, los hornos corellanos, siguiendo las pautas de los antepasados, ofrecen al público ese pan-pan que conquista los paladares más exigentes y que, en detrimento de la línea, tan a gusto consumimos al lado de una buena tomatada.

Vaya, pues, en estas líneasun sincero reconocimiento dela laborde nuestros horneros: "Banderín", »Pablillo", Meli Catalán, "Masitas", y recientemente, Lydia ; porque con su profesionalidad Corella expande su fama al igual que la levadura de nuestro pan.

Jesús Armendariz Poyales

Las campanas del Rosario

No voy a hablar de la que tenemos en el Villar y que fue mandada fundir por unos ilustres corellanos con un cañón que les quitaron a los moros en la guerra de Africa. De ella ya se ha escrito bastante. Hoy quiero hablar de las campanas del Rosario. El sonido tan agradable de las cuatro campanas es muy difícil de encontrar en ningún pueblo de Navarra.

Cuando yo era chico tuve la suerte de ser monaguillo de la Parroquia y nos sentíamos orgullosos de las campanas, ya que entonces diariamente nos hablaban. Con cada toque se sabía que acto litúrgico se iba a celebrar. El tió Crispín el "cabeza" que fué el campanero más antiguo que conocí empezaba el día al amanecer con el toque del "Angelus" o, como todo el pueblo lo conocía por las Oraciones, repitiendo el mismo toque a las doce del mediodía y al oscurecer de la tarde. Luego, el toque de misa Mayor, las vísperas, al sermón etc.

Cuando era fiesta se conocía por la víspera ya que se repicaban las campanas antes y después de los bandeos de las dos pequeñas y la mediana ya que la grande no se bandeaba nunca y se le daba a mazo a excepción de la víspera de la Virgen de Araceli que venían los vecinos del patio de Araceli, los hermanos Grávalos, el Florentino "El Jeta", etc. y entonces si que se bandeaba la grande.

Claro que eran otros tiempos y había gran afición en los jóvenes a bandear y a repicar las campanas. Si no que le pregunten al Antonio Navarro que en compañía de D. Miguel Martínez (q.e.p.d.) que por entonces eran monaguillos y eran los que mejor repicaban.

Cuando subíamos a banderar, nos decían: tener "cuidau" con la del "tablau" que es peligrosa. Y nos contaban, que una vez siendo chico el tió "Coronel" le agarró del blusón que llevaba y lo tiró al tejado de la Iglesia, rompió cuatro tejas y a él no le pasó nada.

Por los toques que se daban sabían los feligreses lo que se iba a celebrar en la Parroquia. Había un toque especial en el verano que anunciaba si venía alguna tormenta o "nublau" como decimos en Corella, que le llamaban TANTARANUBLO aunque este toque casi no lo conocí. Hoy se ha perdido todo eso. ¿Por qué no se recuperan dichos toques?. Yo se que en varios pueblos de Navarra organizan concursos de campaneros para ver cual de ellos repica mejor y se conceden premios a los mejores. ¿Por qué no también en Corella?.

Hoy están situadas las campanas en la nueva torre, con mucho menos peligro que entonces. Ahora no hay peligro de que se caiga el mazo de la campana como ocurrió un día de la Purísima que le cayó a una señora que vivía en el Rabal. Menos mal que no la mató. Solo le hizo heridas de las que Gracias a Dios se recuperó pronto.

Este hecho me trae a la memoria lo que me contaron que ocurrió en un pueblo de la provincia de Zaragoza. El día de la fiesta del Santo Patrón, cayó el mazo de lacampana y mató a uno. Reconocen al muerto y uno de los que lo reconocía dice: Milagro ... Milagro... ¡Los otros le dicen pero, ¿como milagro si está muerto?!. Eso ya lo sé. Pero el milagro es, que era el único forastero que había en el pueblo.

Hoy las campanas del Rosario no dicen nada. Tocan para todo igual, así, que no se sabe nunca a que tocan. Yo me las imagino como cuando hay cuatro personas discutiendo por algo y todas hablan a la vez que no se entiende a ninguno. Es una torre de Babel de sonidos que no dicen nada. Antes, cuando tocaban a vísperas, al sermón o a cualquier acto litúrgico, se sabía a qué tocaban y la gente conocía todos los toques. Así que hoy cuando tocan las campanas del Rosario me encuentro más despistado que un gato en un garaje. Porque no sé a que tocan, a excepción de los entierros ya que esas campanadas que tocan ahora están muy bien, en lo único que se ha acertado, por lo demás sería muy agradable en Corella decir con el poeta Federíco Balart:

Hay en el Campanario cuatro ventanas
Y en ellas suspendidas cuatro campanas
Con voz aguda a veces y a veces grave
Cosas hablan que el labio decir no sabe
Pero si atento escucho bien, pronto advierto
Que unas tocan a Gloria y otras a muerto.

Siento un gran cariño porestas campanas y al mismo tiempo una gran nostalgia porque se han perdido aquellos toques y repiques tan entrañables.

¿NO PODRIAN RECUPERARSE?

Antonio lbarbuen Carrillo

El Perfil de Corella

Corella - que es mi pueblo - tiene su propio perfil.

Como todo hijo de vecino. O mejor aún: Corella tiene más de un perfil. Cualquier hijo de vecino, sobretodo si es mujer, suele tener un perfil bueno y un perfil no tan bueno o incluso malo. Dicen que Greta Garbo siempre exigía a los directores de sus películas que la tomaran del lado izquierdo, que era, por lo visto, su perfil preferido.

Corella tiene un perfil o silueta si la contemplas viniendo de Alfaro, otro perfil si llegas por la carretera o Camino Alto del Villar, y otro diferente si la miras entrando por la carretera de Madrid.

Este último es mi predilecto. Desde siempre, desde que era niño. Es más: Cuando cierro los ojos de la nostalgia y me imagino, desde muy lejos, a mi pueblo, siempre me lo imagino con esta espléndida silueta que se perfila, sobre todo al caer el sol, desde la fuente del Deseo, poco antes de atravesar el puente sobre el río Alhama.

Y digo espléndida porque lo es.
O mejor dicho: lo era. Lo era, sí, que ya no.

Antes, hace años, cuando bajabas la cuestecilla del Caidero y te disponías a cruzar el río para acometer la cuesta de San José, Corella se te mostraba ante los ojos con la más hidalga y suntuosa panorámica. Panorámica que apenas te cabía en los ojos, de tan amplia y abierta. Aún me acuerdo que, de chaval, cuando llegó el cinemascope con su pantalla gigante, yo solía comentar con mis amigos que la vista de Corella desde el río Mayor era como una película en cinemascope. Tal cual.

Empezabas a mirar con el rabillo del ojo izquierdo -con el que vislumbrabas el lejano contorno del Villar-, corrías la mirada por las casas nuevas, donde despuntaba el campanil de los Combonianos; se topaba la vista, de pronto, con las gemelas torres de San Miguel y su linterna octogonal; recorrían los ojos, asombrados, el carasol de la vieja judería corellana o Barrio Bajo para encaramarse, de nuevo, a lo más alto de la torre del Rosario y cupulilla con sendos nidos de cigüeña; se atisbaba luego el perfil somero de la soberbia casona barroco-aragonesa de los Virto de Vera, y concluía la larga panorámica, justo en el rabillo del ojo derecho, con el paseo de los Caídos y la maciza y escueta silueta del convento y espadaña del Carmen.

Una fascinación. Y en cinemascope, como antes les decía.

Pero un mal día se rompió el hechizo. Alguien plantó un despropósito, un desacorde arquitectónico en medio de tan rotunda y ancha armonía, y el perfil de mi pueblo se hizo mil añicos. La silueta más espléndida se afeó irremediablemente. El "lado" bueno de Corella, el mejor, el de tarjeta postal perfecta se malogró para siempre. Algo así como si al perfil bonito de una bella mujer le saliera una verruga.

¡ Una horripilante verruga le salió, en efecto al bonito perfil de Corella !

Me refiero - ya lo habrá adivinado el lector - al monstrenco edificio llamado del `Nido". En el Crucero, en uno de los puntos culminantes de la ciudad, con no se cuantos pisos de altura, donde más y mejor se ve. Pues allí.

Ni a mala leche se consigue idear una mole más repulsiva ni de tan mal gusto. Podía haberse fabricado un edificio al viejo estilo corellano del barroco-aragonés, como tantos se han levantado luego en el casco urbano. Pues no señor: feo y grande para romper el conjunto, para desdecir a gritos, para ofender la estética más elemental, para que el desaguisado se vea bien visto en cien kilómetros a la redonda.

Porque llegas ahora por la carretera de Madrid, desciendes la cuestecilla del Caidero, enfilas el puente sobre el río Mayor, levantas los ojos y ... los vuelves a bajar avergonzado y furibundo.

La silueta más airosa y ecuánime - la de Corella de las Altas Torres - se ha convertido en una piltrafa, en un chirrido, en un bofetón para los ojos.

¿Qué por qué lo proclamo ahora - ¡Y con rabia, que conste! cuando el pecado se cometió hace qué sé yo cuánto tiempo?.

Sencillamente porque no he tenido ocasión de hacerlo antes, y ahora la Peña del Tonel me ha brindado la oportunidad.

¡Y no se imaginan ustedes lo ancho que me he quedado desahogándome...!

RAMON GARCIA

LA TRADICION MUSICAL EN CORELLA

Acaso hayamos tenido antes del siglo XVIII músicos notables; pero lo cierto es que hasta que Don José Luis de Arrese sacó a la luz a Blas de Laserna nada sabemos de música importante en Corella.

Por eso empezaremos por ese notable músico. BLAS DE LASERNA Y NIEVA (1751-1817). Fue un célebre tonadillero con 868 obras catalogadas, interpretadas algunas de ellas en la EXPO 92 en Sevilla y, posteriormente, esas mismas en Corella.

FELIX ARTETA Y JAUREGUI (1855-1930). A pesar de su condición de general de Ingenieros, fue fundador de la Sociedad Filarmónica de Madrid y descubridor en París del célebre compositor donostiarra José María Usandizaga.

El R.P. ESTEBAN MORENO Y ESCUDERO (1889-1953). Benedictino, fue autor de numerosas composiciones, entre ellas la que su discípulo y biógrafo calificó como su Obra máxima "Las Siete Palabras", que no hay que confundir con las que se cantaban en Corella.

Famoso fue en España y en el extranjero FRANCISCO IZAL Y DELGADO (1890 -1958) barítono que alternó con Tito Squipa, Lauri Volpi e Hipólito Lázaro.

MARIA PULPILLO BARCO, fue la cantante que se casó con Blas de Laserna, destacando en la tonadilla.

En los años veinte actuaba en Corella su Filarmónica, que ensayaba en las Escuelas, entonces instaladas en lo que fue el Palacio de Corella, recientemente derruido casi totalmente. Le dio impulso Constancio Marcilla.

La "Rondalla de Corella" que fundó Tomás Simón en 1944, tuvo sonados éxitos en Corella y en diferentes plazas, Madrid entre ellas. Sucedió a TOMAS SIMON su hijo ANGEL SIMON GARCIA, que siguió la pauta de su padre. Fueron incansables colaboradores Miguel Arellano Catalán, los "Perenas" y Julián "El Centinela" incansable con su guitarra. Estuvieron en Madrid en 1945 en diferentes Ministerios.

Notables flautas y clarinetes fueron LUIS SERRANO, JULIO CATALAN y JOSE MARIA PERALTA ("Sardilla").

Pocos habrá habido amantes de la Música como AURELIO HERNANDEZ MARTINEZ, que tuvo una academia y escribió obras como la "Gran Jota Navarra», para piano y violín, interpretada frecuentemente por su hijo EDUARDO HERNANDEZ ASIAN, notable violinista, que obtuvo el premio extraordinario Sarasate en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid. Actuó con gran éxito en España y en el extranjero y Corella le tributó un homenaje el 30 de Septiembre de 1956 en el que tuve el agrado de contribuir literariamente.

La Rondalla "CENTINELA", dirigida por un nieto del nombrado Julián, alegra las calles de Corella y, en ocasiones, los templos de nuestra ciudad. Tiene diversas grabaciones.

MIGUEL LAZARO, formó una "Rondalla Infantil", no sin trabajo, que ha de proporcionar no pocos músicos pasados que sean unos cuantos años, siendo la "cantera" de banda de música y rondallas de mayores edades.

Recordaremos con nostalgia los viejos, aquellos días en los que JOSE MARIA AUSEJO se ponía al órgano o al armonium, con aquella facilidad que él tenía en la interpretación y en la improvisación, y todo perfectamente. Tuvo ocasión de quedarse de organista en la Basílica de Ntra. Sra. del Pilar, y su amor a Corella, sin duda, le hizo desistir.

Cantamos ahora el Himno a la Virgen del Villar; pero no tenemos un recuerdo, porque mucha gente ignora a su autor, para el religioso corellano P. JAVIER GARCIA SESMA de la familia de los "Fortunas". Gran músico, desde luego.

Acercándose ya a la edad centenaria falleció hace poco JOSE MARIA VISCASILLAS CATALAN, que, nacido en Corella, pasó la mayor parte de su vida como organista de Santa María la Real de Fitero. En marzo de 1990 le rindió un homenaje el Casino Tudelano en el que se interpretaron quince composiciones suyas muy aplaudidas.

El día 3 de enero de 1986, dio su primer concierto de piano en la Casa de Cultura de Corella, nuestro paisano CRISTOBAL SEGURA, interpretando obras de Bach, Schubert, Chopin, Skrjavil y Granados, con gran éxito. Esperemos que tenga perseverancia.

Corriendo el riesgo de algunas omisiones, que lamentaría de veras, voy a pasar a ennumerar algunos joteros que han dejado mayor huella en el transcurso de los años.

Apenas había hecho su primera Comunión, en el año 1968, a sus siete años, surgió el fenómeno de la jota PEDRO JESUS SANZ ("Chichillo"), llegando a llamársele el "Urtaín de la jota", en aquellos días en los que Urtaín era nombrado como una promesa del boxeo español.

Han venido sucediéndose Mari Carmen y Pilar Liroz, los "Aires de la Ribera" con Camino Guillorme como jotera, Miguel Lázaro (bandurria), Jesús Jiménez (guitarra) y otro Jesús Jiménez (guitarra, también).

Entre los dúos infantiles se recuerda a Luis Miguel Montorio y María Pilar Jiménez.

Se formaron conjuntos musicales como "Los tres de Corella", que eran Miguel Lázaro, Jesús Jiménez ("Maqueto") y Jesús Jiménez ("Botones").

No pasaremos por alto los progresos de la BANDA MUNICIPAL, que con el ingreso en ella de chicos y chicas jóvenes, bajo la dirección del maestro Marcilla, ha experimentado notable mejoría.

Intencionadamente he dejado para el final al conjunto que puede considerarse como la síntesis de la vida musical de Corella, que es el "Orfeón Virgen del Villar", que fundado en 1961 por JUAN JOSE CATALAN AYALA, cuenta actualmente con 50 componentes, quienes han recorrido gran parte de ciudades de España y del extranjero (En Francia: París y otras plazas; en Suiza: Nyon y Rorschach; en Italia: Volterra, etc.).

Este orfeón ha organizado la Jota-Villancico; ha grabado alrededor de una docena de discos y sus salidas se cuentan por éxitos, siendo el prestigio musical de Corella.

Finalmente, merece incluirse en esta pequeña historia musical de Corella a la notable pianista MARISOL BEL COMIN, casada con el corellano Julio Guinea Catalán de conocida familia, que ha dado numerosos conciertos en España y en el extranjero, reconociéndose siempre su buena ejecución.

Agustín Fernández Virto

CORELLA Y SU LÍRICA

Alguien ha dicho que Navarra no es pueblo de canciones y que la lírica de nuestra tierra no ofrece muestras de interés para el del folkclore.

Craso error que demuestra una supina ignorancia de quien de esta forma se pronuncia. Navarra posee un cancionero tan copioso e interesante como lo pueda tener cualquier otra región.

Lo que ocurre es que los comentaristas, recopiladores, glosadores, exégetas y demás eruditos versados sobre el tema, beben en fuentes equivocadas o poseen malos informadores. Sirva como ejemplo de todo ello la circunstancia de que el "Diccionario popular" de Vergara inserta como cantares populares de nuestra comunidad las copias de la conocidísima Jota de Larregla "siempre p'alante ", que ni son navarras pues las compuso un escritor aragonés, ni populares pues sólo se han lanzado al aire con motivo de algún concierto.

Navarra es un mosaico variopinto en clima, costumbres, geografía, folkclore etc., etc.; sin embargo, en lo tocante a este último aspecto podría decirse que la jota navarra parece ser el elemento aglutinante de todo ello, definitorio de una tierra y de sus gentes. No obstante se debe introducir algunas cautelas a estas líneas.

Primeramente, la jota como cántico, como música vino a Navarra procedente de Aragón y hoy se canta y se baila en todas las comunidades del país, conjugándose o adaptándose al alma y al sentir de cada región.

De esta forma, Navarra supo dar a la jota un matiz "sui generis", personal, un aire más lento que en Aragón.

En segundo lugar, la jota es lo que mejor rima con el alma de la Ribera, agria, fuerte y bravía en contraposición a ese ambiente plácido, húmedo, verde y bucólico de la Montaña. En ese canto, es donde se refugia la lírica de nuestras gentes que, castigadas por los soles del estío y los rigores invernales, saben poner música a sus sentimientos unas veces pasionales, otras tiernos, jocosos, pero siempre nobles como los que más.

Pío Baroja decía de la jota que es la "brutalidad hecha canción". Dentro de este contexto ribero nos adentramos en Corella donde la tradición musical es un hecho evidente pero ¿ existe una lírica autóctona, corellana ?

Sobre Corella hay un adagio muy antiguo que dice así:

Corella, la bella,
rica de pan
y pobre de leña.-

El dicho, a decir de José Mª Iribarren, debe remontarse al siglo XV. El diccionario de Madoz (1849), comentándolo, dice que "sin embargo, el arbolado llega a 500.000 pies, incluyendo en este número los muchos olmos, sauces y álamos que se encuentran en las márgenes del río".

El mismo autor, Iribarren, de un diccionario de folclore, recogió este cantar:

Todos los corellanos,
se han ajuntau
a comerse un borrico,
desorejau.-

Contra los mozos de Corella repiten en Cintruénigo esta copia:

Los mozos de Corella,
son mucho fatos
que llevan p' a relojes,
cabezas de ojos.-

Una compleja toponímica citada por Iribarren, dice así:

Cascante se hizo en un alto,
Corella en un carasol,
Cintruénigo entre olivares,
Fitero en un bodegón.-

Sobre Cascante es muy famosa la copla, originaria del siglo XVII, que en 1932 citó Royo Villanova en el Congreso para combatir el Estatuto de Cataluña en su aspecto económico y que dice así:

Cascante se hizo ciudad
al año mil y quinientos;
ellos están contentos,
Al pagar me lo dirán

Según Iribarren, tal fecha es inexacta. Fue en 1633 cuando compró el título de ciudad al rey Felipe IV. Pues bien, el cantar lo sacaron los de Corella para burlarse de la pretensión de los cascantinos.

En consonancia con el espíritu y tradición musical que existe en Corella, no es aventurado afirmar, pues, que tenemos una lírica autóctona y además, muy rica por sus diversos matices: jocosos y burlones (como los que hemos expuesto más arriba) , religiosos (siete palabras, himnos y cánticos sacros), folkclóricos (composiciones y adaptaciones de la rondalla "Centinela", Orfeón Virgen del Villar, rondalla de Corella), melódicos (grupo Araciel populares (himnos de las peñas) incluso hay una lírica corellana en el terreno llamado "pop" grupo Dulce Avaricia, Orquesta Tarantela, Orquesta Orquestina).

De cualquier forma, Don Agustín Fernández publica un trabajo en este programa al que me remito y que, en cierto modo, se complementa con éste.

Lo más reciente en nuestra ciudad es la banda de música de la Peña "EL TONEL" que nace en estas fiestas del 93 y que la integran 29 jóvenes, amantes y continuadores de nuestra lírica y a los que deseamos desde aquí muchos éxitos. Nuestro reconocimiento a la Escuela de Música Blas de Laserna, cantera inagotable de músicos corellanos.

En Corella hay una clave: la de SOL y se camina siguiendo unas líneas: las del PENTAGRAMA.

A la lírica corellana, la peña EL TONEL, su reconocimiento.

Sir Thom'as, 28 + Rhoma ' n And Papi

GASTRONOMIA CORELLANA

Nadie ni por un sólo momento piense o imagine que soy algún especialista en arte culinario. Mi compendio en ello se basa en, cuando falta el ama de casa, freír unas patatas, seguido un par de huevos y la cena queda preparada.

No pretendo al exponer la gastronomía de nuestra ciudad diferenciarme de los demás. Al contrario. He pedido consejos y explicaciones sobre la variedad de nuestros guisos y manera de funcionar para que cada condimento sea lo más agradable posible al paladar.

Ya estoy escuchando a las amas de casa comentarios diversos: Pues yo tal cosa, la hago de tal manera y me sale riquísima. Otra dice: Pues no puede salir tan rica si dejas de añadir tal ingrediente, un poquito de perejil o pimiento molido, pongamos por ejemplo.

Cada región, cada pueblo de España, tienen un guiso, un plato con características propias. Aún siendo similares en su condimentación, a la hora de satisfacer estómagos, se encuentra y saborea la especialidad de cada uno.

Platos típicos de Corella destacan tres: Calderillo, patorrillo, y la tomatada.

Las cocineras de nuestro pueblo no son partidarias de comer de cualquier modo. La alimentación selecta es importante ante la finalidad de conseguir que el contenido de la cesta de la compra sirva para que gocemos de buena salud.

Los platos típicos corellanos son formulados por quienes alguna vez en su vida han conseguido obtener premios en concursos organizados bien en Corella, bien en otras localidades o porque gozan de una merecida bien ganada fama.

Miguel Francés Gil, quien encaja perfectamente en el condicionado anterior, nos explica, prescindiendo de toda filosofía de la dieta, la preparación, fórmula o guiso del calderillo.

Sus dosis de preparación no indica si la receta es para tres o para cuatro personas. Seguro que después tienen que ser jóvenes y de buen apetito para terminar con tan exquisito quiso.

El calderillo tiene que ser de capacidad superior para el número de comensales. De esta manera es más seguro para evitar que se sobre al hervir y más fácil de agitarlo con una cuchara de madera de largo mango.

Preparación:

Se cubre el fondo de aceite. Se pican, bien picados, una cebolla, tres dientes de ajo y un chorizo.

Caliente el aceite se echa la carne de cantidad un kilo, que bien puede ser espaldilla de cordero y unos doscientos gramos de costillas de cerdo. Rehogar bien la carne a fuego lento y a ser posible tapado el calderilio, A continuación se adicionan el chorizo, la cebolla y los ajos. Se añaden unos caracoles, ya medio cocidos, y tras darles unas vueltas se agregan las patatas, repitiendo la operación de las vueltas. Se sala a gusto del consumidor y se echa agua en cantidad de que cubra bien toda la materia y procurando que al final no esté demasiado caldoso y menos todavía seco. En todo momento debe hervir a fuego lento.

Momentos antes de servirlo cada cocinero tiene su gusto en adornarlo con huevos, espárragos, etc.

Me contaron, aunque se trate de una simple broma, que el Papa Juan Pablo ll, en su visita a Javier, fue invitado por una cuadrilla de corellanos a comer "calderillo", preparado por ellos. Fue tan del agrado para el Papa, que les dijo en correcto castellano-. " Nunca había probado cosa mejor ".

En Corella poseemos un ingrediente sin rival en el mundo entero: El ajo. El célebre y televisivo cocinero Carlos Arguiñano para especiales guisos suyos aconseja el uso del ajo fino corellano. Por cierto aconsejaba que para evitar que el ajo repita despues de su consumo había que abrir los dientes por medio y extirparles esa veta central que es la que germina y de ese modo no repite después de consumido.

La majetona, la guapetona, la bella mujer Rita Valles, "La Bizcochera", con tal detalle, finura y delicadeza nos ofrece su fórmula del "patorriiio", que al pie de la letra la presento a nuestros lectores, que no han de ser pocos. Garantizo su excelente calidad por haber saboreado en diversas ocasiones su preparado.

Menú para cuatro personas:

1 kilo de cordillas. 10 patillas de cordero, 1/2 kilo de sangre cocida, 1 asadura, 1 cabeza de ajos, 1 ramo de perejil, 2 hojas de laurel, 1 docena de almendras, 4 pastillas de Starlux, 2 cucharadas soperas de harina, 1 cebolla y 1/2 bote de tomate frito.

Preparación:

Se cogen las cordillas y las patillas y se lavan durante 10 minutos con un poco de vinagre para que se queden sin olor. Seguidamente se ponen a hervir las patillas y las cordillas por separado, es decir, juntas pero sin otros elementos. Se le añaden las hojas de laurel, el perejil y la cabeza de ajos y un pellizco de sal. Se dejan hirviendo hasta que estén blandas.

Una vez hervidas se aparta el caldo de cocción y se reserva. Se coge un recipiente con aceite, se pone al fuego y se pica la cebolla muy menuda y se añade hasta que se dore. Seguidamente se parte la sangre a cuadritos y una asadura pequeña a trozos bien pequeños y se frie todo junto. Cuando todo está frito se añade el tomate, las dos cucharadas de harina y se remueve para que no queden grumos o bolos. Mientras tanto se van añadiendo las cordillas y las patillas y el caldo de la cocción. Se agregan las pastillas de Starlux deshechas y una picada de almendras y por último darle con alguna guindilla ese punto de picorcillo que sea del agrado del consumidor.

Y la sabrosa "Bizcochera", termina su explicación con: "Servirlo en fuentes adornadas con ramitos de perejil".

D. Manuel López, "Luceni", mi compañero de trabajo durante muchos años, es persona muy versada en el arte culinario. Cuando da explicaciones de palabra acompaña unos gestos tan especiales y expresivos que te hace saborear el preparado gastronómico antes de catarlo. Nos explica la tomatada.

Este delicioso preparado es mayormente de pasar el día por el campo.
No obsta para que también se haga en casa.

Ingredientes: Aceite, ajos, tocino magro, jamón, tomate, caracoles, los pajarillos, ya sabemos que están prohibidos, patatas asadas, pimientos y sal. Vino fresco exprimiendo la bota.

En una tartera de barro con bastante aceite se fríe el tocino magro. Poco después se añade el jamón y tras breves instantes de freirse se saca el jamón de la tartera. Añadir el tomate pelado y a poder ser asado antes de echarlo, es más agradable al consumirlo. A continuación van los caracoles bien engañados y cocidos previamente. Transcurridos unos 20 minutos de cocción se añade el jamón que se apartó al principio y transcurridos breves minutos se da por terminada esa buena compostura en la que se untarán los pimientos y las patatas, todos los cuales se procurará asarlos a la par que el condimento.

En tiempos ha, le iban muy bien los pajarillos, pero repetimos es materia vedada. Sí se pueden acompañar codornices guisadas a la par que el tocino magro.

En este punto recordemos a Jorge Sepúlveda:

"Con mi cuadrilla, voy a los toros, voy a comer; la tomatada", y el vino tinto, para beber".

JESUS GIL CATALAN