(entre telones)

Desventuras Femeninas

Hugo Hernández, Por Fin, El Universal (Viernes 8 de diciembre, 2006)

Allá por los 80 sonaba fuerte en la radio un tema que cantaba Vicky Carr, quien entre sus almibaradas y telenovelescas frases apuntaba una que se ha convertido en un clásico: "Ni princesa, ni esclava... simplemente mujer".

A partir de esta frase, Humberto Robles ha escrito un texto muy divertido en el que a través de tres monólogos plantea la situación que vive la mujer en la actualidad. El autor dice que se trata de un "espectáculo cómico-cínico-cáustico-fársico".

Como en su anterior obra, "El ornitorrinco", en ésta Humberto Robles entrelaza la profundidad temática con la simpleza dramática, lo que da un equilibrio muy interesante.

Tres mujeres enteramente distintas (una ama de casa, una sexoservidora y una alta ejecutiva) cuentan directamente al público sus desventuras amorosas, laborales, sociales, en un mundo dominado por los hombres.

Dividido en dos partes, cada uno de los tres monólogos presenta a sus protagonistas en dos momentos distintos de sus existencias: en el primero, ellas aparecen sumidas en un problema al que los hombres las han sometido,  en el segundo la situación aparentemente ha cambiado para bien, aunque en el fondo siguen siendo dominadas y maltratadas.

Con muy buen tino, Robles logra dar a cada una de las historias profundidad en medio de diálogos festivos y situaciones muy divertidas.

Al buen texto de Robles se suma la atinadísima dirección de Juan Ríos Cantú, quien poco a poco se ha ido ganando un sitio como director de escena muy solvente y creativo.

Con un mínimo de elementos, Juan crea el universo perfecto en el que se desenvuelve cada una de estas féminas, y extrae de cada una de las actrices un trabajo brillante.