VIDAS ANODINAS

Per Juan Crek




-Son ustedes una escoria, rematada gratuitamente con una cabeza vacía -espetó José Arias, una mañana de marzo a sus alumnos de Ética.

-¿Pero se dan cuenta realmente de las objeciones propuestas? ­continuó­ ¡En ninguno de sus ejercicios he encontrado directrices suficientes para confiar en su capacidad de análisis!

Un murmullo de sorpresa se elevó por toda la aula. Aquel hombre se había vuelto loco.

-Pero... señor... A Usted no lo conocemos de nada ­aseguró el delegado de curso.

-¿Como dice? ¿No es ésta el aula de Ética? ¿No son acaso ustedes alumnos de tercero?

-Si, señor, así es ­confirmó el delegado­ pero esto es el Colegio de Ética Profesional de San Cosme, y usted en su chaqueta lleva bordado el escudo del Colegio Matinal de Profesionales Éticos y Estéticos.


A la tierna edad de 5 años Yakehame descubrió el efecto de la electricidad electroestática en los pijamas que le solía poner su abuela Bishiko. Acercaba su regordete cuerpo al aparato de televisión, y el crepitar de la fina tela y el erizamiento de sus cabellos le dibujaban una inmensa sonrisa. Sus menudas manos aplastaban las caras, ya de por sí aplastadas, de los locutores, que a aquellas horas, no se cansaban de repetir exactamente igual las noticias emitidas hacía tan solo tres horas. La abuela Bishiko era feliz por fin; su hombre y siete de sus ocho hijos desaparecían definitivamente en el recuerdo de aquel día nefasto en que ella y su hija Nishake decidieron visitar el Gran Templo de Tokio para pedir la vuelta de esa paz, que parecía tan lejana, tan lejana como ahora se encontraba Hiroshima.


Jhonattan Teix Gómez era el más famoso de los gigolós del Pato Fresco, taberna reciclada a otros menesteres, frecuentada por hembras cincuentonas, cuyos bolsos estaban tan repletos de suficiencia, como sus deseos, de impaciencia. El hecho de que estas mujeres recalasen por el lugar a ciertas horas lánguidas de la mañana, había repercutido en otro hecho: los niños de las escuelas cercanas, dejaron de acercarse a la hora del almuerzo, y en su lugar aparecieron jóvenes de apariencia inequívoca, en busca de dinero fácil y costumbres alocadas.

Pues bien, Jhonattan Teix Gómez era el más alocado de todos, hijo de Marius Teix arquitecto afamado y Fermina Gómez coronela de las fuerzas de choque de la Guardia Nacional, siempre había tenido completa libertad para hacer cualquier cosa, cualquier cosa que no molestase a sus padres, ni requiriese su atención.


El viejo aparato estaba a punto de despegar. Por la ventanilla salpicada de barro Maximilian Nobti veía las lejanas luces de la terminal del aeropuerto de Yaoundé. Al cabo de dieciséis horas y dos escalas se encontraría en París, y allí estaba su primo Paul Nobti para encontrarle un trabajo y una modesto espacio donde reposar. Su mente ya estaba en las calles de París, calles que imaginaba gracias a las esporádicas postales que le enviaba Paul. Había conseguido convencer a su madre, y vender a su hermana menor mucho antes de lo aconsejable. La cantidad recibida a cambio tan solo le daba para el viaje, pero esperaba poder llevar a su madre a la gran capital europea lo antes posible. Esperaba tanto la partida, que casi no se dio cuenta de que el aparato surcaba ya los aires y Yaoundé se hundía en lo más profundo de su pasado.


José Arias llevaba varias semanas sin asistir a sus clases de Ética en el Colegio Matinal de Profesionales Éticos y Estéticos. Así se lo había recomendado el claustro de profesores. Bueno, le habían recomendado un sinfín de propuestas: que si tenía que escribir un libro, ¿que tal un descanso en las montañas?, porque no vas unos días de pesca, cásate de una vez, da clases particulares (que son más relajadas), termina de traducir aquel tratado chino de ética, etc. Todas, propuestas muy loables, pero tan alejadas de sus verdaderos deseos... porque José Arias lo que anhelaba realmente, era visitar EuroDisney en París. Esta idea ocupaba ahora una gran parte de sus pensamientos; en realidad sus pensamientos estaban tan solo ocupados en la idea de: ¿Cómo reunir los diez millones de pesos que me cuestan el viaje a Paris y la estancia en EuroDisney?


Nishake no sabía como comunicarle a su madre Bishiko, que debía viajar en breve a París, y que su estancia en esa ciudad sería un poco larga, tan larga como sesenta días, ¡dos meses sin ver a Yakehame, su hijito querido! Este pensamiento le aterraba tanto como el dolor que soportó cuando desaparecieron sus hermanos y padre. Un dolor que guardó durante cuarenta y un años, hasta que nació Yakehame. Ese día lloró tanto que incluso su ahora desaparecido marido se inquietó.

La abuela Bishiko se lo tomó mejor de lo que esperaba. En cambio Yakehame se enfadó, y tan solo depuso su actitud y la convirtió en saltos y abrazos, cuando ella le prometió traerle numerosos regalos y enviarle una gran cantidad de cartas, que le leería la abuela antes de dormir. Todo estaba solucionado; pero Nishake vislumbraba un incierto peligro, y se sentía desasosegada.


Jhonattan Teix esperaba con impaciencia mal disimulada a Esperanza de Salazar, una mujer madura, pero todavía de buen ver. La vio aparecer por la puerta giratoria del Pato Fresco. Realmente era bastante imponente, si se la comparaba con las demás mujeres que frecuentaban la taberna.

­Hola cariñito ­saludó Esperanza, estampando un sonoro beso en su mejilla.

Jhonattan no podía soportar esta clase de recibimientos, que le ponían en evidencia delante de los otros jóvenes.

­Hola señora ­contestó, sabiendo que este saludo hacía comenzar el juego de nuevo.

­Veo, amorcito, que estás un poco tenso ­insinuó Esperanza­ pero no tengo tiempo para juegos juveniles. Mira, esta misma noche he de salir hacia París y necesito que me acompañes. No puedo, no debo realizar este viaje, sola.


La escala en Madrid retuvo al viejo aparato, más de lo deseado por Maximilian Nobti. Todos los pasajeros debieron de abandonar el aparato y pasar los duros trámites aduaneros. Maximilian tenía poco que mostrar. Una vieja maleta y un pasaporte tan nuevo, que las autoridades españolas decidieron registrarlo minuciosamente. No comprendía nada. No entendía nada. El ir y venir de tantos agentes estaba consiguiendo marearle de verdad.

Pero para su sorpresa, tan rápidamente como lo habían separado de los otros pasajeros, lo devolvieron con ellos y los condujeron de nuevo al aparato. Estaban pues, listos para hacer la última parte del trayecto. Maximilian comprendió entonces, que su estancia en Paris, su nueva vida, no iba a ser tan fácil como había pensado.


Todos estos personajes, es decir: José Arias, Nishake, Johnattan Teix y Maximilian Nobti deben llegar a París por diferentes motivos. Sabemos que José Arias desea ir a EuroDisney (su sueño secreto), que Maximilian Nobti desea iniciar ahí una nueva vida, que Jhonattan Teix ha sido invitado por dios sabe que motivos y que Nishake estará allí por una larga temporada, casi con
seguridad por algo relacionado con su trabajo... Todo eso son datos que nos han sido suministrados, pero que nos pueden conducir a conclusiones erróneas. Y eso puede suceder, porqué solo nos han sido mostrados parte de los hechos. ¿De dónde viene José Arias? ¿Acaso ese dato no es importante? ¿De dónde proceden Jhonattan y su protectora Esperanza de Salazar? ¿No tiene ésta marido? ¿Qué clase de trabajo conduce a Nishake a París? ¿Realmente Paul, espera a su primo Maximilian Nobti?


José Arias regresó al cabo de una semana a Santiago de Chile, su ciudad natal, donde no paró de contar excelencias de Paris, de sus museos, de sus paseos; no contó a nadie sus aventuras en EuroDisney y guardó para siempre, una fotografía suya abrazado al Pato Donald.

Maximilian Nobti murió al poco de llegar a Paris, a manos de un grupo nazi, y a su entierro solo acudió su primo Paul y dos agentes de la policía de inmigración. Su madre nunca tuvo noticias de este hecho, ni de ningún otro en el resto de su vida.

Jhonattan Teix fue visto por última vez en una pequeña cava de jazz de Montmartre, y aunque su madre Fermina durante algún tiempo indagó y buscó, finalmente se le dio por desaparecido.

Nishake nunca regresó a su país, el vuelo que la llevaba a Paris, se estrelló a causa de una tormenta cerca de la ciudad austriaca de Innsbruck.

Todos los demás detalles, en realidad carecen de importancia. Tan solo son retazos de vidas anodinas que no interesan a nadie.


Discografia de Juan Crek a la revista Amazing Sounds


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