Epilogo en espaņol:
            La nueva casa de Campo Real se alza justamente en el extremo opuesto 
            del valle florido donde se alzara la primera. Queda muy cerca del 
            desfiladero, en aquella colina soleada adonde llegan de cuando en 
            cuando las asperas rafagas del aire del mar. Es una casa fresca y 
            clara, limpia y alegre, pequena si se le compara con el viejo 
            palacio cuyas ruinas de marmol cubren las enredaderas silvestres; 
            ancha, porque en ella caben, integros y triunfantes, el amor y la 
            paz... Amor y paz en el corazon de la mujer que aguarda en el balcon 
            que arropan las madreselvas, luz en sus ojos claros, que recorren 
            los rectos caminos a cuyos lados marcan los surcos sus trincheras de 
            paz... Espera dulcemente, sin inquietudes, sin angustias... Espera, 
            los frescos labios encendidos para el beso que no puede tardar, las 
            finas manos sensitivas enlazadas, preparandose para la caricia... 
            Esa mujer sonrie, esa mujer ama, y es su amor como los rayos de ese 
            sol que fecundan la tierra e iluminan las almas.. Y el caballo que 
            siente acercarse, al chocar de los duros cascos, alza en su corazon 
            como un repique de campanas de plata... 
            Un hombre cruza las anchas tierras fertiles... Monta el mas brioso e 
            inquieto corcel que pisara tierra americana, la mano recia sostiene 
            las riendas, retardando el galope como quien un instante retrasa la 
            dicha para mejor gozarla. Su mirada se extiende a uno y otro lado. 
            Ya no es Campo Real tierra de siervos y senores... Tierra es, 
            fecunda y alegre, donde hombres libres ganan con su sudor el pan. Al 
            paso del que es guia y ejemplo de todos, no se descubren las cabezas 
            humildes, no se inclinan las serviles espaldas... Se alzan las manos 
            en un saludo de respeto y afecto y el sonrie al pasar... Sonrie, y 
            su mirada inquieta sube por las colinas hasta la casa blanca, hasta 
            el balcon cubierto de madreselvas, donde le aguarda la mujer a quien 
            ama... 
            -Tarde mucho, Monica? 
            -Para mi impaciencia, siempre tardas. Pero, en realidad, no fue 
            mucho... Tengo la avaricia de todas las horas, de todos los minutos 
            de tu vida... Se que no es posible... No pretendo tener un aguila 
            enjaulada... Pequenos son para ti Valle Chico y Campo Real.. Como 
            puedo encerrarte en las cuatro paredes de mi casa? 
            -Encierrame en un circulo mas estrecho aun, mi Monica; en el cerco 
            de tus brazos... Quiero esta cadena en mi cuello, como quiero tu 
            mirada en mis ojos y tu boca en mi boca... Sin tu presencia, me 
            faltaria el aire, el sol, la vida misma... Por ti siento el aliento 
            de vida que es lucha, triunfo.. trabajo... Por tu inspiracion estos 
            campos son otra vez fecundos y dichosos los hombres que los labran. 
            Hoy estuve en el puerto a contratar cien trabajadores mas... 
            -Es posible? Vuelven los que se fueron, los que dejaron la 
            Martinica? 
            -No.. Casi ninguno ha regresado... Pero no importa... Vienen hombres 
            nuevos, de tierras mas duras... Hombres de todas las razas, negros y 
            bronceados, amarillos y blancos... metales nuevos para el crisol que 
            es nuestra patria. Si vieras que alegria me dio ver como se levantan 
            ya las casas en Fort de France... Pronto tendremos una capital 
            limpia y alegre, quizas mas hermosa que Saint-Pierre... 
            -Saint Pierre... Te has quedado pensativo... Hay algo mas que 
            quieras decirme? 
            -Si.. Hoy se fue Renato.. Se aparto de nosotros diciendo que se iba 
            en seguida, pero no fue verdad... Espero en una quinta de los 
            alrededores... 
            -Renato... Que Dios le de felicidad! 

            Un hombre cruza con silencioso paso la cabina de lujo de un barco 
            que se va... Es alto, fino, altivo, viste ropas de caballero, sus 
            cabellos rubios y lacios, y hay en sus ojos claros una intensa 
            mirada de nostalgia...Su mano, de largos dedos, busca en sus 
            bolsillos hasta encontrar unas hojas... papeles en los que, sin 
            embargo aun pueden verse los sellos del Gobernador y la firma del 
            Papa. Con gesto lento y suave, ha hecho brotar la llama de un 
            fosforo, acercandola a las hojas estrujadas. Un momento, su mano las 
            sostiene en el aire, las mira arder, y las deja caer sobre las 
            inquietas aguas... 
            El barco cruza frente a las ruinas de Saint Pierre... Ha dejado 
            atras el promontorio de rocas sobre el que se alzara el faro, y proa 
            a alta mar apresura la marcha. De pie junto a la baranda de 
            cubierta, mira Renato aquella tierra que se aleja. Su cabeza se 
            alza, sus ojos miran a la alta cumbre del volcan, sereno, sombrio, 
            muerto o dormido, acaso como un simbolo o como una amenaza. Piensa 
            en Monica y en Juan... Un instante se nublan sus ojos claros; pero, 
            con recia voluntad, vuelve la espalda y se dirige hacia el salon 
            iluminado, dejando atras la tierra que lentamente parece borrarse... 

            Martinica... tierra florida y convulsa, surgida al impulso de un 
            borboton de fuego... Volcan de amores y de odios, de pasiones sin 
            freno, de abnegaciones y crueldades... Tierra unica, donde habrian 
            de chocar un dia aquellos cuatro corazones apasionados: Monica, 
            Aimee, Renato, Juan... Martinica... isla brotada donde el brillante 
            mar Caribe parece mas inquieto, broche de oro en el collar de 
            esmeraldas de las Antillas... Exuberante y aspera, generosa y 
            salvaje, presa de aventureros, refugio de piratas, hija predilecta 
            del sol mas ardiente del planeta, cuna del gran volcan que es como 
            el corazon ardiente y contenido latiendo en sus entranas... Tierra 
            feraz y misteriosa, abrupta y enigmatica... Isla bravia, con nombre 
            de mujer: Martinica!!

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             The Epilogue  
      Robin N01-23-2000 20:17 
             El Epilogo en espanol, completo...  
      marta i02-14-2000 17:07 

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