EL PUESTO DE TRABAJO DEL MASÓN

 


Q:.H:. AUGUSTO BOTERO MUÑOZ

Una de las características más bellas de la Institución Mas:. es que no solamente enseña la necesidad del trabajo, sino que también ensalza su nobleza.

Nuestro deber más elevado, que debiera ser también nuestra mayor felicidad, es realizar bien nuestra tarea.

El Q:.H:. Rhode, de Berlín, escribe lo siguiente: “Tan pronto como alguien entra en nuestra Orden, le decimos que estamos construyendo un Templo Místico. El Templo que construimos los MMas:. no es otro que el de llevar a la humanidad a la mayor felicidad posible”.

Von Widekind asegura por su parte que: “Nosotros solo trabajamos nuestro Templo cuando hacemos del hombre nuestro objeto fundamental, cuando unimos a la bondad del corazón las costumbres corteses, a la verdad la belleza y a la virtud la gracia.”

Se ha creído que cuando hablamos de la Masonería como sistema especulativo, no tiene nada que ver con la práctica. Nada más lejano a la realidad. La Masonería es una ciencia especulativa pero se basa en un arte operativo y todos sus símbolos y alegorías se refieren a esta relación. Hasta su lenguaje ha sido tomado del arte de la construcción, y no deja de ser cosa singularmente sugestiva que se designe con el nombre de TRABAJO, la iniciación de los candidatos en sus misterios.

Si nuestro sistema especulativo se hubiera fundado únicamente sobre principios éticos y filosóficos, su origen hubiera afectado a su organización interna tanto como a la externa, y nuestras reuniones serían mejor designadas como academias o escuelas.

Pero la organización de la Francmasonería tiene un aspecto completamente diferente. Los Grados del Simbolismo no significan un avance en las conquistas filosóficas, sino el progreso en el manejo de herramientas mecánicas y su Grado más elevado es el de Maestro de la Obra. Y sus reuniones se llevan a cabo en un Taller o Logia. Ella no forma Teorías, construye Templos. Desconoce las reglas de los dialécticos, el silogismo, el dilema, el entimema y el sorites; pero se vale de los utensilios del arte operativo, en sus métodos de enseñanza, inculca la rectitud de conducta  con la plomada, la equidad con el nivel y dibuja lecciones de moral con la escuadra.

No ve en el Dios Supremo un “numen divinum” o un “moderatur rerum omnium” sino al G:.A:.D:.U:.  La idea Masónica consiste en que El es el Gran Constructor, el Jefe de los Obreros. Por eso nuestra oración consiste en Trabajar.

Cuando decimos que una Logia está “trabajando” reconocemos que verifica la práctica legítima para la cual se concibió. El trabajo como manifestación de la iniciativa divina en su creación u obra, es también el mecanismo que tiene el hombre, imperfecto, para llegar a ser mejor, pasar de Ignorante a Sabio, y de ser débil a ser fuerte.

Nuestra Logia, representación del Universo, es nuestro lugar de Trabajo. En ella tenemos un puesto asignado, con un manual de funciones específico. Al igual que el de nuestras labores profanas, debemos cuidarlo y aprovecharlo, pues si el primero nos da el reconocimiento social, el sustento para nuestra familia y el cultivo de la autoestima, el de la Logia nos hace parte del engranaje en nuestra Orden, nos da el salario que enriquece el espíritu y engrandece en cada acto de trabajo nuestro alcance hacia la perfección del mismo. Y ambos trabajos nos integran al Universo.

El trabajo profano, como ocurre con otras actividades humanas, es dependiente de una capacidad con un término definido en nuestra también limitada vida. Solo el trabajo que construye el espíritu, trascenderá a esas tristes limitaciones de nuestra naturaleza. El primero quedará plasmado en obras marcadas de temporalidad. El segundo, en ideas y proyecciones con visos de eternidad.

QQ:.HH:. :
Quisiera terminar esta Plancha con una arenga por el trabajo del Masón. Sé que todos cuidamos y amamos nuestro sitio de trabajo profesional, no importa cual sea, pues él nos permite un encuentro cotidiano con nuestra vocación, con nuestro crecimiento y el de nuestros hijos, de donde extraemos la sensación de utilidad hacia los demás y hacia nuestro mundo. Os invito a cuidar y amar nuestro sitio de Trabajo Masónico pues sus frutos son mucho más dulces y duraderos, y su salario es inagotable.
 
 

Esta Plancha fue publicada en la
CARTA MASONICA, Organo de difusión de la
GRAN LOGIA DE COLOMBIA
con sede en Bogotá, D.C.


 


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