Desde la perspectiva del Escocesismo,
la Orden Masónica es una Institución esencialmente Iniciática,
ética, filosófica y racionalista , que persigue como objetivo
superior el perfeccionamiento material, intelectual y espiritual del hombre
y la sociedad en que vive.
Combate
las tiranías, los privilegios y la intolerancia y orienta a sus
miembros hacia el logro de la justicia social, la defensa de los derechos
humanos, luchando contra la corrupción, respetando a la naturaleza,
configurando una doctrina esencialmente progresista, orientada a la construcción
de una nueva sociedad, “Masónicamente deseable” en la que
el hombre sea sujeto y objeto de su desarrollo.
La Masonería
en América Latina, fue y deberá seguir siendo una Masonería
comprometida con nuestras sociedades. “El Escocesismo” es más que
una escuela de perfeccionamiento, para mejorar la sociedad, la sociedad
en que vivimos y en la que vivirán nuestros hijos.
Desde la
época preindependentista y en la época republicana siempre
buscó espacios de espiritualidad libre y lugares de fraternidad
y tolerancia, donde los hombres que la religión rechazaba y que
la política dividía, podían en nombre de esa espiritualidad
encontrarse como hermanos. Siempre se propuso ser el “centro de unión”
de hombres que en otras circunstancias jamás se habrían reunido,
para trabajar por la humanidad, por la paz y la comprensión mundial
entre los hombres y sus pueblos. Una prueba de ello es que de los premios
Novel de la Paz designados en el mundo, ocho han sido Masones, y dentro
de ellos, dos ofrendaron sus vidas predicando la no violencia, víctimas
del fanatismo religioso y político.
La paz y
la comprensión entre los hombres y los pueblos, pueden resumir la
aspiración y sueño permanente que la Orden Masónica
ha tenido a través de su historia. Paz en la conciencia de cada
uno, paz en el hogar, paz en el trabajo, paz en la comunidad, paz entre
los pueblos, paz entre las naciones.
Hace algunos
años, Broadway daba a conocer una obra musical titulada “El hombre
de la Mancha”, una obra que muy pronto adquirió una famosa notoriedad,
En ella se incluía una canción de cautivante melodía
y de magnífica letra, su nombre era “El Sueño Imposible”.
Para mucha gente aquella melodía y aquella letra constituyeron de
muchas maneras distintas un reto, y al mismo tiempo una inspiración
.
La canción
representaba los pensamientos y las palabras de Don Quijote en su búsqueda
de lo que él vio como su “sueño imposible”. Don Quijote
fue una figura melodramática que era visible mientras estaba triste
y cuya búsqueda era la de nunca terminar .
Quizás
tengamos que aceptar que todo hombre tiene su sueño imposible y
al mismo tiempo una institución formada por seres humanos tiene
también sueños que por alguna razón nunca se llegan
a realizar.
Para muchos
el tema de la Paz constituye el sueño imposible de la Francmasonería,
por eso pienso que hoy más que nunca, cada uno de nosotros, Masones
alrededor del mundo, debemos plantearnos una pregunta que es bueno que
entre todos meditemos ¿Hemos hecho realmente todo lo posible hacia
la realización de ese sueño ?. A poco que nos interroguemos,
cada uno será consciente que inevitablemente tendrá que contestar
negativamente ; porque en el fondo todos nosotros sabemos, que a pesar
de todo lo que hayamos hecho en el pasado en favor de éste tema,
mucho más es lo que nos queda por hacer, y mucho más también
es lo que estamos capacitados para hacer.
Sabemos
que no podemos prometer ni asegurar que no habrá más guerras
y que podremos vivir en paz, pero sí podemos garantizar que es posible
cristalizar el ideal de paz en el mundo si enseñamos a los hombres
a respetar las diferencias que hay entre ellos.
La efectividad
de la Orden Masónica no es institucional y no se le da forma por
expresiones o resoluciones corporativas. Nuestro potencial como Institución
solo es posible lograrlo cada vez en mayor grado, en la medida en que cada
Masón, en cada rincón de la tierra, asuma una acción
personal, vigorosa y constructiva para encontrar un mundo mejor , más
justo y más humano.
La Orden
Masónica puede y debe ser el camino de Paz y comprensión
en el mundo. Pero cada uno de nosotros debe saber muy bien que de nada
vale haber creado una hermosa canción si no somos capaces de cantarla
a cada instante. Podemos tener un gran mensaje y sin embargo ser al mismo
tiempo hombres solitarios con un mensaje solitario pues como decía
Richard Evans : “Si no nos comunicamos, sólo escucharemos el terrible
ruido del silencio” ...
Cuando hablamos
de Paz, y mucho más en nuestro continente Latinoamericano, nos referimos
a un término que de tanto utilizarse suele perder su significado
real . La paz para nosotros Masones, en el mundo en que vivimos, debería
ser un estado natural, no es un contrato o un convenio que se pueda firmar
entre naciones o pueblos para eliminar la guerra.
La paz no
es construir o adquirir armamentos que permitan disuadir a nuestros posibles
agresores, la paz no es un conjunto de acuerdos diplomáticos, ni
algo que se pueda imponer por la fuerza, no es tampoco acuerdos de desarme
como gestos de buena voluntad, la paz debe ser un desarme mental previo
de nuestros líderes y gobernantes de nuestros pueblos y naciones,
entre todos los seres humanos como actitud permanente.
La paz es
mucho más que la ausencia de conflictos o guerras, la paz es algo
que tiene vida, que crece y sólo puede crecer en un ambiente natural,
la mente y el corazón de los hombres. Sólo puede desarrollarse
en un ambiente de libertad, de justicia, de solidaridad, en donde todos
los seres humanos tengan oportunidades para poder vivir libres de miseria
y libres de temor.
Sin embargo,
a pesar de todo, el panorama hoy en el mundo no se nos muestra muy claro
en un horizonte que debería ser límpido .
El mapa
del mundo está manchado de sangre, por la incomprensión,
el odio ; los conflictos étnicos y religiosos , y principalmente
por el incremento mundial de los niveles de pobreza, de pobreza extrema
en muchos casos, que trae como resultado la violencia, el terrorismo, el
narcotráfico, la corrupción, la desnutrición , la
insalubridad y el hambre .
Una de las
formas más eficaces de llegar a conquistar la paz, como la concebimos
los Masones, es buscando las soluciones más adecuadas para combatir
la pobreza .
Del informe
sobre desarrollo humano publicado por el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo ( P.N.U.D.), 1997 , hemos podido informarnos , hace
sólo pocas semanas, de las alarmantes estadísticas que aumentan
las distancias abismales entre los pueblos e individuos que lo tienen todo
y de los que no tienen nada, es decir que las distancias para alcanzar
la paz cada vez se hacen más grandes.
“La pobreza
no debe ser sufrida en silencio por los pobres, ni debe ser tolerada por
quienes están en situación de cambiarla”.
“La pobreza
tiene muchos rostros y abarca más que un bajo ingreso . Refleja
mala salud y educación , la privación de conocimientos y
comunicaciones, la incapacidad de ejercer derechos humanos y políticos
y la falta de dignidad , confianza y respeto a sí mismo”.
Hay también
un empobrecimiento ambiental y la pauperización de países
enteros donde, reina la miseria.
Detrás
de los rostros de la pobreza se oculta la sombría realidad de vidas
desesperadas, sin salida, y , con frecuencia, gobiernos que carecen de
la capacidad de enfrentar la situación.
Algunas
cifras escuetas resumen el balance de la pobreza a finales de este siglo
XX :
El índice
de la pobreza humana ( I.P.H. ), revela que más de la cuarta parte
de la humanidad vive en la pobreza, a lo cual hay que añadir que
alrededor de un mil trescientos millones sobreviven apenas con un ingreso
inferior a un dólar diario.
En nuestra
América Latina y el Caribe la pobreza por ingresos económicos
es más generalizada que la pobreza humana y afecta a unos 110 millones
de personas, y lo más grave, sigue creciendo .
Peor aún,
la pobreza en Asia y Africa se da ya en términos inimaginables.
Inclusive Europa Oriental y los países de la Comunidad de Estados
Independientes, han experimentado un gran deterioro en los últimos
10 años, y aún en los países industrializados más
de l00 millones de personas viven por debajo de la línea de pobreza
y 37 millones carecen de empleo .
En esos
grandes grupos algunos sufren más que otros, en particular los niños,
las mujeres y las personas de edad.
Los niños
con altos porcentajes de desnutrición y mortalidad, la juventud
sin acceso al trabajo ni al estudio se ubican en las familias de bajos
ingresos, perpetuando con ello el círculo vicioso de la pobreza,
en especial en las áreas urbanas.
La mujer
sigue siendo objeto de discriminación. Por el machismo del medio,
tiene menos acceso al empleo ; y cuando lo consigue percibe remuneraciones
inferiores al hombre. Y qué decir de los indígenas en los
países andinos, que viven en condiciones infrahumanas, en tierras
altamente deterioradas, sin integración social y con altos índices
de enfermedad y muerte.
Las personas
de edad, los jubilados, un grupo que va en aumento en todas las regiones,
suelen vivir sus últimos años en la pobreza y abandono.
Y al hablar
de pobreza no nos hemos de referir solamente al menor ingreso monetario,
porque el término parecería tener tan sólo un concepto
meramente economista, pero la pobreza existe en toda forma de necesidad
no satisfecha... Hay pobreza de subsistencia, hay pobreza de protección
social, hay pobreza de afecto y solidaridad, hay pobreza de valores éticos,
hay pobreza de entendimiento y comunicación.
Cualquiera
de estas formas de pobreza o todas juntas, como es nuestro caso, nos obligan
a plantear necesarias reformas sociales más justas, más éticas,
más humanas.
Pensemos
que los Masones, que vivimos en ésta América Latina, formamos
parte de una “Patria Grande”, de una región situada en el subcontinente
americano, países todos al sur del Río Grande que precisan
urgentemente llegar al desarrollo , que después de un poco más
de 500 años de su descubrimiento, tienen que redescubrirse a sí
mismos, tienen que reencontrarse, que autodefinirse, y autoidentificarse,
ya que siendo una realidad, no existen como unidad.
Precisamente
cuando las posibilidades de adelantos deberían ser mejores que nunca,
nuevas presiones a escala mundial crean nuevas formas y amenazan mayores
incrementos de la pobreza.
Un pequeño
sector privilegiado del 20% más rico de la población mundial
disfruta y dispone de más del 83% del total de ingresos planetarios
; mientras que el 20% más pobre apenas recibe el 1.1% de esos ingresos,
inferior al 1.47% que tenían en 1991 y al 2.3% que tenían
en 1960, y la relación de este porcentaje sigue reduciéndose
del 61 a 1 en 1991, a un sorprendente 78 a 1 en 1994 .
Miramos
tranquilamente que sigue avanzando, a una velocidad extraordinaria pero
sin mapa ni brújula, la Globalización, esta mundialización
que ha ayudado a reducir la pobreza en algunas de las economías
más grandes y más fuertes , China y algunos de los tigres
asiáticos, pero fundamentalmente ha producido en mayor escala perdedores
entre los países llamados en desarrollo , tercer y cuarto mundos,
y ha producido mayores diferencias entre potentados y desposeídos
dentro de ellos.
Los mayores
beneficios de la Globalización han sido obtenidos por unos pocos
afortunados. Se suponía que una marea creciente de riqueza levante
todos los barcos, pero algunos tienen sin duda mayor capacidad de navegar
que otros. Los grandes yates o barcos interoceánicos suben en respuesta
a las nuevas oportunidades, pero muchas balsas y lanchas de remo ya están
haciendo agua y muchas se están hundiendo.
También
muchos países industrializados y en desarrollo han visto aumentar
el desempleo a niveles desconocidos desde los años 30 , y la desigualdad
de ingresos ha llegado a niveles que no se conocían desde el siglo
pasado.
La opulencia
de los más grandes es notoria y mortificante, en tanto que
la carencia de las necesidades de los más pequeños nos llevan
a mirar el futuro con cierta desesperanza. Nuestras “sociedades del
subdesarrollo” se debaten en la extrema pobreza , con los problemas que
le son propios , desnutrición, mortalidad infantil , desempleo,
economía informal, insalubridad, narcotráfico, violencia,
inseguridad y corrupción en todos los niveles, tanto del sector
público como privado.
Debemos
cuestionarnos los Masones:
¿El Masón
quiere seguir ajeno a los problemas vitales que aquejan al mundo que le
rodea ?
¿El Masón
desea seguir siendo cómplice de los privilegios y de las estructuras
de poder
y dominación existentes
? .....
¿La Masonería
deberá continuar reuniendo a sus miembros en sus Cámaras
y santuarios secretamente, hablando en voz baja ?.... Cuando nada ha tenido
ni tiene que ocultar, ni nada le amenaza ?
¿Queremos que los
Masones parezcan insensibles, cuando deben ser críticos, libres,
solidarios y soberanos ? ...
¿Queremos seguir
en el mismo camino de deterioro que lleva la sociedad actual?...
La supervivencia de nuestra
Orden dependerá , si queremos que su presencia se mantenga en el
nuevo milenio, de la capacidad que tenga para interpretar la realidad del
mundo que le rodea y de prever los acontecimientos futuros, a fin de generar
propuestas concretas y Masónicamente posibles para dar solución
a los problemas que aquejan a la sociedad .
El concepto de “Política”
para nosotros, en nuestro afán de trascender, está muy lejos
de la toma de una posición sectaria y partidista .
Pienso queridos Hermanos,
que todos los que hacemos nuestra Masonería Latinoamericana, podemos
ser la clave para trabajar y labrar un mejor futuro y dar a nuestros hijos
una sociedad de pacífica convivencia. Comencemos por autodefinirnos
, por reencontrarnos e integrarnos en todos los problemas que nos son comunes.
“Ha llegado el momento
de crear un mundo nuevo, que sea más humano , más estable,
más fraterno y más justo. La erradicación de la pobreza,
para poder hablar de paz y comprensión, es más que un imperativo
moral y un compromiso de solidaridad humana” , un compromiso Masónico.
No cabe la menor duda
que tenemos la gente más digna y capaz , en todas las ramas del
conocimiento, la más honesta, más desinteresada y más
noble. Con el concurso de todos, nuestra Masonería latinoamericana,
los futuros dirigentes de nuestros países, tendrían la suerte
de ver cómo ésta Organización, que no hace propaganda
en la prensa, que no se reúne en teatros y lugares públicos,
que no tiene campañas electorales, podrá algún día
conquistar el corazón de nuestros pueblos .
Entendemos que la lucha
no es fácil porque como bien lo señala nuestro Hermano José
Ingenieros “No hay perfección sin esfuerzo ; solo pueden mirar el
sol de frente los que osan clavar sus pupilas sin temor a la ceguera. Los
corazones menguados no cosechan rosas por temor a las espinas ; los virtuosos
saben que es necesario exponerse a ellas, para recoger las flores más
perfumadas”...
Siempre y en cualquier
parte de nuestra América es la hora en que debemos actuar, nosotros,
los que estamos comprometidos con nuestra Orden ; debemos pensar que nuestros
pueblos sabrán juzgarnos por lo que dejamos de hacer y pudimos haberlo
hecho.
Que la fuerza sea cada
vez más justa y la justicia cada vez más fuerte, para que
el hombre sea cada vez más feliz y su vida más digna ...
V:.H:. Pablo Guerrero Torres