Diario La Nacion
Jueves 16 de diciembre de 1999

                               De profeta en su tierra

En la casa de sus abuelos, en Arequito, la cantante almorzó con La Nación y habló de sus
planes para triunfar en América latina.
AREQUITO.- Son las 12.30, hora del almuerzo para cualquier familia tipo. En Los Molinos,
a 15 kilómetros de Arequito, en la casa de sus abuelos maternos, Soledad Pastorutti está
sentada a la mesa junto a su padre, Omar; mamá Gricelda, su hermana Natalia y varias de 
sus primas, a punto de atacar los sabrosos tallarines caseros que cocinó la abuela 
Valeria. En este ambiente familiar, donde parece cómoda en su papel de hija y de nieta, 
Soledad dialoga con La Nación sobre el proyecto que pretende combinar en su carrera 
profesional dos direcciones: los discos de folklore argentino y otros destinados al 
mercado latinoamericano. También hablará de un año atípico: fue protagonista de la 
película "La edad del sol", grabó su último CD en Miami y hasta promocionó un nuevo 
perfume. 
Mostrará sin darse cuenta los contrastes de una vida poco común. En ella conviven la 
chica que camina por Arequito sin que nadie la moleste (es una vecina más), con la 
"star" del folklore que a veces habla en tercera persona, como Diego Maradona. 
Con el fin de la gira promocional que la llevó recientemente por México, Uruguay y Chile, 
Soledad acepta en parte la opinión de su padre respecto de que su carrera cumplió un 
ciclo. Pero prefiere desarrollar la idea, café de por medio, en el patio de la abuela, 
mientras la familia sigue de sobremesa: "En realidad, es una época en que Soledad cumple
19 años y busca un camino para llegar a otros países -dice la chica de Arequito, como si
hablase de otra-. Lo buscó con otros discos y no pasó nada. Pero el hecho de que Emilio 
Estefan esté detrás de todo esto crea otro tipo de expectativas y la posibilidad de 
mayor promoción. Al principio del 2000 vamos nuevamente a Chile, México, España, Miami y
Puerto Rico. Pero eso no cierra el camino anterior. Es un crecimiento que tiene 
cualquier artista. Yo quiero seguir el camino, no volver hacia atrás". 

-Cuando lo presentaste no parecías tan conforme y hasta hablaste de un próximo CD más 
parecido a los anteriores. 

-No. Me quedé conforme. Y ojalá que funcione bien en el exterior y me dé la oportunidad
de volver a grabar con Estefan. 

-Parece riesgoso. ¿Serían dos carreras paralelas? 

-Podría decirse así. No tendría miedo de llamarlo de esa forma. Todo artista que ha 
querido salir al exterior tuvo que cambiar ciertas cosas de su carrera y de su música. 

-Estás muy ansiosa por cruzar la frontera. 

-Sí, significa afianzar la carrera. Los artistas más respetados acá son los que lograron
éxito en el exterior. 

-¿Es una manera de legitimar el trabajo? 

-Sí, porque nuestro país es así. Todo lo que me dio la Argentina me sobra, y podría 
sentarme en una silla por años sin dejar de sentirme conforme y agradecida. Hoy tengo la
oportunidad de ir a otros países y la aprovecho. 

-¿Te sentís tan identificada con este disco como con los anteriores? 

-Sí, totalmente. Yo elegí los temas y cantarlos de esa manera. Hasta cambie algunas 
melodías por mis fallas vocales. 

Mi decisión 
Ya es hora de la siesta, momento para dejar que los abuelos descansen. Soledad pone en 
marcha el motor de la camioneta que habitualmente utiliza en sus giras y enfrenta el 
asfalto caliente de la ruta que conecta Los Molinos con Arequito. Cuando enciende la 
radio lo primero que se escucha es su voz en el tema "Yo sí quiero a mi país", una frase
que roza la demagogia y sirve de título a su último álbum. 
"La diferencia entre un disco y otro es grande. Y se podría tomar como una carrera 
paralela, pero yo lo decidí de esta manera. Si fuera por mí, además de folklore, que es 
la música que más me representa, haría discos de rock o tango. Lo que pasa es que, a lo 
mejor, no soy buena para hacer lo demás." 
Soledad está eligiendo repertorio para su nuevo material que grabará en la Argentina, 
incluso ya tiene algunos demos. "Me gustaría hacerlo para octubre del año que viene, 
pero todavía no lo hemos hablado con la compañía. Va a tener mucha instrumentación y voy
a buscar matices. Esto es algo que le reclamo a mi banda y me critico como artista. 
Tenemos pocos matices." 
"Luna de Tartagal" y "Cuando llora mi guitarra" son algunos de los temas previstos para 
la nueva placa. El resto está por definirse: "Habrá zambas carperas Ôy no tanto', algunas
chacareras, canciones, valses y, posiblemente, alguna polka", adelanta. ¿Chamamé? "Poco, 
porque todo lo que hay ya se ha hecho bastante. Todavía nos falta buscar cuecas y alguna 
chayita." 
                                   La imagen no es nada 
La próxima parada es la productora que la cantante tiene en el centro de la ciudad. La
oficina está llena de productos que tienen licencia para utilizar el nombre o la imagen 
de la cantante. "La Sole" aparece en tapas de cuadernos, manteles, lapiceras, 
encendedores, relojes, zapatillas y perfumes. Y, otra vez, surge el fuerte contraste 
entre la chica de pueblo y la estrella de la música nativa. "Si ahora me empiezo a 
vestir menos con bombacha de gaucho es porque los medios me lo piden así. Antes querían 
que llevara el poncho porque era novedad. Ahora quieren verte de calle." 

-Y vos, ¿qué querés? 

-Me da igual. Aunque hice producciones de las que luego me arrepentí. Me pintaron mucho,
me pusieron sexy. Pero no me interesa mostrarme de esa manera, al menos públicamente. 
Creo que para la gente lo que cuenta es mi actitud. 
Por eso dice que cuando era más chica cantaba lo que le gustaba y que ahora presta más 
atención a cada cosa que hace. 
"Tengo que estar pendiente de todo. Tomar conciencia de que hay gente que vive por vos, 
o viene a Arequito a dedo. Antes era una locura de momento, pero nunca pensé que esto 
iba a seguir." 

    Source: geocities.com/lasolehomepage