Diario La Nacion
Lunes 02 de febrero de 1998 

                       "Lo mío no tiene demasiado valor artístico" 

La adolescente que puso de cabeza al folclore todavía tiene dientes de leche. "El otro 
día se me cayó uno", dice mientras muestra el hueco que le quedó en su sonrisa, que se 
acerca al millón de discos vendidos.
Como a cualquier chica, la caída del canino derecho le preocupa, pero se lo toma con 
cierto humor sobre el escenario cuando explica, entre risas, que su hermana Natalia (15)
se lo bajó de una trompada.
Con el pelo recogido en una colita de caballo que la hace parecer una nena, Soledad 
Pastorutti (17), o La Sole, como ella misma se llama, charla con Clarín mientras 
revuelve su té, que -está convencida- le ayuda a cuidar su voz de huracán.
Las valijas, que desde hace tres años se convirtieron en una prolongación de su propio 
cuerpecito de 48 kilos, la esperan al pie de la mesa de un hotel cordobés. Dentro de 
siete horas cantará en La Pampa para continuar con una gira que -bromea- "es parecida a 
la que hacen los políticos en campaña, pero de música".
Soledad habla mucho y fuerte "como cualquier gringa", y sólo se afloja algunos minutos 
después de comenzada la charla. Se pertrecha y se cuida en las palabras. "Me pegaron 
mucho desde que aparecí -se justifica- y qué querés, che, una no es de piedra".

Algunos afirman que sos una especie de Maradona, pero del folclore. ¿Vos qué pensás? 

­Noo! -se espanta--, para nada. Yo estoy pasando un buen momento popular, pero 
técnicamente soy la más consciente de que me faltan un montón de cosas. Además, no puedo
ser la Maradona del folclore si no escribo, si no expreso lo mío. Me encantaría escribir
mis propios temas. Sólo así me sentiría mejor como artista. En realidad escribo, pero lo
rompo. Ni mis papás ven lo que hago. Todavía no sé dibujar bien lo que siento. Así que 
no soy la Maradona del folclore ni creo que el folclore esté pasando por su mejor 
momento. No creo que porque a uno o dos grupos les vaya bien, todo esté bien.

Pero no podés negar que desde tu aparición las cosas para el folclore cambiaron, al 
menos en cuanto a convocatoria. ¿Sos consciente de que sos la protagonista de esta 
movida? 

No, yo creo que no. Que en realidad no soy consciente. Ni quiero serlo, porque me 
agarraría un miedo... Pero te repito: ya sé que la gente me sigue, pero yo no estoy 
conforme del todo con lo que hago. Además, cuando se habla de renovación del folclore, 
creo que no se dice que los verdaderos renovadores no somos los chicos. Hay pocos 
renovadores y yo no me incluyo entre ellos. Para mí, los renovadores son el Chango 
Spasiuk, Facundo Saravia y Peteco Carabajal. Y esa renovación no llega a ser popular 
todavía. Lo popular sigue siendo lo de siempre. Por ahí, en mi caso, cambiando el estilo
la forma de hacerlo. Pero es lo de siempre.

Hay gente que dice que sos una estrella fugaz y que lo único que hacés es revolear el 
poncho, que lo tuyo no tiene valor artístico...

Mirá, en parte yo creo que lo mío no tiene demasiado valor artístico porque estoy 
aprendiendo. Pero voy a crecer. Nadie nace sabiendo. Yo no me pienso quedar en lo que 
hago. Lo voy a respetar, pero pienso aprender y ser mejor por una necesidad propia. 
Incluso ahora podría demostrar que sé hacer algunos otros temas sobre un escenario, 
desafiar a los que dicen eso. Pero no va con mi personalidad ni con mi público.

¿Cuál pensás que es tu mayor capital artístico? 

Creo que la expresión, el carisma. Más allá de la voz que, creo, es particular. Nadie 
canta como yo, ni parecido. Pienso que ser original tiene valor.

Más allá de toda crítica, el cierre de Cosquín es tuyo y la gente llena la plaza sólo 
para verte. ¿Te tiemblan las piernas? 

Mirá, me tiembla todo. La noche del martes estaba muy nerviosa. Nunca había subido tan 
nerviosa a un escenario. Y ese mismo nerviosismo hizo que no rindiera como yo esperaba. 
Para el cierre me siento mucho mejor.

¿Qué te pareció Abel Pintos? 

Escuché el disco. Me gustó mucho y lo escuché hablando por radio. Me pareció muy maduro 
para sus 13 años. Ojalá el público lo reciba como a mí, y que no lo ahoguen con críticas. 
El recién empieza y tiene todas las condiciones para llegar a ser un gran artista.

¿Cómo viste a Cosquín este año, con los nuevos organizadores? 

Yo al Festival de Cosquín lo quiero esté quien esté. Pero lo que no me gustó fue que 
tanta gente se pusiera en contra de la organización nueva, porque no le hace bien al 
festival, más allá de que estés de acuerdo o no con quien esté. A mí me relacionaban con
Julio Mahárbiz y demás. Y yo lo único que hago es ir y cantar, que el público esté 
conforme y todo salga bien. Hay gente que no está contenta con nada. El año pasado 
criticaban la locución de Mahárbiz. Este año la critican a Liliana López Foresi y a 
Carlos Franco. La gente es imposible de conformar. Pero lo que creo que no se tiene que 
perder de vista es que hay que apoyar al Festival. Que aunque las peñas estén llenas 
ahora, no existirían sin el escenario. Si muere Cosquín, mueren las peñas.

Vamos un poco más lejos de Cosquín. Grabaste un disco para el Mundial de Fútbol de 
Francia...

Sí. El sello discográfico en donde salen mis discos ganó una licitación a nivel mundial 
para grabarlo. Eligen una persona por país para cantar una canción en un disco para el 
Mundial. A mí me eligieron por Argentina y no estoy muy segura de si tiene que ver con 
la cantidad de discos vendidos.

¿Qué tema hiciste? 

Grabé una canción que compuso César Isella que se llama Los sueños de todo el mundo, con
ritmo de malambo. No tiene nada que ver con mi estilo. Existe una posibilidad de que yo 
vaya a Francia a cantarla en la apertura, pero todavía no sé... El tema dice (y lo canta)
En esta puesta del sol partir es marcar el rumbo/ Abriéndole el corazón los sueños de 
todo el mundo/ Africanos y europeos, gente joven del dos mil, unidos por la esperanza/ 
Y las ganas de competir..., o algo así. 

La gente del bar donde estamos charlando le grita "­Grande, Sole!", y la chica saluda 
con la cabeza a los hombres y a las mujeres que, desde las otras mesas, la miran como a 
un dios.

¿Es cierto que tenés un proyecto para filmar una película para Disney? 

En realidad todavía no sé muy bien cómo es. Pero no sólo Disney está interesada. Hay 
otras dos empresas más. Y ahora mismo están filmando un documental. Pero no sé mucho más. 
Yo siempre soy la última en enterarme de las cosas. Por otra parte, sí sé que en marzo 
voy a Miami a conocer a Emilio Estefan, que quiere producir un disco conmigo. Será con 
música latina, mexicana. Lo bueno es que voy con mis guitarristas y todo...

¿Cómo te ves a vos misma dentro de diez años? 

Nosotros, con mi papá hablamos siempre de eso. Por mi parte, me gustaría una carrera 
como la de Guarany o la de Mercedes (Sosa), en cuanto a mantenerse y crecer, no quedarse 
en lo de siempre. O como la de Luis Miguel, que me encanta, que supo crecer y mejorar 
todo el tiempo... Eso me gustaría. En cuanto a lo económico, con mi familia ahorramos. 
Vamos a cuidar lo que ganemos para, cuando pase este fenómeno -si pasa- no quedar sin 
nada ni tener que aceptar cualquier cosa. Como buenos gringos, pensamos en el futuro y 
cuidamos la plata para cuando no haya.

¿Y amores, Soledad, o le hacés honor a tu nombre? 

Nadie por ahora. Yo no vendo una imagen de chica linda. Pero sí me mandan cartas de amor.
..(confiesa, y pone su mirada más pícara). La más graciosa fue una que terminaba Posdata: 
y te mando un beso en la boca de cinco minutos.... Y bueno, el amor no se busca. Llega 
solo.

Mientras, a cantar y seguir revoleando el poncho...

Claaaro. Muchos me dicen si voy a revolear el poncho siempre. Y yo les contesto que lo 
voy a revolear hasta que me deje el reuma.

    Source: geocities.com/lasolehomepage