Diario Clarin
Lunes 18 de septiembre de 2006
 
MUSICA : ENTREVISTA CON SOLEDAD PASTORUTTI

                                                    "Ahora quiero parar la pelota"
 
x487.jpg (6548 bytes)La cantante de Arequito está lista para casarse con su novio Jeremías. "Me caso porque lo siento", asegura. Y dice que su fuerte es el escenario. En octubre despide su disco "Diez años de Soledad" en el Gran Rex. Más asentada en su carrera, va a descansar por un tiempo. Mientras, planea proyectarse en el exterior.
A punto de cumplir 26 años (el 12 de octubre). Soledad Pastorutti está preparando dos despedidas, que son, a la vez, dos comienzos. Una es el show que presentará el 7 y 8 de octubre para despedir su disco Diez años de soledad, en el Gran Rex. La otra despedida es la de su soltería.
 
¿Cómo te preparás para tu nueva vida de casada?
Con Jeremías siempre vivimos muy cerca uno del otro pero nunca convivimos. Yo estoy dispuesta a asumir todo lo que viene con la convivencia. Además uno nunca se imagina lo malo. Eso sí, un punto a discutir es el cigarrillo porque Jere fuma y yo odio el cigarrillo. Pero es ordenado, sabe cocinar, lavar, no es el típico nene de mamá y se lo agradezco a mi suegra. Yo me caso porque lo siento porque si hacés demasiadas cuentas o análisis, no sé si te animás. En nuestro caso parece todo muy perfecto y ordenadito pero yo sé que eso no es garantía de nada. Sí sé que lo quiero y él me quiere.
 
Cumplir diez años de carrera a los 25, suena fuerte, ¿no?
Siento que es un momento de reconocimiento. No es poco lo que hice hasta acá pero no me conformo. Es un momento de ver dónde estoy parada. Cuando yo exploté como boom no me daba cuenta de nada, era muy chica y después, me di cuenta de que el verdadero éxito es el que se va desarrollando con los años, el paso a paso. Entender eso me costó algunas lágrimas. Además soy bastante desconfiada. Es más: cuando todo está muy bien, soy de pensar uy, qué pasa, porque tampoco me gusta dormirme en los laureles. Por suerte, me siguen pasando cosas muy fuertes con el público, sobre todo en el interior, y eso es lo que a mí me sostiene.
 
¿Estás pensando en darle un cambio a tu carrera?
Después del show y del verano trabajando en festivales, tengo ganas de parar un poco la pelota. Y pensar en el exterior que fue algo que tuve relegado por mis compromisos acá. Ahora voy a Chile, Bolivia, los países limítrofes donde la gente responde, hay una conexión fuerte. Pero muchas veces me han invitado de Israel, de Rumania, lugares donde hay mucho interés por lo latino, y tengo ganas de rumbear para ese lado.
 
¿Te sentís más segura con tu desempeño profesional?
Lo que tengo creo que es interesante, pero no es mi techo. Sí me está dejando más conforme lo que hago. Logré asentarme en el escenario. Además, el setenta por ciento de mi repertorio sigue siendo folclore, con matices. Pero también hay otras cosas y la gente la pasa bien. Yo siento que mi lugar para mostrarme, no es tanto el disco, sí el vivo. A mí dame un escenario y ahí es donde me siento mejor, no sé que es lo que pasa, siento que me transformo. Será porque me acostumbré de chica, desde los 8 años estoy actuando
en escenarios de todo tipo. Para mí es el mejor momento de todos.

¿En qué cosas creciste?

Bueno, ahora estoy escribiendo más, humildemente. Me gusta ir probando de a poco. Y también estoy con clases de guitarra y quiero hacer más cosas. Tengo ganas de empezar un disco nuevo pero por el momento tengo que dejar que ruede un poco más éste. Y ver qué viene después.

Soledad está más grande, se nota. Se la ve más suelta, más sexy y segura de sí misma. Pero no deja de ser la chica de Arequito que se compra a todo el mundo cuando sube a cantar a un escenario y despliega lo suyo. Entusiasmada y nerviosa con la proximidad del show. Soledad cuenta detalles, como por ejemplo, que por primera vez tendrá músicos invitados: Luciano Pereyra, Abel Pintos y Mario Bofil, entre otros. "Y estamos hablando con Mercedes Sosa", desliza. "Me invitó a comer".

¿Cómo fue el encuentro con ella?

Hermoso. Me invitó a su casa. Yo nunca había hablado con ella. La gente siempre armó entre nosotras como un River-Boca que nunca existió. Y fue muy lindo encuentro, ella es un camino a imitar. Fuimos con mi familia, le llevamos un regalo de un artesano y yo estaba muy nerviosa, imaginate. Nos contó anécdotas, habló muchísismo, comimos empanadas. Me contó que sigue estudiando canto.

¿Te dió consejos?

No, yo creo que el mayor consejo es verla a ella.

Aquella nena que revoleaba ponchos y arengaba desde el escenario con naturalidad es la misma que hoy confiesa que "los artistas tenemos muchas inseguridades. Y está bueno encontrar a alguien que también se siente un bicho raro, y compartir esa sensación. En el folclore somos una gran familia". Y es la misma que nunca se olvida de nombrar a su hermana Natalia. "Siempre me ayuda a organizarme, es genial. Yo la consulto mucho, ella es dos años más chica pero parece más grande por su forma de ser. Tenemos una relación especial, de mucho cariño, sin invadirnos ni ser pegotes. Bueno, ahora me va a matar porque me dejó encargado ponerle suavizante a la ropa y me olvidé".

El 2007 va a ser especial: te casás y después te tomás casi un año sabático.

Buenos, en realidad, todo lo que aguante, no sé. Pero tomarme varios meses va a ser saludable. El año pasado hice un año de Facultad, Ciencias Políticas, pero no viví porque seguía laburando. Aunque tengo en mente retomar la carrera en algún momento. Pero lo que estoy segura es que nunca voy a dejar de cantar. Ahora estoy ansiosa por el show en el Gran Rex porque Buenos Aires no es una ciudad fácil. En un pueblo como Arequito, ponés un cartelito o se entera el carnicero y ya alcanza para llenar cualquier lugar. Igual, yo soy cero problema, no estoy todo el día sonriendo pero no me involucro demasiado en rollos de divismo y esas cosas. Por ahora, por lo menos (risas).

¿No podrías ser la diva del folclore?

Já, ¡la diva de los ponchos!. Estaría bueno que el folclore tenga sus diva, porqué no darle un poco de glamour. No... no me lo imagino, pero todo puede pasar. No, en serio, mirá, a mí me dieron con un caño cuando arranqué, por experimentar. Pero la música no se puede rotular, y además, poca gente se hace cargo de ciertas cosas que escucha. Por suerte hay muchas mezclas y cruces y hay espacio para todos. Yo estoy convencida de que el folclore siempre va a necesitar de un José Larralde, un Horacio Guarany, una Mercedes Sosa. Pero también va a necesitar de sus Nocheros y de su Soledad.-
 
Un noviazgo a la antigua


Por un rato, Soledad se olvidó de ponchos y sombreros y se concentró en tules, volados y tocados de flores. Como haría una novia tradicional que está preparando su boda. Ella prepara la suya con Jeremías Audoglio.

"Con Jere llevamos seis años de un noviazgo tradicional porque en mi familia son medio chapados a la antigua. Pero está bien, yo respeto eso. Mis viejos están casados hace 25 años, y están cada vez mejor. Ojalá yo pueda llegar a eso. En ese ejemplo y en el de los papás de Jere, nos miramos. Aunque sabemos que toda convivencia tiene sus roces."

Soledad confiesa que tiene ganas de festejar su casamiento con todo. "Los dos somos sociables, tenemos muchos amigos así que la lista de invitados es muy larga. A mí me encanta festejar y bailar hasta el amanecer". Aunque todavía no saben dónde harán la fiesta, lo seguro es que la Sole va vestirse de blanco.

Jeremías hace cuatro años que trabaja junto a su novia. "Es el road manager de la productora. Al principio tenía miedo de trabajar juntos, pero él es un caballero y la lleva muy bien".

La idea de casarse la tienen casi desde el mismo momento en que se pusieron de novios. "En realidad me pidió casamiento hace muchos años, en la graduación de mi hermana, apenas con un año de noviazgo. Fue en medio de la fiesta, los dos re embobados. Pero después la vorágine del trabajo lo postergó hasta ahora."

Como Jeremías también es de Arequito, la pareja sabe que tendrá un pie en cada lado. "Sabemos que por nuestro trabajo, vamos a estar mucho en Buenos Aires pero nuestra idea es tener algo en Arequito. Nada ostentoso, un lugar para nosotros. Yo sueño con criar a mis hijos ahí, con toda la tranquilidad del mundo."
 
La chica solidaria

Soledad llega a la entrevista, antes de un ensayo y después de haber participado en la inauguración de un pabellón del Hospital Austral, en Pilar. "Estuve ahí, donde Valeria Mazza es madrina, porque me gusta colaborar y sé que mucha de la gente que se atiende ahí es de bajos recursos".

Su contacto tan directo con el público, desde chica, también la volvió vulnerable a los pedidos de mucha gente necesitada. "Hay una fundación con mi nombre, que se creó por la cantidad de cartas que recibo, pidiendo ayuda. Y eso me pone mal. También hay cartas mentirosas pero uno no se puede poner a elegir a la hora de ayudar. Ahora estamos buscando socios adherentes, y lo que hacemos, básicamente no es asistencialismo sino dar charlas sobre educación vial y sexual, enfocados sobre todo en adolescentes y niños. Porque en Santa Fe, en nuestra zona, es impresionante la cantidad de muertes jóvenes por accidentes y, por otra parte, ni qué hablar de la cantidad de madres adolescentes".

Pero la buena voluntad a veces no alcanza. "Tenemos proyectos más ambiciosos pero faltan recursos. Siempre que me necesitan, yo estoy y dono dos recitales al año. Si el año que viene paro, me voy a dedicar un poco más a todo eso. A lo mejor con poco, ayudás mucho. No todos viven la misma realidad y yo no vivo en una burbuja. No me quiero convertir en Santa Soledad pero siempre tuve esta inquietud y me gustaría que en el futuro la fundación crezca".
 
Punto de vista
 
El tifón y la brisa
 
Ahora que el tiempo pasó habrá que reconocer que en los 90 fue, sin proponérselo, la causante de que el folclore dejara de ser un género anquilosado de nostálgicos del boom de los 60. Equilibró carencias técnicas con voluntad, seriedad y un carisma imbatible. Soportó críticas despiadadas y fue un blanco cómodo: la condenaron por apostar a la factoría Estefan, por filmar películas imposibles... La condenaron, en definitiva, por tener éxito o ambición. Ahora que creció, que el tifón es brisa calma, no está mal revisar algunas ideas sobre ella. Y sospechar, sin cinismo, que todavía no escuchamos a la mejor Soledad.
 
La cifra

9 discos y un DVD. Todos fueron editados también en el exterior.

80 los clubes de fans de Soledad, a nivel nacional e internacional.

26 son sus Discos de Platino. Es un récord para una artista nacional.

2 millones de álbumes vendidos (un promedio de 250 mil por año).