Diario La Voz del Interior (Cordoba)
Jueves 19 de enero de 2006
 
                                              Como la primera vez
 
x455.jpg (6869 bytes)Aunque diga lo contrario, la Sole ya no es la misma de entonces. Ahora vuelve a Cosquín con 25 años, fogueada en los medios, la fama y el éxito y con una confianza en sí misma que ya no necesita del poncho al viento. Ayer por la tarde estuvo en Cosquín, donde visitó la plaza Próspero Molina y probó el escenario antes de su show.
El próximo domingo, ella será la estrella central en el Festival de Folklore y Horacio Guarany el padrino que legitimará el festejo como en una coronación anticipada con lo que ella espera conseguir algún día: instalarse en el podio de los clásicos.

–¿Cómo lograste convocarlo para este regreso?

–Mi deseo de tenerlo en el escenario está siempre y sé que puedo contar con él. Tenemos una relación maravillosa, nos queremos mucho y nos respetamos. Lo único que hice fue hablar con la comisión y el Concejo Deliberante y hubo muy buena onda. Horacio es un tipo muy querido acá.

–¿Te considerás de alguna manera una heredera de su popularidad?

–Jamás voy a llegar a donde está Horacio Guarany, tal vez el Chaqueño esté más cerca que yo. Lo que más admiro de él son sus letras, además de su personalidad. Sus canciones se cantaron en todo el mundo y jamás voy a lograr eso. Yo simplemente empecé a cantar folklore y él siempre fue un ídolo para mí. Además de que nunca me defraudó. Más que un referente musical es un referente como persona.

–¿Lo planteás como un homenaje para él antes de su despedida?

–No, no es despedida y tampoco homenaje. No le gusta que lo homenajeen. Yo quiero que se vea esto como un festejo. Él ha sido mi gran referente y esto va a ser como cumplir otro sueño.

–¿Este trabajo y este concierto marcan también tu regreso definitivo a las filas del folklore o planeás seguir también en la veta melódica y pop de algunos de tus trabajos anteriores?

–No me gusta decir que estoy de vuelta en el folklore porque nunca me fui. En este disco también hay temas melódicos, pero gracias a Dios la compañía eligió un tema más folklórico para hacer la difusión.

–¿Después de 10 años dónde te parás para seguir cantando folklore?

–Yo recién empiezo. Festejo 10 años de carrera porque cualquier excusa me viene bien para festejar, pero ahora viene lo más duro, que es cuando tengo que ponerme todas las pilas.

–Pero tampoco estás empezando...

–No, es verdad que sostener un boom durante 10 años es un mérito, yo no era conocida en el ambiente, todo empezó de golpe, pero a partir de ahora tengo que ponerme las pilas, madurar mucho más, seguir creciendo y sostenerme.

–¿Es casual que no vayas a estar en otros festivales o querías festejar sólo en Cosquín estos 10 años?

–No, la verdad que hubo mucho trabajo y tuvimos la suerte de darle prioridad a varios compromisos antiguos en Formosa, Mendoza, San Juan. Me quedó en el tintero hacer Jesús María. Pero cuando tuvimos el primer llamado todavía no se había reservado la fecha y cuando volvieron a llamar ya teníamos ocupados esos lugares. Pero la relación es buenísima y seguramente el año que viene vamos a estar ahí.

–¿Seguís en pareja? ¿Planeás casarte?

–(Risas) De novia, en pareja no porque no vivimos juntos. Llevamos más de seis años de novios y estamos más que bien. Por el momento no hay planes de casamiento. Estamos como maleta de loco de aquí para allá, pero tenemos muchos sueños en común, nos queremos mucho y tenemos la suerte de poder compartir no sólo nuestro noviazgo sino también el trabajo y en un clima muy lindo. No nos agarramos de los pelos por nada.

–¿Hay proyectos para hacer televisión este año?

–No. Lo mejor que puedo hacer este año es presentar este disco, que ya es disco de oro. Me encantaría volver a los lugares que me forjaron y me impulsaron. En el invierno vamos a ir a teatros, a recorrer la provincia de Córdoba, que es una de las que más me alentó, con un show con toda la fuerza y todos mis músicos.

–¿Sentís que estás en un momento más adulto de tu historia, después de todo este tiempo?

–Adulto debería ser por lógica, ya tengo 25 años y si no pudiera sentar cabeza sería preocupante. Pero dentro mío soy una niña que sigue revoleando el poncho. Me gustaría encontrar una veta, una madurez que me permita ir haciendo una carrera popular pero vigente, convertirme con el paso del tiempo en un clásico. Estoy lejos de eso, pero sería buenísimo.

–¿Vas a traer el poncho?

–El poncho nunca salió de la valija. El día que salió de la valija lo agarramos y le pusimos el chaleco de fuerza.

–¿Es el mismo de 1996?

–No, el primero está transparente. Pero es uno igualito.