Diario La Mañana (Cordoba)
Lunes 23 de enero de 2006
 
                         La segunda luna coscoína, también a plaza llena
Al cierre de esta edición, la segunda noche coscoína se preparaba para recibir a Soledad Pastorutti y su show dedicado a recordar sus 10 años de carrera. Además por el escenario Atahualpa Yupanqui pasaban Los Carabajal, Roxana Carabajal, Facundo Toro y José el joven salteño que se consagró como ganador en la última edición de “Operación Triunfo”.
No sólo de Soledad vivió y se coloreó la segunda noche del Festival de Cosquín. La gente aportó durante toda la velada una plaza a pleno, en la que la expectativa para ver a la joven de Arequito en su décima presentación fue adecuadamente manejada por una grilla de artistas de alto nivel.
La plaza llena denotaba el enorme entusiasmo que otra vez se apoderó de este legendario festival. Con un lleno casi total, más de 10 mil personas presentes, desde la comisión organizadora no discimulaban el entusiasmo por un festival que promete ser record. «Este festival va amarcar un hito», señalaba exultante Freddy Martino, uno de los organizadores. «Será un punto máximo con respecto a otros anteriores», aseguraba. Según él, «los duendes vuelven a caminar por el escenario de Cosquín»
La jornada que fue inaugurada por el Ballet Camín, seguido por la presencia desde Santiago del Estero de los Los Carabajal, con sus clásicos temas que siempre son bienvenidos por los asistentes a la plaza.
Incluso hubo otra de las herederas de esta tradicional familia de folkloristas, nada más ni nada menos que Roxana Carabajal quien mostró -con esa autenticidad tan típica de ella- los temas de su nuevo material discográfica recientemente editado.
Si hablamos de herencias familiares es imposible obviar a otro de los artistas que animaron la velada del domingo: Facundo Toro. El fue quien le imprimió a la noche un clima festivo con su colorido repertorio desplegando toda su simpatía y ese particular cariño que lo une a aquel público que hace algunas décadas atrás vitoreó a su padre (Daniel Toro) y ahora le demuestra el afecto a su hijo. Con su energía de siempre, los Coplanacu volvieron a demostrar su vigencia, al ritmo del bombo y de la guitarra, despertando pasión y aplauso en un público que los sigue y que se encargó de demostrar que esta noche había mucho más que Soledad. Los siguió el vértigo joven del grupo Yámana.
Otro de los números interesantes fue el del joven José García, un cantante salteño surgido de la edición anterior del programa televisivo «Operación Triunfo», que con un gran caudal vocal y una fuerte inspiración interpretativa mostró las canciones de su álbum, entre ellas «Milagro de amor» que fue compuesta por Jorge Rojas.
Completaron además la grilla artística de anoche Mariana Cayón, Hugo Giménez Agüero, ganadores del Pre Cosquín, la delegación de La Rioja y Los Catamarqueños, entre otros.
A la espera de la hija dilecta
Si Cosquín representa la gran plataforma para muchos artistas folklóricos entre ellos seguramente está Soledad Pastorutti quien con tan solo 15 años logró levantar a las tribunas de la Próspero Molina transformándose en una de las «hijas predilectas» del popular encuentro.
Al cierre de esta edición y celebrando una década de carrera musical, Soledad irrumpiría en el escenario mayor con un show que seguramente mantendría el clima festivo, cierta complicidad con el público y el amplio repertorio de la joven intérprete.
Uno de los datos más sobresalientes de su show era la anunciada presencia de un invitado de lujo: Horacio Guarany.
Ya hace algunos años atrás Horacio Guarany y Soledad Pastorutti compartieron juntos un espectáculo con el que hicieron una seguidilla de funciones. Incluso este popular cantante y compositor fue uno de los principales defensores de la joven cuando recién comenzaba y las críticas de especialistas, así como de algunos artistas, no eran nada benévolos con su propuesta musical.
Así, nobleza obliga, bien valía que Soledad invitara a Guarany en esta recopilación de los 10 años. Era la oportunidad de Guarany para demostrar que es un festivalero de raza, que es justamente en ese ámbito donde mejor despliega su talento.