- Diario La voz del Interior (Cordoba)
- Viernes 14 de enero de 2005
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Soledad
fue la novia del Festival
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- Jesús María. La séptima fue una clásica noche de festival; con ánimo,
pero sin excesos. Lo que alguna vez en Jesús María fue el jueves de los jóvenes,
aquellos que a fines de los 90 devolvieron vigencia y masividad a la música de
raíz folklórica, ayer fue una jornada más; con aplausos, cantantes, jinetes,
reservados, humo y fernet con gaseosa. Soledad Pastorutti reunió una buena cantidad de
público, pero estuvo lejos de los fenómenos de concurrencia de otros tiempos: más que
el tifón, fue la novia del festival. El cambio de identidad, de aquella adolescente a la
cantante que se mueve entre el pop y el folklore y sin ponchos al aire, ha dejado algunos
entusiasmos en el camino.
El atardecer había transcurrido tranquilo, con los ritmos habituales de un encuentro que
en su etapa final parece recuperar su esencia y su público. Sólo algún club de fans de
la Sole, con sus pancartas, se apoyó temprano al portón de ingreso que se abrió a
las 18, para ocupar un lugar de privilegio cerca del escenario. Pasadas las 21.30,
el José Hernández presentaba un aspecto colorido. A las 22, sonó el clarín de inicio.
Abel Pintos presentó sus propios temas, para recibir el aplauso sostenido del público,
que obligó a un bis. Con El alcatraz, el bahiense coronó una buena actuación. Luego,
Los Obreros pusieron la cuota de pachanga proletaria, con Chamarrita de los pobres.
Pasada otra tornada de jineteadas, Carlos Franco presentó un homenaje a Gerardo López.
La ceremonia tuvo su momento más emotivo cuando la familia del cantor entregó su
guitarra, que quedará en el museo del Festival. A seguir, El Lucero del Alba, cantor de
San Rafael, cantó La Gerardo López, la zamba de Galíndez y Motalcini, escrita en vida
del recordado Negro.
Tras Facundo Sosa, el esponsorisao, siguieron Los Yupanqui y luego los Ex
Fronterizos, que recrearon algunos de sus recordados éxitos.
Antes de Soledad, Los Palmareños y Los Bacchiddu pusieron ritmo para mitigar la espera. A
la 0.25, la Sole subió al escenario y el campo se abrió para que la gente
pudiera seguir de cerca su interpretación de Todo igualito que vos.