Diario La Nacion
Martes 11 de mayo de 2004
 
                        El zapping musical de la cantante Soledad
 
El zapping musical de la cantante Soledad Recital de Soledad Pastorutti. Presentación del disco "Adonde vayas". El sábado último, en el Estadio Luna Park. Con Natalia Pastorutti (voz), Pablo Santos (bajo y dirección musical), Jorge Calcaterra, Alberto Arauco y Javier López (guitarras), Eduardo Spinassi (piano), Silvio López (piano). Invitados: Antonio Trapanotto (batería), Mario Tierno (aerófonos), Javier Casalla (violín), Juan José Castelli (acordeón), Celsa Mel Gowland y Diego Salvador (coros), Julio Morales (tambor) y Federico Reschini (guitarra). Nueva función: sábado 29 de mayo.
Nuestra opinión: bueno
"Hay que tener un poco de realidad presente en estos espectáculos", dijo Soledad antes de estrenar un tema inspirado en el asesinato de un joven que movilizó a su pueblo, Arequito. Y de este modo, durante el recital de presentación de su último CD, "Adonde vayas", Pastorutti le dio un nuevo giro a su amplia propuesta musical, que reúne canciones optimistas, penas de amor, folklore argentino, baladas, guitarras de aires flamencos, tambores de aires rioplatenses, climas salseros y la híbrida mixtura de ritmos latinoamericanos acercados a los estándares del pop. Su show tuvo escenografía y puesta en escena llamativas, con varios cambios de vestuario, una gigantesca pantalla de fondo, empinadas escaleras -dignas de la revista porteña- y plantas
Soledad se hizo famosa de muy chica; de ahí que, a diferencia de otros artistas, su proceso de maduración pueda ser algo para tener en cuenta, a pesar que tenga más de media docena de discos publicados. Uno de los principales cambios lo da su garganta, decidida y segura para acomodarse a los distintos terrenos musicales por los que transita. Su voz es lo que marcó una de las mayores diferencias entre el último disco y los anteriores. En las mismas proporciones eso quedó expuesto el sábado, sobre el escenario.
Todo lo anterior fue un aporte para que su espectáculo resultara impecable. Al menos hasta que la expectativa del oyente por saber con qué iba a ser sorprendido se instaló como una sensación de pulso constante al final de cada tema. La velocidad hizo que la fiesta no decayera jamás, pero también que el disfrute de algunas piezas fuera efímero.
Soledad podría tener la habilidad de Los Ramones para dar un recital vertiginoso e incluir una enorme lista de canciones en lo que dura un CD. Despachar títulos tal vez tenga que ver con el espíritu de una banda de punk rock o con el apabullante temperamento artístico del "Tifón de Arequito"; pero no tanto con la propuesta musical de Soledad, que es muchísimo más variada. Quizás por eso deja cosas en el camino. Por ejemplo, el bandoneón que en el disco le da los más bellos colores a "Luz de amor", o la guitarra acústica que marca el rumbo y el paso para andar sobre las estrofas de "El tiempo pasa" no tuvieron oportunidades durante un recital de intenso zapping.
Aun así, Soledad es de las artistas que, según dice la frase, se debe a su público. Y si bien con su paso televisivo adquirió nuevos y muy pequeños seguidores, el grueso de los adeptos sigue representado en aquellos que colgaron los carteles de las plateas del Luna Park, integran sus clubes de fans, visitaron su pago, tienen todos los discos y la siguen por diferentes escenarios del país.
No fue gratuito uno de sus primeros comentarios a la platea ("Hoy nosotros los vamos a acompañar a ustedes") ni el hecho de que cantara algunos temas que hace tiempo no incluía en su repertorio. Tampoco faltaron la exaltación de la argentinidad en forma de canción ni las chacareras en furiosas versiones. Ni su hermana Natalia: otra sería la respuesta del público si no estuviera sobre el escenario al menos en un par de temas. A fin de cuentas, todo eso forma parte de la esencia y la sinceridad de Soledad Pastorutti.