Buenos Aires. Desde hace tiempo, Soledad
está convencida de que se encuentra en una nueva etapa de su carrera. Ese convencimiento
es notorio, con la firmeza típica de alguien que sabe lo que quiere hacer. Y lo hace.El viernes estrenó en Buenos Aires su nuevo espectáculo, del CD Libre, en el que intercaló los nuevos temas con los clásicos del repertorio para el delirio adolescente.
Carismática, fresca, acelerada: Soledad es la de siempre, pero en una versión mejorada de sí misma, madura, especialmente en el trabajo de la voz. El repertorio es concesivo para con la platea, pero sólo por partes: sobre todo en el punto en el que las chacareras levantan a las plateas una y otra vez, para revolear sus ponchos que son en realidad remeras, y llevar el carnaval interminable en la espuma loca o los papeles picados. El recital fue, especialmente, festivalero: una actuación cuidada estéticamente que podría enardecer a multitudes desde cualquier escenario.
La Sole canta, y lo hace muy bien. El disco tiene algunas poco felices versiones, como Libre (fue acompañada por un tenso Alejandro Lerner), o Ayer te vi, de y con Víctor Heredia, quien no pudo seguirle el ritmo. Pero compensa con impecables temas como Canción del jangadero o Padre del Carnaval. Y el tema de difusión, Tren del cielo, que nadie pudo dejar de cantar.
El espectáculo tuvo lugar en el teatro porteño Gran Rex.