Diario La voz del Interior (Córdoba)
Viernes 12 de octubre de 2001
 
                  “Ahora me quiero dar ciertos gustos”
 
“Ahora me quiero dar ciertos gustos”Hace unos años no veía las horas de ser mayor, de cumplir primero los 15, luego los 21. Uno se hace demasiadas expectativas con los cambios, pero cuando los vive no hay demasiadas diferencias. Seguramente, algún día a la hora de mirar atrás me daré cuenta cabalmente de esos cambios”. La que habla es Soledad Pastorutti y las palabras le salen como siempre, a borbotones y con voz potente. De todos modos, lo importante no es cómo lo dice sino lo que dice. Sobre su vida y su carrera habla con autoridad. Sobre sus decisiones, se hace cargo. Sobre su noviazgo y la convivencia con Jeremías habla lo justo y necesario. Sobre su nuevo disco, Libre, se explaya a piacere. Y ya no se priva de soltar algún exabrupto, cuando el auricular del teléfono le devuelve chirridos en vez de preguntas.

“A lo sumo, ahora puedo viajar sin un papel firmado por mi mamá y por mi papá”, asevera.

–En el espectáculo, el “niño prodigio”, el “adolescente exitoso”, cuando crece ¿corre el riesgo de perder el encanto?

–Sí, es algo que me vengo planteando desde hace mucho. Desde ya fue muy costoso para mí cambiar, sobre todo cuando saqué el disco con (Emilio) Estefan (Yo sí quiero a mi país) y toda esa historia, en la cual coincidieron los cambios en mi música y los cambios personales. Me costó acostumbrarme a mí y creo que al público también. Lo que sorprendió de Soledad nena, chiquita, pícara ahora se tiene que suplantar con trabajo.

–Pero por otro lado ¿no te sentís relajada de haberte desembarazado de esa imagen?

–Puede ser, porque me he dado cuenta que la vigencia está en el trabajo. Si bien sigo viviendo una vida maratónica, lo hacemos más a conciencia, menos alocadamente.

–Tu nuevo disco se llama “Libre”. ¿Hay más de una lectura en la elección del nombre?

–No tiene que ver con mi mayoría de edad pero sí con una nueva concepción del trabajo. Me sentí libre de elegir los temas que me perecieron más apropiados.

Si un día no tenía ganas de grabar o de cantar no iba, si sentía deseos de quedarme hasta muy tarde me quedaba.

–¿Y sobre el tan mentado “entorno de la Sole”? ¿No es una forma de aclarar “acá mando yo”?

–No. En el trabajo es necesario rodearse de gente que sabe. Además, los que me acompañaron siempre me han protegido. No te olvides de que recibo muchos golpes en mi trabajo. Mi familia, (Norberto) Baccón, César (Isella), mi novio, (Roberto) Quinteros, me mantuvieron a resguardo.

–En cada nuevo disco generás una expectativa extra: saber si cambiás o profundizás tu estilo. ¿Eso te favorece o te perjudica?

–Eso demuestra que la gente espera mucho un disco mío. Me parece que después de la experiencia con Estefan ya superé esa barrera, esos prejuicios.

El folklore no lo voy a dejar pero me siento libre de elegir otros ritmos. Ahora me quiero dar ciertos gustos.