Aspecto general del murete de cierre de la posible lagoa de Ribadelouro visto desde el SO.
La estructura en cuestión fue construida en una pequeña superficie aplanada de forma cuadrangular (fig. 1), de unos 50 m. de lado localizada ya casi en el remate SE. del cordal, flanqueada por dos ligeras elevaciones compuestas por grandes peñascos (concretamente en la elevación del SE. donde fue instalada la caseta del guarda forestal). Aún habría que mencionar que hacia el SO. esta superficie está limitada por más peñascos situados en el borde mismo de la vertiente, mientras que por el NE. no hay obstáculos rocosos de relieve. En suma, se trata de una pequeña superficie plana, y completamente libre de rocas, en cierta medida con una modesta potencia edáfica, donde crece una hierba menuda, constituyendo una verdadera excepción geológica en este paraje tan agreste.
Hacia el centro de este plano encontramos dos muretes rectilíneos (fig. 2), de 35 m. de longitud, paralelos entre sí, y separados unos 12 m. el uno del otro, y orientados en sentido SE.-NO., siguiendo la directriz del cordal. Ambos muros fueron construidos únicamente amontonando tierra, midiendo en su base 1,3 m. de anchura, por 0,25 m. de altura. Estos dos muros recorren la superficie entre las dos elevaciones que la delimitan en sus extremos, tal como hemos explicado más arriba, desde los mismos peñascos existentes a sus pies. El espacio interior definido por los dos muretes es relativamente húmedo, pues aparte de constituir un punto de confluencia hacia donde concurren las aguas drenadas desde las elevaciones rocosas inmediatas, hay que sumar las provenientes de las precipitaciones directas retenidas por los citados muretes. Que es un lugar de especial importancia en la zona por sus características de ambiente húmedo lo demuestran los asiduos desplazamientos hacia este sitio del ganado que pace en el entorno con el objeto de refrescarase. De hecho el espacio interior está ampliamente hozado presentando actualmente una forma ligeramente cóncava. Por lo tanto este lugar reviste un particular interés cuando avanza el verano y todavía no se ha visto afectado por el estío. Pero incluso, en pleno verano, esta estructura ofrece la particularidad de conservar durante algunos días las precipitaciones ocasionales.
En conclusión, creemos que se trata de una construcción popular realizada con el fin de proporcionar al ganado
ventureiro (libre) un lugar donde acudir para refrescarse en los días de mucho calor. Vendría a ser lo que en otros lugares se denominan pozas, pozos, o lagoas. Se encuentran estos elementos naturales en espacios localizados en ambientes serranos, más o menos amplios, pero siempre planos, de carácter endorreico, por lo que retienen el agua, tanto de las escorrentías de las vertientes adyacentes, como la procedente directamente de las lluvias. Estos parajes son siempre muy fértiles en términos de pastoreo, pero sobre todo, por la posibilidad de que en su centro se conformen lagunas temporales, de dimensiones variables, y de escasa profundidad (a modo de ejemplo ilustrativo, por ejemplo, de 20 m. de diámetro por 20.30 cms. de profundidad máxima, si bien en muchos casos no dejan de ser áreas simplemente anegadas pasajeramente), permitiendo que una vez alcanzado el verano, mientras conserven la humedad, el ganado las visita con frecuencia, y cuando el agua superficial haya desaparecido, los animales hozan en el suelo buscando la humedad retenida por las capas edáficas inmediatas, o procedente de corrientes subterráneas, siendo en adelante abandonadas, a medida que dejen de proporcionar tan importante alivio para estas difíciles épocas anuales.
En resumen, cremos que este monumento debe de ser relacionado temáticamente con estos parajes naturales, ahora descritos, con la peculiaridad de que tal característica se logró por medio de la intervención humana. Se trataría de una
poza artificial, construida para servicio del ganado libre, y en una zona donde no hay agua en las inmediaciones, pues si bien a no más de uno o dos kilómetros hay regatos que siguen manando abundantemente incluso en verano, el ganado prefiere las aguas estancadas para poder acceder fácilmente y revolcarse sin especiales dificultades en los lodos.
Cuestión aparte es la relativa a su cronología. En este sentido, nada cierto podemos afirmar. Sólo indicar que semeja ser obra antigua, pero no nos podemos pronunciar en lo relativo a la cuantía temporal que actualmente nos separa de su momento de construcción.                                                                                                                                                                                                 

Vigo, a 16 de Octubre del 2000

<<   página anterior

[PÁGINA PRINCIPAL]

[ÍNDICE DE ARCHIVOS]

[ÍNDICE TEMÁTICO]