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El puente es una estructura que forma parte de caminos, carreteras y
líneas férreas y canalizaciones, construida sobre una depresión, río, u obstáculo
cualquiera. Los puentes constan fundamentalmente de dos partes, la superestructura,
o conjunto de tramos que salvan los vanos situados entre los soportes, y la infraestructura
(apoyos o soportes), formada por las pilas, que soportan directamente los tramos
citados, los estribos o pilas situadas en los extremos del puente, que conectan
con el terraplén, y los cimientos, o apoyos de estribos y pilas encargados de
transmitir al terreno todos los esfuerzos. Cada tramo de la superestructura consta de un tablero
o piso, una o varias armaduras de apoyo y de las riostras laterales. El
tablero soporta directamente las cargas dinámicas y por medio de la armadura
transmite las tensiones a pilas y estribos. Las armaduras trabajarán a flexión
(vigas), a tracción (cables), a flexión y compresión (arcos y armaduras), etc. La
cimentación bajo agua es una de las partes más delicadas en la construcción de un
puente, por la dificultad en encontrar un terreno que resista las presiones, siendo normal
el empleo de pilotes de cimentación. Las pilas deben soportar la carga permanente y
sobrecargas sin asientos, ser insensibles a la acción de los agentes naturales, viento,
grandes riadas, etc. Los estribos deben resistir todo tipo de esfuerzos; se construyen
generalmente en hormigón armado y formas diversas.
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