SIMON BOLIVAR
Simón Bolívar nació en Caracas como cualquier niño
rico de la época, entre sedas, cojines de terciopelo carmesí con guarnición de oro;
entre pañales de Holanda. Era el 24 de julio de 1783. Fue bautizado el 30 de julio en la
Catedral, por su pariente el presbítero Juan Félix Jerez y Aristeigueta.
Era hijo del Coronel Juan Vicente Bolívar y Ponte (La Victoria, Aragua, 1726) y de Doña
María de la Concepción Palacios y Blanco (Caracas, 1759).
Bolívar tuvo esclarecidos maestros como Andrés Bello, el Padre Andújar, José María
Pelgrón, etc., pero quien mayor influencia ejerció sobre su formación fue Simón
Rodríguez.
A los 14 años ingresó al Batallón de Milicias de Blancos Voluntarios de los Valles de
Aragua. Un año más tarde se graduaba de subteniente, con la calificación de
sobresaliente en aplicación.
El 19 de enero de 1799 viaja a Madrid, donde estaba su tío Esteban. Allí conoció a
María Teresa del Toro y Alaiza con quien casó el 26 de mayo de 1802. Inmediatamente
después de la boda viajaron a Venezuela. A escasos ocho meses de vida conyugal, María
Teresa muere en Caracas el 22 de enero de 1803.
Viaja nuevamente a Europa. Se divierte y aprende. Es mucho lo que el joven Bolívar
estudia. De Madrid pasa a París, donde se encuentra con su antiguo maestro Don Simón
Rodríguez. La huella imborrable de su paso por Europa fue la coronación de Napoleón
como Emperador. El 15 de agosto de 1805, en compañía de Simón Rodríguez y de Fernando
Toro, en el Monte Sacro formula aquel sublime juramento que cumplió al pie de la letra:
juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres; juro por ellos, juro por mi honor,
y juro por la patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya
roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español.
Regresa a Caracas y empieza a conspirar. En mayo de 1809 llega a Caracas el nuevo
Gobernador, Vicente Emparan. La llegada de Emparan y las noticias procedentes de España,
de que toda Andalucía había sido conquistada por los franceses, acabaron por precipitar
los acontecimientos. Como se adivinaba una situación anormal, varios de los sospechosos
fueron aislados. A Simón Bolívar lo obligaron a irse a su hacienda de Yare.
Así llegó el 19 de abril de 1810, Jueves Santo. Apenas se produjo este movimiento
independentista, Bolívar regresó a la Capital y la Junta Suprema lo ascendió a Coronel,
destinándolo a Londres, junto con López Méndez y Andrés Bello.
Cumplida su misión diplomática, Bolívar convence al noble Precursor para que viaje a
Venezuela, donde se necesita de su auxilio y experiencia. Miranda acepta y viene a ofrecer
su valioso aporte.
El 2 de marzo de 1811 se instala el primer Congreso de Venezuela. El 3 de julio Bolívar
pronuncia un encendido discurso en la Sociedad Patriótica, que en el Congreso tuvo el
efecto deseado. Así, dos días después, el 5 de julio de 1811, se declara solemnemente
la Independencia de Venezuela.
Los realistas, por su parte, reaccionaron violentamente. A la larga, por razones varias,
Miranda también fracasa y se pierde la Primera República, con la capitulación de 1812,
que Monteverde no cumplió. Bolívar va a Curazao, en su primer destierro. En octubre de
ese mismo año de 1812 viajó a Cartagena, donde dirigió a los ciudadanos granadinos el
famoso Manifiesto de Cartagena, en el que invitaba a redimir a Venezuela.
Después de una rápida campaña a lo largo del río Magdalena, llega a Cúcuta. Crecido
ya en la acción libertadora, Bolívar llega al pueblo fronterizo de San Antonio del
Táchira el primero de marzo de 1813.
Acompañado de oficiales de la talla de Rafael Urdaneta, José Félix Ribas, Ricaurte,
Girardot, D'Elhuyar, entre otros, Bolívar emprende la campaña de liberación del
territorio nacional. Estaba empezando la Campaña Admirable, que culminó triunfalmente en
Caracas. En Mérida, el 23 de mayo, había sido llamado por primera vez Libertador; en
Trujillo dictó la polémica Proclama de Guerra a Muerte, el 15 de junio de 1813. Simón
Bolívar no había cumplido aún los 30 años de edad.
Terrible año 1814. Amenazada la capital por Boves, Bolívar ordena la evacuación de la
ciudad. Más de 20.000 caraqueños emprenden la dolorosa Emigración a Oriente.
En mayo de 1815 llega a Jamaica, donde escribe su famosa Carta Profética en la que parece
adivinar el porvenir de toda la América. Luego va a Haití, de donde sale con la
expedición de Los Cayos el 31 de marzo de 1816. En mayo desembarcan en Juan Griego y el
1º de junio están tomando a Carúpano. Bolívar tal como había prometido, decreta la
libertad de los esclavos.
Un nuevo exilio le espera; regresa a Haití, donde organiza una segunda expedición. El 28
de diciembre de 1816 desembarca en Juan Griego, de allí pasa a Barcelona En abril, Piar
gana la Batalla de San Félix, Bolívar hace gobierno en Angostura. En enero de 1818 se
reúne con Páez en el Apure. Aquí se reconoce su autoridad y regresa a Angostura.
El 15 de febrero de 1819 instala el famoso Congreso de Angostura, ante el cual pronunció
su más brillante discurso, en el que dicta cátedra republicana A los tres poderes
tradicionales agrega el Poder Moral. Sostiene Bolívar que «moral y luces son nuestras
primeras necesidades».
Bolívar se juramenta como Presidente de Venezuela y enseguida va hacia la Nueva Granada,
pasando por los Llanos. Desde Mantecal (Apure) Bolívar ordena cruzar el Páramo de Pisba,
el 11 de julio se libra el primer encuentro en Gámeza. Días más tarde obtiene otra
victoria en la sangrienta Batalla de Pantano de Vargas. Y, finalmente, el 7 de agosto
vence en Boyacá.
Conquistada la Nueva Granada y establecida allá una Vicepresidencia, a cargo del General
Santander, Bolívar regresa inmediatamente a Angostura. El 17 de diciembre crea la
República de Colombia, con tres Departamentos: Venezuela, Cundinamarca y Quito.
El 27 de noviembre de 1820 se firma el armisticio entre Bolívar y Morillo en Santa Ana
(Trujillo). Bolívar encarga al General Antonio José de Sucre la campaña del Sur de
América.
Mientras tanto, en Venezuela se libra la batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821,
asegurándose la independencia de este país.
La campaña del sur se inicia con la posesión de Guayaquil, continua con las batallas de
Bomboná y Pichincha, que dan libertad al Ecuador y, finalmente, con la estupenda victoria
de Ayacucho que liberta al Perú y favorece la creación de Bolivia.
En Quito conoce Bolívar a Manuelita Sáenz, de quien se enamoró fervientemente.
Dos días antes de la batalla de Ayacucho, con una gran fe en su destino, Bolívar había
convocado a un Congreso Anfíctiónico en Panamá. El 22 de junio de 1826 se instaló el
Congreso, cuyos resultados no fueron satisfactorios para Bolívar. El mismo dijo: «Su
poder será una sombra y sus Decretos consejos nada más».
Bolívar regresa a Venezuela por el estallido de La Cosiata. En Puerto Cabello dicta un
Decreto, el 1 de enero de 1827, concediendo amnistía a todos los comprometidos en el
movimiento. Páez seguiría como Jefe Superior de Venezuela.
Seis meses estuvo el Libertador en Caracas. El 5 de julio de 1827 se embarca rumbo a
Cartagena, luego irá a Bogotá. En 1828 se reúne la Convención de Ocaña.
El 25 de septiembre de ese mismo año ocurre el atentado contra el Libertador. Manuelita
Sáenz, su leal compañera, le salva una vez más la vida.
En marzo de 1830 entrega el Poder a Domingo Caicedo, y en abril renuncia a la Presidencia
de la República. Inmediatamente sale hacia Cartagena. Cerca de esta ciudad, al pie del
Cerro de la Popa, recibe Bolívar la infausta noticia de la muerte de Sucre.
Bolívar sigue hacia Santa Marta, donde llega el 1º de diciembre. Se aloja en la quinta
«San Pedro Alejandrino». El médico Alejandro Próspero Reverend, que le atiende, es el
primero en darse cuenta de que el enfermo no mejorará. Que sus días están contados. El
10 de diciembre Bolívar dicta su testamento. Enseguida recibe los Santos Sacramentos y
dicta su última Proclama, que concluye con estas palabras: «¡Colombianos! Mis últimos
votos son por la felicidad de la Patria. Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos
y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro».
A la una en punto de la tarde del 17 de diciembre de 1830 deja de existir el Libertador de
seis naciones. Muy pocas personas le acompañan en el momento de exhalar el último
suspiro. Así murió el que todo lo dio por la libertad de su patria.
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