HISTORIA DE LA CARTOGRAFÍA

EN COSTA RICA


COSTA RICA EN LOS PRIMEROS MAPAS

El exponer sobre el desarrollo de la cartografía en nuestro país es una tarea muy difícil, tendríamos que recurrir a la historia y quizá nunca podamos encontrar los relatos y hechos en ella que nos permitan brindar la verdad, pero siempre vale la pena hacer una incursión.

El primer mapa de Costa Rica, quizá sea el de Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdez, cronista y tesorero real, quien en los albores del siglo XIV presenta el Golfo de Nicoya con sus islas.   Este mapa sirvió de base para muchas obras más, las cuales no mejoraron en mucho la imagen inicial.    Es hasta 1850, en el mapa J. Baily, que es mejorada, con la presentación de pueblos, ríos, montañas y vías del interior del país, al realizar nuevas medidas.

De mediados del siglo XIX hasta su final, una gran cantidad de mapas de Costa Rica, fueron publicados, todos ellos muy similares, unos más que otros, con errores en la línea de costa, en la topografía y hasta en la ortografía; entre muchos autores tenemos: Büllow, Moritz y Scherzer, G. Lafond, E. Pougin, F. Kurtze, Delius, Kiepert, Galindo, Rouhaud y Dumartray, Sonnenstern, D. Kaltbrunner, K. Seebach, A. Bova-llius y W. Gabb.

Los mapas que vienen a mostrar a Costa Rica con mayor exactitud son los de finales de siglo, entre ellos los de Alejandro Von Frantzius (1868), Ludwig Friederichsen (1876), José María Figueroa (1883), Faustino Montes de Oca (1889), Manuel M. de Peralta (1892), Miguel Obregón Lizano (1898) y ya en este siglo, Henri Pittier (1903), mapa este último que no difiere en el contorno con el actual.

Estos últimos mapas reunían mejores condiciones porque habían intensificado las medidas y posiciones por medio de observaciones astronómicas, la dirección de las montañas, el curso de los ríos y las principales vías de comunicación, el uso de informes y mapas locales y regionales que para fines del siglo pasado eran muchos, método que dejaba atrás al levantado de las costas desde embarcaciones, rumbos de brújulas y algunas observaciones astronómicas.

Los mapas de finales de siglo y principio del presente fueron beneficiados por el uso de la litografía, el grabado en cera, el fotograbado, la tricomía y la variedad y calidad de tintas y papel, como la aparición de equipo técnico de observación, lo que vino a dejar en el olvido el laborioso dibujo y reproducción individual o el uso, por lo menos hasta 1830, del procedimiento de grabado en cobre, que consistía en grabar con un buril una plancha de este metal todo lo que el mapa debía contener, esta lámina luego era entintada correctamente, comprimirla sobre papel húmedo, obteniendo de esta manera el mapa.

Otra razón, la más importante, fue la institucionalización de la cartografía en nuestro país, mediante la creación del Instituto Físico Geográfico, decreto XLII del 11 de junio de 1889, que permitió el desarrollo permanente de esta actividad, fuerte desde su génesis por la labor de su primer Director, H. Pittier, y por sus sucesores.    Tal es el caso de don Miguel Obregón Lizano, con el mapa oficial por el Decreto 91 del 1 de agosto de 1925, y el mapa de don Ricardo Fernández Peralta en 1949.

ORIGEN DE LA CARTOGRAFIA CONTEMPORANEA

A medida que el país fue creciendo en población, economía y servicios, fue necesario el iniciar una labor profunda en cartografía, para atender las necesidades que demandaba el desarrollo futuro, de esta manera que, Costa Rica desde mediados del presente siglo se preparó para esta tarea, con la creación del Instituto Geográfico nacional en el año 1944.  

Como uno de los aspectos históricos de mayor relevancia que contribuyo a la creación del Instituto Geográfico Nacional, se puede los trabajos de demarcación de límites con la República de Panamá que finalizaron en setiembre del año de 1944 y que tuvieron su inicio en 1942. Estos trabajos fueron ejecutados por “Comisiones Mixtas” integradas por ingenieros de las dos nacionalidades. Con el fin de resolver las controversias que se pudieran presentar, los dos gobiernos convivieron el nombramiento de un árbitro chileno que a su vez nombró su asistente técnico.

El primer árbitro murió en Panamá durante el primer año de los trabajos y por ese motivo fue nombrado por el Gobierno de Chile el diplomático Santiago Labarca, quien designó como su asesor al comandante e ingeniero Manuel Hormazábal.

El ingeniero Hormazábal había ejercido la subdirección del Instituto Geográfico Militar de Chile y contaba con vasta experiencia en materia cartográfica y geodésica. Aparte de la experiencia adquirida en su país había ejercido en Europa. Prestó su valiosa asesoría a las Comisiones de Límites en la segunda etapa de los trabajos. El autor trabajó a su lado y pudo aquilatar su maestría.

Hormazábal y el jefe de la Comisión Costarricense, ingeniero Ricardo Fernández Peralta, consideraron que era una lástima que el personal que había sido capacitado para los trabajos limítrofes regresara a otras actividades ajenas a la cartografía y la geodesia. El segundo logró que el presidente de la República Lic. Teodoro Picado se interesara en el proyecto de la creación de un Instituto Geográfico Nacional.

El proyecto de ley fue sometido a conocimiento del Congreso Constitucional de la República en el mes de julio y aprobado inmediatamente, dando origen a la ley N° 59 del 3 de julio de 1944. Un día después, el 4 del mismo mes, el Presidente le puso el “ejecútese” conjuntamente con el Secretario de Estado en el Despacho de Fomento, Lic. Francisco Esquivel Ugalde. 

Esta ley creó el Instituto dependiente de la Secretaría de Fomento, hoy Ministerio de Obras Públicas y Transportes.  El artículo 1° dice: “créase, dependiente de la Secretaría de Fomento, el Instituto Geográfico Nacional, destinado a la ejecución de la carta geográfica y mapa catastral de la República, y a los estudios, investigaciones o labores de carácter geográfico, geodésico, geofísico y de índole similar que tenga relación con dicha obra”

La ley contemplaba el desarrollo de la Institución y resultaba muy ambiciosa en la estructuración de sus departamentos. Hay que tomar en cuenta que en aquella época los presupuestos de la Secretarías de Estado eran muy reducidos. Sin embargo se fijaba un 1% del presupuesto total de la Secretaría de Fomento para la partida correspondiente al Instituto Geográfico (artículo 8°), norma que nunca se cumplió. Se autorizaba, además, el cobro de servicios catastrales (artículo 14°) y se adscribían al Instituto los servicios de los departamentos de Catastro, Denuncios y Agrimensura de las Secretarías de Fomento y Agricultura. 

El tiempo vino a demostrar la eficacia de la ley que fue adoptada por otros países americanos. El mérito mayor corresponde al ingeniero Hormazábal y el propulsor de la idea de creación del Instituto, el fundador de esta segunda época es el ingeniero Ricardo Fernández Peralta, quien asumió la Dirección General el 2 de enero de 1945, cargo que desempeño hasta el 1° de julio de 1948.

a.  Los primeros pasos en el desarrollo de la cartografía contemporánea

En enero de 1945, el Director del Instituto comunicó los nombramientos a los nuevos funcionarios y obtuvo espacio físico en un local ubicado cerca de la estación del Ferrocarril del Pacífico, que había sido arrendado por la Corte Suprema de Justicia para los Juzgados de Trabajo.

No se contaba con mobiliario, ni equipo, ni medios de transporte. Se iniciaron gestiones logrando obtener algunos muebles viejos y el traslado de los equipos de ingeniería de la antigua Comisión de Límites: teodolitos, niveles, miras, etc.

En cuanto al transporte,  se convino que los empleados que contasen con vehículo propio lo pusieran al servicio del Instituto a cambio de 20 galones semanales de combustible. En esta forma se movilizaron unos tres o cuatro vehículos.

Existe un oficio, el N° 696 de setiembre de 1957, dirigido años después de la fundación por el Director del Instituto a Arnoldo Ávila, Director del Departamento de Personal del Ministerio, que aclara en parte quienes fueron los primeros funcionarios del Instituto.

En síntesis, las primeras personas que iniciaron los trabajos fueron:

1. Ing. Ricardo Fernández Peralta, Director General

2. Ing. Mario Barrantes Ferrero, Jefe de Topografía y Computo

3. Ing. José Fabio Góngora Umaña, Jefe de Dibujo

4. Elías Madriz Quesada, Secretario Administrativo

5. Guillermo Delgado Barboza, Dibujante

6. Mario Fernández Acuña, Dibujante

7. Ing. Martín Chaverri Roig, Jefe de Triangulación

8. Alicia Castro Argüello, Mecanógrafa

9. Hernán Cantillano Segura, Conserje

Uno o dos meses después fueron trasladados al Instituto los servicios: Meteorológico, Agrimensura y Catastro. Entre los funcionarios que arribaron recordamos al Ing. Luis González González, al Ing. Elliot Coen París, a Aman Rosales Caamaño, al Ing. Manuel Benavides Rodríguez, a Edmundo Kikut Ly, a la sazón estudiante de ingeniería.

El Ingeniero Federico Gutiérrez Braun ingresó al Instituto como subdirector cuatro meses después de su fundación, debido a que había contraído compromisos y realizaba los estudios para la construcción de la planta hidroeléctrica del Cacao (Planta de Heredia). Posteriormente ejerció la Dirección General por 18 años, de 1948 a 1966, hasta su muerte.

Al poco tiempo de fundado el Instituto, visitó el país un grupo de norteamericanos para establecer contratos a fin de llegar a un acuerdo sobre el levantamiento de los mapas topográficos básicos de Costa Rica. Había aparecido en escena el Servicio Geodésico Interamericano (“Inter. American Geodesic Survery”), dependencia del “Army Map Service” de los Estados Unidos. Resultado de las conversaciones fue el convenio suscrito por los Gobiernos de Costa Rica y de los Estados Unidos cuyo texto se reproduce a continuación junto con la correspondencia cursada en el año de 1946.

b.  Primeras realizaciones cartográficas

El Instituto seleccionó la zona de Guanacaste para sus primeras experiencias por sus condiciones topográficas especiales, por tratarse de áreas rurales y por el interés en el trazado de la “Carretera Interamericana” se usó allí la escala 1: 25.000 para los mapas topográficos básicos (escala de publicación) que fueron restituidos fotogramétricamente a escalas mayores.

Para entonces, el Instituto ya había obtenido en calidad de préstamo los primeros equipos fotogramétricos (multiplex) y existía algún personal entrenado por el Servicio Geodésico Interamericano.

Los primeros mapas profesionales fueron reproducidos en 1954, aunque se dibujaron a fines de 1953. Se trata de las hojas de Filadelfia y Comunidad en el cantón de Carrillo.

Como se menciono líneas atrás, en 1949, se había editado un mapa provisional de Costa Rica, basado en el mapa de Pittier y con correcciones introducidas por el ingeniero Ricardo Fernández Peralta.

En el año de 1954, se  inició la publicación de la revista del Instituto que en sus inicios se llamó “Informe Trimestral” (enero de 1954 a diciembre de 1957). Posteriormente, a partir de 1958 se  publica el “Informe Semestral” vigente hasta la fecha.

En este primer informe se indican las hojas publicadas a cuatro colores, que son: Monte Plata, Culebra y Peñas Blancas. Y en la existencia de mapas en bodega se hace mención de los mapas: Cruz, Monte Plata, Peñas Blancas, Culebra, Comunidad, Área Metropolitana (1: 25.000), fotográfico de San José, Fotográfico de Santa Ana, escolar de Costa Rica, límites Costa Rica – Panamá, Filadelfia, San Miguel, Costa Rica – edición provisional 1949 – y Cuenca del Reventazón.

c.  Normalización de mapas, proyección cartográfica y datum geodésico

La primera preocupación del Instituto Geográfico fue la normalización de los mapas y de los sistemas. No fue este un problema porque se contó con la cooperación del  Servicio Geodésico Interamericano y del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, integrado en aquella fecha por tres grandes Comisiones Internacionales: Cartografía, Geografía e Historia.

La primera condición era integrar los sistemas de redes geodésicas a las de países vecinos, usando un origen común para las posiciones de latitud y longitud (datum norteamericano). Como no existía el enlace entre las redes en México, se estableció en datum provisional en Ocotepeque, Honduras. Este datum fue usado por Costa Rica en todos sus mapas y aunque años después se realizó el enlace con México, no ha sido posible por varias razones, efectuar la transformación. Sin embargo toda la cartografía nacional fue realizada de común acuerdo con las Repúblicas de Nicaragua y Panamá, sobre todo en las zonas fronterizas y no existen problemas cartográficos.

Otro aspecto digno de mención es que Costa Rica usa una proyección cartográfica diferente a la del resto de los países de América Central. La razón es que nuestro país fue una especie de laboratorio.

El Servicio Geodésico hizo preparar unas tablas usando la “proyección cónica conforme de Lambert” para la conversión de valores de cuadrícula en metros, dividiendo el país en dos partes: Costa Rica Norte y Costa Rica Sur. Los orígenes son los siguientes:

Costa Rica Norte:  Latitud 10° 28’ N, Longitud 84° 20’ W.

Costa Rica Sur:     Latitud  9° 00’ N, Longitud 83° 40’ W.

Para evitar coordenadas de cuadrículas negativas se asignaron coordenadas métricas arbitrarias o falsas de origen.

Mientras tanto, otros países de América Central usaron la proyección Mercator que resultaba más conveniente para la cartografía básica de estos países por razones diversas.

La composición de los mapas básicos (“formato”) sí fue normalizada en la mayor parte de estos países. Se trata de cuadrángulos de 10 minutos de latitud por 15 minutos de longitud para cubrir una superficie aproximada de 504 Km², la escala empleada es 1:50.000 (1mm. eequivalente a 50 metros) e incluye curvas de nivel cada 20 metros. El total de mapas topográficos básicos que cubre el territorio nacional es de 133, editados a 4 colores.  El Instituto Geográfico Nacional logra concluir en el año 1967 el mapa básico de Costa Rica a escala 1:50.000, con posterioridad a ese año algunos de los mapas han sido actualizados con sucesivas ediciones, y se ha ampliado la disponibilidad de información cartográfica del país con la publicación de mapas topográficos a escala 1:200 000, 1:10 000 para el caso de la Gran Área Metropolitana (parte central del país), mapas físicos, político-administrativos, urbanos, turísticos, históricos, uso de la tierra, geomorfológicos, y otras temáticas.

El espacio de tierra firme a representar en Costa Rica es siempre el mismo, pero a su interior las modificaciones son muchas y en poco tiempo, por otro lado el mapeo necesario de la zona económica exclusiva, de tal manera, en los últimos tiempos ha habido importantes innovaciones en  la aplicación de sistemas automatizados muy especializados para la producción rápida de mapas, así como para conservarlos, confrontarlos, modificarlos y simplificarlos.  Al igual que la interrelación de los datos cartográficos y la aplicación de sistemas de información geográfica.