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La
confianza de Clara
Por Carlos Escudero
charliecib@yahoo
Recientemente, recibí un correo electrónico de una chica
que vive en Canadá, se le ha detectado un cáncer generalizado
en todo el cuerpo y con carácter de terminal, omitiré su
nombre por razones obvias ya que siempre he defendido la identidad de personas
que viven o han vivido este tipo de situaciones, pero para objeto de este
artículo le he llamado Clara. En un correo anterior que me escribieron
unas amigas suyas, me suplicaban que por favor hablara con ella por teléfono,
decían que esta chica sabía de mi libro y se había
enterado de la historia de cómo me había curado de sida;
sus amigas me contaban que la principal razón por la que les interesaba
mucho el que hablara telefónicamente con ella era porque en dos
semanas tenía que tomar la decisión de someterse o no a un
tratamiento de quimioterapia.
Definitivamente mi primera reacción ante tal correo fue el escribirle
a esta chica y alentarla para hacerle entender que no hay enfermedades
terminales y que de ella dependía que todo saliera bien, le expliqué
que YO JAMAS LE RECOMIENDO A LAS PERSONAS EL NO TOMAR DETERMINADOS TRATAMIENTOS,
ya que para mi, si alguien decide aplicarse una quimioterapia por creer
que eso lo puede curar, eso y nada más que eso lo podrá curar
-no me considero autoridad médicca o curandero espiritual, sólo
soy el paciente de un médico tibetano que gracias a aplicar lo que
se le enseñó pudo recuperar su salud-. El punto central de
la preocupación de Clara en cuanto a seguir otro tipo de tratamiento
que no fuera la quimioterapia, era que en mi libro menciono que si durante
un tratamiento mental-natural surgía la duda dentro de nosotros
sobre la certeza de si nos curaríamos o no, todo se vendría
abajo porque el dudar debilita el poder de nuestra convicción que
es tan necesaria en un proceso de curación real. En las líneas
que escribió en su correo, me decía que le resultaba muy
difícil poder desarrollar tal convicción pues no es tan fácil
cambiar de manera de pensar así como así.
La respuesta que le hice llegar, la conseguí después de
meditar mucho la situación y de ponerme en sus zapatos, tuve también
que ponerme a hacer memoria sobre la actitud con la que llegué por
vez primera con Tenzin Pechock (om mani pemme hum), mi amado médico
tibetano que en paz descanse, y me di cuenta de que si, en efecto, se requiere
de una muy bien guiada introducción al poder regenerador de la mente
para desarrollar dentro de uno mismo la certeza de que con medicina natural
y meditación se puede curar cualquier enfermedad.
Por desgracia no me considero con la autoridad suficiente para poder
dar tal introducción y mucho menos tengo la sabiduría y experiencia
que se requieren para realizar tal acto, pero lo que si puedo hacer, es
relatar a quien le interese, la manera en que se me introdujo a conocer
la esencia natural de la mente y el poder que ésta tiene.
La certeza y seguridad que se requieren en un proceso de curación
son como aprender a andar en bicicleta, cuando te subes por primera vez
el miedo a caerte es más fuerte y más intenso que el gusto
por pasear, y por lo regular, ni siquiera tienes tiempo para poder admirar
el paisaje por el que transitas ya que el manejar esa bicicleta requiere
de toda tu atención y concentración, es seguro también
que al principio andarás dando tumbos por ahí y que una que
otra vez algún porrazo te tendrás que dar, pero con el tiempo
y la práctica diaria, poco a poco le vas tomando confianza a tus
habilidades como ciclista hasta que algún día te dedicas
más a disfrutar del paisaje que a preocuparte por mantenerte en
buena ruta; algunos osados hasta aprendemos a andar sin tener que sujetarnos
del manubrio, otros aprenden a descender montañas a velocidades
extraordinarias y no faltan aquellos que montan en monociclo sobre una
cuerda a 15 o 20 metros de altura sin ningún miedo.
Esta sutil comparación me parece de lo más ilustrativo
que encuentro a la mano para poder plantear la respuesta que le di a mi
amiga canadiense y que le puedo dar a cualquier persona: “La seguridad
en uno mismo es como la amistad, el amor o la confianza, se ganan
con el tiempo, no son cosas que le puede uno dar o quitar a las personas
como si fueran objetos”. La confianza se gana con el tiempo, la amistad
con el trato constante, amable y recíproco y el amor se da y se
recibe según lo dicta el corazón, no el cerebro; así,
la certeza de que uno se puede curar de alguna enfermedad terminal sólo
puede surgir si a la persona afectada se le da sabiduría, amor y
tiempo, mucho tiempo y atención a todo lo que pase por su mente.
La sabiduría le ayudará a controlar su mente y sus emociones
a través de la meditación, le enseñará que
todo es inpermanente y que por ende debemos vivir constantemente desapegados
a las cosas materiales y emocionales; la sabiduría le dará
al enfermo además la información necesaria para poder procesar
todas la emociones y los hábitos negativos que están generando
la enfermedad en oportunidades para liberarse a si mismo y a otros de la
ignorancia en la que hemos sido educados por este sistema tan antihumano
en el que un puñado de empresas nos están queriendo hacer
vivir, o mejor dicho supervivir dentro de una mentira sensorial que es
más ilusoria que cualquier película de ciencia ficción.
Durante los últimos cientos de años se nos ha hecho creer
que la ‘realidad’ material que nos rodea es todo lo que existe... ¡Ja!
¡Ja! ¡Ja! Nada más alejado de la verdad puede ser esta
idea de la humanidad actual. Vivimos en un mundo interdimensional que maneja
una inmensa variedad de ‘realidades’ mezcladas en un mismo instante, pero
lo más hermoso de todo esto es que nuestra mente es la que genera
esas realidades y esas dimensiones, o para decirlo de manera más
simple: ”Todo lo que nos rodea no es nada más que una proyección
de nuestra mente colectiva en una de las varias dimensiones que existen”.
Pero como nosotros, los seres sensoriales de este planeta, sólo
sabemos percibir una de estas dimensiones, creemos tercamente que sólo
existe lo que un par de ojos pueden ver, lo que un par de manos pueden
tocar, o lo que un par de oídos pueden oír, sólo cinco
sentidos para captar toda una realidad física... ¿Cómo
percibir entonces lo que no es material?
Sólo la mente humana bien entrenada puede develar las realidades
de otras dimensiones, ninguna otra especie de las que podemos percibir
en este planeta tiene la capacidad para manejar energía y materia
con el poder de su mente, el estar encarnado como humano en esta ‘realidad’
es realmente un sagrado regalo que debe ser aprovechado día con
día para investigar un poco más acerca de la naturaleza de
nuestra mente y el poder que ésta tiene. Busque información
sobre sistemas de meditación y dése el regalo más
precioso que su vida le puede dar, atrévase a apagar su televisor,
su radio o su computadora para sentarse en silencio en la sala de su casa
y observar sus plantas por 20 minutos sin el menor ruido. La meditación
puede hacerse de muchas maneras ‘activas’ para que poco a poco usted por
su propio deseo e iniciativa, comience a buscar menos distracciones y más
momentos de silencio para poder relajarse y meditar.
Por lo demás, cuando hablo de sabiduría me refiero al
conjunto de enseñanzas dejadas por grandes maestros del pasado,
en mi caso y por razones del ‘destino’ me tocó aprender la sabiduría
que dejara el gran maestro Buda. Con esto no pretendo declarar que “el
budismo cura personas”, sino que el budismo tibetano sí te puede
ayudar a controlar tu mente, tus emociones y a llenar tu vida de sabiduría,
paz, amor y compasión; como escribe Su Santidad el XIV Dalai Lama
“no queremos hacer más budistas, pero si más seres iluminados”.
No te hagas budista, pero estudia los secretos de tu mente y el poder que
tienes dentro, existen decenas de culturas que conservan sus métodos
de meditación, sólo busca el que más te haga resonancia.
Con la explicación anterior creo que ha quedado más o
menos claro que es tu mente la que genera la realidad que vives, así
que resulta más fácil entender el tremendo poder que tienes
si lo aprendes a controlar y a dirigir, esta puede ser una muy buena “primer
piedra” para tu confianza y aunque medio planeta opine que “el cáncer
no es curable” -por todo lo que han visto en televisión y escuchado
de los médicos-, tú puedes cambiar todo eso, puedes “transformar
toda esa realidad creada por otros, no por ti”. Y en todo esto no hay mejor
maestro que tu propio corazón.
Como dije anteriormente, se requieren sabiduría, amor y tiempo.
Sin duda alguna la sabiduría nos transformará en seres más
amorosos y compasivos; el amor y la compasión tienen el gran poder
de cumplir cualquier deseo que pueda uno tener, cualquier cosa que quieras
para tí, si la realizas con amor y compasión de seguro se
cumplirá. Pero ese amor y compasión deben siempre de nacer
de tu corazón, no puede ser una ‘actitud’ o una ‘pose’ -como he
explicado en otras ocasiones-. Dentro del budismo tibetano a la compasión
se le reconoce como “el deseo constante que se debe tener todos los días
porque todos los seres que viven en este planeta sean felices y vivan en
paz” y cuando nos referimos a seres no sólo hablamos de seres humanos,
sino a animales, insectos y todo lo que habita este planeta en sus diferentes
dimensiones y realidades.
En mi muy particular opinión, es indispensable para toda aquella
persona que desee su curación, dejar completamente de lado los sentimientos
negativos que todos bien conocemos y sabemos de su nocividad ¿quién
puede decirnos que el odio, la ira, el rencor, el apego, la ignorancia,
la violencia y demás no son malos? La única forma que yo
conozco para poder dejar toda esa negatividad es... el estudio de las enseñanzas
que durante 2500 años de transmisión ininterrumpida de grandes
maestros tibetanos podemos estudiar hoy día y que dejara para
el bien de todos nosotros el gran maestro Buda, esto y la meditación
son las únicas salidas que conozco para poder transformar la negatividad,
la depresión, el odio y el rencor y cambiarlos por dar amor a todos
y a todo, lo que te cambiará por completo. Para que ese amor se
materialice en algo positivo, debemos trabajar muy duro todos los días
por ayudar a todas las personas y seres que así lo pidan; entiendo
que no por quererme curar voy ahora a salirme a las calles a tratar de
ser la madre Teresa de Calcuta, pero se trata de analizar bien: ¿Cuántas
veces se te han acercado personas completamente desconocidas pidiéndote
algún favor y te has negado?. Abrirse al amor y la compasión
requiere de una entrega incondicional cuando sea solicitada tu ayuda, o
cuando tu corazón, buen juicio y sentido común te digan que
debes actuar. Todos tenemos dentro una pequeña voz que nos dirá
cuando somos requeridos realmente.
Como me dijera alguna vez Tenzin Pechok: “Carlos, eres un muy buen hombre,
pero el ser un buen hombre tiene dos cosas malas, la primera es que ES
MUY DIFIICL ser un buen hombre... y la segunda es que nunca serás
famoso por ser un buen hombre”. Y si, en efecto es muy difícil dar
amor y compasión incondicionales a todos los seres, se requiere
de un cambio sincero hacia la vida, hacia la tierra y hacia todas las especies,
se requiere que te entregues por completo a los demás y que te desapegues
de todas tus cosas materiales para vivir con lo mínimo día
a día. Pero a todo esto... ¿Quién dijo que iba a ser
fácil el librarse de una ENFERMEDAD TERMINAL? ¿Qué
precio estas dispuesto a pagar por recuperar tu salud?. Así de sencillo
y así de imposible es encontrar la salida para el cáncer
o el sida, sencillo para aquellos que realizan un drástico cambio
en su forma de vivir y entienden que para curarse sólo se requiere
de una transformación amorosa y compasiva de SU parte; imposible
para otros porque no entienden que para curarse de estas dos enfermedades
no hay ningún médico, medicina, pócima, mantra, hechizo,
brujería o remedio mágico y mucho menos una divinidad o ser
supremo en quien recargar la responsabilidad de su curación. A final
de cuentas todo está en las manos del enfermo, en sus pensamientos,
acciones y palabras cotidianas. Si cualquier enfermo cambia toda su vida
por una dedicación al amor incondicional hacia todos y hacia todo,
estoy seguro de que no hay Dios que no escuche el llamado de auxilio de
ese hijo suyo, y así le dotará de más vida para que
pueda ayudar a los demás seres, ya que ese hijo suyo ha entendido
que la misión a la que hemos sido mandados a esta vida es a sembrar
la semilla del amor entre todos y hacia todo.
Visto desde otro punto de vista, todo es cuestión de karma, si
yo dedico todo mi tiempo a mandarle amor a todos y a todo ¿qué
creen que me pasará? ¿Qué me regresaran a cambio de
ese amor y compasión todos y todo?. Si mi constante mental, ese
que habita en mi cerebro las 24 horas del día, lo dirijo hacia cosas
positivas y amorosas, si lo dedico a reconstruir todas las relaciones familiares
rotas, a pedir perdón sincero a todas las personas ofendidas, a
aceptar a aquellos que siempre he rechazado y a perdonar a aquellos que
me han hecho tanto daño, de seguro se transformara toda mi vida
y mi realidad, y seguramente seré un “extraño caso médico
que quién sabe como se curó”, aunque creo que no habría
misterio en tal curación, mucho menos se trata de un milagro divino,
porque como dijera Cristo: “Ayúdate, que yo te ayudaré”.
En este proceso de construcción de la confianza y la certeza
de que uno se curará hay que entender que si a la sabiduría
le agregas amor, lo único que falta es tiempo que es también
un factor importante en todo esto; la meditación debe de ser una
constante diaria y seria. Algo importante es no creer que los resultados
de todas las acciones positivas y buenas palabras se verán instantáneamente
reflejadas en nuestra salud o felicidad, se requiere de constancia y perseverancia
ya que quién sabe que tanto karma negativo debe uno de encarnaciones
anteriores y quién sabe que tantas cochinadas hemos hecho a los
demás en otras tantas vidas que hemos tenido; lo que si es seguro,
es que si se tiene constancia en dar amor y luz a todo lo que nos rodea,
en algún momento todo cambiará por sí solo, sin que
tengamos que hacer esfuerzo alguno, más que seguir tratando de ser
útiles a los demás. La madre teresa de Calcuta decía:
“Hay que dar hasta que duela”.
Es muy difícil poder aseverar cuánto tiempo se requiere
para que un enfermo de cáncer o sida pueda restituir su salud plenamente,
pero en la mayoría de los casos, sin importar la edad o el sexo,
es muy probable encontrar remedio si nos dedicamos con constancia y certeza
a seguir al pie de la letra las instrucciones que nos de nuestro médico
naturista.
Entiendo que a muchos enfermos que lleguen a leer este artículo
les parecerá más ciencia ficción que realidad todo
lo que aquí escribo, y sé que para la gran mayoría
de los médicos alópatas todo esto sonará como a un
disparate, en verdad que no los culpo, los entiendo porque igualmente descabellado
y anormal me sonaba todo esto a mí cuando comencé mi tratamiento,
la única diferencia que hay entre ellos y yo es que ya me he DESPROGRAMADO
de toda la basura que me metieron desde niño en el cerebro para
tratar de domar mi espíritu y mi mente, aunque por poco lo logran,
por poco hasta me matan de una enfermedad que ellos han inventado. Por
fortuna la poca o mucha sabiduría que he recibido de mis maestros,
las prácticas y enseñanzas impartidas por S.S. el Dalai Lama
que pude vivir en 4 ocasiones durante los meses de marzo de cada año
en Dharamsala, India, creo que sirvieron no solamente para sanarme, también
sirvieron para desprogramar mi vida y transformar mis ambiciones, para
valorar esta encarnación y apreciar lo que me ha dado y me ha quitado,
entender que la razón por la cual existimos es para servir a los
demás y aprender cómo hacerlo no es cosa de todos los días.
Ahí, entre el pueblo tibetano eso fue lo que obtuve, sabiduría,
amor y una razón para vivir, ahora entiendo y valoro todo mucho
más, ya que he comprendido que la razón principal para que
todas estas experiencias me hayan sucedido y para lo que me sirvieron fue
para prepararme en la dificilísima tarea de hacerte a ti y a muchos
seres más reaccionar y entender QUE ES CIERTO QUE TE PUEDES CURAR
SI CAMBIAS TU MENTE... SI CAMBIAS TU VIDA... SI VIVES EN AMOR Y COMPASIÓN.
DEDICADO A CLARA... MI AMIGA CON CÁNCER EN CANADÁ
Carlos Escudero Albarrán
Morelia, Michoacán, México
Mayo de 2003
Tonglen:
Una sencilla práctica de enorme beneficio.
Carlos Escudero
Desde la publicación electrónica del libro “VIH la puerta
a la iluminación” en el sitio web del Instituto de Salud Natural
de Chile (IESN) http://www.oocities.org/iesnchile/
ha sido hermosa la reacción de quienes han podido tener acceso gratuito
al libro. Les agradezco todos los comentarios y las palabras de aliento
para seguir adelante en esta cruzada por desenmascarar la gigantesca mentira
que se ha creado alrededor del SIDA. Pongo a disposición de quien
así lo desee la siguiente dirección de correo electrónico
charliecib@yahoo.com
para la recepción de sus comentarios y consultas sobre el tema;
quiero también agradecer al IESN por todo el apoyo y colaboración
incondicional que me han brindado sin otro interés que no sea ayudarnos
mutuamente a decir y difundir la verdad sobre el VIH. Seguiremos trabajando
conjuntamente en beneficio de todas las personas que nos lo soliciten y
que requieran de información sobre cómo poder canalizar de
una manera diferente un caso de SIDA.
En algunos de los correos que he estado recibiendo recientemente, se
me ha comentado de lo increíble y único que parece mi caso.
En lo personal, me interesa dejar bien claro que no me considero un caso
único ni milagroso, repetiré una vez más que CUALQUIER
PERSONA PUEDE CONSEGUIR SU CURACIÓN AL 100 % si realiza los cambios
necesarios para lograrlo. Pensando en cómo poder ayudar a las personas
que desean salir delante de esta enfermedad y tratando de encontrar una
forma clara y concisa para hacerlo, durante las últimas dos horas
no he dejado de pensar cuál será el tema de mi siguiente
artículo. De pronto, he visto de reojo un libro de enseñanzas
tibetanas que me llamó desde el otro lado de la habitación,
me paré, lo tomé entre mis manos y lo abrí instintivamente
pidiéndole que me dijera qué buen consejo poder dar a quienes
quieran curarse y una técnica o práctica que pudiera ser
útil a los demás, el resultado es un mensaje de mucho amor
y sabiduría que gracias a este libro tendrán al alcance,
ya que me permitiré hacer una pequeña y muy humilde introducción
a una práctica de meditación que hace muchos años
fue utilizada en Tibet para curar a enfermos de lepra. En tibetano se le
conoce con el nombre de Tonglen que significa “dar y recibir” y según
muchos maestros tibetanos es una de las más poderosas herramientas
para poder transformar situaciones negativas o dolorosas, yo la aprendí
del doctor Tenzin Pechok y sin duda que es en realidad una poderosa y emotiva
práctica que nos enseñará a dejarnos de estar constantemente
automimando y sobreprotegiendo para abrirnos a dar luz y recibir lo negativo.
La tradición budista tiene entre sus cualidades la de haber desarrollado
una gran variedad de prácticas de control mental, para poder hacer
frente a situaciones que en occidente conocemos como dolorosas o trágicas.
Estas prácticas tienen la capacidad de infundirnos con el poder
y la sabiduría suficientes para tener claridad a cada momento, dotándonos
de recursos y habilidades para purificar nuestra mente, abrir nuestros
corazones y generar las energías curativas del amor y la compasión
que nos permitirán sobreponernos a prácticamente cualquier
desafío o enfermedad, pues LAS ENFERMEDADES TERMINALES NO EXISTEN.
Antes de poder comenzar a practicar Tonglen, se requiere que la persona
que vaya a realizar éste tipo de práctica haya conseguido
una apertura completa de su corazón; con esto no me refiero a convertirse
en hippie o brincar en un pie vestido con ropajes de color naranja, la
forma de poder realizar esto es mediante el trabajo con el amor y la compasión
sinceras y honestas. No creo que sea necesario tratar de explicar lo que
para los tibetanos significa el concepto del “amor”, ya que supongo que
este precepto es igual en todas las culturas y civilizaciones de la tierra;
pero descubrí que el concepto que se tiene en Tibet de la compasión
es bastante diferente del que tenemos en occidente. En nuestros países,
la compasión casi siempre es confundida con la lástima y
para poder diferenciarlas repetiré algo que leí alguna vez
en cierto libro:
“Cuando tu miedo toca el dolor de otro ser, sentirás lástima.
Cuando tu amor toca el sufrimiento de otro, entonces sentirás compasión.”
Si, la diferencia es enorme, la compasión tiene varias funciones
y utilidades que bien manejadas, se transforman en poderosas herramientas
que según la filosofía budista tibetana, no tienen limites.
Inicialmente diré que la compasión puede ser entendida como
“El generar dentro de ti a diario el deseo constante de que todos los seres
sensibles del planeta vivan en felicidad y con lo que les trae la felicidad
y dedicar cada día de tu vida para ayudar a que así sea”.
Obviamente suena idílico o utópico, pero si me permites,
haré que en las siguientes líneas termines por convencerte
del poder que el amor y la compasión tienen y lo mucho que pueden
ayudarte si aprendes a utilizarlas; pero hay que saber que ellas son inválidas,
no tienen manos y no pueden hacer nada por tí, si tú no haces
tu parte.
Sentir lástima por alguien no es lo mismo que sentir compasión
por él y sin duda, los efectos que genera nuestra lástima,
en comparación con los que nuestra compasión puede generar
en los demás serán drásticamente opuestos. Poder “abrir
el corazón” es la primera fase para poder generar compasión
por los demás en nuestras vidas; por fortuna existen varias técnicas
desarrolladas por los maestros tibetanos para comenzar hacerlo, aún
en los casos más difíciles en los que por ejemplo la persona
que requiere realizar esta práctica ha tenido una vida del todo
sin amor y con una tragedia por historia familiar, hasta para esa desilusionada
y herida persona hay también una forma de hacerlo aprender a abrir
su corazón.
Tres de éstas técnicas para abrir el corazón son
muy sencillas y sólo requieren de unos minutos al día para
probar su efectividad. La primera tiene que ver con un gran amor del pasado,
trate de recrear en su cabeza alguna situación que haya vivido con
alguien que le entregó mucho amor y que lo hizo sentir inmensamente
amad@, en ese momento en el que usted estaba recibiendo ese amor ¿recuerda
como se sentía? ¿Se da cuenta de que ha sido muy amad@ aunque
sea por una vez en su vida? ¿Qué sentía usted por
esa persona? ¿Se da cuenta de la gran capacidad de dar amor que
tiene usted?. Si se tuvo esa capacidad para dar amor ¿por qué
ya no podemos seguir dando amor? Para remediar esto, tome ese recuerdo
y viva ese sentimiento de amor nuevamente, llénese de él
y comience a resarcir dentro de su corazón todos los daños
causados por los años y las vivencias, recuerde ese amor que recibió
y todos los buenos sentimientos que le hizo surgir por la persona que se
lo daba, con esos sentimientos presentes, trate de enviarlos ahora a otras
personas que usted quiere y que recuerda con cariño, continúe
recordando todos los pequeños detalles de amor que tenga en su vida
y repártalos entre sus seres queridos. Cuanto más valla usted
avanzando en esta práctica, con el pasar de los días, intente
ir agrandando el círculo de las personas a las que usted manda ese
amor, siga así hasta que sea capaz de enviarlo hasta a sus peores
enemigos o a las personas que le han hecho mucho daño, el día
que logre hacerlo, habrá usted despertado en si, uno de los tesoros
que tiene la mente y que los tibetanos reconocen con el nombre de “bodichitta”
o la obtención del “la mente despierta del corazón”. Si durante
los días que usted practica esta visualización, de casualidad
comienza a llorar y salen las lágrimas: ¡Felicidades! Este
es el primer indicio de que algo se está moviendo dentro de usted
y no debe preocuparse, el único que puede salir herido de este trance
es SU EGO.
La segunda técnica es mucho más simple, se trata de aplicar
la idea de que los demás son exactamente iguales que uno, para esto
tenemos que intentar visualizar a toda le gente como completos desconocidos
para nosotros, mi mamá dejará de ser mi madre, mi padre será
solo un hombre común, mis amigos y hermanos serán como cualquier
otra persona y yo no seré más que una persona del grupo.
Cuando se hace esto, es con la intención de que dejemos de juzgar
a las personas por lo que sabemos de ellas o por las historias que hemos
vivido juntos; cuando yo pueda dejar de ver a mi madre como “mi madre”,
podré ver lo que realmente hay detrás, una mujer con toda
una historia casi desconocida para mi, nunca vi su infancia, no conviví
con sus padres y sus cosas personales nunca han salido de su diario. Si
continúo así con todas las demás personas que conozco
y me despersonalizo de las historias entre nosotros, nacerá dentro
de mi un enorme sentimiento de querer ayudarlos a todos porque habré
entendido que el día que todos ellos tengan menos problemas, por
ende, yo tendré menos problemas, y cuando ninguno de ellos tengan
preocupaciones o sufrimiento, los míos serán eliminados de
raíz, y si decido avanzar más allá e incluir en mi
práctica a todas las personas que no conozco y recapacito al entender
que todos los seres que viven sufren, que todos desean vivir sin dolor
ni sufrimiento, que no importa la religión o culto, todos queremos
la paz y armonía en este planeta, que todos queremos amor y una
buena salud y que a fin de cuentas todos somos iguales. Creo que quedará
claro que se requiere cambiar de actitud para poder tratar de igual manera
a todos los seres que existen, esa nueva actitud se llama actitud compasiva
y sólo necesita transformarse de actitud compasiva a acción
compasiva, pero eso vendrá más adelante, cuando hagamos la
práctica de Tonglen.
Para quienes se sienten con un poco más de valor y desean avanzar
de una manera más directa en el camino hacia abrir sus corazones,
la práctica de cambiarse por los demás, resulta de mucha
ayuda. Cuando alguna persona que usted conoce sufre, y no encuentra la
forma de poderlo auxiliar, la tradición tibetana recomienda ponerse
en el lugar de él sin contemplaciones y sin excusas; trate de imaginarse
cómo se siente su amigo, ¿qué pensaría usted
si estuviera en su lugar? ¿Qué sentiría? ¿Qué
miedos lo estarían invadiendo? ¿Qué necesitaría
que sus amigos hicieran por usted? ¿Qué le gustaría
decirles?.
Cuando se tiene la suficiente honestidad en el corazón y se realiza
ésta práctica sin miedo y sin deseos de protagonismo o reconocimiento
de los demás, los resultados son impresionantes, el hecho de cambiarse
por otro significa que se esta teniendo el valor para alejarse del automimo
y del apego a si mismo para poder ser útil a los demás. El
tomar el sitio de otra persona para entender su sufrimiento y su dolor,
crearán un sentimiento profundo de compasión en quien realiza
la práctica, ya que se dará cuenta de qué tan insensiblemente
pasamos por los días sin querer siquiera ver el dolor de los demás
ni por un segundo; en cuanto vemos en la calle a alguien pobre, enfermo,
pidiendo limosna o mal de sus facultades mentales, de inmediato nos volteamos
para otro lado como queriendo negar la realidad de que el sufrimiento de
todos los seres existe, preferimos voltearnos a seguir con lo “normal”
del día y subimos el vidrio eléctrico de nuestro auto para
no tener ni siquiera que oír lo que esta mujer que se acerca en
el semáforo tiene que decirme, en muchos de los casos surge el pensamiento
de “qué bueno que no soy yo” aunque ignore que esa persona en realidad
también es usted.
Cuando podamos caminar por la calle sin cerrar los ojos de nuestros
corazones para ver la realidad del sufrimiento de todos los seres, cuando
podamos sentarnos en una esquina a compartir una naranja con quien pide
limosna y quedarnos a comerla con él, cuando en vez de rechazo logremos
hacer que esa gente nos atraiga por ser una magnifica oportunidad que la
vida nos está dando para ser útiles, en vez de voltear la
mirada hacia el cielo, encontraremos que es mucho más refrescante,
alentador, motivante y sabio dar a los demás seres que sufren nuestra
compasión que nuestra lástima.
Al amor y la compasión los tibetanos le llaman “la joya que concede
todos los deseos”, y en realidad es cierto que esta joya cumple todos los
deseos que se le piden, lo único que tenemos que hacer para que
esta joya nos conceda nuestros deseos es que todo lo que le pidamos debe
de ser hecho con o por amor y compasión. Si tú dedicas tu
vida a hacer todo por amor y compasión, no habrá cosa que
no puedas lograr, si tratas a todos y a todo con amor y compasión,
todos y todo será tuyo mientras no quieras poseerlo, el amor y la
compasión son la herramienta más eficaz en esta nueva era
que comienza a vivir la humanidad. Tenemos que dejar de ser tan simios
como hemos sido los últimos 1500 años, tenemos que evolucionar
en un nuevo ser humano sensible que pueda llorar en publico sus emociones,
que comprenda la interdependencia de todo lo que existe y deje de envenenarse
con tanta TV, tanta violencia, tanta guerra y tanta enfermedad.
Creo que hasta aquí queda claro el concepto de abrir el corazón
antes de realizar la práctica de Tonglen. En suma, lo que se nos
pide es hacernos concientes del dolor de los demás y a partir de
ese entendimiento se nos enseñará que con el poder de nuestras
mentes (corazones) y con las visualizaciones correctas, la respiración
correcta, la actitud mental correcta, la postura correcta y el conocimiento
correcto, podemos ayudar efectivamente y de manera tangible a eliminar
desde enfermedades propias, hasta el dolor y sufrimiento de otros. Si pudiéramos
hacer esta práctica en grupos de miles o tal vez millones de personas
podríamos cambiar el mundo en un minuto, el gran secreto de todas
las culturas antiguas es que el poder de la mente del humano puede generar
energías capaces de modificar la materia y su entorno, o ¿cómo
creen que se construyó Machupicchu en Perú? Sin embargo,
antes de poder hacer esas maravillas tenemos que aprender a controlar nuestras
mentes, ya que si esas energías se salen de control, pueden afectarnos
a nosotros o a los demás.
La práctica Tonglen es muy sencilla y es un primer paso hacia
la meditación avanzada y profunda, en lo personal ésta práctica
siempre me ha dejado con lágrimas de alegría en los ojos
por todo lo que se mueve dentro y alrededor mío; gracias a ella
entendí que el ser humano está aquí para utilizar
ese poder mental en beneficio de la evolución de la especie y de
la tierra, y eso si que le da un gran SENTIDO A LA VIDA, con esto entiendo
el para qué plantar vida en este planeta y la razón para
la creación del mismo... ¿No es hermoso?.
La práctica del Tonglen.
Para comenzar, citaré a los maestros tibetanos, ellos dicen que
lo más importante en el inicio de cualquier práctica que
queramos realizar es con qué tipo de actitud nos estamos sentando
a realizar dicha practica. Si tu actitud no es la correcta, nada de lo
que hagas desde el principio servirá para algo, y será como
ellos dicen “una práctica estéril”. La actitud con la que
debemos iniciar nuestras meditaciones y prácticas siempre debe ser
pensando “que sea por el bien y para el beneficio de todos los seres de
luz en todas las dimensiones existentes, que con ésta práctica
todos se vean aliviados aunque sea un poco de todo dolor o sufrimiento,
y que mi práctica sea de utilidad para todos los seres sensibles
del planeta, que el amor y la compasión que yo genere sirva para
poder sanar las energías de la tierra y que sea yo siempre capaz
de estar al alcance de todos para poder ayudarlos y ser útil”. Esta
es la actitud correcta con la que debemos iniciar, si no es así
y realizamos cualquier práctica “porque ya es la hora en que nos
toca”, o “porque si no medito no obtendré beneficios en mi salud”,
o “porque mis amigos lo están haciendo y yo no”, si hacemos meditaciones
y prácticas por ‘quedar bien’ en un grupo o por moda, entonces de
nada sirve sentarse a meditar. Al hacerlo, lo menos importante es uno mismo,
jamás se buscan beneficios propios ni logro espiritual alguno, todo
se hace por los demás y en nombre de ellos.
Con una actitud correcta, siéntese en un lugar donde pueda estar
en silencio y en paz, tenga los suficientes cojines a la mano para poderse
sentar con las piernas cruzadas cómodamente y ponga su espalda contra
la pared lo más derecho que pueda -este truco de recargarse en una
pared es en lo que usted se acostumbra a sentarse completamente derecho
sin cansarse-, ponga un incienso y un poco de música si gusta, acto
seguido concéntrese en sí mismo, junte sus manos y diga la
siguiente oración:
“Por el poder y la verdad de esta práctica, que todos los seres
vivan en felicidad y con lo que les trae la felicidad. Que todos vivan
sin pena y sin lo que les cause pena. Que no se separen nunca de la felicidad
sagrada donde no existe dolor o sufrimiento alguno. Que puedan vivir todos
sin demasiado apego ni aversión y que vivan creyendo siempre en
la igualdad de todo lo que vive.”
Una vez terminada la oración baje sus manos y ponga una sobre
de otra al nivel de su ombligo con las palmas de las manos hacia arriba,
de forma que usted se sienta cómodo. Ésta postura en la que
siempre verá sentado a Buda y a los maestros tibetanos, es llamada
flor de loto, es la posición correcta que debemos asumir en nuestras
prácticas, las piernas cruzadas significan la unión de toda
dualidad, el tener el coxis a nivel del suelo con la espalda completamente
recta nos unirá a la tierra de forma natural y nos dará un
sentimiento de fortaleza y serenidad, las manos, una sobre de otra, permitirán
relajarnos fácilmente, la mirada debemos dirigirla 45 grados hacia
abajo del horizonte. En la meditación no se deben cerrar los ojos,
pues si lo hacemos es más probable que nos quedaremos dormidos o
divagemos con nuestros pensamientos; la meditación no es aislarse
del entorno, es asimilarse con él. En mi opinión, no es bueno
poner música pues el silencio es un gran maestro; por otra parte,
para lograr una mejor concentración al tener los ojos abiertos,
ponga a unos 2 metros de usted una pequeña vela y apague las luces
de su habitación.
Ya en esta postura, comience concientemente a seguir su respiración,
aire adentro, aire afuera, aire adentro, aire afuera. Al principio seguramente
entre una respiración y otra, usted se verá invadido por
pensamientos que no tienen nada que ver con el aire adentro aire afuera,
cuando esto le pase, retome su postura y regrése mentalmente al
“aire adentro, aire afuera”, no se encadene a cada pensamiento, sólo
déjelos pasar y véalos como realmente son, pensamientos.
Obviamente, al principio resultaría demasiado pedirle a alguien
que absorba el dolor y sufrimiento de otra persona o de otros seres, así
que para comenzar es bueno realizar esta práctica en uno mismo -para
personas enfermas de SIDA o cáncer recomiendo ampliamente realizar
todos los días esta práctica en si mismos-. Una vez que se
encuentre relajado, imagínese el dolor, sufrimiento o enfermedad
que se encuentra dentro de usted, éste dolor o enfermedad emana
humo negro que sale por su plexo solar, concéntrese en él
y vea cómo sale de su cuerpo, en su siguiente inhalación
usted introducirá a sus pulmones todo ese humo negro y lo disolverá
dentro de usted, al exhalar, usted habrá transformado todo ese humo
negro y denso en luces de colores que soplará por todo su cuerpo
purificando así cada célula y cada rincón de su ser,
repita este ejercicio por unos 10 o 15 minutos. Algo básico cuando
se realiza esta práctica es recordar que cualquier tipo de sentimientos
que surjan en el proceso no son más que emanaciones de nuestra mente
y que no debemos reaccionar a ninguno de ellos, veámoslos como lo
que realmente son, sólo pensamientos que si no canalizamos bien
crean sentimientos, todo lo que sentimos es en realidad un pensamiento
que toca nuestras fibras internas, y son ellas las que reaccionan como
felicidad o tristeza. Durante todo el tiempo que se mantenga usted trabajando
con ese humo negro es muy importante que exhale la misma cantidad de aire
que inhaló, para que así no se quede usted adentro con residuos
de cada inhalación. Terminados los 15 minutos, relájese,
comience a regresar poco a poco al lugar donde está meditando y
abra finalmente todos sus sentidos, para finalizar con su práctica
junte de nuevo sus manos y de gracias a quien usted considere un ser iluminado
o a su guía espiritual, es muy importante siempre dar gracias al
terminar una práctica.
Después de unos meses de practicar continuamente puede usted
ir cambiando poco a poco el destino de cada inhalación, por ejemplo,
puede usted visualizar a un amigo o pariente enfermo e inhalarse su enfermedad,
o aquella persona que no le cae bien, puede usted inhalarse ese desagrado
que le causa y transformarlo en amistad. El Tonglen se puede hacer para
uno mismo, para los demás o para el ambiente, en este último
caso es muy eficaz para cuando entramos a un sitio que se encuentra muy
cargado de energías negativas o donde hay tensión. Imagine
usted que en el lugar hay un humo negro que lo cubre todo, visualícese
en el centro y en cada inhalación tome usted lo negativo para transformarlo
en luz blanca que al exhalar cubra todo el espacio y llene de alegría
y paz todo el lugar, verá como después de unos minutos de
hacer esto, todo en el sitio habrá cambiado.
El Tonglen es realmente efectivo y poderoso en diversas situaciones,
pero sobre todo le da a uno la confianza de poder transformar cosas negativas
en amor y compasión. En las ocasiones en que he podido hablar en
público sobre esta práctica, he sido cuestionado acerca de
qué tipo de daño se puede causar uno mismo por hacer esto,
la respuesta es que el daño es NINGUNO, se nos ha educado para que
siempre nos estemos protegiendo de todo y de todos, y por ende nos hemos
encerrado en el miedo y la ignorancia más destructivas que podemos
imaginar. Cuando uno se desapega de sí mismo por completo y se entrega
a los demás sin ningún límite se da cuenta de que
menos cosas negativas le pasarán porque el protegernos de algo que
no existe nos hace menos libres. Repito, sólo el ego saldrá
dañado por este ejercicio.
A este personaje que llamamos ego, los tibetanos lo tienen en un concepto
muy diferente del que nosotros tenemos en occidente, donde al mencionársele,
las personas pensamos de inmediato en la vanidad, o en la gente que se
‘chulea’ a sí misma en un espejo, y no amigos, el decirse al espejo
“qué bonito eres” no es ego, eso es autoestima. Para describir al
ego del que tratamos aquí daré el ejemplo que me fue dado
por mis maestros. El ego es esa voz o ese ser que vive dentro de tí
que no quiere que seas mejor y que dejes de sufrir, cada vez que intentes
algo para mejorar -como dejar de fumar, por ejemplo- él no te dejará
y te dará mil y un pretextos para que no mejores: “tu no necesitas
dejar de fumar”, “así eres y ni debes acéptarte con tus vicios”,
“luego lo haces, ahora ni te sientes mal por fumar”; así podría
seguir dando ejemplos de los pretextos que te dará tu ego para no
dejar de fumar. En el caso de la meditación o del tonglen, el ego
hace cosas más drásticas para que no aprendas todo esto porque
sabe que con la meditación dejarás de ser un ignorante y
él ya no podrá dominar tu vida y se tendrá que salir
de tu cuerpo que hasta hoy ha sido su lugar de descanso donde vive tirado
en una hamaca y se alimenta de todos tus dolores, tristezas y sufrimientos;
así que no creas que él dejará que tan fácilmente
aprendas meditación y demás. Cuando eres principiante en
la meditación y lo intentas por las noches, de pronto aparece el
ego y te dice al oído: “¡Ay si, tú jugándole
al iluminado! ¿Crees que ahí sentadote haciéndole
al idiota vas a lograr algo? ¡No, tú no eres para estas cosas,
esto de la meditación es puro cuento, mejor prende la tele y deja
de pensar en tonterías!... Te dije que no vas a lograr nada, eso
que Carlos cuenta en su libro y en sus artículos es puro rollo ‘espiritualoide‘,
ni creas que en realidad alguien se puede curar de SIDA”. Podría
seguir por horas escribiendo la lista de pretextos que el ego tiene para
lograr sus objetivos, él tiene más de cinco mil tomos de
pretextos y usará cada uno de ellos para lograr que no mejores,
que no evoluciones y mucho menos que dejes de arrastrarte por el piso por
no saber controlar tu mente, así que el enemigo que Buda descubrió
que es el causante de todos nuestros sufrimientos y tristezas somos nosotros
mismos, nuestro ego.
Cuántas veces hemos oído que alguien nos dice ante alguna
situación difícil: “¿Vas a dejar que abusen así
de ti? ¿No ves que te están viendo la cara?”. Las personas
siempre se empeñan en decirte que tienes que imponerte a los demás
para ser respetado y que nunca debes dejar que nadie te hable mal, ni te
menosprecie, pero lo único que este tipo de actitud genera es alimentar
a nuestro ego y hacernos una sociedad prepotente e insultante. Cuando el
ego desaparece de nuestra personalidad nos volvemos más amables,
más cariñosos y menos ofensivos, nace dentro de nosotros
una humildad natural y no deseamos ser atendidos por nadie ni buscamos
el reconocimiento de nadie, nace un nuevo ser que ahora está dedicado
al bien de los demás y eso sin duda nos brindara la felicidad real,
no la ficción que el mundo moderno nos ofrece comprar.
Humildemente he presentado una pequeña introducción a
la práctica del Tonglen, ésta sin duda fue de muchísima
ayuda en mi proceso de curación del SIDA y creo que puede ayudar
a muchas personas a salir adelante si se encuentran enfermas, existe mucha
bibliografía al respecto y por todo el mundo los monjes tibetanos
han abierto centros de estudios sobre ésta y muchas más técnicas
de meditación, acércate a cualquiera de ellas y busca la
luz que vive dentro de ti, sólo tienes que vencer tu ego.
Carlos Escudero Albarrán
Morelia, Michoacán, México
12 de febrero de 2003
Resultado
positivo.
Carlos Escudero
La vida estará siempre llena de momentos buenos y malos, tristes
y alegres, esa es parte de su naturaleza, es objetivo de la vida que cada
una de las cosas que te pase sean solo lecciones para que tu vallas esculpiendo
tu carácter, y son pruebas que tienes que pasar para lograr el objetivo
final de la vida, TU EVOLUCIÓN. Pero sin duda, uno de los más
terribles momentos que puede cualquiera de nosotros experimentar en la
vida, es el día en que por alguna circunstancia te toca ir a presentarte
a un centro de salud o dependencia sanitaria a que te realicen un examen
de sangre para comprobar si eres portador o no de lo que falsamente se
ha dado en llamar el virus del SIDA, o más bien como diría
yo, si eres victima o no de lo que llamo, la más grande mentira
médica del siglo XX.
Las razones por las que te haya tocado estar ahí pueden ser muy
variadas y por lo regular no son nada agradables; algunos estarán
presentes por el uso de drogas, otros por sus preferencias homosexuales
o por su desenfrenada conducta heterosexual, otros pocos son victimas de
inverosímiles negligencias médicas o por esposos o esposas
infieles. En fin, cualquiera que fuera la razón para que tú
estés ahí, sin duda es fuente de una enorme vergüenza
frente a “la sociedad”. Además, tener que exponerte a los médicos
como “posible portador”, tenerles que contar toda tu vida y asuntos personales,
no son cosas que uno quiera hacer a diario. Te acercas caminando por la
calle y te das cuenta que hasta resultará difícil el cruzar
la puerta de entrada al inmueble por saber lo que estás a punto
de enfrentar; tratas de esconderte de las miradas de las personas que caminan
en ese momento por la calle para que nadie vea que estás a punto
de entrar “por la puerta de los condenados”, y sabes de antemano que una
vez que cruces el umbral de esa puerta tu vida definitivamente no será
la misma, y que todo habrá cambiado cuando salgas por ella. No hay
duda alguna de que antes de siquiera haber entrado, ya te sientes culpable,
impotente, desolado, confundido y con pocas razones para sonreír,
irremediablemente entras a un abismo al cual caes sin esperanza de que
el fondo este muy cerca, y tu cabeza, cuerpo, corazón y mente se
encuentran agotadas por los días enteros que llevas repitiéndote,
“¿Tendré SIDA o no tendré SIDA?, ¿Tendré
SIDA o no tendré SIDA?, ¿Tendré SIDA o no tendré
SIDA?.
Pero lo peor de todo es el MIEDO que quién sabe desde cuánto
tiempo antes de ese día que decidiste presentarte al laboratorio,
ya se ha generado en tu mente. La simple idea de que tal vez estás
“infectado con SIDA”, y todos esos días anteriores a la toma de
la decisión de ir a hacerte el maldito análisis generará,
por toda la energía mental negativa con la que te estás envolviendo,
síntomas de enfermedades diversas en tu aspecto físico, aún
sin haberte hecho la prueba de sangre. Con la sabiduría del pueblo
tibetano pude comprobar que el poder de la mente puede manejar lo físico,
y que es tu actitud mental o tu ignorancia sobre el manejo de tu mente,
y las emociones que ella genera, la diferencia entre poderte curar o no
de SIDA, a este entrenamiento de la mente ellos le llaman MEDITACIÓN,
y esta meditación no tiene nada que ver con algo espiritual o esotérico,
es una técnica altamente desarrollada y eficaz para aprender a vivir
sin apegos, sufrimientos, odios, sentimientos de venganza, tristezas o
culpas, es sencillamente eso.
Simplemente, por el hecho de tener que atravesar la puerta de entrada
de ese lugar, sabes que te encuentras dentro de las estadísticas
de la medicina mundial y que la visita a este sitio te hará ser
diferente a los demás y quedarás etiquetado de por vida como
“un riesgo para la salud de los que te rodean”. Esto, sin importar si el
resultado del estudio sea positivo o no, ya que aun que tu resultado llegue
a ser negativo, no serás borrado de la lista de “posibles portadores”
y te mandarán a otro laboratorio para un nuevo estudio sanguíneo,
eso sí, este es aún más costoso y complejo, como quien
dice, no creas que si vas a hacerte un estudio de VIH y este sale negativo
ya te salvaste del fantasma del SIDA, no señor, una ves que entraste
a su edificio no te vas a ir de ahí sin tu dosis de miedo y con
la cabeza llena de fantasmas y sombras, los médicos que ahí
trabajan se las han ingeniado para hacerte hasta 4 estudios para que sea
casi imposible para ti o para cualquiera salir de su trampa, porque aunque
tu no tengas nada, el convencerlos te llevará varios meses de visitas
a verlos y durante todo ese tiempo y debido a la presión de toda
esta situación en tu sub conciente, tu cuerpo ante tanta energía
de tu mente se enferma y... ¡ZAS! Obviamente que al cuarto análisis
te dirán que eres seropositivo, durante todo ese tiempo te mantendrán
con la vida en un hilo y terminas tomando los medicamentos que te dan por
que crees que ellos saben como AYUDARTE, con esto lo único que logras
es ser un cliente más de los laboratorios que hacen esos medicamentos
o una nueva victima del mercado negro de medicamentos retrovirales, así
que indudablemente esa visita marcará el futuro de tu vida y la
de todos tus familiares, amigos y gente cercana, ¿No lo crees?.
Sería demasiado fácil para cualquier otra persona que
quisiera escribir sobre este tema, o sobre las cosas que pasan por la mente
y el corazón de las personas que tienen que vivir esta situación,
solo tendría que entrevistar a personas que han acudido a hacerse
este estudio, después tomar notas de todas las confesiones de los
pacientes y de ahí realizar un escrito que intrínsecamente
llevará la distorsionada visión de alguien que tiene basada
su opinión sobre el SIDA en lo que los medios de comunicación
y la “ciencia médica moderna” le han hecho creer. En mi caso, el
haber sido un caso registrado por el Consejo Estatal del SIDA de la ciudad
de Morelia, en el estado mexicano de Michoacán, y mi posterior curación
a través de la medicina tibetana, me dan todo el derecho de poder
expresar sin cortapisas y denunciar lo que tenemos que vivir y experimentar
todas aquellas personas que nos hemos visto orilladas a realizarnos los
criminales análisis de laboratorio y el trato tan inhumano, ignorante
y desnaturalizado que casi siempre prestan los encargados de estos centros,
a quienes, los que nos vemos afectados por el SIDA, creemos capaces de
podernos ayudar por que ignoramos que hay otras formas de enfrentar el
problema tóxico del SIDA.
Me atrevo a aseverar lo anterior porque todos estos centros, en la mayoría
de los casos siguen utilizando los mismos equivocados métodos de
detección de un virus que NO EXISTE y los médicos siguen
creyendo que con medicinas altamente tóxicas como el AZT o los retrovirales,
se puede curar una enfermedad que en realidad es tóxica, así
que es más que evidente que NO SE PUEDE CURAR UNA ENFERMEDAD TOXICA
CON TÓXICOS.
Desde el primer momento que pones un pié dentro del centro de
detección, lo primero que percibirás en el ambiente es una
extraña tensión que te cala hasta los huesos, los ahí
presentes, ya sean visitantes o empleados todos se cuchichean las cosas
al oído, nadie sonríe y hay un silencio sobrecogedor. Al
final del pasillo te recibe una muy amable enfermera que aparenta calma
en su rostro, pero muy mal actuada. Te da la bienvenida y desde ahí
puedes percibir en su manera de hablar una escondida tendencia, te das
cuenta que en el tono de su voz hay escondido algo, y este algo te hace
saber que por dentro la enfermera está pensando, “otro tonto más
que no hizo caso de nuestras campañas de prevención, hay
pobrecito”, con el tiempo descubres que cada persona con las que tienes
contacto dentro de esta institución te tratan de la misma forma,
no los culpes a ellos, ellos creen que están haciendo lo correcto.
En mi caso, el día que tuve que ir a recoger los resultados de mis
estudios, desde el instante en que pise el interior de la oficina donde
los entregan, no tuve ni que leerlos para saber el resultado sólo
de ver las reacciones en los rostros de los ahí presentes a mi entrada.
Acto seguido, tomaron todos mis datos y la dirección donde vivía
para ingresarme en el “padrón de detectados”, me dieron un número
de registro y así, como si fuera ganado, me “marcaron”, me “etiquetaron”
y me designaron a una psicóloga “para que me ayudara a sobrellevar
el trance”, se me dijo que mensualmente una “trabajadora social” me estaría
visitando en casa y que a la brevedad posible me comenzarían a proporcionar
mis medicamentos, todo esto pasó tan rápidamente y de manera
tan intempestiva que no me dejaban ni siquiera pensar y mucho menos sentarme
a digerir todo lo que me decían. Por fortuna mi reacción
inicial fue “no creas todo lo que escuchas”, me senté frente a la
psicóloga y ella trataba de obligarme a salir de mi actitud de incredulidad
asegurándome que “no me ganaba nada negando la realidad”, “que fuera
realista y que no me evadiera”, fue realmente difícil hacerla entender
que por el momento debía dejarme en paz y que no quería saber
nada más. Salí de ahí corriendo y con la cabeza envuelta
en una nube negra de odio y resentimiento, los días siguientes fueron
un verdadero infierno, mi cabeza no dejaba ni por un instante de decirme
que era hombre muerto y que sería sin duda un futuro muy doloroso
el que viviríamos mi familia y yo.
Pero mi destino me llevo al norte de India y a la sabiduría tibetana
para curarme, el resultado de todo ese milagro es el libro “VIH la puerta
a la iluminación”, que el Instituto de Salud Natural de Chile ha
publicado en Internet bajo la siguiente dirección www.oocities.org/iesnchile
. En este sitio podrás también consultar la página
titulada “El SIDA no es una sentencia de muerte”, en ella tendrás
acceso a 11 volúmenes de información que te enseñarán
todo lo que necesitas saber sobre “la verdad alternativa del SIDA” y muchísimos
datos que te harán dudar sobre los resultados que arrojan los estudios
sanguíneos que actualmente se aplican a las personas de todo el
mundo, y te vas a enterar de todo sobre las mentiras e intereses creados
que han hecho del SIDA la más grande farsa asesina del pasado milenio,
y todo por dinero...
En lo personal, y ya que siempre he dicho que para poder criticar cualquier
cosa siempre hay que presentar una solución a lo que se critica,
me pronuncio por una humanización de quienes prestan sus servicios
dentro de estas respetables instituciones. Entiendo que su intención
es buena y reconozco su esfuerzo y buena voluntad, pero si están
al servicio de intereses de laboratorios transnacionales o de firmas multinacionales,
les ruego que dejen de estar orillando a miles de seres a vivir un infierno
que nadie debería vivir, un infierno que en realidad no existe,
que es una ficción creada por intereses económicos. Esta
ilusión ha sido diseñada magistralmente para funcionar alimentada
por el miedo, y es a través del miedo la forma en que se transmite,
y no es que yo quiera negar la existencia de un mal que afecta a la humanidad,
si existe, pero no es un virus, es una enfermedad toxica mal interpretada
y mal estudiada, pero eso si, y no hay duda alguna, de que es el miedo
el que está matando a miles de seres humanos en todo el planeta,
eso es innegable.
Por último, mi propuesta para quienes se encuentran en el punto
en que tienen que decidir visitar un centro de salud para hacerse los estudios
de detección, les recomiendo que así lo hagan, pero cuando
lo tengan que llevar a cabo les pido primero informarse bien sobre todo
lo que por ejemplo habla el doctor Roberto Giraldo en cientos de escritos
que hay de él en la red, lean los 11 volúmenes de información
recabada por el IESN de Chile, las opiniones de premios Nobel de química
y de reconocidos científicos que ahí se presentan, estudien
los varios casos de personas que como yo se han curado de este “desorden
tóxico”, y sobre todo cambien su manera de vivir y de ver la vida.
Si esto es poco, les recomiendo que lean el libro que humildemente me atrevo
a presentar a la consideración de todos y que de forma gratuita
distribuimos al mundo gracias al espacio que el IESN de Chile amable y
desinteresadamente nos han facilitado dentro de Internet.
En el caso de que a ti ya te haya tocado vivir esta tan demoledora experiencia
del “Resultado positivo” y estas viviendo en medio de una historia similar
a la que aquí describo, te puedo asegurar que no es el fin del camino
y que SI HAY SALIDA PARA TI, el destino te está brindando la más
hermosa oportunidad de que cambies tu vida para transformarte en alguien
apacible, humilde y armónico, por que eso si, la única forma
de salir de este embrollo es cambiando tus palabras, pensamientos, acciones
y sentimientos negativos, ofensivos o destructivos por cosas mas puras
y positivas. No creas todo lo que escuchas sobre el SIDA hasta que no te
informes sobre las opiniones de quienes no coincidimos con la historia
falsa que se ha construido sobre este mal, no dejes que sean los medios
masivos de comunicación los que decidan el futuro de TU vida, abre
tu corazón a la seguridad de que si es posible curarte y que lo
único que ha pasado hasta el momento es que no te habías
topado con la información que realmente puede ayudarte a salir del
problema, en el caso del SIDA, lo que hace falta para curarse no son médicos
ni medicamentos, sino sabiduría, meditación, purificación
de lo que somos, cambio de actitud, cambio de hábitos y malas costumbres,
desapego, estudio y sobre todo AMOR.
Carlos Escudero Albarrán.
charliecib@yahoo.com
Morelia, Michoacán, México.
20 de enero de 2003.
Siete
pasos para vencer el SIDA.
Carlos Escudero
El presente artículo, no pretendo que sea tomado como un decálogo
o manual milagroso que sea la panacea para las personas han sido ”detectadas”
con el supuesto virus del SIDA, es sencillamente una recopilación
de información acerca del trabajo que realizó con mi caso
el recientemente fallecido Doctor Tenzin Pechock, –Om mani pemme hum–,
extraordinario médico de origen tibetano y uno de los iniciadores
del Instituto de Astromedicina “Men Tsee Khang”, fundado por Su Santidad
el XIV Dalaí Lama. Este Instituto se localiza en la población
de Dharamsala, India, fue ahí que tuve la oportunidad única
de conocer al venerable Doctor Pechock y fue ahí también
donde gracias a él y al estudio de los secretos de la mente que
revela la sabiduría del budismo tibetano, mi salud regresó.
Gracias a este sabio y noble anciano puedo estar a punto de ser padre
de una maravillosa niña y tengo la fuerza y energías para
hablar y escribir sobre la mentira con la que se encuentra envuelta toda
la historia del SIDA, la intención de este artículo es la
de ayudarte a ti o a cualquier otra persona que así lo desee a poder
recuperar su salud librándose del miedo que el SIDA crea en sus
víctimas.
El primer paso. El SIDA no es una sentencia de muerte.
Para comenzar, creo que el primer paso que se debe dar para poderse
curar de este mal, es entender y aceptar que el SIDA NO ES UN VIRUS, que
definitivamente ha sido todo un teatro el que se ha creado a su alrededor
y que NO ES UNA SENTENCIA DE MUERTE, en el anterior artículo que
presenté en este espacio, mencioné al Doctor Roberto Giraldo
y su opinión sobre el SIDA, que niega la existencia del “virus”
que lo produce, pero no solamente él sino cada vez son más
los científicos y médicos de todo el mundo que difieren de
la idea de que existe un virus entre nosotros, en palabras del sabio Tenzin
Pechock:
“Este desorden es más bien como un espíritu que viaja
libre entre nosotros y salta de cuerpo en cuerpo buscando el miedo y la
negatividad de personas que le sirvan como alimento, es un ser que no tiene
ninguna compasión por quienes ataca y no deja ni rastros del cuerpo
en el que se introduce”.
O sea que, lo primero que hay que hacer en este proceso de curación
es tener un distinto acercamiento y un agudo cuestionamiento de toda la
historia que hasta hoy sabemos del SIDA. Está más que claro
que por el camino de los tratamientos tan agresivos y con tantos efectos
secundarios como los que actualmente nos embute la industria farmacéutica
no vas a lograr curarte, y prueba de ello son los millones de seres que
han muerto; pero sin duda sabemos que, si no haces nada por curarte y por
eliminar primero el miedo, tampoco sanarás, así que por lógica
lo único que te queda es buscar en la medicina natural o alternativa
un medio para poder superar este mal. Pero necesitas forzosamente cambiar
dentro de ti las creencias que los medios y los médicos te han plantado
en el cerebro. Si no me crees, siéntate por un minuto a seguir mentalmente
tu respiración en medio del silencio... Después de un minuto
de estar así, pregúntate si realmente el SIDA es incurable.
¿Será posible que con la convicción suficiente y el
poder de mi amor, la energía de mi mente y mi corazón yo
no logre curarme? ¿No será que por el miedo que me han infundido,
no he podido ni sentarme a pensar las cosas?
En cuanto termines de preguntarte esto, estoy seguro que sabrás
que SI se puede, que tú puedes. Pero una vez que lo sepas, por ningún
motivo, por ninguna causa, debes dudar que lo lograrás, ya que si
lo haces, si dudas siquiera por un instante, todo tu trabajo previo se
desmoronará y no habrá nada que pueda salvarte. Ninguno de
los médicos naturistas o chamanes con los que he estado trabajado
–haciéndoles llegar a enfermos que están en proceso de curación
en la Ciudad de México– se atreve a decir que él te puede
curar; Tenzin Pechock jamás me dijo que él estaba curándome,
fui yo quien consiguió curarse. En tu caso es lo mismo, NADIE EN
REALIDAD PUEDE CURARTE, SÓLO TÚ PUEDES REMEDIAR EL ORIGEN
DE ESTA ENFERMEDAD. Para que puedas encontrar cómo hacerlo he escrito
este artículo. Lo primero que mi médico me hizo aprender,
comprender y aceptar para cambiar mi visión de esta enfermedad fue
que:
1. Éste no era un virus, sino un desorden en el balance de los
elementos de mi cuerpo, que traía un exceso de fuego.
2. El origen de este desorden tenía que ver con mis negatividades
personales, como la prepotencia, la mentira, el orgullo y la soberbia.
3. Otra parte importante había sido la alta toxicidad en mi
metabolismo por el uso de todo tipo de drogas en el pasado.
4. Que sin duda no era el fin del camino para mí.
5. Tenía que cambiar mi dieta, mis pensamientos, mis palabras
y acciones, así como mi manera de ver el sentido de para qué
es la vida si me quería curar.
6. La parte más importante en el inicio de mi tratamiento era
aprender a controlar mi mente y las emociones que ésta genera aprendiendo
meditación, ya que si no aprendía el poder que existe en
mi mente y todo lo que puedo hacer con ella, no podría realizar
los cambios en las costumbres de mi ego.
7. Y que sin duda tenía que aprender a no pensar que esta enfermedad
era una maldición en mi vida, sino verla como la más grande
bendición que podía haber recibido en varias reencarnaciones
y que con el tiempo entendería el por qué.
Honestamente, creo que estos principios básicos de lo que se
requiere para comenzar un proceso tan importante de transformación
para sanarse de SIDA son aplicables para todos los casos. Ahora que puedo
decir que gozo de salud, les confieso que entiendo las palabras del venerable
Tenzin Pechok, gracias a esa enfermedad yo pude transformar mi vida y a
la persona que era con la ayuda de la sabiduría sobre el manejo
de la mente que tiene el budismo tibetano. Ahora me río al recordar
la forma en que fui, cómo reaccionaba a los acontecimientos de la
vida cotidiana y a las cosas que deseaba y quería. Descubrir dentro
del Dharma –las enseñanzas de Buda– que en realidad todo es impermanente
por ley natural, y que por esto mismo es necesario vivir en desapego constante
de las cosas y de las personas; lo que te libera de mil compromisos adquiridos
por ‘default' ante la sociedad desde el día de tu nacimiento.
Una vez que has aprendido esto, ya no buscas ni reconocimiento de nadie,
ni deseas una posición social, ni mucho dinero, simplemente te dedicas
a aceptar lo que llega y lo que se va de forma natural, dejas de ser el
dueño de tus cosas para ser el usuario de ellas, aprendes que es
muy importante qué tipo de pensamientos traes todos los días
en tu cabeza, porque éstos generan energía que puede afectar
todo tu entorno. Cuando practicas meditación, no lo haces por ti
o para recuperar tu salud, lo haces por el bien de todos lo seres sensibles
del planeta. Al realizar los ejercicios de meditación, y como te
encuentras trabajando por la salud de otros, por ley natural tu salud será
reestablecida ¿y sabes a donde te llevará todo esto?: A transformarte
en un ser más apacible, amoroso, compasivo, pacífico, armónico
y humilde, no en un budista.
El segundo paso, controlar el miedo.
El segundo paso tiene que ver con aprender a controlar el miedo y tu
actitud cotidiana, la sabiduría tibetana opina que “el origen del
miedo siempre será la ignorancia”. En el caso del SIDA esto es claro,
al ignorar que hay otras formas de contrarrestarlo, que en realidad no
es un virus y que hay muchas opciones dentro de la medicina alternativa
de las cuales puedes echar mano para curarte, dejas que la opinión
pública decida el rumbo que seguirá tu destino si eres detectado
con el supuesto virus. Sé que al principio te puede hasta llegar
a molestar la forma tan optimista en que escribo estas líneas, a
mí al principio me sonaba exactamente igual, sé también,
que en ocasiones puedes llegar a pensar: “¿Cómo quiere este
tipo que cambie mi actitud y mi forma de pensar si estoy viendo en mi cuerpo
el deterioro por la enfermedad?” y no te culpo si piensas así, ya
que con todo lo que se tiene que vivir una ves “sentenciado” por la ciencia
médica, no podemos esperar que tengas optimismo y alegría.
La mejor manera que conozco y que aprendí del Doctor Pechok es que
sólo con buen sentido común y con buen sentido del humor
se puede cambiar nuestra actitud hacia cierto problema, el buen sentido
común será el que te sacará de la ignorancia del sueño
que los médicos te están haciendo vivir. Cuestiónate
toda tu historia, cuestiónalos a ellos, estudia cualquier método
de meditación que quieras o disciplina oriental que ponga en armonía
la mente y el cuerpo; el buen sentido del humor sin duda será siempre
el mejor recurso que te quedará cuando las cosas se ponen difíciles.
Existe un libro llamado “El libro tibetano de la vida y de la muerte”,
escrito por el maestro tibetano Sogyal Rimpoché, sin duda este libro
es una gran ayuda para vencer el miedo y entender el tipo de prisión
autocreada en la que vivimos los occidentales, nuestra rudimentaria manera
de ver la vida y la completa ignorancia que tenemos sobre la muerte. Si
te has de curar, este libro te servirá de mucho, ya que de manera
muy sencilla se enseñan ahí varias técnicas de meditación
y visualizaciones; si por otra parte, es ya muy avanzado el desgaste que
tiene tu cuerpo, pero tu mente es clara aún, y has de morir por
razones karmáticas, es INDISPENSABLE que leas este libro para poderte
guiar a ti mismo a través del proceso del bardo y para que aprendas
a dirigir con maestría tu energía hasta tu próxima
reencarnación. La única limitante que conozco para no poderse
curar de SIDA es que tu cuerpo ya esté demasiado dañado;
en caso de que así fuera, creo que deberías aprender de manera
sabia el proceso de disolución por el que estás a punto de
pasar y encontrar en este libro de Sogyal Rimpoché todas las respuestas
a las preguntas que ahora te invaden. En el año de 1999 mi esposa
Lucero falleció de SIDA, y si no hubiera sido porque leímos
juntos el libro, ni ella estaría tan bien ahora, ni yo hubiera podido
sobrellevar su muerte. Actualmente la comprensión del Dharma me
ha hecho entender que hasta su muerte tuvo algo de positivo, lo que viví
y me tocó ver en ella me enseñó justamente lo que
NO debía hacer si deseaba curarme. Nunca dejes que el miedo te haga
dudar, temer, tener inseguridad, apegarte al dinero y a las propiedades,
no perdonar a los demás o continuar con antiguos rencores; el no
poder superar este tipo de sentimientos, fue el motivo por el que Lucero
no logró recuperar su salud y la razón por la cual yo si
lo conseguí.
El tercer paso. Desintoxicarse.
El tercer paso que recomiendo es buscar el sistema de curación
más conveniente para ti y que te guste, no importa si para muchos
suene extraño o inusual, el chiste es que tu “hagas resonancia”
con el médico y sus métodos. Si tomamos como base las ideas
del Dr. Giraldo y entendemos que en realidad lo único que te sucede
es que estás en un punto de máxima saturación de agentes
tóxicos en tu cuerpo, y por ello tu sistema inmunológico
se encuentra completamente intoxicado, estresado y contaminado, por lógica
deducimos que lo primero que requiere tu cuerpo es un sistema natural de
desintoxicación INMEDIATAMENTE, para restablecer todos los aspectos
de tu bienestar físico. Lo más importante es deshacerte del
miedo porque es el que está afectando a tu sistema digestivo, y
si no logras detener el desorden en tu estómago, no se puede reestablecer
todo tu organismo.
Existen actualmente terapias que van desde el Reiki, las Flores de Bach,
terapias de Energía Universal, Gemoterapia, Aromaterapia, etcétera.
En la página web del Instituto de Estudios de Salud Natural de Chile
(IESN) seguro podrás encontrar muchas opciones más, estúdialas,
analízalas, compáralas e investiga acerca de ellas, si la
que escoges cuenta además con un sistema o técnica de meditación
creo que sería mejor; Siempre ten mucho cuidado de que la terapia
que elijas sea proporcionada por alguna institución reconocida y
con probada seriedad, recuerda que por desgracia también existen
en todo el mundo charlatanes que harían lo que sea para obtener
tu dinero y abusar de tu estado anímico.
Un consejo que algún día me diera Tenzin Pechok, fue que
no era bueno que una ves que has elegido el sistema de sanación
que seguirás lo cambies por otro solo por que las cosas se pongan
difíciles, él decía que los occidentales siempre huíamos
de las terapias cuando llegaba el momento en que te tienes que enfrentar
contigo mismo, y que si te atreves a cambiar de médico o de sistema
medicinal, no es por que el médico no sirvió, si no por que
TU no serviste o tu ego no te dejo ser lo suficientemente humilde para
seguir sus instrucciones y consejos, (excepto cuando por razones kármicas
no te tocara ese doctor) por eso es mejor que te tomes toooodo el tiempo
que quieras para decidir que camino seguirás, y ya tomada la decisión
síguela hasta el final. Pero la desintoxicación que requieres
no sólo debe de ser de tu cuerpo, el eliminar las toxinas por todo
lo que comes, fumas, inhalas y demás no es suficiente, lo que sigue
es la desintoxicación de tus pensamientos, tus palabras, tus acciones
y tu mente, para eso es el siguiente paso.
El cuarto paso, la meditación.
¿Por qué insisto tanto en este tema?
Creo que dentro de todo lo valioso que me enseñó Tenzin
Pechok fue el conocimiento sobre el verdadero valor de la meditación,
y los secretos que nos puede develar si se utiliza correctamente, haber
entendido que la meditación no tiene nada que ver con “la espiritualidad”
o con algo esotérico sino con una ciencia, y también
aprender que seguir la respiración (cosa que al principio me parecía
inútil y absurda) es descubrir la llave a maravillosas partes ocultas
y poderosas de la mente humana, es un tesoro invaluable que sin duda le
agradeceré por siempre y que aún conservo, valoro y practico
diariamente ya que sólo mediante la meditación se encuentra
la tranquilidad y paz que se requieren para poderse curar de cualquier
enfermedad, y una vez curado, la meditación es la única herramienta
eficaz para poder vivir en este mundo mecánico. Cuando se comienza
con la practica de la meditación, siempre surgen dudas de si realmente
esto irá a servir de algo o no, pero ahora que tengo ya varios años
meditando puedo afirmar que una de las cosas que ya no podría dejar
en mi vida es la práctica diaria de la meditación.
Para poner un sencillo ejemplo de lo que uno aprende del budismo tibetano
y de la meditación, les haré una pregunta que me hicieron
a mi en una ocasión un maestro tibetano, él dijo: ¿Quién
te puede hacer enojar?, mi respuesta automática y sin pensar fue
“huy, mucha gente y muchas cosas me pueden hacer enojar” -respondí-
el maestro me vio, esbozó una sonrisa y dijo: “No es cierto lo que
dices, nadie te puede hacer enojar, en realidad eres tu el único
que puede decidir qué te hace enojar y qué no te hace enojar,
lo que pasa es que, como ya ni piensas antes de reaccionar a los eventos
y tus reacciones son automáticas y pre-programadas como
las de un niño de 3 o 4 años, por eso te enojas y haces berrinches
como un bebe, pero la diferencia es que ahora tienes casi 40 años
y tu sigues reaccionando igual. Una ves que entiendas que solo tú
te puedes hacer enojar, y que la manera de no enojarte es aprendiendo a
no reaccionar y controlar tu mente con el uso de la meditación,
entonces, a partir de ese momento, nunca más te volverás
a enojar y comprenderás la otra parte de esta pregunta, que sería,
¿Quién te puede hacer feliz? ¿Quién te puede
curar? ¿Quién puede hacerte cambiar tu actitud? Creo que
la respuesta es más que obvia.
Para encontrar el camino a tu curación es básico que controles
tu mente y tus emociones, es indispensable que aprendas a canalizar lo
que sientes y lo que piensas y sobre todo a expresar tus sentimientos,
tienes que perdonarte a ti y a todos, requieres de sabiduría para
poder cambiar tus rencores y malos pensamientos en luz y cosas constructivas,
pero sobre todo necesitas quitarte de encima la negatividad y la tristeza
por que si no la haces le seguirás dando de comer al espíritu
que te ha invadido, como diría el Dr. Pechok.
Yo, no sé ninguna otra manera de poder encontrarte a ti mismo
más que el camino de la meditación, la única manera
de tener la energía para regenerar todo tu cuerpo y vida es con
el poder de tu mente, y el poder de tu mente solo surgirá cuando
la ejercites como un músculo, cuando la hagas trabajar y le quites
lo atrofiado, te sorprenderás de cuan fácil te resulta poder
vivir sin miedo y sin tristezas, te reirás de cuantos complejos,
tabúes y traumas te quitarás de encima, eso te lo garantizo.
Durante los meses de Febrero a Marzo de 2002, tuve la oportunidad de poder
impartir un curso de meditación en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
Las personas que se inscribieron en el fueron amas de casa, estudiantes
universitarios, empleados de oficinas, Choferes de autobús y hasta
niños de entre 7 y 16 años teníamos, durante estos
meses los fui introduciendo poco a poco en la meditación y en las
enseñanzas del budismo tibetano, después de un tiempo era
impresionante escuchar las historias que cada uno de ellos llegaban contando
a la clase, todas sin duda eran positivas y nos daban pruebas de que si
sirve de algo el ser más compasivo, tolerante, paciente, relajado,
humilde y sencillo. En uno de los casos, resulta que mujer de unos 42 años
que ya tenía más de seis meses estudiando con nosotros y
meditando todos los días por lo menos 20 minutos, estaba muy interesada
estudiando el libro tibetano de la vida y de la muerte, durante el mes
en que le tocó estudiarlo “por casualidad” su abuelita murió
y ella se dedicó a realizar los ejercicios que se enseñan
en el libro durante el sepelio de la señora, según lo que
ella nos contó, durante todo el tiempo que estuvo leyéndole
a su abuelita fallecida el proceso del bardo, mi amiga insiste en que claramente
podía sentirla sentada junto a ella y que hasta el perfume de su
abuela llenó toda la habitación en la que se llevaba a cabo
el velorio, después de un mes del fallecimiento de esta señora,
su nieta siguió atendiendo a clases sin faltar a una sola, y ninguno
de sus compañeros pudimos nunca ver tristeza o sufrimiento alguno
con la muerte que tuvo que vivir, todos en el grupo aprendimos que con
sabiduría y una practica correcta de la meditación, es muy
fácil sobrellevar las cosas que para la mayoría de nosotros
que no hemos estudiado, suelen ser las más terribles, como la muerte
y la enfermedad.
Y así, como este caso, hubieron muchos que podría comentar;
pero por ejemplo, otra señora madre de dos formidables hijos, llegó
a la clase por que alguien le comentó de lo bien que se sentía
desde que tomaba las clases. Esta mujer vivía en un hermoso fraccionamiento
de lujo, con un marido muy trabajador y dos hijos muy estudiosos y nobles
de carácter, parecía que todo en su vida era maravilloso
pero ella tenía en todo su cuello y manos una urticaria que le mantenía
la piel completamente irritada. Cuando la conocí, lo primero que
le dije es que esa irritación era nerviosa y que si aprendía
a relajarse se curaba de inmediato, ella me contó de todos lo problemas
que tenía con sus vecinos y de lo incomoda que se sentía
con su familia y con su madre, se llamaba a si misma un dolor de cabeza
y alguien que no podía controlarse a si misma y a la angustia con
la que vivía a diario, pero que ignoraba la fuente de su angustia
y que ya no sabía que hacer, durante tres meses le enseñe
varios escritos de budismo tibetano que hablan acerca de la humildad y
de una estrategia que te propone la idea de que tu debes siempre “dejar
ganar a los demás”, ésta practica se llama Dzogchen, y su
objetivo final es que todo lo que no te guste, o todo lo que le haga daño
a ti o a los demás, tu te lo inhales y lo transformes en cosas
positivas, te tienes que imaginar que, humo negro sale de esas cosas que
te desagradan, te caen mal o hacen sufrir a los demás y que ese
humo negro entra a tus pulmones, dentro de ti, transmutas todo lo negativo
y cuando lo exhalas, está transformado en luz de colores, amor y
bienestar para todos. Usando está técnica, mi amiga pudo
transformar toda la negatividad que la rodeaba, hacer las paces con sus
vecinos, familia y vida, y su salud se reestableció como por arte
de magia, su rostro lucia mucho más joven y su boca esbozaba una
sonrisa constante y alegre, los más agradecidos conmigo fueron sus
hijos, ellos comentaban que qué le había dado a su mamá,
que ahora tenían una madre mucho más amorosa y cariñosa,
que era más tranquila y que ahora se reía de las cosas que
antes le hacían enojar. Así funciona la meditación,
solo es cosa de humildad para tener la voluntad de sentarte a pensar en
ti.
La meditación no significa aislarse del mundo entero ni evadirse
de pensamientos y sentimientos, es más bien irse asimilando a sí
mismo y al entorno, no creas que el objetivo es anular por completo los
pensamientos, si no más bien es aprender a que esos pensamientos
no corran por doquier sin cabeza ni pies alborotándolo todo por
dentro, es aprender que todos tus sentimientos no son otra cosa más
que estados mentales que no sabes como controlar y como dice su santidad
el Dalai Lama, “No nos interesa hacer más budistas, si no tener
más seres iluminados en el planeta”. Comienza a estudiar meditación
y verás la diferencia.
El quinto paso, la alimentación.
Sin duda que una vez que te encuentras ya en camino a una mejor vida,
necesitas de una mucho mejor alimentación, ésta alimentación
de la que voy a hablar tiene que ver no solamente con lo que metes por
tu boca y te alimenta, si no también de las cosas con las que alimentas
tu cabeza, tu espíritu y tu mente.
Desde que comencé mi tratamiento con Tenzin Pechok, él
estuvo muy interesado en que yo le contara, el tipo de alimentación
que había llevado desde chico y las costumbres alimenticias que
los mexicanos tenemos, al darse cuenta de la cantidad de grasas animales
y vegetales que conforma la dieta del mexicano, y de las moustrosas cantidades
de carne con las que nos alimentamos, más los chiles y cosas irritantes,
de inmediato me recomendó el dejar de consumir cosas ácidas,
agrias, picantes o muy condimentadas, me explicó que la naturaleza
de la enfermedad que nosotros conocemos como SIDA es de fuego, y que una
de las primeras cosas que tenía que cambiar en mi dieta era el consumir
alimentos de naturaleza mas fría, como vegetales crudos y mucha
fruta, me pidió eliminar en lo posible el consumo de almidones como
los de la papa y el arroz, y finalmente me recomendó consumir diariamente
ajo y jengibre para estimular un proceso de desintoxicación interna.
En una ocasión le pregunté que si acaso era mejor ser
vegetariano para ser más puro, él se rió de mi pregunta
y todavía con problemas para hablar por la risa que le provoqué
me dijo: “Yo, no soy vegetariano y he comido carne casi toda mi vida, pero
conozco a cientos de vegetarianos que hablan, piensan y actúan mas
cochinadas de las que cualquier carnívoro puede imaginar, así
que no creas que el ser vegetariano te hará más puro, o más
espiritual, si quieres realmente ser más puro, cuida mejor lo que
piensas, hablas y actúas. Lo que sí te puedo decir es que
debes de intentar no seguir comiendo carne tres veces al día, tienes
que escuchar a tu cuerpo, él te irá diciendo que quiere que
le suministres, lo único que si te hace el comer tanta carne es
ser un espíritu MUCHO MÁS DENSO y tu meditación se
verá afectada ya que te costará mucho más trabajo
poderte relajar”.
Durante los meses que visité a Pechok, poco a poco me fue enseñando
que es también muy importante alimentar los sentidos con cosas mucho
más sanas, por ejemplo, es más sano ponerte a pintar, escribir,
armar un rompecabezas de 1000 piezas o ponerte a tejer, que alimentar a
tu cabeza viendo televisión. Es más sano cuidar tus palabras
y las cosas que de tu boca salen, que alimentar tu espíritu con
insultos, odios, rencores e intrigas que solo afectan la vida y los corazones
de los que te rodean, es mucho mejor para ti, no robar, no matar ningún
tipo de animales, no destruir ni hacerle daño a nadie que alimentar
tu vida con acciones que solo te atraerán más cosas negativas
a ti y que te alejarán cada vez más de la felicidad real.
Me imagino que de esta forma, al entender que las cosas con las que
alimentamos todo nuestro ser, siempre repercuten en nuestra salud y en
nuestra manera de vivir la vida cotidiana, seremos mucho más cuidadosos
con nuestro comportamiento y con nuestras acciones por que en el caso del
SIDA, la prueba que se debe de superar para encontrar una curación
al 100% es una transformación completa, honesta y a fondo de la
persona que hasta hoy has sido, a este tipo de actitud que debes de mantener
los tibetanos le llaman, “mantener la mente en guardia”. El mantener la
mente en guardia, se refiere a mantenernos alerta del tipo de sentimientos,
reacciones y emociones con las que a diario nos tenemos que enfrentar,
el mantenerse en guardia nos ayudará a darnos cuenta de que la mayoría
de las ocasiones, cuando algo que nos desagrada nos pasa, no nos damos
siquiera tiempo para pensar cuál y cómo será nuestra
reacción, y una ves que somos capaces de no reaccionar instintivamente,
nos enteramos de que en realidad siempre tenemos opciones de entre las
cuales poder elegir una reacción, pero como es “normal” que si alguien
le pega a mi auto yo me enfurezca, el día que me llega a pasar,
ni tiempo me doy para seleccionar una reacción inteligente, “en
automático” me enfurezco. Si mantengo mi mente“siempre en guardia”,
Estaré preparado para poder asimilar los acontecimientos que se
me presenten y tendré la claridad y sabiduría para poder
reaccionar correctamente a los hechos. El mantenerme en guardia siempre
evitará que yo alimente a mi ser con pensamientos, acciones, sentimientos
o alimentos nocivos para mi cuerpo, así de importante es.
El sexto paso: Los cambios internos.
En una ocasión tuve la oportunidad de asistir a una audiencia
con Tai Si Tun Rimpoché, uno de los más grandes maestros
tibetanos que viven en India, el objetivo de mi visita era poderle preguntar
¿qué tipo de meditación podría ser la mejor
para lograr recuperar mi salud? Al momento de oír mi pregunta su
reacción y su respuesta fueron severas, cortantes y muy duras, el
dijo: “¿Qué?, no puedes practicar Dharma (las enseñanzas
de buda) para curarte, si el Dharma sirviera para eso no existirían
seres enfermos en este planeta, el Dharma se practica para iluminarse no
para curarse”. Cuando salí de ahí en realidad no podía
entender por que este maestro se había portado tan duro conmigo,
pensé que no tenía nada que hacer ahí y hasta llegué
a pensar que el viaje hasta allá había sido una perdida de
tiempo, pero esa noche mientras meditaba, y gracias al consejo de un monje
que ahí vivía, pude entender a que se refería el Rimpoché.
Claro que no puede uno practicar Dharma para sanarse, debe uno de practicarlo
para iluminarse, y si vives de acuerdo a lo que el Dharma enseña,
de seguro que estarás más cerca de tu iluminación
por el tipo de vida que te enseña a vivir, y así, si vives
en amor y compasión constante y deseando hacer el bien a todos los
seres sensibles, no hay forma de que no recuperes tu salud, pero para poder
ser una persona más tranquila y amorosa tienes que realizar una
serie de cambios en tu vida cotidiana y en la razón para la cual
quieres seguir vivo.
Así que, realizar una importante serie de cambios internos en
tu personalidad es indispensable si te deseas curar, por que con el SIDA
es así de fácil, o cambias y te conviertes en un ser que
vive casi como un angelito, o te mueres, así de cruda es su realidad.
Pero, ¿a qué tipos de cambios me refiero que son necesarios
si te quieres curar? Bien, para explicar esto, me permitiré utilizar
términos y conceptos que pueden no ser del dominio público
pero que una ves que los exponga creo que se te harán hasta lógicos
y sencillos de entender.
LA IMPERMANENCIA:
Para el budismo tibetano, esta es una ley básica y natural,
nos recuerda que en la naturaleza todo, absolutamente todo está
en constante cambio y evolución, es decir que todo en la naturaleza
es impermanente, que nada de lo que vemos en la naturaleza estará
en el mismo lugar el día de mañana y que lo mismo sucede
con nuestras vidas, estas se encuentran también en constante cambio
y evolución. Si podemos asimilar esto, nos daremos cuenta que resulta
inútil y desgastarte el tratar de tener UNA VIDA ESTABLE en la que
nada cambie y todo se mantenga inmóvil, simplemente por ley natural
eso es imposible, y como todo en la naturaleza es impermanente, resulta
inminente que es mejor no apegarse a nada ni a nadie, es aquí donde
entra el segundo concepto básico que deseo explicar, EL DESAPEGO.
Como nada en la naturaleza ni en nuestras vidas estará ahí
para siempre, es lógico que si nos apegamos a las personas o a los
bienes que ahora tenemos, sufriremos el día en que se tengan que
mover de su sitio para dejarnos, cuando uno vive desapegado de las cosas
éstas pasan de ser “nuestras” pertenencias para pasar a ser “las”
pertenencias, TU auto dejara de ser TU auto, para pasar a ser EL auto,
TU casa, será LA casa que habitas, y así, todo lo que “tienes”
pasara de ser una propiedad a ser todo lo que “usas”.
Impermanencia y desapego, son el inicio de un cambio real en tu vida,
ellos te llevarán sin duda hacia “LA HUMILDAD”, Buda enseñó:
“Levántate cada mañana con la firme intención de no
querer lograr nada, de no querer ser nadie y de no buscar obtener nada
para ti”. Ésta manera de ver la vida sin duda resultará en
un principio absurda e incomprensible para muchos, pero es sin duda una
gran ventana que nos dejará ver más allá de lo que
normalmente vemos. Si yo dejo de buscar el reconocimiento de los demás
y su aprobación, si permito que su opinión sobre mí
me deje de importar, si renuncio a mis ambiciones y anhelos, dejaré
de luchar constantemente contra la vida, contra esa vida que me han inventado
y que el sistema me obliga a vivir, y cuando cesa la lucha, se tiene más
paz, más claridad para poder ver hacia donde ir y una vida armónicamente
sana. Es a través de la humildad que se consigue la sabiduría,
y es solo con humildad con lo que se puede vencer al ego que no nos permite
evolucionar y ser mejores. EL EGO para los maestros tibetanos es esa voz
interior que siempre tratará de sabotear cualquier intento que hagamos
para meditar o para cambiar, es esa voz que cuando te sientas a meditar
te dice “Hay si tu, ¿crees que ahí sentadote haciéndole
al espiritual te vas a curar?”, “No tiene caso que lo intentes, eso de
la meditación es para otros no para ti”, “Tu no necesitas de esas
sangornadas espiritualoides, eso no es para ti y solo perderás tu
tiempo” y así podría yo seguir mencionando algunos cuantos
de los sabotajes que el ego se dedica a mandarte a la cabeza cada vez que
trates de salir del hoyo de la ignorancia, éste ego tiene mas de
un millón de manuales con pretextos que te dará para que
no aprendas a meditar y para que no te hagas alguien más espiritual,
el vive muy cómodamente dentro de ti y no creas que tiene ganas
de salirse para que tu seas feliz.
Por esto, los cambios que requieres para que jamás tengas que
acordarte, de que alguna vez tuviste SIDA, son cambios que afectarán
todo tu futuro y la forma en que vivirás el resto de tu vida, no
es posible que actúes por unos meses a ser amoroso y compasivo mientras
te curas y después volver a ser el mismo, como ejemplo te puedo
poner el de las personas que operan de cáncer y se los extraen,
pero al poco tiempo resulta que “les vuelve a dar”, ¿por qué
creen ustedes que se les vuelve a desarrollar ese cáncer?, pues
por que siguen sin modificar sus hábitos, sus palabras, sus acciones
y palabras. Los cambios que requieres son de por vida, no pueden ser temporales.
El séptimo: La seguridad a toda prueba.
Durante una de mis audiencias con Su Santidad el XIV Dalaí Lama,
le pude preguntar que ¿Qué tanto me ayudaría mi fe
en el proceso de curación?. Él me miró y con una enorme
sonrisa, pero con tono firme dijo: “¿La fe?, la fe no te servirá
de nada, la fe es como un deseo falto energía para poderse materializar,
lo que tu necesitas es convicción en lo que haces y decretar las
cosas, tu tienes que decretar que te estás curando y no puedes tener
duda alguna de que así es y de que así será, tienes
que llevar tu mente y corazón a la convicción de que no hay
otra forma en que sucederán las cosas y que tu realizarás
todo lo necesario para que así pase”.
De ésta manera me quedo muy claro que en realidad mi curación
no tenía que ver para nada con la fe, que en realidad lo que necesitaba
era estudiar, meditar y cambiar para salir adelante, pero sobre todo necesitaba
estar completamente seguro de que si había una manera de curarse
y que Tenzin Pechok sabia el tipo de medicamentos que debería tomar,
pero también entendí que si por alguna razón yo llegaba
a dudar de todo esto aunque fuera por un segundo, todo se desmoronaría
y tendría que comenzarlo todo de nuevo, y creo que lo mismo se aplica
para ti y para todas las personas que quieran salir de los efectos de alguna
“enfermedad terminal”. Necesitas una convicción a toda prueba de
que es posible curarte y de que saldrás adelante, pero esta convicción
estará fundamentada en la sabiduría que obtendrás
cuando aprendas el manejo de tu mente, en los cambios de actitud que mantendrás
de ahora en adelante; y en la certeza de que estás haciendo lo correcto
al no dejar que te receten los retrovirales que solo te intoxicarán
mas, si realizas ésta maravillosa transformación de tu ser,
la vida te recompensará regresándote tu salud.
Con éstos siete pasos, creo que no hay forma en la que no puedas
tener una esperanza de que SI ES POSIBLE CURARTE, y más que una
esperanza la SEGURIDAD de que saldrás adelante, no permitas que
la opinión de otros decida por ti, entrégate a los demás
en amor y compasión, se amoroso, cariñoso y protector con
los que te aman y con los que no, perdona a los demás y sobre todo
perdónate a ti y a las circunstancias que te llevaron a estar en
esta situación, pero sobre todo ama, ama cada día y cada
momento de tu vida, ama a quienes te rodean y a toda la creación,
que solo con amor se pueden transformar los más terribles momentos
y las mas terribles experiencias pueden ser transformadas en increíbles
oportunidades de evolucionar a una mejor y más armónica existencia.
Carlos Escudero Albarrán.
charliecib@yahoo.com
Morelia, Michoacán, México.
5 de febrero de 2003.
Menú:http://www.oocities.org/iesnchile/sida00.html
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VOLUMEN X:http://www.oocities.org/iesnchile/sida10.
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VOLUMEN XI:http://www.oocities.org/iesnchile/sida11.
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Alimentos
Naturales y Nutricionales en CENIUS
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