Donde Solo se Habla de Amor

A los hombres, a las mujeres
que aguardan vivir sin soledad,
al espeso camaleon callado como el agua,
al aire arisco (es el aire un pájaro arisco)
a los que duermen mientras sostengo mi vigilia,
a la mujer sentada en la plaza vendiendo su silencio.
En fin, diciendo ciertas cosas reales
en una lengua unánime, amorosa;
a los niños que sueñan en las frutas
y a los que cantan canciones sin palabras en las noches
compartiendo la muerte con la muerte,
Los invito a la vida
como un muchacho que ofrece una manzana,
me doy fuego
para que pasen bien estos dias de invierno,
por que una mujer se acuesta a mi lado
y amo al mundo.

Juan Bañuelos

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