INQUIETUDES POÉTICAS 
 
 
SONETO   I
 
Hay que ser dos almas para entender
las cosas que se cuecen en el mundo,
mitad viviendo como vagabundo
mitad con tesoros para vender.
Qué buen alma sabría comprender
ni con pensamiento nauseabundo
que esta Tierra donde vivo y me hundo
no haga nunca nada para aprender.
Un alma dice que no queda amor
y la otra que no pierda la esperanza
y en mis días, yo sigo consternada.
Mezclaré las almas con gran clamor
uniendo su amor en una balanza
igual surge candor, en vez de Nada.
 
 
 
Y no me da la gana
de decir lo que no pienso
que callen las piedras si quieren
yo no me trago ese tormento
No me apetece decir
que ustedes lo pasen bien
cuando en el fondo estoy pidiendo
que su piel se vuelva hiel
No tengo ganas de aceptar
lo que aquel señor me obliga
basta ya de acatar ideas
que no siento como mías
Y si quieren despellejarme
pues adelante y que lo intenten
que la piel podrán arrancarme
mas mi alma seguirá vigente
 
 
Que no te engañen, mi niño,
no creas lo que ves ahí
esas sonrisas sucias
talladas con bisturí
Ellos sonríen, apoltronados,
haciendo un títere de tí
hoy te muestran enflaquecido
y mañana comiendo con frenesí.
No les creas, mi niño,
no les importa tu existir
mientras ellos coman poder
tus lágrimas es una lluvia a asumir.
Se obcecan en enseñarte
como aprender a leer
y no entienden que tienes hambre
y que mañana puedes perecer
No te calma una moneda
de un solitario observador
o mi corazón encabritado
al intuir gemir tu dolor
No te sirven las disculpas
ni sonrisas de un adulador
o las visitas programadas
de una nueva organización
No solloces, mi niño,
esta vez te tocó a tí
esa vida miserable
tendrá un fin
Y mientras esa libertad te llega
entre espasmos de dolor
yo, les pregunto a ellos
¿y si cambiamos por un día el rol?
 
Ando buscando colores
que definan sentimientos
y a veces me faltan matices
o me sobran lamentos
He escarbado en las entrañas
de corazones agrietados
y el rojo les dominaba
por pasión o desengaño
He arañado superficies
de almas que lucían blancas
arco iris algo opacos
que a veces me deslumbraban
He hurgado en las cavernas
de mentes negras, oscuras,
que cuando abrían la puerta
mostraban su verde ternura
He rasgado los cielos
buscando palabras sinceras
que brillaran como el oro
o la plata zalamera
Pero aún ando buscando
ese color inexistente
ese que me cubra toda
con su luz iridiscente
Que tenga la sinceridad blanca
el rojo fuerte de pasión
el verde de una esperanza
y el azul de un resplandor
Esa mezcla desconocida
que aún no sé definir
pero que borre el marrón terroso
e invente un color para mí.
 
 
Muchas veces,
se me caen las palabras
en un papel en blanco
sin adornos, ni rayas
y las pinto como salen
a borbotones, casi ahogadas,
una veces surgen rimas
otras avisos del alma,
fluyen por un latido
 o por una lágrima cansada
por un poema leído
o por ninguna causa
Pero sigo escribiendo
desnudándome el alma
en ese papel en blanco
sin adornos, sin rayas
Voy rasgando su piel
con la punta de un lápiz viejo
a veces le doy sonrisas
otras recuerdos añejos
 
 
Si pudiera...
Si pudiera deshojar pausado
cada recuerdo de mi vida
e ir desgranando uno a uno
los gajos que amargan
y quedarme con las muescas
que marcaron mi sendero
con abiertas sonrisas.
Si pudiera...
Si pudiera cavar mi mente
con surcos renovados
plantando dulces semillas
arrancando cada rastrojo
que el tiempo ha ido dejando
regando la tierra con versos
y el cielo de nuevo pintando.
Si pudiera...
 
 
No le mires con esos ojos
porque le has visto robar
que el hambre no tiene rostro
y el dolor no tiene lugar
No importa su origen
su condición o su hablar
ni siquiera el color de su pelo
o esa que piel que te viste igual
Siento la impotencia escaparse
entre lamentos adormecidos
gritos lastimeros y vacíos
que no me llenan
 
 
 
A veces me brotan las lágrimas
navegan solas y a la deriva
intentando buscar un camino
donde anclar su huida
Les pregunto por su origen
por su impotencia comedida
y no saben darme respuesta
simplemente me observan y miran
Me hablan de cosas que han visto
al asomarse al balcón mundano
de que un grato sonido las altera
o el cielo al extender su manto
Hablan de caricias olvidadas
de palabras arañadas al viento
hablan de recuerdos de cama
y de pieles unidas a tiento
Gritan han visto indiferencias
hombres amando un fusil
niños pidiendo clemencia
o traidores matando sutil
Recuerdan sonrisas de viejos
agonizando en cualquier rincón
mares llenos de inmundicias
almas sin ápice de pasión
Navegan dejándose llevar
por un dolor desmesurado
al ver una mujer llorar
con un hijo inerte en sus brazos
Susurran han visto hombres
que han olvidado su pasado
ya no les queda conciencia
y su futuro no pesa ni un gramo
Han visto mujeres tendidas
ante un enemigo taimado
pidiendo a gritos la vida
esa que libre heredaron
Se han unido con lágrimas
de amores traicionados
con la aridez de una mentira
o la levedad de un ingrato
No encuentran donde quedarse
donde anclar por siempre su llanto
las auroras les dan alegrías
los olvidos negros... espanto
Y siguen brotando lento
al ver a un poeta escribir
las espinas que lleva clavadas
o la dulzura de un amor sin fin
Siguen recorriendo camino
en pos de un horizonte feliz
mas de pronto paran y me miran
y me dicen, y tu... ¿por qué lloras así?.
 
 
Estoy viviendo la vida
comprada de estraperlo
a veces libre, a veces cautiva,
a veces feliz sin serlo
Estoy llenando mis días
de furtivos pensamientos
unos de dulces verdades
otros de grises mugrientos
Estoy paseando caminos
levantando y cayendo
apartando a zarpazos las piedras
llorando y sonriendo
Estoy, y...  ¡eso es lo importante¡
caminando o corriendo
pero siempre mirando el futuro
y descubriendo mis sentimientos.
 
 
Salgo de mi cuerpo
para contemplar mi vida
y veo los errores
y veo las desdichas.
Salgo de mi mente
y vuelvo a nacer
esbozo una sonrisa
una mueca de placer
Cuántas almas conocidas
cuántas palabras lancé
cuántos actos cometidos
de los que no me arrepentiré.
Nido hondo de recuerdos
caricias grabadas en la piel
manos amigas en mis hombros
y amores que nunca borraré.
 
 
Unimos soledades
como ramas de olivo
y fundimos nuestros troncos
y nos hacemos cautivos.
Y bebemos el cáliz
que nos ofrece un amigo
y lloramos la pérdida
de un desconocido.
Unimos soledades
almas compañeras
labios atrapados
en verdades sinceras.
 
 
Hoy he tirado recuerdos
que tenía escondidos en mi
recuerdos íntimos, recuerdos blancos
recuerdos que nunca compartí
Hoy abrí los armarios
y el aire dejé entrar
hoy quemé aquellos sudarios
que no me atrevía a tirar.
Y mientras los iba tirando
diversos aromas me hacían vibrar
aromas dulces, aromas rancios,
aromas que quiero olvidar.
 
 
 
 
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